The First Move


Como habían acordado irían en parejas para así poder atacar en diferentes ángulos, necesitaban que Midnight saliera de su escondite y no lo haría mientras Shade saliera a hacer su trabajo sucio. Un grupo sería de distracción y el otro debería de encargarse de agotar al espíritu de la luna y a la vez de evitar que matara a Shadow en el intento o no habría un mañana; sólo su sangre lograría que se quedara o bien que se fuera.

Sonic suspiró preocupado, sólo esperaba que todo saliera bien, jamás había peleado con un espíritu iracundo con sed de sangre.

–¿Todo bien?– escuchó preguntar a sus espaldas para ver a la eriza rosa a una distancia prudente. Sonrió al instante, lo cual no duró mucho pues inmediatamente volteó a ver a los lados esperando que no hubiera nadie. –Todos está ocupados– habló ella como si su mente leyera.

–Ah... eso lo sé... yo sólo...– balbuceó sin saber qué responder; era la primera vez que se sentía nervioso en su presencia.

–Te ves preocupado– dijo Amy para caminar hacia él con una dulce sonrisa.

–No, no es nada, es sólo que...

–No te preocupes, todo estará bien– interrumpió poniendo una mano sobre la suya. Sonic la vio a los ojos, asombrado por el gesto de afecto. De nuevo, sin poderlo evitar, vio de reojo a sus espaldas, pues no quería que nadie los viera convivir amigablemente. –Yo quería hablar contigo– dijo Amy llamando su atención nuevamente y alejarse de él un par de pasos.

–¿Sobre qué?

–Es sobre...pues...– dijo con sonroje callando un momento. No sabía cómo decirlo, pero aquel pensamiento incesante ahora la perseguía. –Estamos bien, ¿verdad?– habló al fin.

–¿Bien?– repitió Sonic arqueando una ceja.

–Es decir... ¿tú y yo nos llevábamos bien?– preguntó Amy con timidez.

–Pues...– susurró Sonic con sonroje por igual, decirle que sí, sería darle la razón a Silver sobre sus acusaciones. –Es decir, realmente qué tan bien se pueden llevar dos desconocidos– habló al fin con una sonrisa.

–Verdad, es decir, nosotros... simplemente limamos asperezas, nada más.

–¡Exacto!– dijo Sonic con una amplia sonrisa –Lo demás simplemente es por cortesía, no por agrado.

–¡Claro! Todo lo demás es simplemente... simplemente...

–Por trabajo en equipo– completó el erizo azul –Sería muy difícil trabajar bien en equipo si hay dos miembros que no se soportan.

–Pero tampoco significa que se agraden– señaló Amy.

–Así es.

–¡Genial!– dijo con una amplia sonrisa –Entonces todo resuelto.

–Claro Amy, sin ningún problema– dijo para levantar su pulgar y guiñar su ojo.

–Sólo una cosa más antes de irnos...

–¿Qué?– cuestionó curioso. Vio a la eriza acercarse velozmente hacia él, poniendose en puntillas y sutilmente besar su mejilla con calidez.

Sonic sintió sus mejillas sonrojar por el gesto, sin poder reaccionar realmente. A pesar de que no estuvo más que un par de segundos, aquella acción pareció durar horas. La vio alejarse de él para ver sus mejillas, al igual que las de él, sonrosadas.

–Gracias por salvarme– musitó Amy con sonroje para dar media vuelta e irse.

Se quedó sin palabras ante el gesto de la eriza. Sonic puso su mano sobre su mejilla mientras sentía cómo su rostro se sonrojaba con intensidad por lo que ella acababa de hacer.

–¡Sonic, es hora!– escuchó gritar a Tails.

–Sí...– respondió distraído –Andando– dijo para observar por un breve momento el sendero que había tomado la eriza.

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Vio al sol ser tragado por la tierra y como la neblina que envolvía y a la vez las protegías se disipaba por igual, para darle la bienvenida a las primeras distantes estrellas del firmamento. De reojo observó como despertaba de aquel sueño reparador al cual ella misma se había inducido, pues el sol no era algo que ella tolerara por ser un espíritu de la noche. Se le asemejaba más a una vampiresa que a un espíritu, pero no podía culparla, ella tampoco era particularmente fanática de estar bajo el sol. Shade la vio flotar cual hoja en el viento y llegar a su par a la entrada de aquella caverna para ver el cielo.

–Ya vienen– le dijo la equidna para ver los últimos rayos de sol.

–Tsk– sonrió –Lo sé, y mi hermana se aproxima también.

–La usaran como método para hacerte regresar– lo dijo con su mirada perdida en el cielo.

–Están separados.

–¿Eh?

