El Descanso Antes de la Batalla
Tails vio los rayos del sol y sonrió, por fin dejaría de hacer guardia y podrían ir en busca de los demás. Regresó a aquel tronco y vio a la eriza rosa dormida sobre las piernas de la felina, quien se mantenía siempre en guardia, era notorio que ella no había descansado en toda la noche. "El sol ya salió, es hora de empezar a moveros" habló el zorro. Ella asintió con la cabeza y despertó a la eriza rosa quien parecía no querer levantarse aún, pero no había tiempo que perder. Salieron de aquel refugió y vieron los primeros rayos de luz. Tails revisó su radar y notó que todos parecían ya haberse agrupado casi en su totalidad, ya que tres de ellos ya yacían juntos y los otros dos no tardarían en encontrarlos.
–Bien, parece que...– pero un ráfaga de aire lo hizo callar. Vio un gran resplandor no muy lejos de ellos y de nuevo vio su radar. Parecía que era cerca de donde ellos yacían.
–Vamos– comando la felina para correr hacia esa dirección.
Corrieron en dirección del resplandor, el cual duró sólo unos breves instantes, para así toparse con Shadow, Rouge y Knuckles. Blaze paró de golpe al ver al guardián recibir del cielo a Dawn, quien descendía como si de una pluma en el viento se tratase y así caer suavemente en los brazos del equidna. Caminó con cautela para acercarse a él, curiosa de la llegada del espíritu del sol. Blaze escuchó un crujir de ramas en los alrededores haciéndola parar hasta que notó la presencia de Sonic y de Silver, quienes llegaban con un paso apresurado. Sonrió casi inconscientemente, pues le alegraba ver que él estaba a salvo. Tal vez la idea de la emboscada no había sido acertada, todos estaban ahí.
–¿Dawn?– cuestionó Silver al verla entre ellos. –¿Cómo ella...– pero calló al ver el pentagrama en donde se encontraba el equidna –La invocaron...
–Pensé que dijiste que era muy arriesgado– habló el erizo azul.
–Lo es– habló con seriedad el equidna –Pero las reglas del juego cambiaron.
–¿Eh?
–¿Dónde está Tikal?– preguntó Blaze al buscarla con la mirada. Revisó varias veces con la mirada pero parecía no haber regresado con ninguno de ellos.
–Shade le quitó la vida- habló el erizo negro para acercarse al espíritu del sol quien no parecía despertar –Midnight no quería que trajéramos a el espíritu del sol aquí, por eso la mató.
–Pero cómo sabes...
–Está despertando– habló Tails para interrumpir a la felina.
Se sentía un poco adormitada y abrió los ojos para ver a uno de los guardianes. Se sintió desubicada y vio a sus alrededores para ver varias miradas curiosas verla con intriga.
–¿Eh?– exclamó Dawn desubicada –Donde...– pero calló al recordar. Recordaba las palabras que rugieron en el cielo "Con una gota de pureza le abro camino al espíritu del cielo para que camine y ande en la tierra. Esta es mi invitación hacia ti, espíritu del sol" Había sido invocada por el guardián Knuckles. –El plano mortal– se dijo a sí misma.
–Dime algo– escuchó decir a alguien para toparse con unos ojos fríos color carmesí, asustándola un poco –¿Cómo la mando de regreso?
Dawn se separó del guardián para así ponerse de pie con cierta torpeza, pues no estaba acostumbrada a la gravedad de aquel plano. Sentía la mirada intensa del erizo negro y un escalofrío recorrió su cuerpo. Todos parecían callar a la expectativa de una respuesta.
–¿Quién la invocó?- preguntó Dawn como respuesta a la petición del erizo negro.
–Shadow– respondió el equidna.
Dawn lo volteó a ver para flotar hacia él y verlo de cerca; haciéndolo retroceder un par de pasos por la cercanía. Suspiró tristemente y flotó hacia arriba para verlos a todos desde el aire.
