Silent Night, little talks

La noche se encontraba silente por toda la casa de los esqueletos, las luces de la sala se encontraban apagadas al igual que las de la cocina, mientras en el suelo recostada al sofá verde se encontraban dos siluetas que no se dirigían media palabra. Un apagón, cosa que nunca ocurre en el subsuelo, a menos que hubiese algún fallo en los sistemas, al estar todo potenciado por la magia;  sucedió hace unos minutos he hizo que todo quedara en silencio, uno absoluto entre las dos personas que se sentaron en el suelo a esperar que el apagón pasase.

Sans, por su parte, tenía sueño, como de costumbre, pero hoy debido a cierta presión y a la situación actual, estaba más cansado aun. Junto a el, se encontraba una pequeña niña que miraba hacia la oscuridad total de la cocina, la niña se encontraba increíblemente con total tranquilidad, su vista parecía perdida y no se enfocan a en un punto fijo de la oscuridad, mientras sus manos abrazaban sus rodillas al parecer por frío.

-Sans...- la chica dio un llamado al aire esperando que su oyente diera respuesta, quería comprobar si el seguía ahí o no.

Desde el otro lado suyo se escuchó una respuesta calmada, de tono bajo, pero lo suficientemente alto para ser oído por su oyente, el esqueleto respondió a su anterior palabra llamada nombre.

-Aquí estoy- La respuesta afirmativa logró hacer que la chica pareciera más relajada e intentara buscarle con la vista una vez en toda aquella oscuridad, no pudo divisar bien hasta que de repente dos pupilas blanquecinas encontraron a los ojos vino que buscaban con ansias en el negro de la habitación

La castaña tragó saliva y se preparó a hablar, pero cuando tenía ya en mente su oración tuvo que callar debido a la disposición contraria para mantener una conversación con ella, o tal vez sólo quería resolver algunas dudas, porque a pesar de no poder ver su expresión, sus ojos eran más que suficientes delatores de la chispa de intriga y hasta preocupación que brillaba en la mirada de Sans; por eso, decidió mantenerse callada.

- ¿Recuerdas la vez que te interrogué en Grillbys?- pregunto calmado el esqueleto mientras miraba hacia el frente otra vez y bajaba una de sus piernas para quedar con una arriba y otra recostada al suelo, mientras ambas manos descansaba en su rodilla y piso respectivamente.

- Si...- la afirmativa respuesta se oyó por parte de la castaña quien esperó a la próxima pregunta que su amigo le daría

-¿Recuerdas que te pregunte sobre G?- dijo Sans mientras cerraba su puño lentamente analizando más a profundidad la situación buscando respuestas a sus crecientes dudas

Otra afirmativa por parte de Frisk llegó al esqueleto quien ya tenía cerrado completamente su puño pensando si seguir o no con la conversación.

- ¿Cómo lo conoces, cómo apareciste junto a él? ¿Qué sucedió?- Frisk pudo notar como el usualmente calmado y tranquilo Sans estaba desestabilizándose al soltar tantas preguntas seguidas

Una vez más la castaña tragó duramente antes de responder a las dudas de su amigo, analizó por un segundo la situación, entonces se preguntó como poder explicarle sin darle muchos detalles sobre la existencia de la niña fantasma o de las visiones que tuvo, o aun tiene de vez en cuando sobre la vida de Gaster y Royanne su antigua mejor amiga.

Frisk quedó en blanco al notar que no podía responder sus dudas únicamente con la verdad, pero la mentira para ella tampoco era una opción ya que su querido amigo Sans la odiaba, al punto de que se enfurecia al escuchar una... Frisk no sabía que hacer, sus manos sobre sus rodillas apretaron fuertemente la tela del sueter suyo mientras pensaba en que decirle...

¿Qué opciones tenía para responder?
¿Cuál sería la respuesta correcta?
¿Debía acaso comentar la verdad que nadie sabe...? Un momento...Sans si sabía...

Frisk quedó en shock por unos segundos cuando se percató del hecho de que Sans, precisamente Sans, ese esqueleto que tanto le gustaba era quien había estado una y otra vez en cada momento donde ella sufrió, donde tuvo las raras visiones... Sans al menos conocía algo...

La castaña lo pensó otra vez, y un flasheo de recuerdos vino a su mente...
Sans dejandola en su cuarto más de una vez, llevandole comida, diciendo que entendía el motivo de sus inexplicables lágrimas al punto de agradecerle... Sans cuando fue expresamente al laboratorio de Alphys sin que esta lo llamara solo para asegurarse de que estaba bien, incluso la cargó hasta su cuarto de nuevo y cuidó de ella, hasta el hecho de que compartieron la misma cama... Al darse cuenta de todo eso, Frisk tomó su determinación y encaró a quien tenía a su lado.

