XVIIII

Narra X

- ¿Otra reunión de madrugada, amigo? ¿En serio? - la voz de mi compañero sonó ronca por el sueño.

- Es importante - le respondo tajante. Últimamente mi humor no era el mejor.

- ¿Has estado ocupado encargándote de esa relación? No te veo muy contento... - como es de costumbre, su tono indicaba que se burlaba de mí.

- ¡No jodas! Las cosas no van tan mal... - aunque debo admitir que no estoy tan satisfecho como me gustaría.

- Si tu lo dices... - él toma asiento en el sillón, y la luz del televisor prendido en un canal aleatorio iluminaba de forma tenue su rostro.

- No podemos permitir que viaje con Deidara - dije sin más, yendo al grano. Él me miró confundido, y estoy seguro que reprimió una maldita risa.

- O podríamos hacer algo mejor... - mi expresión le hizo saber que estaba interesado en escuchar aquello que tenía para decirme, así que prosiguió - ¿Sabes que es peor que no vaya?

- Ilumíname - ensanché una enorme sonrisa con ilusión.

- Que vaya y que se arrepienta de haberlo hecho. Por eso, debemos encargarnos de que la pase mal con ese chico a toda costa. - concluyó para luego reincorporarse en el lugar y observarme con ambición.

- ¡Eres un puto genio!

****

Narra Deidara

Estuve mentalizándome todos estos días para lo que me esperaba en cuanto lleguemos del viaje. No es mentira que no tenía esperanzas acerca de lo que iba a pasar, y me temía lo peor. Es por eso que intenté sobrellevar la situación de la mejor manera posible.

Jamás aceptaría una derrota, es verdad. Mucho menos viniendo del idiota del Uchiha, que cree que tiene ventaja sobre mí todo el tiempo, en toda circunstancia. Y no sólo influye el hecho de que no quiera soltar a Abby, sinó mi orgullo. Me preparé por mucho tiempo para enfrentarme contra él, pero no me vi venir algo de este estilo.

¿Es realmente mejor que yo? Quizá ni valga la pena que siga con esto. Sólo es Sasori el que puso toda su fe en mí, y al mismo tiempo eso me hizo creer que podría llegar a tener un mínimo de esperanza. Pero ahora que lo pienso, su fe ciega puede estar basada simplemente en el hecho de que es mi amigo. Todos los demás sabían que yo no sería competencia para alguien como Itachi.

¡Mierda! Detesto esto. Nunca tuve seguridad sobre nada, y aún así nunca dejé de ir trás lo que quería. Aún cuando me encontré encerrado en un sistema que no dejaba que creciera junto a lo que más amo -mi arte-, y aún cuando fui humillado por ese viejo decrépito y mis mismos compañeros por años y años. Entonces...

¿¡Por qué esta mierda me frustra tanto?!

No puedo para de pensar. No puedo.

No lo soporto.

¿Qué ocurre? Yo estoy aquí lamentándome, con ganas de revolear todos los muebles por la ventana, mientras que el imbécil de Itachi debe estar con Abby haciendo quién sabe qué.

Por un momento, me quedé estancado en ese simple pensamiento. Tenía la cabeza quemada de tanto imaginarme ese tipo de situaciones; no soy yo el que la está molestando, no soy yo el que la está haciendo enojar, no soy yo el que se escabulle por la madrugada para visitarla en su habitación, no soy yo el que está acariciando su rostro con las yemas de mis dedos deseando que me deje acercarme más, no soy yo el que está tan cerca suyo que no puede resistir más al impulso de besarla y tenerla para mí por horas.

ES ÉL.

- ¡Mierda! - gruñí golpeando aquél escritorio de madera, haciendo que de él caigan algunas de mis pertenencias colaborando al estruendo que había ocasionado.

Eso no bastó para dejar salir toda la ira que sentía. Lo que mejor me vendría ahora es hacer estallar una aldea completa, no tirar un par de estupideces al suelo.

No. Lo que mejor me vendría es hacer explotar al imbécil del Uchiha, no sólo quedándome con Abby sino que también arreglando aquella dignidad que perdí en la pelea que tuvimos cuando me fueron a reclutar para Akatsuki. Todavía no puedo aceptar una derrota, no importa cuántas veces me tenga que levantar, y eso implica también a mi relación con ella.

No hay manera, en este momento, de descargar todo esto que siento que me enerva la sangre sin terminar en problemas. Tengo el rostro escondido entre mis manos, y estaría gritando de no ser porque todos están cerca.

- Jamás creí que este día llegaría - escucho una voz. Estaba tan centrado en mi mundo que no sé en qué momento Sasori había entrado a mi habitación y había cerrado la puerta detrás suya para quedarse parado a un lado de la misma.

No le contesté, sentía vergüenza. Aún cuando todos saben que no soy nada al lado de un imbécil que lo tiene todo, él ponía las manos en el fuego por mí. Y yo, en realidad, no pude hacer nada para demostrar lo contrario.

