Capitulo 2
Una noche difícil
¿Quien es?
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Pasaron los días y Sans no salía de su habitación, su hermano entraba dejando un plato de espagueti, sin embargo veía el plato que había dejado anteriormente intacto.
—SANS DEBES DE COMER ALGO, HE HECHO MI MEJOR PLATILLO Y ASÍ PUEDAS LEVANTARTE Y SENTIRTE MEJOR— mencionaba entonando una sonrisa en su rostro pero no tenia respuesta, seguía recostado en su cama de espaldas así que solo tomo uno de los platos y salió. A veces solo decía una escusa, su apetito había desaparecido, ahora dormía mucho mas de la cuenta y en ocasiones teniendo un poco de fuerza le llegaba a dar una sonrisa a Papyrus diciéndole que estará bien, repitiendo varias veces que solo es un pequeño resfriado.
Las noches siempre eran muy difíciles, las pesadillas eran muy constantes y con las noches transcurriendo parecían empeorar al grado de casi hacerlo gritar, despertando en las madrugadas. Siempre eran lo mismo era como revivir los momentos que paso al ver las calles vacías, los pocos sobrevivientes escondidos, huyendo, siempre veía esas muertes de aquellos que se oponían al niño, en especial su hermano.
—¡¡¡Papyrus!!!...¡¡¡Papyrus!!!....¡¡¡tu no!!!...¡¡¡Papyrus...!!!—
Los gritos de Sans llegaban hasta la habitación de Papyrus, eran tan fuertes que lo despertaron —¿SANS?...— se levanto de inmediato, corrió a la habitación y al abrir la puerta pudo verlo como pataleaba y gritaba, se acerco rápido a su hermano y comenzó a sacudirlo para despertarlo.
—¡¡Papyrus!!!...¡¡¡Papyrus!!!....¡¡¡no!!!...¡¡¡Papyrus!!—
—¡SANS!, ¡DESPIERTA!...¡SANS, SANS!...¡AQUÍ ESTOY NO PASA NADA!, ¡SANS!—
Sans abrió sus ojos, al ver a Papyrus lo abrazo llorando, la preocupación del esqueleto mayor crecía cada día, estaba cansado, no importaba que hiciera nada cambiaba, todo pasaba como tenía que ser, aun así no deseaba perder de nuevo a su familia, recargado en el hombro de su hermano su mirada se volvió seria y deprimente, algo se debía de hacer, tal vez distraer a Papyrus pero aun así se acercaría al humano al instante que supiera de él, ambos hermanos se separaron mirándose uno al otro, hablaron un poco aun que Sans parecía evadir algunas cuestiones, aun así, se quedaron juntos hasta que él se sintió más tranquilo, Papyrus se levanto y salió de la habitación, y regreso asomándose por la puerta.
—PUEDES DECIRME LO QUE QUIERAS, DESPUÉS DE TODO SOMOS HERMANOS— Sans agacho su cabeza y miro a su hermano
—¡Claro, Bro!..— una vez solo, se quedo sentado en su cama
—Mi hermano es genial, esta vez no esperaba eso de él, HEHEHEHEH...— empezó a reír alegre, aun así todavía era de noche, no deseaba dormir, así que se levanto sin tomar su sudadera y salió dejando sus pantuflas, miro la puerta de Papyrus pasando de forma silenciosa para no despertarlo empezó a reír y se transporto de inmediato fuera de su casa, siempre se quedaba sentado fuera viendo como la nieve caía o simplemente la lejanía, pero esa ocasión camino hasta casi llegar a la puerta de piedra, deseaba despejar un poco su mente entonces empezó a escuchar unas voces vio un par de siluetas así que se escondió entre unos arbustos y árboles, Se acerco un poco mas hasta que alcanzo a ver mejor, parecía una chica... ¡parecía humana!, su cuerpo completo está cubierta con una capa negra solo su cabeza se veía parecía tener un cabello muy corto, no lograba verla bien pero parecía discutir con....
—¿Una flor?— una pequeña flor amarilla un tanto conocida.
—Vaya que estas aterrada... deberías estarlo, no falta mucho para que mueras— Esa voz entonaba amenazadora y presuntuosa, parecía que se reía mientras la flor se inclinaba hacia atrás
—¡¡¡Cállate!!!, ¿Cómo sabes eso?, ¿Como sabes lo del REINICIO?, ¿Quién eres?—Esa flor había cambiado su rostro y su voz también, el ambiente se puso pesado y Sans trataba de no quitar la vista ni un momento...
