FINAL

03

Ella miraba horrorizada, su piel desprenderse en un oscuro líquido, su cuerpo humeaba.

—¡¿Que me está pasando?!— gritaba en súplicas

—¡Detente!, ¡Duele mucho!— pero Gaster elevo en un eco las palabras que Caleb oraba

—¡Gaster!— el mencionado solo miraba

—Lo siento, pero aún no acaba tu nuevo nacimiento— podía ver como ella gritaba por el insoportable dolor mientras algo dentro de él dolía, le era difícil dejarla sufrir de esa forma, pero no cerro sus ojos, no titubeó, se quedó firme frente a ella, aún cuando su alma se rompía.

—¡Gaster por favor!— seguía suplicando dando un paso hacia el

—¡Haaaaáaaaaaaaaaa!— Gaster suspiro tratando de ignorar sus gritos y pudo ver que ella aún no comprendía lo que sucedía

—¡De verdad lo siento, pero Caleb, busca su bienestar sobre el de los demás!— su alma grita al querer ayudarla

—¡Controla todo a su antojo destruyendo y conservando lo que le convenga!— podía ver cómo la piel de ella cambiaba a un tono tan pálido, sus manos perdían piel y se volvían negras, parte de su cara se deforma para dejar ver su cráneo.

—El cree que contigo someterá por completo a todos los Universos sin tener que mover ni un solo dedo— su cabello crecía y un color oscuro empezó a tomar

—Es hora de que tomes tu papel, y le des una sentencia a sus pecados— ella se encorvo al sentir un fuerte dolor en su espalda

—Eres el juez de los Guardianes que custodian los Universos—y de la espalda de Army surgen cuatro enormes alas de hermosas plumas negras que se extienden por completo en un solo grito de dolor

Gaster respiro profundo, para voltear a la ventana, para ver qué Caleb había terminado de recitar aquel cántico, y mirar a su alrededor

—Gaster…— el nombrado se giró para verla con su respiración agitada y su ojo apenas logrando abrirlo

—¿Que me has echo?— ella miraba sus manos con detalle, las giraba para Odservadores a profundidad. Para seguir con tocar su rostro que era cubierto con sus largos cabellos negros

—Yo no hice nada, simplemente te ayude— ella miró a aquel ser y se fue levantando

—¡¿Ayudarme?!— ella cayo al suelo

—¡Mírame!, ¡Soy un monstruo!— ella volvió a intentar levantarse

—No lo eres— ella volteo a verle

—Sigues siendo esa misma señorita que apareció en mi laboratorio— el le sonrió

—Tan enigmática  y misteriosa como siempre— ella sonrió al curioso Dr Gaster, suspiro y trató de nuevo levantarse pero aún era difícil.

—Te vez agotada, no deberías de moverte— pero ella negó con la cabeza, y trató de enderezarse y extender sus alas caídas

-No…, no puedo…- Ella dio un pesado paso al frente

-Sans, Papyrus… ellos, necesitan… mi ayuda- Gaster negó con la cabeza, se acercó a ella y acarició su cabeza

-Es mejor que no te preocupes por ellos- Army aventó la mano que aun acariciaba sus cabellos con cariño y lo miró enojada y con incredulidad de lo que escuchaba

-No puedes estar diciendo eso, viendo a Papyrus falleciendo y a Sans llamándome en su dolor y luego esta ese humano reiniciando todo de nuevo- extendió sus alas para dejarlas caer mirando sus manos y aquella ventana que mostraba a su traidor padrastro, mientras que aquella criatura intenta acercarse lentamente para tomar sus manos

-Me importan y mucho, después de todo son mis hijos, pero ya no podemos hacer nada por ellos- su mirada se volvió triste, y demacrado y soltó las manos de ella para mirar la extensa oscuridad

-Puede que este lugar muestre el pasado, el presente y el futuro a quien alberga este abismo, pero no quiere decir que te permita cambiar el pasado- Army tenía una pregunta, una que tenía miedo de pronunciar.

-¿Qué es lo que esta pasando ahora mismo?- Gaster la miró y sólo abrió la ventana donde podía ver al humano en una enorme mesa junto al Rey en una cena, sin embargo se podía ver a Frisk sólo mirando su comida.

“Frisk, debes comer, no puedes seguir con esto”

Army no dejaba de mirar como el humano en ese momento se soltó a llorar gritando el nombre de todos los que murieron, incluso el de Sans y Papyrus, mientras Asgore se levantaba de la mesa para abrazar al humano.