–Entiendo porque te eligió... realmente fue una buena elección.
–¿Ah?
–Sólo alguien de un corazón oscuro puede invocar al espíritu de la luna; y el tuyo es perfecto– explicó –Tú nunca podrías invocarme, sólo alguien con un corazón puro como el del guardián sería ideal para eso.
–Hmph, no me interesa sus reglas espirituales o si puedo o no invocarte. Te trajimos aquí porque necesito saber cómo mandar de regreso a Midnight.
–¿Sabes dónde está?
–Es posible que en Halloween Creak. Posiblemente por ser de día no saldrá de las tinieblas que envuelven ese lugar– respondió el erizo negro.
Dawn fijó su vista al cielo y vio el sol en un cielo azul y despejado, como alguna vez fue su adorado mundo el cual ahora yacía en tinieblas.
–Responde mi pregunta– insistió el erizo negro.
–Tú sangre la puede mandar de regreso– respondió Dawn con su mirada fija en las nubes.
–Eso lo sé, ¿pero cómo?, ¿Cuál es el ritual o...
–Debes de tocarla por lo menos con una gota de tu sangre y recitar las palabras para hacerla regresar– explicó para verlo al fin.
–¿Cuáles son?
–Como has venido deberás de irte, lo que te trajo aquí será la puerta para el regreso– citó –Pero debe de hacerse a media noche, cuando la luna esté en lo más alto o no funcionara.
–Parece un poco más complicado de lo que pensamos– dijo el erizo azul.
–¿Por qué lo dices Sonic?– preguntó Tails.
–¿Tocar al espíritu de la luna?, ¿Es en serio? No creo que sea exactamente de las que pelean cuerpo a cuerpo.
–Estás en lo cierto– habló Dawn nuevamente –Los espíritus tenemos poderes que sobrepasan su imaginación, y pelear de una manera tan primitiva no está en nosotras.
–¿Entonces qué haremos?– preguntó la felina –No creo que ella se deje tocar por cualquiera de nosotros, menos por él– dijo señalando a Shadow.
–Tienes razón. Necesitaran agotarla, y una vez que no pueda defenderse, acercarse a ella no será problema– explicó Dawn –Por cierto...– dijo para descender y acercarse a la eriza rosa, quien la vio con intriga –Tú tienes algo que me pertenece.
–¿Eh?– exclamó sorprendida, hasta que recordó que tenía el collar de ella – ¡Ah! Claro, esto es tuyo– dijo sacándolo de su bolsa y entregárselo en las manos.
–Gracias– le dijo con una sonrisa colocándolo en su cuello nuevamente –Atacarla ahora sería tal vez su mejor opción, pues de noche no servirá, ella será demasiado fuerte, más cuando la luna esté en lo más alto.
–Entonces... Eso te hace a ti más fuerte al medio día ¿cierto?– preguntó el zorrito. Todas las miradas se dirigieron a Dawn, quien se miraba un poco sorprendida por la pregunta.
–Bueno, sí... pero...
–Entonces atacar al medio día sería lo mejor– interrumpió Tails.
–¿Quieres que yo pelee contra ella?– cuestionó la espíritu.
–Eres la única que puede ayudarnos a derrotarla, tú misma lo dijiste, su poder es algo que no podemos ni imaginarnos.
–Necesitamos de tu ayuda para mandarla de regreso, sólo es necesario agotarla– habló el equidna.
–¿Acaso han olvidado que ella tiene mi piedra solar? eso no será posible. Estoy demasiado débil aún.
–¿No puedes descansar y restablecer tus poderes?– preguntó la eriza rosa.
–Bueno... es posible, pero no estaré lista para el mediodía, el mediodía me dará la fuerza para recuperar parte de mis poderes.
–¿Y cuando sería entonces?– cuestionó Rouge.
–Creo que para el final de la tarde... al menos a esa hora tendré la fuerza suficiente para poderle dar pelea.
