"Lockedtale" a Special Memory

Los humanos, por naturaleza, son las criaturas más egoístas del mundo...

Ellos mienten.

"Siempre estaremos juntas, hermanita"

Traicionan.

"Lo siento..."

Huyen.

Por naturaleza los humanos son las criaturas más egoístas del mundo...
Lo aprendí desde aquel día.
Los humanos mienten, traicionan, huyen. No se puede confiar en ellos aun si son tu propia familia. Incluso yo traicione al ser más importante para mi...

Entonces yo hui.

Ya saben, cuando el mundo es hostil contigo pierdes total esperanza. Una noche tienes una familia amorosa que te proteja, un padre al cual le gusta tocar el piano, una madre que es florista profesional, una familia adinerada a pesar de lo insignificantes que pudiesen ser sus trabajos para muchos; pero cuando tomas fama el dinero viene por su cuenta, creando la envidia de muchos y llevando a otros a la perdición. Así fue como sucedió, al día siguiente, mi cumpleaños número 10, se suponía celebrariamos en casa, pero el destino me traicionó a mi y a lo único que quedó de mi familia. Un accidente automovilístico... Según lo que dijo la prensa, asesinato por envidia, según lo que vieron mis ojos.

Así fue como mi hermana y yo fuimos desalojadas de casa y lanzadas a la calle, ni siquiera se molestaron en ponernos en el sistema de servicios sociales. Aunque hubiese huido si llegaban a separarnos. Cinco años de diferencia entre mi única familia restante y una larga vida de vagabundear en la calle. Aguantamos varios meses antes de volvernos unas más de las simples vagabundas y vagabundos de la gran ciudad que teníamos por hogar.

Sobrevivimos mucho tiempo, hasta mis 12 años permanecimos juntas, luego de que eso pasara y yo decidiese huir.

Bueno, me acobardé, me sentí la peor escoria luego de eso, como podía soportar todo el dolor por ambas hasta el punto de perder mi propia integridad en un sucio callejón solo por querer un trozo de pan.

Entonces la alocada pregunta con respuesta surgió en mi cabeza:

¿Acaso ella conocía de mi sufrimiento? ¿Siquiera sabía lo que sucedió por ella?

Entonces la idea más desesperada junto a la acusación más infantil me hicieron perder la noción de quien era y separarme de todo cuanto amé y conocí...

Hui sin mirar atrás y recapacitar que había perdido, una vieja foto fue lo único que me acompañó junto a una corona de flores.

Hui para buscar mi propia libertad, la libertad que se obtiene con la muerte.

"Las leyendas dicen que aquellos que escalan la montaña nunca regresan"

Me pareció la excusa perfecta.

Entonces lo decidí, me arrojaría desde la cima y daría fin a mi vida...Pero...una cueva llamo mi atención.

No se por que algo me llamaba desde su interior, no vi la tonta rama frente a mis pies y tropecé; abajo no me espero el suelo, sino un agujero gigante, caí, caí y caí.

Una cama de flores fue mi protección, al parecer tenía motivos por los cuales vivir...

Entonces le conocí...
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-A venido de aqui
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-Te has caído ¿Verdad?- una voz amable masculina hablo entre las sombras frente a la pequeña humana en el suelo, parecía una voz arrulladora

La chica no respondió ya que no veía la fuente de dicha voz que habló otra vez

-¿Cual es tu nombre?- dijo con un tono alegre mientras una pequeña mano peluda salía de entre las sombras y era iluminada por la luz que se filtraba del techo

-C-chara- fue la única respuesta que obtuvo a cambio de la pequeña confundida y un poco asustada, más todo su temor desapareció cuando unos pétalos tocaron su rostro y una flor amarilla era sostenida por aquellas peludas manos

-¿Chara? Es un nombre bonito- la chica escuchó una risa y pudo ver como un niño con aspecto de cabra salía de entre la oscuridad.

Pequeños cuernitos adornaban su cabeza, ojos verdes esmeralda, sueter a rayas y pantalones azul oscuro opacado. Era ese el aspecto de quien sin pensarlo dos veces ayudo a Chara a ponerse en pie.

