Flocons magiques

Marinette no pudo contener la carcajada cuando vio a Rose cubrir a Alya con una enorme tela de tul blanco, brillante y esponjoso, haciéndola parecer un velo. Por si eso no era suficiente, Alix acababa de salir del baño con su disfraz de Chucky, captando rápidamente la atención de todas.

—No me creo que vaya a decir esto, pero te va como anillo al dedo —dijo Marinette, tapándose la boca para ahogar una risotada.

—Lo sé, y ya verás cuando asuste a los chicos. Pegarán gritos tan altos que los querrán para la secuela de Los chicos del coro.

Todas se rieron ante la ocurrencia, sabiendo que Alix era perfectamente capaz de hacer eso.

—Venga Mari, es tu turno —la incitó Mylène para que entrara al baño mientras se sentaba al lado de Alix para maquillarla.

Rose ya iba vestida como Sabrina, con su abrigo rojo y su diadema negra. Incluso llevaba sobre su hombro un peluche de gato negro que imitaba a Salem. Estaba sentada junto a Alya y Juleka. Alya iba de animadora zombie y estaba recibiendo los últimos retoques de maquillaje por parte de Juleka, que iba como el cisne negro. Mylène, en cambio, iba como una araña. Era divertido ver como las patas de tela que iban cosidas a su falda de tul y las mangas de su blusa se sacudían con cada uno de sus movimientos.

Marinette tomó sus cosas y las llevó al baño. El vestido ya estaba colgado en el perchero tras la puerta, cubierto por una bolsa de plástico opaca. Se desvistió, dobló la ropa sobre la tapa del retrete y deslizó la cremallera de la bolsa. Sacó el vestido y se lo puso rápidamente.

Aunque Rose había insistido mucho para que llevara puesto su anterior diseño, Marinette se había mantenido en sus trece. Incluso había hablado con Adrien para que la apoyara en eso y le diera un pequeño cambio a su disfraz para la fiesta. No era solo que ellos dos desentonarían con sus trajes cuando la mayoría de sus compañeros iban con disfraces apañados deprisa y corriendo o comprados en una tienda. También estaba el hecho de que Marinette no quería vestirse de nuevo con tacones altos, pesadas faldas de seda y un escote de vértigo que aún lograba sacarle algún sonrojo. La experiencia estuvo bien, pero de momento no tenía ganas de repetir.

Se abrochó los botones del vestido y buscó su reflejo. Definitivamente eso era más marca Marinette. Había mantenido el cuello halter, pero sin escote, de manera que la tela se anudaba a su cuello con dos botones. El cinturón de seda bajo su pecho se cerraba con el mismo broche de camafeo de bronce. La falda partía de ahí hasta sus rodillas. La pesada seda mantenía un ligero vuelo gracias a las capas de tul que llevaba debajo. Se peinó el pelo igual que la anterior vez, adornándolo con pequeñas flores de bola de nieve pintadas de rojo. Mantuvo un maquillaje un poco más ligero, pero que seguía resaltando el brillo de sus ojos azules, dándole un aspecto violeta ante determinada luz.

Se ajustó las bailarinas y se contempló frente al espejo de cuerpo entero que tenía a un lado del baño. Dio una vuelta lenta, contemplando el efecto entero, y luego dio una vuelta rápida permitiendo que la falda ondeara ligeramente. Sonrió, satisfecha con el resultado. Seguía dando una impresión tétrica, pese a que había disminuido mucho la carga del traje, y no pudo sino sentirse orgullosa por su trabajo.

Abrió la puerta, siendo recibida por una suspiro general que logró que ampliara su sonrisa. Realmente iba a disfrutar esa fiesta.



—Que no Plagg, estás viendo cosas donde no las hay, Marinette es solo una amiga.

—Sí, sí, yo solo quiero a my lady, mi único amor es Ladybug y bla, bla, bla... —contestó Plagg poniendo los ojos en blanco.

—Pero es que es la verdad.

—Una visión muy sesgada de la verdad.