–¡¿Qué?!– gritó Kncukles –Tendríamos que atacar de noche.
–Lo siento... desearía ser de más utilidad– dijo Dawn con tristeza.
–A mí me parece bien– dijo el erizo azul con una sonrisa. –Nosotros no hemos descansado tampoco, si no recuperamos energías no seremos útil en batalla.
–Pero Sonic...
–Tails, creo que es hora de armar un campamento por aquí ¿no te parece?
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Sintió un escalofrío recorrer cada fibra de su cuerpo, para así despertar del sueño en el que se había sumergido. Gruñó molesta al saber el porqué de esa sensación. Matar a la sacerdotisa no había impedido que invocaran a su hermana, de alguna manera había logrado conseguir el ritual de invocación del espíritu del sol.
–¿Qué sucede?– escuchó preguntar a la equidna de ropas negras.
–Ella está aquí– respondió Midnight para de nuevo recostarse sobre lo que parecía una nube negra.
–Te refieras a...
–Sí, mi otra mitad está aquí.
–¿Eso es malo?
–No– dijo con una sonrisa –Sólo lo hace más interesante.
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A pesar de que había sido un campamento improvisado para poder descansar durante el día antes de la gran batalla; pareció terminar como una pequeña salida recreativa. Knuckles los guío a las orillas de un lago cerca del bosque para poder refrescarse y Tails se encargó de llamar a un avión manejado por control remoto e ir y venir con provisiones y algunas cosas para poder dormir para los que no había podido desde hace más de una noche. Un pequeño campamento se armó y antes del mediodía todo estaba listo.
Dawn se mantenía a la expectativa de verlos ir y venir a todos con diferentes cosas mientras admiraba cada tanto el hermoso sol sobre ella y se alimentaba del mismo. Después de un par de horas se ánimo a bajar de los aires donde había permanecido y tocó la tierra con sus pies por primera vez desde que había llegado. Vio a aquellos seres reír y a la vez discutir, no poniéndole mayor atención a su presencia, haciéndola sentir más cómoda; no estaba acostumbrada a estar con otras criaturas a parte de las que habitaban en el plano celestial.
Dawn se descalzó para así poner un pie sobre las aguas tranquilas y flotar a manera de caminar sobre la superficie de aquel apacible lago. Era una maravillosa sensación. –¿Es agradable, cierto?– escuchó decir a alguien a sus espaldas. Un grito ahogado vino por parte de ella para así perder toda concentración y caer al agua. Dawn sacó su cabeza del agua templada y escuchó a alguien repetir su gesto, el erizo que la había asustado al flotar a su lado y caer junto con ella en un intento de evitar que se hundiera.
–¡Lo siento!– se disculpó Silver para nadar hacia ella –¿Estás bien?
–Hmph... sí...– respondió un tanto molesta para quitar parte del cabello mojado de su rostro.
–Lo lamento, no fue mi intención asustarte– se disculpó Silver nuevamente
–No me asustaste– se excusó –Sólo no esperaba que nadie estuviera cerca de mí, menos flotando.
–Veo que no te gusta estar rodeada de gente.
–No es eso, es sólo que... no estoy acostumbrada– respondió con timidez.
–Tranquila, no pensamos lastimarte.
Dawn lo vio sonreír y supo que sus palabras eran sinceras, sin embargo no era a que la lastimaran a lo que ella temía. Desvió su mirada de la fija de él y de reojo vio el campamento en donde varios de sus amigos parecían estar descansando.
–¿No deberías de estar durmiendo?– preguntó ella para cambiar el tema –Necesitan descansar o no podrá con mi hermana y...
–No todo es sobre pelear ¿sabes?– interrumpió.
–¿Eh?
–Sólo relájate y pasa un buen momento– habló Silver poniéndose sobre su espalda y flotar en el agua.