—¿Acaso no lo sabes?. Tu vez el futuro...o cierto, tu solo sabes lo que has visto, lo mismo que ese huesudo...— Sans sintió un escalofrió recorrer su columna Vertebral, por una razón sabia que se refería a él, frunció un poco el seño, limitándose solo a escuchar.
—¿Que es lo que quieres...?— la flor retrocedió inclinándose hacia el suelo sin dejar de ver el rostro con una retorcida sonrisa de aquella chica que se acerco de forma peligrosa.
—Que me dejes tranquila...— Dijo quitando esa sonrisa maliciosa de su rostro, de pronto alzo la mirada de forma brusca ladeando la cabeza de un lado a otro, Sans solo bajo un poco más la mirada sin perderla de vista, sin embargo de un segundo a otro no la vio más que una sombra esfumándose en el aire, miro a la flor buscándola de forma desesperada y de inmediato se enterró en la tierra desapareciendo, quedo pensativo en si salir o quedarse ahí escondido, sin embargo antes de poder hacer algo, sintió de golpe una presencia a sus espaldas muy cerca de sí.
—¿A quien espías?— Ese susurro lo tomo por sorpresa, se volteo dando un salto hacia atrás viendo a aquella chica frente suya, era alta, casi como Papyrus, ahora que Sans la veía de frente le parecía que no era humana, su piel era de un tono azul verdoso y con escamas, su cabello era bastante corto y negro, pero lo que llamaba su atención eran esos ojos verdes llenos de desprecio.
—No soy a quien esperas...— Lo dijo de una forma muy seca y tan seria que emanaba un aura sombría, Sans se sorprendió bastante no esperaba que dijera eso y menos una extraña, lo decía como si supiera lo que iba a pasar, por un segundo sintió como si viera a Frisk con el cuchillo en mano determinado a acabar con él, volteo su mirada a otro lado, sentía como su ojo se iluminaba, regreso su mirada a ella e inclino su cabeza al unisonó de un "TSk" alzando sus brazos y encogio los hombros, guiño su ojo y se echo a reír.
—Hehehheh...¿A quién podría estar esperando?— la chica solo lo miraba de forma muy seria, no parecía importarle que Sans le haya contestado. Rio un poco nervioso.
—Que buen espectáculo, no me vayas a dejar sin publico, heheheheh— le guiño el ojo en forma de broma, sin embargo no la vio reírse.
—No te preocupes por la audiencia, que no fijaran sus ojos que no sea en tu trágica historia— Sans solo se quedo callado, molesto, no le gustaba nada esta chica. Encogió los hombros como si no le importara y en una risilla movió la cabeza con los ojos cerrados.
—Solo soy un comediante, no soy bueno con las actuaciones...pero... al parecer tu pareces toda una experta— abrió uno de sus cuencas para observar su expresión, había echo una mueca y sus ojos se agrandaron en forma de sorpresa, Sans le había dado al clavo.
—Que bien que te agrade... ahora debo irme— lo miraba con enojo pero dio una pausa y se dirigió de nuevo a él.
—Suerte con tu....historia sin fin...—
Ella le dio la espalda y comenzó a caminar a dirección de Snowdin, Sans estaba frustrado, molesto, su ojo se ilumino bastante, sabía que esa chica era de cuidado, ahora no solo debía de preocuparse por Frisk, volteo su mirada hacia la puerta de piedra, se acerco a ella, se quedo mirando un momento, dio un largo suspiro y la toco.
—Toc, Toc...— Espero una contestación pero nada, era demasiado temprano como para que ella estuviera detrás de la puerta y ahora que se había encerrado desde hace días, quizás ya ni si quiera ella se acerque a esperarlo....
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—¡¡HOLA LECTOR!!!, EL ESCRITOR ME HA DICHO QUE ERES UN GRAN FAN DE LOS ESPAGUETIS, ¡TAL COMO YO!, MMM ¿ES ESO CIERTO?—
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Hola lector, aparte de Papyrus quise pasar personalmente a agradecerles el que lean mi historia y también que les vaya bien en esta navidad, bueno cuídense mucho
y hasta la próxima...
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