-He perdido una vez más a mis hijos en esta nueva línea, pero Caleb planea destruir ese Universo- Ella miró ambas ventanas,tenía que enfrentarlo pero antes de poder preguntarle a Gaster como puede salir, sintió un jalón, al voltear miró que aquella cárcel de cristal se estaba rearmando en piezas

-Pero lo destruí, los observadores lo dijeron, yo los escuche- Ella miraba alterada al antiguo científico

-Hay cuellos que se pueden romper al tener el suficiente poder, pero hay otros que están hechos para ser rotos sólo por quienes lo han creado y este es uno de ellos- Army entendio que no podría ser libre, no así de fácil

-Tienes que apresurarte antes que tu cárcel se reactive conforme a tu nuevo estado- al escucharlo ella se dirigió hacia una de las ventanas y la tocó sin poder entrar

-¿Cómo salgo de aquí?- empezó a desesperarse

-Abre un portal Army, siempre lo hacías- pero ella negó con la cabeza

-No puedo hacerlo, perdí el mirador, era lo único que me permitía ir de un mundo a otro- Gaster al ver como la celda avanzaba, invocó sus Gaster Blaster para rodear aquella celda y destrozaron de nuevo las piezas ya armadas

-¡Sólo hazlo como si tuvieras ese mirador!, ¡imagínalo!- Volvió a invocar más Gasters y siguió disparando

-Solo vete, no podré detenerlo mucho tiempo- Ella desesperada extendía su mano, y lo imaginaba pero al abrirlos no pasaba nada

-Concéntrate, no pienses en nada, sólo centraré en llegar a donde quieres ir- Ella asintió y cerró sus ojos

-Empieza en poner tu mente en blanco, para centrarte- y así lo hizo, respiro profundamente, y entre respiraciones su mente paso por sus recuerdos, su infancia con sus padres, su hogar

“Alejen a esa niña monstruo”

En los habitantes, caminando entre el mercado

“¿Por qué permití que nacieras?”

En su adolescencia con otros chicos, en su vieja y desecha habitación en la Iglesia

“Este será tu cuarto y tu tendrás que conseguir tu alimento”

En las noches de hambre y frío

“Eres un monstruo, por eso te abandonaron”

Sus recuerdos, se cruzaron unos entre otros, mostrando imágenes, voces ruidos, todos los reconocía, pudo ver a Sans a Papyrus y Gaster sonreír como una familia.

Hasta llegar a una imagen de su pasado

“Cuando te herede mi puesto, ya no necesitarás de ningún artefacto o la maquina”

Podía verse con Caleb en uno de los arroyos a mitad de un entrenamiento

“¿En serio?”

Vio como ese hombre asintió y se levantó del suelo junto a ella para mover sus manos y extender la Palma para dar un soplo y ver como un portal se habré hacia un prado lleno de flores amarillas.

Army abrió los ojos, movió sus manos para extender su palma y con ese recuerdo plasmado en su mente dio un fuerte soplo helado, saliendo de su boca como si fuera una ventisca, sus alas se extendieron y cada vez soplaba con más fuerza viendo aparecer una grieta entre el abismo

-Eso es Army, lo estas logrando- Gaster expresó una enorme sonrisa, teniendo que cubrirse al sentir la fuerza que ella esta usando para abrir un camino. Ella presionó su puño de la mano contraria teniendo en mente aquel lugar, su cabello ahora largo se levantaba por la fuerza de la energía y el viento de la ruptura de aquel espacio

-Sólo un poco mas- Ella aun más que decidida sóplo aun con más fuerza como si de un grito se tratara y un vórtice fue abierto

-¡Lo logre!- grito emocionada, no podía creerlo, sin embargo se escuchó un estruendo y de aquel vórtice empezó a soltar rayos y truenos y un fuerte aire que alejo a Army mientras este empezó a cerrarse

-El vacío no permite que te vayas, tienes que salir ya- Army con todas sus fuerzas se impulsaba hacia esa brecha, ayudándose con sus alas, extendía sus manos lo más que podía, hasta llegar y sostenerse de la orilla y voltear hacia Gaster y extender su mano

-Vamos toma mi mano, podemos salir de aquí- pero el lo negó

-¡No es así!, no puedo ir aun que quisiera, mi alma y mi cuerpo no están aquí, están en otro lugar, sólo soy mi propia conciencia- ella lo negó, no quería aceptarlo

-Y aun cuando tu salgas, tu propia prisión te devolverá a este abismo- Ella al ver la brecha estar más pequeña trató con sus fuerzas evitarlo

-Eso no es seguro, no lo sabes realmente, vamos, sólo tenemos que intentarlo- seguía destrozando aquel vórtice para evitar que se cierre

-Army, tienes que irte ya, debes convencer a los odservadores de lo que eres realmente, y así ellos podrán liberarte de tu prisión, sólo un guardián puede llegar a este lugar- pero ella no estaba dispuesta a dejarlo ahí

-¡No me dejes otra vez sola!- Gaster suspiro, tal como hace tantos años

-No lo hare- y el hizo una bola de oscuridad en su mano y la lanzó tan fuerte hacia ella que la empujó fuera del abismo, ya del otro lado ella estaba tirada en el suelo y al levantarse, vio como el vórtice se cerraba y a lo lejos el rostro sonriente de Gaster, ella se levantó rápido pero ya se había cerrado.

