Una Última Jugada
Llegó con el cuerpo de la eriza rosa en manos, y tal como el espíritu del sol le dijo, la puso debajo de uno de los gigantescos robles en donde la sombra les brindaba una agradable frescura. Silver le sonrió con dulzura mientas con su mano alejaba con sutileza los mechones que cubrían su rostro. Realmente parecía estar dormida. Aquella sonrisa sutil que le había regalado empezó por marchitarse para en sus ojos antes cálidos, posar una mirada de tristeza y consternación. Amy no dormía, pues al simple contacto con su piel podía sentirse el frío del más gélido hielo a través de su guante blanco; dándole a entender que aquella llama vivaz que ardía en ella se había apagado como una vela con el soplo del viento. Silver suspiró con nostalgia y se maldijo por sus adentros al no poder hacer nada; Sonic y Shadow estaban en el inframundo y él seguía en el mundo mortal sin poder realmente ayudar.
–¡La encontraste!– escuchó decir a sus espaldas. Silver se volteó para ver al zorrito de dos colas correr hacia él con gran entusiasmo.
–Sí...– respondió desganado.
–Realmente no parece que Midnight le hubiera hecho algo– expresó Tails para ver con minuciosidad el cuerpo de Amy –Dawn hizo un gran trabajo.
–Hmph– bufó molesto.
–¿Qué sucede?
–Nada– respondió cortante, recordando aún la pequeña riña con el espíritu de la luz.
–De acuerdo– contestó ante la obvia mentira –Ahora sólo es de esperar que Sonic y Shadow regresen– habló con preocupación.
–Oye, ¿Tú puedes ver su localización en el inframundo con esto?– preguntó Silver para señal el radar que llevaba en su muñeca.
–Claro– afirmó –Es lo que he estado haciendo desde que vine. Ven, sígueme.
Silver vio una última vez el cuerpo de Amy para luego seguir a Tails. La misma nave que había acarreado todo lo necesario para armar aquel campamento antes de la batalla, parecía ser el cuartel general de las operaciones al inframundo. Entraron a la cabina en donde vio a la felina de ojos ámbar viendo con detenimiento una pantalla redonda cuadriculada de color rojo. Vio dos pequeñas luces amarillas titilar y moverse contrariamente.
–¿Eso es el inframundo?– preguntó Silver viendo el radar con detenimiento.
–Sí. Con un par de comandos básicos me enfoque en el área donde se encontraban Sonic y Shadow, sin embargo, al poco tiempo de llegar allá ambos se separaron– expresó Tails con preocupación.
–¿Sabes si aún siguen vivos?– cuestionó la felina.
–Sí– respondió afirmativamente –Si alguno de ellos muriera la luz emitida por el radar ser volvería opaca. Los radares que les di tienen una percepción sensorial respecto a la temperatura del cuerpo.
–Aquí hay algo extraño– habló Rouge quien entraba a la pequeña cabina para llamar la atención de quienes yacían adentro.
–¿Rouge?, ¿Tú también aquí?– cuestionó Tails al verla entrar.
–¿Qué es extraño?– le preguntó Silver quitándolo importancia a la pregunta Tails, pues ella lo había seguido después de dejar a Dawn.
–¿Por qué no han muerto aún?– preguntó la murciélago.
–¿Eh?– exclamó Tails confundido.
–Pues, es decir, Midnight ya tuvo que haber sentido la presencia de ellos, y aún así, ¿ambos siguen aún con vida?– puntualizó –¿No se te hace remotamente extraño?
–Bueno...
–Eso es porque ella está jugando– interrumpió al entrar. La voz de Dawn resonó por toda la nave, captando la atención de los cuatro tripulantes. Todos voltearon a ver a la espíritu, quien parecía irradiar timidez al sentir las miradas de todos sobre ella.
–Viniste– musitó Silver por lo bajo al verla. Dawn le sonrió al escuchar el murmuro emitido de sus labios.
–¿A qué te refieres con jugar?– inquirió Rouge demandante.
–A mi hermana le gustan los juegos– explicó –Le dije a Sonic que si quería sobrevivir necesitaría ser inteligente. Un juego, apostando su vida le daría tiempo si Midnight se presentaba.
–¿Su vida?– repitió Tails.
–Lo único valioso para nosotras.