–Planean atacar por diferentes direcciones y asegurarse que no ponga ni un dedo encima de Shadow– dijo Midnight con una sonrisa.

–¿Cómo sabes eso?– preguntó Shade viéndola intrigada. La equidna vio sus ojos iluminados por completo con un rojo incandescente, dándole escalofríos, generalmente cuando hacía eso algo moría despedazado o desollado.

–Porque puedo ver y sentir el corazón de él y de la murciélago, también sentir el aura de mi hermana no es problema.

–¿Eso que tiene que ver con que estén separados?

–Rouge y Shadow viajan en diferentes caminos, los cuales ambos los guían hacia acá.

–¿Y los demás?

–Hmph, no puedo ver o percibir a los demás, no son de mi área.

–¿Y cómo sabes que ellos...

–Sencillo, no serían tan estúpidos como para venir solos. No sé en grupo de cuántos viajan exactamente, pero la cantidad seguramente serán de dos a más.

–¿Y por qué dices que están protegiendo al erizo negro?

–Porque ella lo acompaña.

Shade vio de nuevo a las afueras del lugar y notó que aún faltaba un poco de tiempo antes de que el sol se ocultara en su totalidad, seguramente esperaban atacar antes de que la noche entrara para tener cierta ventaja sobre Midnight.

–Bien, no será problema para mí detenerlos antes que...

–No– interrumpió –Déjalos venir, de igual manera necesitamos a Shadow para hacer el rito final.

–Pero...

–Su fuerza no se compara a mis poderes, no importa si vienen todos juntos, yo mataré a cada uno de ellos– dijo con una amplía sonrisa. –Aunque...

–¿Uh?

–No sería divertido si murieran rápido, ¿verdad?

–¿De qué hablas?

–Tengo una nueva misión para ti– dijo con una sonrisa.

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Corrían por el bosque en dirección a aquel lugar muerto para encontrar al espíritu de la luna y encargarse de mandarla de regreso. Amy la seguía tan deprisa como podía a su compañera que para su fortuna había sido Blaze, pues no quería estar sola con Silver y por el momento sería mejor si no lo estaba con Sonic. Su cuerpo corría por inercia pues su mente divagaba; había ido a hablar con él y demostrase a ella y a todos que entre ellos no había absolutamente nada, nada más que un agradecimiento por haberse ayudado antes, pero cuando por fin parecía haberse ambos convencido con esa idea, tuvo el impulso... fue sólo un rápido pensamiento que la mejor manera de saldar su deuda sería un cálido agradecimiento, pero a pesar que fue un simple beso en la mejilla no podía evitar sonrojarse y sentir su corazón latir aprisa, era extraño, porque incluso con Silver ella lo había hecho, sin embargo no había sentido nada parecido. Su estómago parecía albergar miles de mariposas inquietas y sus mejillas delatar algo con ese color carmín.

–¡Amy, para!– escuchó gritar sintiendo una mano sujetarla fuertemente del brazo, recordándole lo que hacía. –¿No estás prestando atención?– regañó molesta Blaze. Amy vio hacia sus pies para ver un pequeño barranco al frente, si hubiera seguido seguramente ahora rodaría montaña abajo.

–Lo siento, es sólo que...

–¿Silver?– interrumpió.

–¿Ah?

–Piensas en él, ¿no es así?– preguntó Blaze con una mirada culpable.

–¿Silv...? o no, claro que no– negó con la cabeza.

–Mientes.

–¿Qué?, ¿Por qué?

–Tus mejillas, tus ojos, te conozco, te pones así cuando piensas en aquel erizo que te gusta.

–¡¿QUÉ?!– gritó –¡Claro que no!– negó molesta –¡¿Qué demonios pasa con todos ustedes?!

–¿Eh?– exclamó confundida la felina y a la vez un poco asustada por la reacción de su amiga.

–¡No hay nada entre nosotros!– se defendió de una acusación inexistente –¡No hay cariño y no siento nada por ese erizo azul!

– ¿Sonic?– dijo su nombre como si de una broma se tratase – ¿Pensabas en él?

–Bueno... sí, pero... es sólo que... yo nada más, imaginaba, es decir recordaba...

–Pero ¿y Silver?

–Hmph– exclamó molesta –¿Qué con él?

–Pensé que estabas enamorada de él.

–Eso fue hasta que me dejó caer en un precipicio.

–No lo juzgues tan duramente, él sólo...

–Él te escogió a ti– cortó ella. Blaze sintió sus mejillas sonrojar al escuchar eso. –Además, no importa, ahora alguien más podrá tenerlo.

–¿Alguien más?