- Yo me llamo Asriel- una sonrisa se dibujo en su rostro mientras pasaba uno de los brazos femeninos por encima de sus hombros para ayudarla a caminar

- Te llevaré a mi casa, mamá seguro puede curarte; ella es una experta cuando se trata de caídas je je- unas pequeñas risas salieron de los labios de la de ojos rubí ante la gracia en el comentario anterior del muchacho de nombre Asriel.

Fueron juntos caminando por el sendero de rocas hasta llegar a una casa de paredes amarillas claro y hecha de piedra, todo el trayecto el chico cabra se la paso sujetandola y ayudandola a no caer, mientras que de vez en cuando sus miradas se cruzaban y el le lanzaba siempre sonrisas y comentarios acerca de su familia y de cómo le gustaba el pie de caracoles o colorear, pero que siempre se sentía solo ya que no tenía amigos; incluso llegó a preguntarle indirectamente si tenía lugar al cual volver, mas ninguna pregunta o risa fue devuelta por la contraria que comenzaba a sentirse un poco incómoda ante el hecho de que a pesar de lo grosera que estaba siendo con el, el seguía manteniendo esa perfecta sonrisa y sacando temas de conversación.

Una vez dentro de la casa, el chico comenzó a llamar a su madre mientras se dirigía al salón de estar donde estaba seguro se encontraba esta; y así como lo pensó estaba su madre leyendo un libro frente a la chimenea junto a su padre que tomaba tranquilamente el te en la mesa.

Chara al ver aquella escena de dos monstruotes gigantes y peludos quedo un tanto impactada, no por el hecho de que dieran miedo, sino por el hecho de que parecían peluches que se movían y hablaban. Le causaba cierta gracia de alguna forma.

-Oh mi!- dio un pequeño gritillo preocupado la cabra fémina mientras se quitaba los lentes y los dejaba en su sillón junto al libro que leía y corría a acercarse a su hijo y a la niña humana que estaba junto a él.

La mujer cabría puso una mano en el hombro de su hijo, haciéndole señas de que soltara a la pequeña y eso hizo este, dejando a Chara en los brazos de su madre.

-Oh mi niño ¿que te sucedió?- preguntó la mujer mientras la cargaba lentamente en un abrazo y la llevaba a una habitación; dejando a al macho alfa y al pequeño Asriel en la sala

Y de repente el tiempo paso, Asriel y yo nos volvimos los mejores amigos, parecía un sueño, conocí cada rincón de el majestuoso reino de los monstruos, mientras encontraba en cada esquina amor y amistad, todos absolutamente todos me trataban como si fuera una más de ellos mientras algunos recuerdos tristes sobre mi verdadera familia llegaban a mi...

Pronto comprendí el error de mis actos, le conté todo cuanto pude a Asriel, entonces ideamos un plan...

Yo los sacaría de su encierro y juntos buscariamos a mi hermana...pero luego de andar investigando, la triste verdad salió a flote... un alma humana o monstruo por su cuenta no puede romper la barrera. Por otra parte un monstruo con alma humana si puede atravesarla; pero el humano en cuestión moriría...

Asriel no sería capaz de semejante cosa...tampoco yo, así que la desesperación vino a mí, entonces conocí  a alguien que sabía mucho del tema, mucho más que el viejo Gaster al parecer... Por la voz era una mujer, ¿Un monstruo? No estaba muy segura de ello, su voz no sonaba como tal, y aunque sus manos parecían humanas las pocas veces que las vi, la textura a porcelana junto a las articulaciones notables de muñeca la descartaban como una, pero aún así la cabellera rojiza que vi parecía un espejismo del color de mi propia alma...realmente una persona misteriosa...

Ella me dio un pequeño frasco de líquido amarillo, me dijo que si bebía eso obtendría un gran poder, lo suficientemente grande para proteger a todos, para salvar a los monstruos.

Tal vez fue mi ingenuidad de niña, o tal vez la desesperación tan grande que tenia...pese a desconfiar en un momento...al final terminé bebiendo de la botellita que colgaba de mi cuello con aquel líquido amarillo dulce y brillante.