–Bien, haz eso si eso quieres– dijo Dawn sin darle mayor importancia para darle la espalda y empezar a alejarse –Te dejare so...
Pero calló al sentir como una mano tomaba su muñeca para voltearlo a ver con rapidez, no sabía como había llegado a su par tan rápido, hace tan sólo un momento flotaba en la distancia. Nunca nadie la había tocado antes y sintió sus mejillas sonrojar de la vergüenza, se suponía que los mortales no podían tocar a los espíritus de la luna y el sol.
–¿Lo espíritus nadan?– preguntó Silver con una sonrisa.
–Yo...– murmuro aún impactada al sentir el calor de su mano sobre su muñeca –No... es decir...
–¡¿Todo bien por allá?!– escucharon gritar a Sonic en la orilla –Porque si se ahogan Shadow tendrá que ir por ustedes– dijo mientras ponía sus manos alrededor de su boca para ampliar su grito.
–¡De qué demonios estás hablando, ve tú si quieres!– gritó molesto el erizo negro quien yacía sobre la rama de un árbol.
Ambos rieron por lo bajo y Dawn pareció relajarse un poco más. Poco a poco se sentía más conforme con la presencia de ellos.
–¡Estamos bien!– gritó el erizo plateado para saludar de un lado a otro con una mano.
–¡De acuerdo!– respondió el erizo azul –¡Si necesitan ayuda sólo llama a Shadow y él con gusto ira a rescatarlos!– gritó desde la orilla.
–¡Deja de decir tonterías!- gritó Shadow para lanzarle una lata de refresco en la cabeza
–¡Ouch!,¡Oye!– exclamó Sonic para ver al erizo negro mientras sobaba su cabeza.
–¡Ve tú si quieres y en el camino ahógate con ellos!
–¡Eres un cascarrabias!
–¡Deja de hablar por mí o juro que yo mismo te lanzare al lago!
Dawn mantuvo su sonrisa mientras observaba divertida la pelea entre ambos erizos. Le parecía casi increíble que dos personalidades tan diferentes pudieran congeniar tan bien.
–Parece que se llevan bien– murmuró Dawn al ver la escena.
–Sí– respondió Silver fijando su vista en ellos también –Es una relación un tanto extraña.
–Sí– asintió Dawn con una dulce sonrisa.
–¿Una carrera a la orilla?
Dawn asintió con la cabeza y sintió como él soltaba su muñeca para que el frío la rodeara. No pudo evitar ver a través de las aguas cristalinas su muñeca con detenimiento; por eso los mortales eran tan afectuosos, para no sentir el frío de la ausencia. Era un sentimiento nuevo para ella. –¡Vamos!– gritó el erizo plateado para brasear a la orilla. Ella sonrió divertida y lo imitó, por el momento se enfocaría en pasar un momento agradable, se preocuparía en la noche de lo qué tenía que hacer.
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Sonic se sentó sobre la tierra con una sonrisa en su rostro, no podía evitar molestar al erizo negro, era demasiado divertido. –Algún día intentará matarte de verdad– escuchó decir a una voz. Volteó su cabeza a los lados para ver a la felina lila que yacía bajo la sombra de un gran roble con sus ojos cerrados, a simple vista parecía dormida. Sonic le sonrió juguetonamente y sin poner mayor atención vio hacia el lago, en donde los oleajes provocados del nado de Dawn y Silver arremetían en la orilla.
–Ya lo intentó– respondió Sonic al comentario de la felina –No sería nuevo si lo vuelve a intentar– dijo para descansar en la sombra por igual –Pensé que dormías.
–Con el alboroto que armas eso sería un verdadero milagro.
Sonic vio de nuevo al erizo plateado que nadaba seguido por Dawn, y el recuerdo de la conversación de aquella noche vino a él.
Inicio del Flash Back
–Bien, si eso quieres hacer, sólo debes de pedirle a tu mejor amigo que hable con Blaze y... ¿Por qué me miras así?– cuestionó ante la mirada fija del erizo plateado. –Oh no... ¡Ni lo pienses!– dijo Sonic acelerando el paso.