–Sí, como Sonic me dijo, aferrarme a él no tiene caso, de esa manera alguien más tendrá el camino libre para acercarse a él si así lo desea.

–¿Sonic te dijo eso?– preguntó Blaze con sorpresa.

–Sí– respondió para cambiar aquella expresión molesta a una más suave –Realmente me ayudó mucho cuando estábamos en el cañón– dijo con una pequeña sonrisa.

–Parece que te has encariñado mucho con él.

–¡No es cariño!– se defendió Amy molesta nuevamente.

–Deja de mentirte y acepta que sientes algo por ese erizo– habló Blaze indiferente para continuar su camino.

–Eso no es...

–Es así– interrumpió Blaze dandole una mirada fría y verla de reojo –Puedo ver en tus ojos lo que tu corazón grita y tu cabeza trata de negar. Yo conozco esa mirada– dijo con una expresión triste –El hecho de que sientes algo pero sabes que no puedes sentirlo, y cada vez que lo ves tú corazón late con fuerza y deseas estar a su lado, pero está esa maldita voz en tu cabeza que te dice que te alejes, que sin importar qué él jamás pasara de ser tu protector y tú una guardiana– dijo con un suspiro.

–Sí, yo... ¡Espera! ¿Protector?– repitió la eriza asombrada. Blaze sintió como el vértigo se apoderaba de su cuerpo, haciendo que éste se pusiera rígido como una roca. La vio de reojo y notó una mirada molesta y a la vez curiosa; había hablado demás –¿Hablas de Silver?– preguntó Amy incrédula.

–¡No!– respondió Blaze para voltearse velozmente –A lo que me refería era...

–Por eso tú... "Quien sabe, tal vez hay alguien que lo desea tanto como tú"– recordó las palabras del erizo azul –Sonic sabía– murmuró.

–Espera Amy, yo...

–¿Se lo dijiste a él antes que a mí?

–¡No! Lo que paso fue...

–¿Qué pasó con ser las mejores amigas?– reprochó molesta.

–Amy– dijo con un suspiro –No podía hacerlo, no podía decirte.

–¡¿Por qué?!

–Tú estabas enamorada de él– susurró para desviar la mirada –Él debía de estar contigo.

–Pues ves que no es así, él no me eligió a mí, él te...– calló por un momento y la vio fijamente; la felina desvió la mirada, como si en sus ojos pudiera leer lo que estaba pensando –Silver está enamorado de ti– murmuró incrédula.

–No Amy, él...

–Y tú sintiendo lo mismo, aún así, no hablas con él- interrumpió la eriza –¿Por qué?

–Amy, yo sé que tú...– pero calló al sentir las manos de la eriza sobre las de ella y verla a los ojos. Blaze la vio sonreírle cálidamente, como si anticipara lo que iba a decirle.

–Yo estoy bien– le dijo con una sonrisa – Él siempre ha sentido algo por ti... pero fui muy tonta para darme cuenta antes.

–No es tan sencillo– espetó Blaze soltándose de su agarre y dandole la espalda.

–¿Tú ya lo sabías?

–Eso no es importante.

–No entiendo, si tu sientes algo por él y él por ti, porque no...

–¿Por qué no tú?– preguntó molesta haciendo que Amy la viera confundida –¿Por qué no tú hablas con Sonic y le dices que empiezas a sentir algo por él?

–¡No, yo no...

–Oh vamos Amy, no puedes mentirme– le cortó Blaze –Es obvio que ambos simpatizan mucho más de lo que ustedes quisieran, o en serio crees que me trague aquel pequeño show que ustedes armaron en el lago. Te conozco enojada, y créeme eso no es ni una mísera de tu mal carácter cuando alguien logra sacarte de quicio– acusó ella. La eriza desvió la mirada ante su alegato. –Es por la razón que tú no dices nada, por la cual yo callo.

– Silver ¿Él está bien?– musitó Amy sin poderle dar la cara.

–¿Eh?

–Cuando lo rechazaste, ¿cómo lo tomó?– cuestionó preocupada. La pregunta de Amy la dejó sin palabras, Blaze realmente no se había puesto a pensar en eso. –Sé que ya lo rechazaste, pues no se hablan desde que nos juntamos, y por lo general él siempre está contigo– señaló viendola al fin sin obtener respuesta –Si lo que deseas es negar lo que sientes, supongo que yo no soy quien para decirte algo, pero debo decirte que me alegra mucho que sea a ti a quien escoja si no es a mí.

–¿Por qué dices eso?

–No hay nadie mejor para él que no seas tú. Eres bastante fría, pero cuando te das la oportunidad de querer, realmente eres muy linda– dijo guiñándole un ojo, haciéndola sonrojar por el comentario. –Te propongo algo, cuando tenga el valor para decirle a él lo que siento, tú harás lo mismo ¿trato?– pactó estirando su mano. Blaze vio su mano extendida y luego la vio a los ojos. Suspiró resignada y asintió con la cabeza.