–Nuestras almas– señaló Silver.
–Exacto– asintió –Mientras él juegue inteligentemente lograra encontrar el alma de Amy y con suerte salir a tiempo del inframundo.
Silver caminó hacia el espíritu y la miró con intensidad, haciéndola desviar la propia al sentir su mirada penetrante. –Dime algo– habló el erizo con una voz firme –¿Por qué has venido? Pensé que irías con Knuckles para regresar al mundo espiritual.
–A bueno... sí, pero...– balbuceó para sentir un sonroje en sus mejillas –Es sólo que... pensé en lo que me dijiste y... bueno yo...– calló clavando su vista al suelo mientras sentía sus mejillas arder como el fuego del mismo inframundo.
Silver tomó su mano con suavidad haciéndola que lo viera al acto al sentir su contacto nuevamente. Su mirada azul cielo se quedó fija sobre los ojos apacibles ámbar de él.
–Tranquila, no te estamos juzgando– le dijo con una sonrisa –Pero sí me gustaría escuchar lo que tienes por decir.
Dawn asintió con suavidad y dirigió su mirada a todos los que la observaban con detenimiento, a excepción de Blaze, quien tenía su vista en el cielo de la nave y sus brazos cruzados sobre su pecho. Aspiró profundamente y sujetó la mano del erizo plateado con fuerza para llenarse de confianza.
–Les pido una disculpa– susurró apenada –Nunca quise que ninguno de ustedes se viera involucrado en esta guerra... lamento si traicione su confianza– habló avergonzada.
–Gracias por la disculpa– le sonrió Tails con calidez
–No te preocupes cariño– habló Rouge con una sonrisa divertida –Estamos acostumbrados al bueno que tiene períodos de locura y pierde el control. Todo bien.
–Hmph– exclamó molesta para ver al erizo plateado en forma de reproche, quien le sonrió por respuesta.
–Bien, gran cosa– habló Blaze molesta para caminar hacia ellos obligándolos a soltarse al pasar en medio de ambos –Si quieres ser buena y ayudar a otros bien por ti– dijo molesta para salir.
–¿Y a ella qué le pasa?– preguntó Rouge para arquear una ceja, confundida por la actitud de la felina.
Silver mantuvo su mirada fija en la puerta de la nave. Él sabía la razón de esa conducta.
Inicio del Flash Back
–...no pienso seguir negando esto un día más y si realmente prefieres verme sólo como un amigo o compañero o como quieras catalogarme yo lo entenderé, pero no esperes que esté a tu lado de ser esa tu elección.
–Silver...
–Dime la verdad ¿tú sientes algo por mi?
Desvió de nuevo su mirada sin emitir palabra alguna, mientras él seguía expectante a la respuesta que desde hace algún tiempo ya ansiaba escuchar. Necesitaba saber si sería prudente seguir con aquel sentimiento que había desarrollado desde hace varios años ya o si sería mejor enterrarlo y seguir con su camino.
–Respóndeme– insistió el erizo.
–Si deseas irte– habló para soltarse de su agarre –Eres libre de hacerlo– respondió inexpresiva.
–¡Esa no es la respuesta que...
–Es la respuestas que obtendrás– le cortó –Si lo único que te ata a mi es la esperanza de que yo algún día sienta algo de regreso y corresponder a tu afecto, no tienes nada que hacer aquí.
–Blaze...
–No pienso retenerte...
Fin del Flash Back
Frunció el ceño al recordar la discusión con ella y regresó su mirada al espíritu del sol quien lo miraba confundida. El único motivo que lo retenía ahí era Amy, y una vez ella estuviera bien se iría tal y como ella se lo había pedido. No había nada más que hablar entre ellos dos.
–Está cansada, nada más– dio por respuesta a la actitud de Blaze.
–Sil...
–No hay nada más que hacer– interrumpió a Dawn –Tails ¿Hay alguna manera de comunicarnos con ellos? Esto no tiene radio o algo por el estilo.
–Pues no realmente, es algo más visual.
–Y podríamos transmitir algún tipo de video llamada desde acá para que ellos nos escuchen o vean.
–Bueno... no es la función realmente del radar, pero tal vez...
–Entonces arréglalo. No tenemos tiempo.