Entre su colera cerró su puño y golpeó tan fuerte el suelo que lo perforó, estaba dispuesta a terminar con esa farsa de guardianes, con ese observador que la engaño.

Aquel lugar lo reconocía, era el arroyo donde Caleb, la entrenaba, a veces ella deseaba que todo volviera como antes, deseaba tener una vida feliz, pero ahora todo es diferente.

Camino fuera de aquella habitación, mirando a su alrededor, fue extraño tanto silencio, tanta quietud, camino entre los largos pasillos, creyendo que podrían estar en un solo lugar, en la sala de juntas pero al irse acercando más, pudo apreciar rastros de Sangre en el piso, no comprendía que pasaba, hasta que escucho un ruido, un golpe fuerte

-¡Estas loco!- y ese mismo grito fue ahogado, Army de inmediato corrió hacia aquella sala para ver que aquella Blanca habitación estaba pintada de rojo y en una esquina un solo observador arrinconado por Caleb, ambos voltearon en cuanto ella dio un paso

-¡No puede ser!, ¡El ángel del Apocalipsis!- grito aquel temeroso hombre mientras la sonrisa satisfecha se dibujaba en el rostro de Caleb

-Por fin llegas mi querido Ángel- No podía quitar los ojos de ella, sintiendo una emoción desbordante

-Tan majestuoso como te imaginé- Caleb la miraba de pies a cabeza, mientras que el observador comenzó a arrastrarse para alcanzar una lanza dorada pero cuando estuvo a nada de alcanzarlo fue visto por Caleb y lo lanzó de una patada haciéndolo golpear contra la pared, tomo la lanza y la tomo con ambas manos para apuñalar lo pero ella se interpuso para darle un fuerte golpe en la cara que lo alejó de ambos. El Observador apenas podía moverse del miedo y el dolor, la sangre goteaba de su boca y por el rostro desde su cabeza. Aquel Ángel giró su rostro posando su penetrante mirada en él, en ese momento se petrifico.

-¡¿Qué es lo que estás haciendo?!- Caleb se levantó enfadado no entendía lo que había pasado y entre la cólera señaló a ambos

—¡Yo te invoque!, ¡Tú debes de obedecerme!- ella empezó a reír, era lo más gracioso que había escuchado, no sabía que tan idiota era.

-¡¿En serio crees que obedecería a un traidor como tú?!- Ambos hombres se quedaron en silencio, tratando de procesar aquellas palabras, y fue cosa de segundos cuando Caleb la vio frente de el y recibió un golpe en el estomago, este se dobló por el dolor recibiendo otro en la espalda para ser azotado al suelo y después recibir una fuerte patada que lo lanzó fuera de aquella habitación.

El hombre herido empezó a arrastrarse temblando por el miedo intentando huir lo antes posible, no quería morir en manos de ellos, no lo deseaba pero al levantar su rostro vio que ese Ángel estaba frente a él

-Por favor, te lo suplico, ten piedad, ten piedad por favor no quiero morir – ella solo se agachó, podía recordar la infeliz vida que todos le hicieron pasar, el mal trato, las burlas y las humillaciones, podía acabar con el, podía hacerlo pero el verlo así. Empezó a sentir lastima, dio un fuerte suspiro y posó su mano en su cabeza viendo que este reaccionó más temeroso, al borde de llorar.

-Tranquilo Bogus, no te haré nada- en cuanto la escuchó llamarlo por su nombre, este levantó su rostro y la vio sonreír. En ese momento se sintió aterrado y confundido, no sabía que hacer y solo retrocedió

-¡¿Army?!, ¡No puede ser!- ella se levantó tratando de llegar a el para calmarlo pero en ese momento vio como unas cuchillas impactaron con la pared casi rosando su cuerpo

-¡Que sorpresa!, Jamás creí que el Ángel que invocará fueras tú mi pequeña niña- aquel hombre empezó a reír aún más

-Que irónica es la vida ¿no es así?- y este se lanzó a apuñalar su pecho para ver qué esquivaba cada ataque que le imponía, pero cada golpe era aún más fuerte que el anterior

-Parece que no sabes usar todo tu poder- replico aquel traidor. Mientras que Army estaba acorralada.

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