–¡Por favor Sonic!– suplicó Silver para alcanzarlo y caminar a su lado –Eres el único con el que cuento para esto.
–¿Es que acaso no tienes a alguien más?– preguntó sin detenerse –Yo no puedo hablar con ella, ni siquiera nos conocemos mucho. No creo que me creerá nada de lo que le diga, búscate a otro.
–No hay nadie más, además, es tu deber– dijo con seriedad
–¡¿Qué?!
–Fue tu idea, es lo menos que puedes hacer.
–¡Estás loco!
–¡Por favor!– suplicó Silver parando enfrente de él y obligándolo a parar –¡Te recompensare!
–¿Así?, ¿Yo que ganaría si decido intervenir en todo el asunto?– preguntó Sonic cruzando sus brazos y llevarlos al pecho.
–¡Lo que sea! Dime que quieres y veré de conseguirlo.
Sonic arqueó una ceja al ver la mirada de desesperación del erizo plateado y suspiró pesadamente. –...Realmente ella significa mucho para ti, ¿no es así?
–Sí– respondió Silver desviando la mirada.
–Oh bien... ayudare– dijo resignado –¡Pero me debes una!
Fin del Flash Back
Sonic suspiró pesadamente ante el recuerdo, le parecía increíble que esos dos no pudieran demostrar sus sentimientos y estar juntos. Ahora que él sabía sobre los sentimientos de ambos estaba involucrado de alguna manera en eso. Sonic necesitaba encontrar un plan para que Blaze decidiera hablar con él, pero hablar con ella era más difícil que intentar negociar con Eggman en desistir de sus planes de conquistar al mundo; pero lo había prometido, tendría que hallar la forma.
–Y dime...– interrumpió Sonic el silencio –¿Le has dicho algo?– preguntó el erizo azul provocado que ella abriera un ojo para verlo.
–¿Algo?– repitió Blaze –¿De qué hablas?
–A Silver, sobre, bueno, tú sabes...
–¡Silencio!– gritó ella para verlo con una mirada iracunda –Te dije que no volvieras a mencionar ese tema– refunfuñó molesta.
–No, dijiste que no dijera nada a nadie y eso es lo que he hecho.
–¡Es igual!
–Bueno, da lo mismo. Yo sólo lo decía, porque parece que tienes competencia– dijo para ver a Silver salir del agua y ofrecer su mano al espíritu del sol, quien aceptó con timidez el gesto.
Blaze dirigió su mirada a Silver quien reía junto con Dawn mientras intentaban secarse bajo el sol de la mañana. Frunció el ceño al ver eso, le hubiera gustado ser ella quien nadara y riera junto con él, pero ambos no se dirigían la palabra desde aquel beso. Su mente se transportó a aquel momento guardado en sus memorias y con la yema de sus dedos tocó sus labios, trayendo el recuerdo de sus labios sobre los de ella, haciéndola sonrojar sutilmente.
–Sin importar qué, él seguirá con su vida, y es obvio por lo que pasó en el cañón que Amy no estará involucrada en el área romántica de ésta, y de ser así siempre uno está a la busca de alguien, ¿sabes a que me refiero?
–Él ya gusta de alguien– mencionó Blaze con cierto sonroje aún.
–¿Así?, ¿Quién?– preguntó Sonic viendola de reojo fingiendo ignorancia sobre el tema.
–Bueno– susurró apenada –Eso...eso no es de tu incumbencia, pero sí gusta de alguien– respondió Blaze sonrojada.
–Pues si ella lo rechaza seguramente buscara a alguien que ocupe ese puesto, y parece que alguien está interesada en conseguirlo– indicó reacostandose en la tierra y cerrando sus ojos –Es tú momento de hacer algo.