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Paró de golpe al verlo entrar a La Tierra de los Muertos, en donde se vivía la segunda muerte. Amy escuchó a los chaos demoniacos volar de regreso a las profundidades del cementerio asustados de tal lugar. Ella sabía que no debía de entrar, ninguna de las almas de la necrópolis entraba por voluntad propia a ese lugar. Sujetó con fuerza aquel martillo y se armó de valor para dar los primeros pasos temerosos sobre aquel manto de niebla que ahora cubría sus pies. Tragó pesado mientras la sed de venganza la animaba a continuar. Amy escuchó a las Erinias volar entre los árboles junto con una voz a la distancia, la reina de inframundo –Midnight...– musitó al reconocer de quién hablaba. Midnight la había sacado de aquel desierto para luego llevarla ahí, diciéndole que sería su nuevo hogar, que nunca más estaría perdida... y así fue. De nuevo aquel sentimiento de desolación que ya se estaba volviendo parte de ella la envolvía con fuerza; y ahí, parado en un pequeño claro lo distinguió a la perfección discutiendo con las erinias –Yo no lo hice– decía con descaro mientras la furia se apoderaba de ella por su cinismo haciéndola fruncir el ceño en señal de molestia. Amy aceleró su marcha pero se detuvo al escuchar su grito resonar por aquella tierra muerta –¡Yo no mate a nadie!– exclamó Sonic con convicción. Sintió una fuerte punzada en su pecho al escucharlo negar con tanta firmeza el acto que todos en el inframundo sabían que él era culpable. Merecía morir, merecía que su alma despertara en el inframundo, pero a diferencia de ella, ésta debía yacer en la Tierra de los Muertos para ser atormentado por los espíritus de aquel lugar por toda la eternidad.
–A uno– habló Amy para acallar la discusión. –A mí...
–No, Am...
–¡MUERE!– gritó con ira para de nuevo lanzar otro golpe hacia donde él se encontraba.
El erizo azul esquivó el golpe con rapidez dando un diestro saltó hacia atrás, pero ni bien puso un pie sobre tierra sintió como algo lo agarraba con fuerza de los pies para sobresalir de la espesa niebla como espectros atormentados gimiendo en un aullido desolador. Tomaron sus tobillos con sus largos y retorcidos dedos para detener su intento de escape de la eriza, quien, había creado un cráter en el lugar del impacto haciendo estremecer la tierra con fuerza.
El bosque que se vio sin vida en un principio pareció despertar, pues se escuchó el azote de las ramas alborotadas y el gemido de diferentes criaturas, sonar con pena y desconsuelo. De aquella pesada neblina Sonic vio el alzar de manos putrefactas y un escalofrío recorrió su ser. Se sacudió con violencia para librarse de sus captoras y así con fuerza soltarse con brusquedad. Se sintió acorralado, mientras miraba a las erinas venir de todas direcciones. No sabía a dónde ir, y no podía alejarse demasiado, pues necesitaba estar cerca de Amy para poder explicarle el mal entendido. Por un segundo Sonic se había olvidado del peligro inminente que era ella y con la mirada la buscó rápidamente para toparse con un martillo gigante y un grito guerra. El golpe fue imposible de evadir.
Escuchó el quebrar de los troncos putrefactos y el rasguñar de las ramas y astillas sobre su piel haciendo que pequeñas cortaduras se abrieran sin esperar. Un fuerte roble lo hizo detener su trayecto para así caer de bruces al suelo, sin energía para moverse. Escuchó el aullar de las erinas acercarse nuevamente y la leve vibración de los sutiles pasos de la eriza sobre la tierra húmeda y fría. Entreabrió los ojos para ver a la distancia aquel vestido negro revolotear en el viento mientras ella corría con aquel mazó que sujetaba con fuerza. Intentó ponerse en pie nuevamente, necesitaba aclarar las cosas, al menos, si moría, ella tenía que saber la verdad; pero le fue imposible levantarse de la tierra. Sonic cerró sus ojos con pesadez para con un sutil movimiento de su mano tomara aquella tablilla de piedra apretándola con fuerza –"Lo intente Amy..."– pensó con resignación. No sentía la mitad de su cuerpo y no estaba seguro que pudiera volver a levantarse, pero algo sabía, no regresaría sin ella. Suspiró en espera de lo que le vendría a continuación cuando un grito devastador lo hizo abrir ambos ojos de golpe. Elevó con dificultad su cabeza del suelo para ver aquel pesado martillo caer a la tierra haciendo un sonido metálico al caer sobre ésta. Sonic vio a la eriza rosa ser elevada del suelo para su cuerpo encontrarse en envuelta en lo que parecía ser la cola de un serpiente de gran tamaño. Un momento de adrenalina bastó para ponerse en pie un poco torpe y olvidarse del dolor de sus heridas.
