Capitulo I: Un asunto a tratar
Desde hace mucho tiempo he buscado la paz, la conseguí y he luchado por mantenerla entre ambos reinos. La coexistencia pacífica no es un mito, he estado cerca de ellos una y otra vez; son criaturas nobles...
Guardan tanta belleza en su interior que solo dependen de ella para vivir; a diferencia, por desgracia de nuestra raza; los humanos somos por naturaleza las criaturas más egoístas del mundo, no dependemos del amor para vivir, y eso a lo largo de mi vida me ha quedado bien claro
Cuando pequeña mis padres me comprometieron con mi medio hermano llamado Richard, cuando crecí tuvimos que contraer matrimonio pese a no amarnos, era todo arreglado, solo debíamos mirarnos y fingir amor delante de otros pero la verdad es que simplemente jugábamos a las casitas...De nuestra unión di a luz a dos niñas hermosas, una de ellas es la que sostengo ahora mientras me dirijo al reino de Goreel
Goreel ha sido el mejor de los amigos hasta ahora, digamos que su peludo corazon es el más noble de todos je je.
Desde la carreta en la que estoy el cielo se ve hermoso, los pájaros vuelan entre las nubes, los árboles desprenden una brisa muy agradable.
¿Por qué una carreta en dirección al reino de los monstruos?
Pues mi marido el "respetable" Richard Luphar, gobernante del reino humano; no acepta del todo el pacto entre los monstruos y humanos; y me dejó bien claro desde el primer día de que estaba por mi cuenta en cuanto al pacto y todo con él, incluso tener que conseguir transporte por mi cuenta asi como protección. . . Cosa que no es realmente necesaria, nunca me he sentido en peligro frente a ellos; es más, nunca podría sentirme asi delante de las criaturas más nobles de toda la faz de la tierra.
Mis ojos podían ver el final del camino, la carreta llena de paja se detuvo frente a la montaña, Ebott era la división entre ambos reinos, hasta ahí me llevaba el granjero amable de todas las semanas, no porque tuviese miedo de los monstruos, el confiaba en mi y yo en ellos, así que nos era por eso; sino porque sus mulas no podían llegar más allá debido al angosto camino.
-Gracias Peter- una cordial despedida y agradecimiento al hombre de sombrero de paja salió de mis labios junto a una sonrisa y reverencia, pese a ser la reina, mi costumbre era respetar a todo ser vivo sin importar su rango
-No se preocupe Alteza, es poco lo que puedo hacer por vos, yo debería ser el postrado ante usted- Peter era un hombre serio pero muy amable, desde que su esposa falleció el año pasado ha estado de lleno dedicado a la tierra y a cumplirme cada pequeño favor como me hacia ella, Mary sin dudas consiguió al mejor de los esposos.
Negué con mi cabeza al tiempo que mi mano tocó su hombro, mi otra mano quito el sombrero de paja de entre las suyas y se lo colocó devuelta sobre su craneo sin casi cabello gris. Sonreí amablemente al hombre anciano.
- Soy Reia para mis amigos, Peter- dije con mi voz tranquila sonriendole -Ahora tómate el día de descanso ¡hombre!- mi tono de voz paso a uno divertido mientras le guiñaba un ojo y le soltaba dandole un pequeño empujon con mi cadera, el viejo no tuvo más remedio que devolver la sonrisa y con ambas manos arreglarse el sombrero
-Si me quedo en casa me postrare, prefiero estar en el campo justo como lo hacía Mary
Su sonrisa se ensanchó y dio media vuelta con su carreta, tomando dirección al sembrado. Si que es terco este hombre. Tomé a la pequeña Roy entre mis brazos otra vez y emprendí camino al interior de la montaña, atravesé el pequeño pasaje que llevaba al reino vecino...
Cada vez que recorria las calles de el reino de Goreel sentia lo mismo, amabilidad, amor, empatia. No solo era bienvenida por los reyes, no, cada monstruo en las calles me saludaba atentamente, me preguntaban por mi hija que llevaba en brazos, me invitaban a comer. Cada pequeña criatura me preguntaba si mi niña queria jugar, que si podian acompañarme, que si queria la cuidarian por mi. Simplemente era amor en cada esquina del reino.
Mire hacia el castillo que tenia frente a mi mientras una oracion se formulaba en mi mente.
"Goreel, si que has sido el mejor de los reyes"
-¡Oh! Pero si es su alteza Lady Reia- Una voz conocida me sacó de mis pensamientos haciendo girar mi vista hacia su dueño.
Una tortuga verde de armadura de bronce portando su habitual martillo cuadrado se me acercaba con su brillante sonrisa, Gerson, el estratega y mejor general de Goreel hacía su deber de guardar el castillo.