-No conozco muy bien a Gaster...- dijo la castaña mientras miraba a las pupilas que la contemplaban expectantes -Solo sabía que debía salvarlo...No se cómo...pero...

Apretó una vez más sus manos en aquel antiguo suéter rayado que ya le quedaba un poco corto y debido a su deterioro permitía entrar el aire frío del lugar, desvió por un segundo su vista hacia sus manos y lo único que pudo sentir al subir su cabeza para contemplar al esqueleto fue el hecho de la cálida manta que tenía sobre ella y la sonrisa que podía notar en la oscuridad junto a esas blancas orbes.

-Tranquila, kiddo. Creo que te presioné demasiado por hoy, esperaré hasta que tu quieras confiar en mi para decirme esta vez cual es el problema; se que no se repetirán los errores de nuestro pasado, yo confío en ti- Y la pequeña charla motivacional del esqueleto junto al calor de la manta que aún la cubría hizo que los pequeños puntos vino comenzaran a brillar y de ellos brotar unas lágrimas enternecidas por la situación

-Wow, que sensibles sois los humanos- dijo entre risas el esqueleto para luego acariciar suavemente su cabeza y dedicarle una de sus mejores sonrisas a su pequeña amiga

Frisk por su parte se había convertido en un tormento de emociones, ¿Cómo es que Sans después de rechazarla podía ser tan lindo con ella? ¿Acaso lo hacía a propósito? Si era asi debía poner freno a ello, amistad...eso era lo que quería de Sans ahora, lo que el quería de ella, lo que ambos necesitaban; aunque ella misma hiciera sufrir a su alma, la amistad por el momento le era la mejor solución a su problema emocional que la estresaba más de la cuenta.

-Sans...- Decidida logró captar toda la atención del contrario mientras por primera vez junto a sus ojos abiertos llenos de lágrimas dedicaba una sonrisa de pura felicidad -Con respecto a lo que te dije

Sans dejo de sonreír por un momento para mirarla fijamente a los ojos que le hacían perderse en ellos, ¿Cuál sería la decisión, la determinación que la castaña mantenía en su mirada?

- Lo retiro, ¡somos y seremos siempre los mejores amigos!- Dijo casi gritando emocionada y feliz al mismo tiempo, levantó su mano con el meñique extendido y con la otra sosteniendo el collar que colgaba de su cuello y que el susodicho le había obsequiado

Sans en cambio miró confuso a la chica, ¿Cómo la chica que lloró secretamente en el baño por su rechazo era la misma que proponía una amistad eterna ahora? Sin saber porque eso molesto ligeramente al contrario, mas no le dio importancia e imitó el gesto de la niña, sacando de su bufanda que le había dado su hermano un collar similar al de Frisk, solo que del lado contrario el corazón, entrelazó su falange con el dedo humano y ambos sonrieron al unísono mientras lágrimas bajaban por las mejillas de Frisk y un coro de "mejores amigos por siempre" se escuchaba en toda la casa a la que recién volvía la energía eléctrica.

***

La dinosaurio amarilla que acababa de subir la palanca que daba energía al subsuelo se encontraba nerviosa y temblando mientras tras de ella otra presencia contemplaba al extraño maniquí de porcelana que se encontraba roto en el suelo.

Un cuerpo femenino con cabello rojizo estaba hecho añicos en el suelo de aquel laboratorio verde que pese a tener energía permanecía a oscuras como si no quisiese despertar.

La persona que miraba aquella destrozada muñeca portaba una capucha violeta que le cubría la mayor parte del rostro pero pese a ello era capaz de observar bien todo a su alrededor...

-Gracias, Dra Alphys- dijo con ironía el ser que contemplaba a la rota muñeca para luego desviar su vista a la reptil que recién también le había mirado -Gracias por condenar a todo el subsuelo una vez más...- fue lo último que dijo esa persona antes de dedicarle una sonrisa macabra a la dinosaurio para luego desaparecer entre los pasillos del lugar.

Alphys no pudo evitar soltar un suspiro desesperado mientras que se dejaba lentamente caer al suelo desviando su vista desde el negro del corredor hasta la muñeca de porcelana en el suelo, se acercó a esta y se arrodilló a su lado mientras que con sus garras acariciaba los cabellos del maniquí destrozado, para irle descubriendo el rostro joven de una chica de ojos en blanco...

-¿Por qué nunca hallaste el descanso eterno...señorita Royanne...?-

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