–¡AMY!– gritó al ver como aquella serpiente de escamas blancas y ojos rojizos salía de la absorbente oscuridad. No pudo advertir su tamaño pues estaba enrollaba sobre si misma, pero sin duda podía ser tan larga como el Eggcarrier de Eggman.
Una risa divertida se escuchó entre los maderos muertos. Sonic elevó la mirada para ver a Midnight reír cual niña pequeña al observar un acontecimiento gracioso. Frunció el ceño molesto al ver tal acción apretando sus puños con fuerza.
–¡¿De qué demonios te ríes?!– gritó enfurecido.
–Pues...– calló por un segundo para retomar el aliento –Es muy divertido.
–¿Eh?– exclamó alzando una ceja.
–Tú morirás aquí en cuestión de minutos, dependiendo de lo que las erinas o demás seres te hagan, sin embargo, tu amiga– habló para dirigir su mirada a la eriza quien luchaba contra la fuerza del demonio blanco –Tendrá su segunda muerte.
–¿Pero de qué...
–Este lugar es la segunda muerte de las almas de mi reino– interrumpió anticipando el resto de la pregunta –Y cualquier alma del cementerio que ponga un pie es como un cordero indefenso para mis hambrientos lobos...
–¡Déjala ir!– ordenó molesto.
–Pues, realmente yo no soy quien la tiene ¿o sí? En todo caso, ordénaselo a él– habló Midnight divertida para ver al réptil quien seguía estrujando a la indefensa eriza.
Sonic subió la mirada para ver la luna casi eclipsada, enseñando una luna menguante. Aun tenía un poco tiempo para lograr su cometido, pero él sabía que no el suficiente como para salir con ella y buscar a Shadow asumiendo que no hubiera sido la cena de Cerbero.
–Te doy mi tiempo– habló Sonic con firmeza.
–¿Uh?- exclamó Midnight para verlo nuevamente.
–El restante de nuestro juego, tómalo.
–¿De qué hablas?– preguntó curiosa para flotar hacia él. Aquellos seres que lo acechaban pararon su cacería al ver al espíritu del caos. Todo se detuvo en el inframundo.
–Mi alma se quedará contigo y me mataras tú de la manera que mejor te complazca– habló con cierto pesar -... pero permitirás que el alma de Amy se vaya con Dawn– finalizó su condición.
Midnight sonrió maliciosamente ante su propuesta para flotar hacia la eriza rosa, quien tenía una expresión de dolor en su rostro. –¿Y qué hay de Shadow?– preguntó la espíritu –¿Sacrificaras su vida por la de ella?
–...Te he ofrecido mi vida, no la de él– habló con su ira contenida ante su inevitable derrota –Si él no logra salir en el tiempo pactado, es tuyo.
–Eres realmente muy divertido Sonic the hedgehog; serás mi bufón, lo prometo.
–¿Tenemos un trato?
–Tsk– sonrió con malicia.
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Escuchó el silbido de la caída de las pesadas piedras caer al vacío, mientras un sonido seco se escuchaba al éstas tocar fondo. El viento imparable soplaba con fuerza, mientras con una mano intentaba sostenerse de aquel fierro viejo que sobresalía de la construcción que él se había encargado en destruir. Shadow fijó su vista al cielo para ver una parte semisólida de la estructura, y con fuerza logró aferrarse a uno de los peñascos sobresalientes para poder subir nuevamente y así recuperar por un momento el aliento. Fijó su vista por un momento a aquel abismo y se preguntaba si esa caída sería suficiente para matar a un demonio, o al menos darle un tiempo para poder regresar al cementerio.