-General Gerson, es un placer volver a verle- dije mientras dedicaba una sonrisa al amable reptil frente mio y hacia una reverencia, la cual el devolvio al instante.
-No, el gusto es nuestro amable alteza- la radiante sonrisa del hombre no desaparecia mientras me hacia señas para escoltarme -Por el dia de hoy, si me permite, yo seré vuestro guia, Lady Reia
Gerson volvio a inclinarse mientras tomaba su capa roja y la colocaba detras suyo, para luego tomar una de mis manos y besar el dorso de esta gentilmente mientras me guiñaba su ojo derecho. Realmente este hombre siempre ha sido así, desde que nos conocimos, todo un casanova. A pesar de los pequeños roces que tuvimos y el rencor que vi en su mirada en un principio, luego pude ver su verdadera naturaleza.
Con gentileza abrió la gran puerta del castillo mientras me indicaba pasar, asi comenzamos a caminar por un largo pasillo lleno de ventanales dorados que daban una majestuosa iluminacion, se me olvidaba lo hermoso que era este lugar, los candelabros de cristal que colgaban del techo junto a los vitrales dorados del pasillo causaban una hermosa pelicula frente a mis ojos. Entonces inició una conversación.
-Hacía tiempo que no visitaba el reino, Lady Reia. ¿Acaso tuvo problemas con él otra vez?- la fija pero disimulada mirada que me lanzaba Gerson a lo largo del recorrido, junto a esa pregunta lograron descolocarme y ponerme nerviosa por un momento, pero luego recupere mi calma y respondí amenamente
-Gerson...no quiero hablar de esos temas, no aqui- dije mientras bajaba mi mirada suavemente y luego la fijaba al frente justo en el horizonte de mi vista, pude notar una pequeña incomodidad en el junto a un suspiro de preocupación, entonces fui arropada por dos fuertes brazos
-Reia, te lo dije ya una vez y te lo repetiré- el tono sereno de Gerson junto a su calmado abrazo y su barbilla descansando en mi hombro me dieron mucha calma
-Si hay algo que nuble tu alma o tu vista, ven a mí y recuestate en mi hombro. Incluso si debo ir contra el mundo, contra tu rey, contra los mismos dioses, lucharé por ti, Reia- las palabras dulces y a la vez serias de aquel caballero me impactaron de momento, pero... sabia que no sería correcto, no podía poner en peligro a este hombre... No me lo permitiría.
"Si amas algo, dejalo ir"
-Gerson...- traté de poner en palabras mis pensamientos mas senti como su agarre disminuyó y me dejó ir.
-Se lo que piensas ahora, se lo que piensa su noble corazón- Sus palabras me sorprendieron, su tono nostalgico por un momento casi me hace caer, pero cuando alcé mi vista pude ver a aquel imponente hombre frente mio arrodillandose a mis pies mientras mantenia una de sus manos en su espalda y la otra sobre su pecho justo a la altura de su corazón.
-No le estoy pidiendo que me corresponda, ni tampoco que me deje cortejarla. Le pido ser su fiel caballero de brillante armadura para protegerla my Lady- quedé en shock al oir eso salir de sus labios, el no movió un músculo, quedó ahí, por todo el rato que yo yacía en silencio, el esperaba mi respuesta. Reaccioné, y las palabras salieron solas de mi boca.
-Brillante o no tu armadura, siempre has sido el caballero que vino a mi rescate, Gerson.- Delicadamente toque sus hombros y le indiqué ponerse en pie, cosa que el hizo mientras me hacia una reverencia sonriendo, retomamos nuestro anterior camino y así continuamos hasta salir a un pasillo en el patio interior.
-¿Lady Reia?- pude sentir como Gerson me llamaba por haberme detenido frente a lo que parecía una pequeña capilla con la puerta abierta.
Pero habia algo ahí, que llamaba mi atención. Era un pequeño niño que conocia muy bien, un niño a quien muchas ocasiones anteriores la había dejado dormir en mi regazo mientras le cantaba canciones de cuna debido a su fiebre. Era un niño huérfano debido a las guerras, un pequeño al cual Gerson había adoptado y le había dado un nombre. Me extrañó el hecho de verle de pie y con buena salud, cuando busque a Gerson con la mirada simplemente pude ver como se encontraba a mi lado para decirme algo al parecer.
-Su salud mejoró gracias a las plantas medicinales que usted trajo y a los cuidados de Lady Kaara- Escuché atentamente lo que decía mi contrario y pude ver como se alejaba de repente y comenzaba a caminar hacia donde veníamos, quedando de espaldas a mi.
