Papyrus
Después de haber dado un camino largo y tedioso perdonando a cuanto monstruo como se le cruzaba, combatiendo contra perros diabólicos y Cerberos, llego a un pequeño pueblo silencioso donde no se veía ni un alma.
Camino por toda la ciudad pero no encontraba a nadie.
Las puertas de las casas estaban bloqueadas como si no quisieran ver a la humana.
Cuando llegó al final de aquella ciudad fantasma llego a un lugar lleno de niebla por el que camino hasta que una voz muy familiar la detuvo.
-humana...preparare porque yo, Papyrus voy a entregarte al gran y poderoso rey Asgore y así podre...podre dejar de ser sometido a esta esclavitud.-
La batalla empezó y el esqueleto lanzó huesos azules los cuales la chica ni intento esquivarlos pero cuando todos los huesos pasaron sintió que la gravedad se hacia mas pesada haciendo que se mantuviera en el piso.
-¡ahora, eres azul!.
Las chica intento moverse hacia arriba pero la presión la sostenía contra el suelo impidiendo que se moviera con total libertad.
Papyrus ataco con potentes ataques de huesos tanto azules como blancos.
Ella esquivaba como podía aunque se empezará a cansar.
-humana...no quería llegar a esto pero...¿lista para mi ataque especial?-dijo el esqueleto algo apenado.
La chica se preparo para cualquier ataque inminente.
A su alrededor aparecieron huesos que la rodearon y se acercaban lentamente a ella.
-adiós humana, fue un gusto conocerte.-
Cuando las posibilidades de vida se desvanecían, el ataque paro y los huesos desaparecieron.
-no..., no puedo hacerlo, no puedo matar a una humana inocente.-
El esqueleto se acercó a mi y me dijo.
-humana, espero aceptes mi perdón por todo esto.-
La chica abrazo al esqueleto dejándole claro su perdón.
-bien, humana, pasate por mi casa para curarte las heridas. Es la que esta nada mas volver a snowdin.-El esqueleto se adelanto y se fue.
La chica fue tras el hasta llegar a su.
El esqueleto la esperaba en la puerta y nada mas verla la saludo y la invitó a entrar en la casa.
Por dentro era una casa rustica pero acogedora con lo suficiente para vivir.
El esqueleto tomo de un armario unas vendas, un algodoncillo y agua oxigenada.
-esto puede doler un poco.-El esqueleto empezó a curar las heridas de la niña con el agua oxigemada.
Cada vez que el algodón lleno de agua oxigenada tocaba una de las heridas de la niña, esta soltaba un pequeño gemido de dolor por el escozor que provocaba.
Cuando el esqueleto termino se despidió de la chica y esta prosiguió su camino.
Se que a sido corto pero no tenia muchas ideas y bueno, solo espero que os haya gustado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top