Shadow observó la otra torre del castillo y notó que intentar regresar por donde había subido no sería precisamente pan comido, necesitaba un nuevo plan. Volteó a ver a sus espaldas al sentir una brisa fría y vio aquella puerta, antes sellada, ahora seriamente dañada. Algunos pedazos de la madera yacían sobre el concreto, mientras que otros colgaban sutilmente. Shadow se puso en pie y vio como la madera astillada yacía quebrada, seguramente por la envestida del can demoniaco. Tocó sutilmente la puerta para que ésta terminara de desmoronarse a sus pies y así le diera entrada a la lúgubre torre.
La luz blanca de la luna le daba poco visibilidad de lo que podía esperarle adentro, sin embargo prosiguió en los interiores de aquel lugar. Según se adentraba la luz blanca parecía desaparecer y lo que le pareció ser otra habitación en un principio, resultó ser un extenso pasillo. Caminó con cuidado y pronto vio otra fuente de luz más adelante. Cientos de pequeñas ventanas adornaban todo el muro izquierdo dejando notar un largo camino. Esta vez no había puertas, ni estatuas, ni candelabros colgantes. Sólo era un pasillo con ventanas demasiado pequeñas como para salir por ellas, pero con el tamaño adecuado como para dar una buena vista a los jardines del inframundo.
Shadow vio de nuevo su radar para darse una idea qué tan lejos estaba de su molesto compañero, y notó que Sonic ya no estaba en las cercanías, pues había desaparecido del mapa digital. –¡Pero qué demonios!– exclamó molesto al notar eso. Él no se había alejado más desde la última vez que había revisado, pues seguía en el castillo; eso significaba sólo una cosa... Sonic se había ido del área del cementerio. Gruñó molesto ante su suposición. No sabía si estaba en los alrededores o simplemente había regresado al mundo mortal sin él, asumiendo su muerte. Shadow miró la luna a través de las ventanas sin cristal y notó que la luna menguante seguía, eso significaba que aún estaban jugando. Resopló molesto y empezó a correr por aquel pasillo para poder escapar de aquel laberinto al que había ingresado, hasta que un cambio en el panorama hizo que se detuviera de golpe. Una puerta abierta que en sus laterales tenían dos antorchas con flamas azules, las cuales alumbraban con fuerza la entrada. Shadow se asomó por el marco de la puerta para ver su interior y vio algo parecido a un tipo de bodega, o eso se le asemejó al ver varios muebles cubiertos con sábanas para que éstos no acumularan polvo. Caminó adentro de la habitación sin ver nada especial, no entendía por qué Midnight parecía querer tener esa habitación cerrada con tanto recelo por un par de muebles viejos, hasta que vio a alguien moverse entre los mobiliarios de diferentes tamaños. Shadow se puso en posición de pelea listo para el ataque hasta que notó que era su mismo reflejo el que había percibido antes. Un gigantesco espejo de bordes dorados yacía entre los muebles cubiertos. Caminó hacia él, pues a diferencia de los muebles que tenían capas de polvos sobre ellos y yacían cubiertos con sábanas oscuras de pies a cabeza, este espejo estaba en excelente estado; ni una mota de polvo manchaba su superficie y no tenía algo que lo protegiera.
Shadow se paró enfrente del espejo e hizo con su mano un par de movimientos, los cuales se reflejaron sin nada extraordinario. Suspiró con pesadez. Se sentía ridículo desconfiando de su mismo reflejo. Sin darle ya mayor importancia vio de nuevo su radar y la señal del erizo azul aún seguía sin aparecer. No quería dejarlo atrás, pero tampoco pensaba quedarse para darle su alma a Midnight.
–Demonios faker, ¿dónde rayos te metiste?– habló para sí.
Escuchó un extraño sonido cerca de él, captando su atención. El espejo, que un principio se vio inofensivo, pareció reaccionar ante sus palabras. Aquella superficie de cristal pareció volverse líquida, pues su imagen se distorsionó por las pequeñas ondas que se forman sobre éste, para así borrarse por completó y luego mostrar a Sonic en su lugar, quien era perseguido por unas extrañas sombras y por el espíritu molesto de la eriza rosa.
–Increíble– musitó observando la imagen con asombro –Esto debe de ser el método que usa Midnight para ver lo que está más allá del inframundo– susurró para sí. –Por eso mantenía está habitación cerrada, y esto...– dijo para ver los centenares de muebles –... debe servir como distracción.