–¿Él la remplazaría tan fácil?– preguntó curiosa.
–"¡Bingo!" No es cuestión de remplazar; pero si ella no desea nada con él, él seguirá con su vida y buscara a alguien que tenga el valor de demostrar lo que siente. Es cosa de chicos, nada personal.
Blaze no respondió nada a su argumento y fijó su vista al erizo plateado, quien se mantenía con una sonrisa, mientras Dawn se iluminaba para secarlos a ambos con lo que pareció un rayo de sol. Los vio caminar hacia ellos y sin lograr evitarlo se sonrojó ante su presencia. Eso empezaba a volverse una mala costumbre.
–Parece que se la están pasando bien– dijo Sonic sonriendo al verlos llegar.
–No recuerdo cuando fue la última vez que nade en un lago– habló con una sonrisa la espíritu del sol –Es realmente muy relajante.
–Bueno ese es el propósito de hoy– habló Silver.
–Eres muy amable... ¿uh?– exclamó Dawn para fijar su atención a la felina quien la miraba intensamente, con cierta molestia en su mirar –Deberías de intentarlo Blaze.
–No me gusta nadar– respondió secamente.
–Estoy segura que Silver te haría cambiar de opinión.
Silver sintió una mirada fulminante hacia su persona haciéndolo estremecer. La vio de reojo y notó una notoria mirada molesta hacia él. Él la conocía bien, y sabía cuando ella estaba enojada, más cuando estaba enojada con él, pero no entendía por qué, hasta que fijó su vista en el erizo azul que le sonreía pícaramente, ¿él habría hablado con ella?
–No necesito de nadie– dijo Blaze cortante. –No me gusta y punto.
–¿Eh?– exclamó. Dawn vio a Silver y luego a Blaze confundida por su inofensivo comentario, pero no tardó en sonreír otra vez. Entendía qué pasaba.
–¿Qué sucede?– preguntó la eriza rosa quien llegaba somnolienta.
–¿Está todo bien?– cureosó el zorrito llegando junto a Amy.
–Sí, ¿Qué es todo este alboroto? No hemos dormido nada y con ese escandalo no...– pero la eriza rosa calló al ver a Sonic sentando dándole una mirada fija.
–No es nada Amy, sólo una diferencia de opiniones– respondió Sonic con una sonrisa para levantarse de su lugar y sacudirse el polvo.
Ambos se vieron por un instante, cruzaron una mirada rápida para que un silencio se aposentara en aquel campamento. El tiempo se detuvo en ese corto momento, era extraño, pero Amy no podía alejar su mirada de la de él; en sus ojos podía sentir que podía ver su esencia, una esencia que empezaba a cautivarla. Se quedó prendida de su mirada hasta que escuchó el carraspeo de garganta del zorrito haciéndola despertar.
–Ah pues... deberían de hablar más bajo, es una desconsideración hacer tanto alboroto cuando hay quienes tratamos de descansar– respondió Amy con una falsa expresión de molestia.
–Sí, yo...- pero antes de terminar su disculpa, Sonic sintió la mirada fija de Silver a sus espaldas. Lo vio de reojo y parecía estar a la expectativa de qué era lo que le diría ahora. –Es decir... Si no te agrada puedes buscarte otro lugar para descansar– respondió indiferente.
–Eres un desconsiderado– habló Amy molesta.
–Y tú una niña mimada– dijo con una sonrisa burlona.
–¡Atrevido!
–¡Inmadura!
–Me voy de aquí– dijo molesta.
–Hmph, bien
–¡Bien!
–¡Bien!
Ambos se dieron media vuelta y caminaron en direcciones contrarias. Dejando a un público un poco confundido por el pequeño espectáculo que ambos acaban de improvisar. Dawn río por lo bajo, trayendo las miradas hacia ella. Era muy diferente ver en persona las peleas fingidas de los mortales a verlas por la fuente de vida.
–¿Qué sucede?– preguntó Silver.