–Trato

Una sonrisa se esbozó en el rostro de ambas para luego escuchar una explosión a sus cercanías, levantando escombros de tierra por doquier; la ráfaga de viento creada por el impacto las levantó de la tierra para lanzarlas con violencia. Los sonidos ensordecedores de pólvora al ser quemada invadieron las montañas en diferentes puntos, sin dar cuenta del causante de eso. Blaze abrió los ojos para ver explosiones en diferentes direcciones, mientras la tierra se sacudía con fuerza; no sabía a dónde huir o cómo salir de ahí pues ninguna dirección se miraba segura. Buscó a Amy con la mirada, pero sin éxito alguno para encontrarla; aquella explosión las había separado.

–¡Amy!– gritó, sin embargo los estallidos eran más fuertes que su propia voz. –Am...– pero calló al ver una silueta familiar caminar hacia ella.

–Dicen que tus poderes son como el fuego del mismo infierno– dijo la equidna enmascarada –Vengo a comprobar si es cierto.

Blaze la vio intensidad sabiendo que no podría evadir esa pelea. Vio de reojo a los lados, pero Amy parecía seguir sin dar señales de vida, al menos estaría a salvo si no estaba con ella.

–Bien, te enseñare mi infierno– habló la gata para lanzar su primer ataque.

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Escuchó las explosiones y abrió los ojos viendo varios incendios aislados. Dirigió su mirada al cielo y notó que el sol estaba ocultó casi a su totalidad, seguramente Midnight estaba haciendo tiempo para que éste se ocultara y ella pudiera atacar. Amy se levantó algo adolorida pero parecía estar bien, nada más que unos cuantos moretones. –¿Blaze?– dijo buscándola con la mirada pero sin éxito alguno. No supo a dónde dirigirse, ella podría estar en cualquier lado; hasta que vio una ráfaga de fuego iluminar la creciente oscuridad, tenía que ser Blaze. Se dispuso en ir hacia allá cuando de nuevo las explosiones sacudieron la tierra haciéndola caer. Vio los escombros llover sobre ella como si de una tormenta se tratase, la tierra y las rocas macharon su pelaje y ropas lastimándola por igual.

–¡Amy!– escuchó su nombre. Levantó su rostro y vio una silueta conocida.

–Sonic– musitó con una sonrisa, aunque no entendía qué hacía ahí.

–¿Estás bien?– preguntó el erizo llegando hacia ella.

–Sí, pero Blaze...

–No hay tiempo, es Shade.

–¿Eh?– exclamó Amy fijando su vista al lugar de batalla.

–Vamos, debemos irnos.

–Pero ella...

–Ella estará bien, Shadow irá por ella.

–Pero pensé que Shadow...

–¿Confías en mí?– interrumpió extendiendo su mano. Ella sonrió dulcemente y asintió con la cabeza. Amy tomó su mano con fuerza para así ponerse en pie en un intentó de no caer por los constantes temblores.

–Bien, ¿Adónde vamos?

–Tsk

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Sintieron la tierra a sus pies sacudirse y vieron pronto que el cielo se llenó de humo. La montaña era alumbrada por las explosiones que se había causado, llamando la atención de los tres, Midnight ya había hecho su primera movida.

–Mi hermana sabe que vamos para allá– habló Dawn.

–Esa es la ruta que tomaron Blaze y Amy– dijo el erizo negro viendo su radar.

–Blaze– musitó el erizo plateado –Tenemos que ir por...

–No– interrumpió el erizo negro –Ellos son la distracción, nuestra misión es mandar de regreso a Midnight.

–Pero...

–Sabíamos que de alguna manera u de otra ella sabría de nuestra presencia, para nuestra fortuna fueron ellos quienes se toparon con la equidna primero.

–¿Cómo sabes qué es Shade?– cuestionó la espíritu.

–Porque sólo ella podría armar tanto escándalo. Sin ella en el camino y con tu ayuda, llegar a Midnight no será problema. Andando.

Volteó a ver una vez más el lugar de batalla, pero no podía hacer nada. Lo habían elegido a él como un tipo de guardaespaldas para el erizo negro, con sus poderes pensaron que tendría algún tipo de ventaja sobre la avalancha de criaturas oscuras que se aproximarían a ellos una vez pusieran un pie en Halloween Creak; además si Shadow perecía, el mundo también. Silver suspiró pesadamente, sólo esperaba que los demás llegaran con ellas antes de que fuera muy tarde.

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