-¿Gerson?- Cuestioné su actuar y le miré mientras desaparecía en el pasillo mientras se despedía alzando una mano, aún de espaldas a mi, dijo una ultima frase antes de esfumarce por completo.
-Usted ya sabe el camino, así que por hoy aquí nos despedimos, entregadle saludos de mi parte al pequeño Dings y a sus majestades, querida Reia- y así diciendome aquel halago se fue sin más, desapareció entre los corredores mientras yo entraba a la capilla y me acercaba al pequeño
-¿Pides por alguien?- En un tono calmado dije mientras le tocaba por el hombro con mi mano libre mientras con otra sostenia a mi pequeña
El niño volteó a verme rapidamente mientras se secaba con su abrigo gris lo que parecian lágrimas. ¿Habrá estado llorando por su familia perdida?
-S-su alteza, ha vuelto- el niño con un leve sonrojo azul me miró a mi y a quien llevaba en brazos y entonces le vi poner una cara triste... Esta situación. Le debe dar, nostalgia e impotencia.
-Claro, mi niño, he vuelto para hablar con los reyes y para verte, pequeño Wingy- Acaricié suavemente el craneo del pequeño esqueleto mientras obtuve una sonrisa de su parte y vi como fugazmente miró a Royanne -¿Tienes curiosidad?
Wingy dio un pequeño saltito como sorprendido de mi pregunta mientras desviaba su mirada al suelo avergonzado. Que adorable.
Asintió con su cabeza y baje un poco mi brazo descubriendo así a una Roy despierta que lo miraba fijamente con ojos saltones brillantes. Los niños son definitivamente adorables.
-Ella es la pequeña Roy, es mi bebé y tiene dos años- con una sonrisa calida coloque a Roy mas cerca suyo a lo que el simplemente la miro con mas curiosidad aun
-Es tan...pequeña- me dijo un poco sonrojado mientras le tocaba las manitas a la bebé y esta sonreia en respuesta
-¿Quieres sostenerla?- amablemente le dije al niño mientras que con cuidado la colocaba entre sus brazos y obtenia una sonrisa de ambos
-No puedo sentir frío o calor, pero aún así ella parece muy cálida...- Wingy siempre ha sido un poco depresivo, por eso no puedo evitar procuparme por el, lo veo como mi propio hijo. Por eso siempre estoy cerca suyo, de apoyo, de confidente, de compañia, interpretando el papel de la madre que nunca tuvo.
-Entonces la cuidarias por mi, hermano mayor- guiñe mi ojo derecho mientras mi sonrisa se ensanchaba mostrando mi dentadura y me incorpore a mi altura ya que estaba agachada a la suya
-¿Y-yo?- su tono fue una mezcla entre sorpresa y miedo, mientras la pequeña se escapaba de entre sus brazos y se ponia de pie en el suelo tratando de estabilizarse
-No será dificil, despues de todo ella tiene 2 años, y sabe caminar; aunque... me parece que mi hija no hablará o al menos no lo ha hecho- Expliqué mientras veia como ella miraba al pequeño esqueleto con un sonrisa
Toque la cabeza de ambos y les acaricié mientras me despedia diciendoles que se comportaran bien y no se separaran, entonces me fui dejando a los dos pequeños en la sala llena de vitrales sostenidos de la mano.
***
El aroma del té de flores doradas siempre ha sido mi favorito, sobre todo cuando se tiene a Goreel preparandolo; el macho cabra frente mio me recibía con una sonrisa y como de costumbre con su famoso té especial de aroma indescriptiblemente hermoso. Junto a el sonriendo también se encontraba su esposa la reina Kaara. Desde que la conocí pude notar su ceguera y el como casi siempre mantiene sus ojos cerrados a menos que me hable directamente o cuando la veo atender el jardin; entonces los abre dejando ver un bello gris puro y triste. Goreel me ha dicho que solo los abre frente a cosas que le gustan o cuando se pone seria. Incluso llegué a dudar si le agradaba, porque casi nunca se me acerca, aunque es comprensible luego de saber sobre su tortuoso pasado donde fue vendida y humillada, maltratada y exibida por mi raza como si fuese un simple juguete. Por eso busqué la paz y lucharé por mantenerla.