¿Resultado? Al día siguiente desperté en cama, una fiebre muy alta se apoderó de mi mientras veía sudando como las sombras se acercaban a Asriel y a mis padres...Entonces me si cuenta de que había sido engañada, esa persona en realidad no era más que un mero títere y bajo aquella coraza de porcelana se escondía un alma gris vengativa y llena de... envidia.

Mi error iba a condenar a muchos mientras mi cuerpo no podía hacer otra cosa más que mirar...A los pocos días, mi condición empeoró, entonces reuni la determinación que me mantenía con vida y me ate sin darme cuenta a este mundo, tratando de llevar con mi cuerpo aquella sombra de gris. Pero algo otra vez se me salió de mi control, fui poseída por aquello que trate de controlar y las palabras de su muerte salieron de mis labios.

-Una última vez... quiero ver las flores de la superficie...- la voz de la pequeña niña en cama alertó al acompañante peludo de ojos esmeralda quien rápidamente tomó la mano de la contraria y le sonrió -...con Azzy
...

El chico sin siquiera dudarlo por un momento tomó su cuerpo frágil entre sus brazos y salió de la casa sin ser visto hasta llegar a donde se encontraba la barrera, pero para su sorpresa y asombro, el pasillo interminable de blanco y negro ahora no era más que un montón de rocas y paredes donde al final se podía ver una luz del ocaso, apresurado corrió hasta ese lugar, y sus pies descalzos sintieron la suave yerba y su rostro la brisa del atardecer junto a las primeras luciérnagas que salían a celebrar la llegada de la noche.

El pequeño caminó apenas unos pasos hasta los pies de la montaña y pudo ver como había un claro lleno de flores doradas como las que crecían bajo tierra, pero estas parecían aún mas bellas mientras eran bañadas por el atardecer y el sol escondiéndose; sentose con la humana en sus brazos y le miro dulcemente el rostro.

- Las flores que tanto querías mostrarme son realmente hermosas, pero de ellas, la que guardo en mis brazos es aún mas bella- el sonrojo de la niña y su respuesta fue callado por una tos repentina que hizo que las flores bajo ellos se tiñeran de rojo, y se fueran cerrando poco a poco - ¡¿Chara!?

-Estoy...bi- Otra tos más llegó a la ojos rubi mientras su estado empeoraba y  apenas podía sostenerse sobre sus pies y rodillas, pero aún así no dejaba de intentar calmar a su mejor amigo, pero aún así su dificultad para hablar era más que evidente.

El grito del niño alertó a varios aldeanos que vivían alejados del mundo, a los pies de la montaña, mientras que las lágrimas del ojiverde no dejaban de salir. De repente el cuerpo de la chica dejo todo movimiento y cayó inerte al suelo, ensangrentado y dejando a un Asriel con la boca abierta y perplejo a esa situación, llamó su nombre desesperadamente mientras la sangre que había manchado su suéter lo hacía cálido

Incontables de veces gritó por su amiga pero esta nunca respondió, entonces crujidos entre los árboles le alertaron... humanos aparecieron sorprendidos y asustados, portaban tridentes y palas junto a antorchas...

Monstruo
Ese monstruo ha matado a una chica

Incontables de ataques le lanzaron, piedras, flechas, le golpearon incluso pero el pequeño niño solo dejaba todo a su paso...

¿Y lo más triste de todo sabes que fue? Yo estaba ahí...mi alma nunca abandonó el lado de Asriel...frente a mis ojos una y otra vez vi como le dañaban...

¡Azzy! ¡Pelea! Defiendete!
DEJADLE EN PAZ
¡¡ASRIEL!!

Pero ni mi voz o mis lágrimas pudieron alcanzarlo...tampoco detenerlos...
Ese día, por mi ignorancia y egoísmo perdí lo que había devuelto la luz a mi vida....

Entonces los odié, los odié a todos otra vez. Esas horribles criaturas de nombre humanos...

¿Lo entiendes ahora comediante...?

¿Soy yo el monstruo o son aquellos que me lo quitaron todo?

Sólo te diré una última cosa... No apareceré en tus sueños de nuevo...pero, sólo tengo algo que pedirte...

Protege a mi sol

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