–No es nada– le sonrió.
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Despertó del más delicioso sueño que hubiese tenido, pues no había podido dormir casi por tres noches, ya que siempre había algo que quería matarla, comerla o ambas. Al levantarse vio que no faltaba mucho para que el sol se ocultara, el atardecer ya estaba sobre ellos. Se acercó al lago y lavó su cara para despertarse por completo y luego vio su reflejo en éste, se miraba tan hermosa como siempre. Sonrió para sí misma hasta que algo le llamó su atención, en el reflejo del lago otra figura se asomaba por detrás, un equidna conocido.
–Tenemos que hablar– comandó seriamente Knuckles.
–¿Hablar?– dijo Rouge volteandolo a ver –Creo que si quieres hacer algún tipo de proposición deberías de esperar hasta mañana, si sobrevivimos– bromeó con una sonrisa para ponerse en pie.
–¡Yo no estoy proponiendo nada!– habló Knuckles molesto.
–Sea lo que sea deberá de esperar, pues...
–No– interrumpió – ¿Por qué hiciste... eso?– preguntó sonrojado al recordar el beso entre ellos.
–¿Eso?– repitió arqueando una ceja.
–¡Sí, eso! Tú sabes...– murmuró desviando la mirada –Lo del beso– susurró por lo bajo.
–Hmph, te lo dije antes ¿no es así?
–¿Eh?
–No soy buena para dar las gracias, eso es todo- respondió indiferente para empezar a caminar y alejarse de él, quien al notar eso la sujetó de la mano con fuerza para hacerla parar.
–¡Esa no es razón para estar besando a todos!– dijo molesto por la respuesta.
–¡¿A todos?!– repitió Rouge ofendida soltandose de su agarre –¡Eres al único que...– pero calló antes de completar su frase. Suspiró para tranquilizarse, y así, verlo intensamente con una expresión serena –Deja las cosas como están, no le prestes mayor atención y prepárate para la batalla de hoy– habló seriamente.
–Pero yo...
–¿Están listos?– cuestionó Shadow quien se acercaba –Dawn ya está lista, pero necesitamos ir antes de que oscurezca si queremos un ventaja.
–Claro– respondió la murciélago con una sonrisa dandole la espalda al equidna –Andando.
Había algo extraño con la actitud de ella, por un momento parecía que le agradaba, en otros sólo deseaba hacerlo enojar y en otros era tan seria y fría que era imposible no tomarla en serio. La vio alejarse para seguir al erizo negro y suspiró derrotado. Desde la llegada de Dawn y su pequeño descanso en ese lugar había querido preguntarle ¿por qué? Por qué ella había tenido esa peculiar manera de demostrar su agradecimiento; pero parecía evadirlo en cada pequeña oportunidad y cuando por fin la encontró sola, no había dado justificaciones. Knuckles vio de nuevo al sol que empezaba a descender dándole al ocaso sus respectivos colores naranjas y rojizos; pensó en hacerle caso e intentar no pensar más en el asunto, de igual manera si seguía preguntando podría toparse con una respuesta que no sabría cómo manejar.
Knuckles caminó de regreso en donde todos parecían ya haberse reunido y escuchó a Tails, Sonic y Silver dar diferentes instrucciones a las cuales no les puso mayor importancia. Fijó de nuevo su vista en Rouge, quien yacía a la par de Shadow y notó por un segundo que lo vio de reojo, percatándose de su mirada fija, para velozmente fijar su vista al frente y levantar la mano.
–Yo iré con el cabeza de nudillo– habló Rouge con una sonrisa atrayendo su atención.
–¿Eh?– exclamó confundido regresando su atención al erizo azul, pues no había prestado atención.
–Bien, perfecto– apoyó Sonic.
–¡Espera!, pero por qué...
–Ya saben qué hacer entonces– interrumpió el erizo azul –No podemos permitir que esto dure más de medianoche.
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