"Para que más nadie salga herido"
-Es bueno recibirla otra vez su alteza Reia- Goreel fue quien primero habló seguido luego por Kaara quien solo hizo una reverencia, la cual respondí al instante
-Me alegra volverles a ver majestades. Rey Goreel y Reina Kaara- dije en mi más alegre tono mientras me inclinaba hacia adelante y obtenia como respuesta mi misma accion de parte de los contrarios
-¿Vino a tomarse un té conmigo o a charlar con el coqueto Gerson?- Las bromas de Goreel siempre me tomaban por sorpresa y coloreaban mi rostro un poco mientras Kaara trataba de no reir cubriendo su boca, cosa que nunca le resultaba
-G-Goreel- fue lo unico que pude decir mientras la verguenza caia sobre mis hombros y rostro, y aunque tratara de mirar hacia el jardin, el hecho de que cierta tortuga estuviese a unos pocos metros de distancia "custodiando" una de las puertas no era de mucha ayuda que digamos; y el como miraba hacia nosotros y me sonreia tampoco ayudaba.
-Lady Reia, sobre el verdadero asunto que vino a tratar...- El tono de voz serio y bajo de Kaara me sacó de mi verguenza y me hizo recordar la razón principal por la que habia venido. El pacto que firmaremos entre los dos reinos. El pacto que mantendrá la paz por un año más. El pacto que los protegerá a ellos.
- Con respecto al Tratado de Paz- aclare mi voz con una ligera tos mientras me ponia seria otra vez. Mire hacia ambos mientras aclaraba mis pensamientos un poco.
-Sabemos de su preocupación por nuestra especie, Lady Reia; por ende el hecho de que quiera adelantar la reafirmicion del tratado para la semana próxima.- Kaara me sorprendió un poco, al conocer mis intenciones veo que entiende mi preocupación, lo veo en su mirada blanca
-Si... Desde hace días he tenido un mal presentimiento y- una mano peluda en mi hombro me interrumpió junto a una sonrisa y me calmo de paso.
Goreel me sonreia amablemente mientras acercaba a mi la tetera preguntando si gustaba otra taza de té.
-El té de flores doradas es bueno para la mente, toma un poco y relajate. ¿Qué dices de pasar aquí la noche y olvidar un poco el estres?- la preocupación de Goreel me conmovia, acepté su oferta, realmente necesitaba dejar mi reino por al menos un dia.
La tarde paso mientras discutiamos sobre el tratado y demas asuntos sobre ambos reinos, luego fue acompañada de risas y chistes de mi parte, y viendo como Kaara se sonrojaba o se molestaba por comentarios de Goreel, era realmente divertido estar con ellos.
-¡Tori cuidado!-
Una pequeña y varonil voz nos sacó de nuestra charla, al voltear a ver pude encontrarme al joven príncipe jugando con su mejor amiga y hermana adoptiva de cierto modo, ya que la pequeña Toriel al igual que Gerson hizo con Wingy, fue recogida por la familia real de los Dreemurr y si mal no recuerdo están actualmente comprometidos, pero a diferencia de mi caso... ellos son felices con ello.
La palabra de advertencia del pequeño Gorey se debía a que una linda pero poco femenina Toriel había caido en uno de los rosales del jardín, llenadose de espinas y petalos en el proceso.
El rosal quedó destrozado por el peso de la niña, mas la reina cabra no le dio mucha importancia a sus flores cuando vio a Toriel llena de cortes leves y suciedad por su ropa y rostro. Kaara rápidamente junto a mi y a Goreel nos levantamos, ella corrió hacia la pequeña y comenzó a revisarla por todas partes comprobando si estaba bien; luego dijo sobre ir a atender a Toriel y se fue junto a ella tomadas de la mano hacia el interior del palacio.
Goreel por su parte me pidió disculpas por terminar así nuestro té, pero que debía retirarse junto al príncipe Asgore para ver como se encontraba su hija y saber exactamente que era lo que había ocurrido y porqué habían terminado así, mi respuesta fue una sonrisa junto a un "no te preocupes" seguido por la respuesta de su parte
-Bueno, está su casa, ya sabe el camino- La suave voz de Goreel junto a su sonrisa en respuesta a la mia mientras me hacia una seña mostrando todo el castillo me dio a entender que tenía total libertad de recorrerlo a mi gusto, y que mi habitación era la de siempre, ya que no era la primera vez que me quedaba en el lugar.
-Hágame saber luego como se encuentra la señorita Toriel- dije para hacer una reverencia y ver como el rey la respondía y luego se disponía a marcharse con el joven príncipe. Por mi parte hice lo mismo.
Richard no se preocupará si me quedo aquí o no, nunca se ha preocupado por ello. Mejor dicho, ni siquiera le importa, para el esta bien cualquier cosa que haga mientras no vaya en contra de su voluntad como soberano supremo; por eso me costó tanto convencerle de hacer este tratado de paz. Aún si debo aguantar este estres permanente, deseo que la paz se mantenga por siglos, aunque sea mi tonto deseo. Mientras esté viva, haré todo lo que esté a mi alcance para que la coexistencia siga de este modo.
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