-Shad... me... yes?
–¿Uh?– exclamó al escuchar un ruido de su muñeca. El erizo negro fijo su vista en aquel radar que parecía querer transmitir un tipo de imagen, la cual se distorsionaba por la mala recepción.
–Shadow... me... cuchas?– hablaba una sombra borrosa del otro lado. –¡Responde Sha...ow!
–¿Silver?-–cuestionó al ver la distorsionada imagen.
–¡Shadow! ... ¿La encon... on? ¿Dónde es... nic? No responde
–Nos separamos– habló para fijar su vista nuevamente en el cristal, que no mostraba más que su reflejo nuevamente.
–Hay... ligros... Nece...tan salir ya!
–¡Y qué demonios crees que estamos intentando hacer!– respondió molesto.
-Dawn dice que... des... no hay... empo.
–¡¿Dawn?!– gritó alarmado –¡¿Qué demonios sigue haciendo ella allá?!
-Eso no es... ante... Dice que tienen que... Sonic... el espíritu...su tablilla... cer.
–¿La tablilla?– repitió. De nuevo fijó su vista al espejo y con una mano tapó aquel radar para evitar ser escuchado o ser visto; los gritos molestos de Silver se escucharon a la lejanía. –Muéstrame al espíritu del sol.
De nuevo la superficie volvió al emitir pequeñas ondas hasta enseñar una imagen de aquel campamento en donde habían descansado antes de la batalla. Tal y como había intentando decirle Silver, Dawn seguía con ellos. La observó con detenimiento, pero a diferencia de la imagen anterior ella pareció percatarse de su presencia, pues su mirada se fijó directamente hacía él a través del espejo. La vio sonreírle como lo hacía Midnight al triunfar en algún plan siniestro provocándole escalofríos. Ella sabía que él la observaba desde el inframundo. Dawn dejó a un lado lo que hacía y le dio una mirada intensa para pronunciarle algo que entendió únicamente al leer sus labios –Game Over– Luego de esa frase sus ojos se iluminaron de un celeste intenso y sintió como una onda invisible lo empujó con fuerza para hacerlo retroceder y caer sobre aquellos muebles amontonados haciendo que el eco de las lámparas y mesas al moverse y caerse resonaran por la habitación. Shadow se levantó con rapidez quitándose aquellas mantas que se habían enrollado en su cuerpo y vio de nuevo aquel espejo que sólo mostraba una espesa niebla gris.
–¿Qué f... eso? ¿Todo bien?– escuchó decir. Vio de nuevo la imagen que se distorsionaba por momentos del erizo plateado, que era obvio que no estaba consciente de lo que su compañera acaba de hacer.
–¡Comunícate con Sonic!– le ordenó –¡Dile que se detenga!
–¿De qué... no... tiendo
–¡La tabilla, la otr....
La comunicación terminó en ese momento dejando únicamente una pantalla con estática por unos segundos y luego aquel radar regresar a la normalidad. Buscó con la mirada una salida potencial y vio una sencilla puerta del otro lado de la habitación. Tenía que llegar con Sonic antes de que fuera demasiado tarde.
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La vio pensativa unos instantes y sentía aquel tiempo tan largo como la eternidad misma. Midnignt dirigió su mirada a Amy, quien seguía con esa expresión de dolor en sus ojos. No podía volver a morir, eso él lo sabía bien, sin embargo, verla sufrir era peor que ver su muerte. Sonic regresó su mirada a Midnight que seguía con su mirada en el cielo, un tanto distraída.
–¿Entonces?– preguntó con apuro.
–Bueno... luego de considerarlo, y al saber que realmente ella significa tanto para ti como para sacrificar tu patética vida– empezó –He decidido que seguirán las reglas como pactamos.
–¿Qué?– cuestionó Sonic con decepción.
–Tienes antes de eclipsar la luna para poder irte de aquí con vida, aunque claro, sabemos que no lo lograras.
–...Bien– respondió entre dientes –Si debo de quedarme aquí...– dijo sacando una tablilla de piedra –... tú no estarás presente.
–¿Eh?
–Aún tengo una última carta antes de que esto termine– le respondió con una sonrisa confiada.
–¿Una tablilla?– cuestionó Midnight para arquear una ceja –Tsk, eso no tiene efecto sobre mí.