—Mis sentimientos por Ladybug no son meramente un hecho parcial, la quiero.

—Por qué todos los Chat Noir que me tocan son tan tercos —murmuró Plagg, logrando que Adrien frunciera el ceño.

—Te he oído.

—Y yo que me alegro.

Adrien resopló. Sabía que esa conversación no iba a ningún lado, así que prefirió no contestar y proseguir a ponerse su camisa.

—Mira, no digo que no quieras a Ladybug, pero porque te sientas así... —Plagg gruñó. Definitivamente no se le daban nada bien esas charlas—. Porque te sientas así por ella no tienes que negar lo que sientes..., por otras personas.

—Y sigues...

—Sí, sigo, porque puedes estar cometiendo un gran error esta noche.

—¿Por qué iba a ser un error valorar a Marinette como la gran amiga que es?

—¡Por qué te centras solo en eso, pedazo de queso desnatado!

—¡Oye! Ya sabes que estoy a dieta, no hace falta que metas el dedo en la llaga.

—Te lo mereces —gruñó Plagg, cruzándose de brazos—. Si piensas las cosas y te das cuenta de que no te sientes así, adelante, sigue siendo su amigo del alma. Pero date la oportunidad de comprobar si realmente sientes algo por ella en lugar de encerrar tus sentimientos por la posteridad. Créeme, lo único que queda bien después de guardarlo eternamente, es el queso, lo demás se estropea y te deja la casa apestando.

—El queso es lo que deja la casa apestando.

—No sabes valorar las maravillas del universo, eso ya es obvio. En fin, deja de cortarme. En su momento te planteaste si tenías sentimientos por Kagami o no. Saliste con ella y no pasó nada malo, ¿a que no?

Adrien iba a esperar a que Plagg siguiera con su monólogo, pero como fue obvio que esperaba una respuesta, negó.

—Incluso te quitó un peso de encima, ¿o no? —insistió Plagg.

—Bueno, sí, dejé de darle vueltas a la cabeza con el tema.

—¡Eso es! Sacaste el queso en el momento adecuado. No funcionó, puedes pasar al siguiente.

—Ellas no son quesos, Plagg.

—Es el mejor símil que se me ocurre para hacerte entrar en razón, cállate.

Adrien se llevó las manos a las caderas, conteniendo un suspiro.

—Lo que digo es... En lugar de guardar en una esquina en lo más profundo de tu cabeza las dudas que te plantea Marinette —Adrien hizo el amago de cortarle, pero Plagg siguió como si nada—, creo que es mejor que destapes el queso y veas qué te parece.

Adrien se llevó las manos al pelo, despeinándolo más de lo que estaba.

—No he entendido nada.

—¿Por qué todos mis portadores son tan catetos? Bueno, yo ya he hecho lo mío, la pelota está en tu tejado.

Adrien no pudo contestarle. Para su irritación, tocaron la puerta y tuvo que morderse la lengua. Plagg le dedicó una sonrisa socarrona antes de esconderse. Adrien suspiró.

—Adelante.

Lunes, 19 de agosto de 2019

¡Hola a todos, lindas flores!

Les puedo asegurar que hacía tiempo no me reía tanto escribiendo. Una conversación sobre amor entre este par de cabeza nísperos... Si hubiera sido Tikki, sus consejos habrían sido más útiles y mucho más claros, pero estamos hablando de Plagg. Lo suyo no es hablar de amor y claro, el pobre kwami acabó liándose con la explicación y Adrien terminó aún más perdido de lo que estaba, pero bueno... La semilla está plantada. Ahora toca ver qué hace Adrien.

¿Recuerdan que les dije que había una sorpresa preparada? De la mano de naomi_THW, que es una ilustradora fantástica, tenemos aquí un fanart de Marinette disfrazada para la fiesta que se avecina. ¡Es súper adorable! Y después de este maravilloso fanart tenemos que recalcar la idea de que Adrien es idiota, que está más ciego que los topos, y estoy segura de que Naomi concuerda conmigo jajajajajajajaja. 

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