–Bien, nada pierdo con intentar; después de todo, es un presente por parte de Dawn.
La expresión divertida de Midnight cambió rápidamente por una más brusca al escuchar el nombre de su gemela ser pronunciado. Sonic colocó aquella tablilla sobre la tierra árida y cubierta parcialmente por un niebla espesa, provocando que las runas de la tablilla reaccionaran y se alumbraran de un dorado intenso.
–Te invocó al letargo psíquico espíritu de la luna– empezó –En nombre del espíritu del sol, ¡Midnight yo te invoco al sueño eterno!
–¡Eso no fun... ¿eh?...– su alegato se interrumpió al sentir debajo de ella de nuevo un pentagrama bajo sus pies para encapsularla en una media burbuja haciéndola prisionera del hechizo del erizo azul. –Un conjuro del espíritu del sol– musitó para sí para ver el pentagrama dorado con un sol resplandeciente en medio de éste.
–El juego se acabó– puntualizó el erizo azul para obtener una mirada fulminante por parte de ella.
–¡DEMONIOS!– gritó Midnight enfurecida mientras sus ojos brillaban de un rojo intenso –¡MANDEN EL ESPÍRITU DE LA ERIZA ROSA DIRECTO AL INFIERNO!– ordenó mientras sentía su esencia ser llamada por la tablilla sagrada.
–¡¿Qué?!– exclamó con asombro el erizo azul para voltear a ver a Amy, quien ahora se alejaba con rapidez aún enrollada en la cola de la serpiente blanca –¡Amy!
Sonic corrió detrás de ella para escuchar un grito ahogado al ser llevada contra su voluntad. Se olvido de Midnight, de la tablilla o de cualquier otra cosa, su única prioridad era cumplir con su objetivo... Sacar a Amy del inframundo. Se alejó del espíritu enfurecido que luchaba por escapar y siguió el rastro del demonio blanco.
A pesar de su dificultad para poder reptar como debería debido a su carga extra, la serpiente blanca se movía muy ágilmente sobre la tierra. Sonic aumentó su velocidad para saltar así al aire y hacer un Spin Dash atacando a su oponente con certeza. Un chillido de dolor se escuchó por parte del demonio soltando a la eriza rosa quien caía al suelo con pesadez, y así alejarse de su agresor furiosa.
Sonic corrió hacia Amy al verla caer al suelo con fuerza; se miraba un tanto aturdida pero en buen estado. Suspiró aliviado al verla a salvo, hasta escuchar de nuevo el aullido de las erinias, que delataban su presencia por sus ojos rojos brillantes entre la oscuridad; ellas flotaban hacia donde él se encontraba. Sonidos diversos inundaron el bosque y pronto éste pareció tomar vida; era evidente que la última orden de Midnight se cumpliría a toda costa. Volteó a ver a Amy quien tenía una mirada de terror en sus ojos, pues ahora estaba condenada no sólo a sufrir en el cementerio, sino en el último paradero del inframundo, el infierno de fuego.
–¡Se acercan!– gritó Amy al ver a los diferentes entes ir hacia ellos. Sonic fijó su vista al horizonte en donde las copas de los árboles se movían y los cuervos que antes lo miraron con desdén volaban asustados.
–No hay más– habló Sonic resignado –Esta será una batalla interesante– dijo con una sonrisa para colocarse enfrente de ella en posición de pelea a la espera de sus oponentes.
–¿Eh?– exclamó con confusión la eriza –¿Qué haces?– preguntó para ponerse en pie un poco torpe. Sonic la vio de reojo para sonreírle con ternura confundiéndola aún más con ese gesto.
–Tu te quedas, yo me quedo ¿recuerdas?
–"¡Estás totalmente loca!– regañó molesto –¡Sal de aquí!– ordenó nuevamente. –No– se negó –Tú te quedas, yo me quedo."– recordó en un breve flash back. Fue lo mismo que ella le dijo al estar atrapados en el cañón de Halloween Creak –Pero... morirás– apuntó Amy con tristeza.
–En algún momento debo de morir– respondió sin interés –Además– dijo con una expresión seria en su rostro –...No permitiré que sufras más Amy– musitó con tristeza
–Sonic...
–Es hora de terminar con esto de una vez por todas.
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