- Es raro, ¿sabes? Verte tan deprimido - sus pasos resonaron por toda la habitación, indicándome que ahora se encontraba sentado en mi cama - Creí que el día que te viera así sería porque te quedaste sin brazos o alguna cosa que se interponga entre tu y tu "arte" - pude divisar cómo pronunció la última palabra con sarcasmo, ya que pensábamos muy distinto respecto a eso.

- Lo siento, Sasori. Te dejé en ridículo frente a todos, no era necesario que apuestes por mí. - hablé, aún con mi rostro escondido entre mis manos.

- ¿Es joda? - su tono se volvió más firme que antes, indicándome que lo que dije lo había molestado un poco - Ridículo es hacer una apuesta para ver quién se queda con la chica.

- Ridículo es que le hayas seguido el juego a Kakuzu con una apuesta como esa, idiota - bufé irritado. Mi amigo dejó salir una risita nerviosa ante mi comentario.

- No vas a dejar que alardee en tu cara, ¿o si? - preguntó tratando de incentivarme. Decidí voltear para verlo a la cara.

Me sorprendió el hecho de que tuviera una sonrisa cómplice grabada en ésta, era extraño de su parte. Generalmente es una persona más seca y poco sentimental.

- No sé, Sasori... es complicado. - digo sin ánimos. La verdad es que no encontraba una forma que me convenciera o me dejara mínimamente seguro de que podría cambiar las cosas.

Mi amigo da una gran bocanada de aire y me dedica una mirada de misericordia, y así se queda durante unos segundos.

Sé que tiene que decirme algo, porque esa es la expresión de que no aguanta más mantener la boca cerrada.

- Lárgalo. - le tiré, tajante. Supuse que estaba reprimiendo una broma con respecto a mí situación.

- Le dije a Abby que viniera a hablar contigo porque se te veía muy triste así que probablemente este por venir - las palabras surgieron de su boca rápidamente, casi sin modular y dejándome un gran trabajo en entender lo que había dicho.

En cuanto reaccioné, él había salido de la habitación, dándole paso a alguien más, casi por arte de magia.

¿Saben una cosa? Soy una persona muy optimista, pero en este momento quiero morir. No estoy preparado para enfrentarme a ella, menos cuando hace unas horas atrás salí corriendo tras verla con su novio.

Detesto simplemente cruzármela y que su presencia me inspire a sentirme de esta manera, ni bien entra en el mismo lugar que yo, ya puedo reconocer su aroma y saber que está allí antes de voltear y comprobarlo.

- ¡Hola! - sus labios formaron una de las sonrisas más lindas que vi al pronunciar una simple puta palabra, haciéndome saber que la situación le resultaba algo difícil también a ella. Entró en mí habitación con timidez. Supongo que espera que la eche.

¡Ja! Ojalá. La sacaría a patadas en el culo si no fuera porque me está mirando fijamente con sus lindos ojos que, por cierto, hoy se ha puesto rimel. Le queda muy bien y realza su mirada.

¡BASTA!

- ¿Cómo te encuentras? - tomó coraje y decidió acercarse a mí, dejando atrás todo rasgo de vergüenza. Ahora está a centímetros, parada a mi lado.

¿Que cómo me encuentro?

Solté una risa amarga frente a su estúpida pregunta, por lo que ella borró su sonrisa, transformando por completo su semblante en uno un poco más serio y triste. No, no quería que hicieras eso. ¿Por qué es tan fácil para ti hacer que yo me arrepienta de mis acciones? Te odio.

No, no lo hago.

- ¿Cómo estás tu? Finalmente te ha correspondido... - no quería decir su nombre ni una vez más, pero ella me entendió - Supongo que estás contenta - esbocé la mejor sonrisa posible, tratando de demostrarle que estaría feliz por ella, pero alzó una ceja ante mi comentario, dejándome algo confundido.

- ¿Realmente quieres que te diga cómo me siento? - ahora hablaba con más ligereza, como si le fuera fácil soltarse de un momento a otro.

Yo lo dudé varios segundos, pero terminé por asentir, a lo que ella respondió acercando un pequeño banquito que había en una esquina y tomando asiento a mi lado mientras yo rezaba que, por favor, no esté tan cerca.

- Me cuesta verle el lado bueno a las cosas, creo que no es nada que nadie aquí no sepa - comenzó, haciendo algunos gestos con sus manos. Yo observaba atento cómo las llevaba de aquí a allá, porque no me atrevía a verle la cara - Y ahora que por fin ocurre esto, sólo puedo pensar en que me gustaría que hubiera ocurrido antes, ¿entiendes? Cuando viajaba y aún tenía esa esperanza de que alguien apareciera a rescatarme, no ahora que ya estoy deshecha y traumatizada. Es más difícil cuando estás tan cansada el poder sentir las mariposas en el estómago y toda esa mierda de enamorada que me gustaría estar sintiendo, para ser sincera.

No sé en qué momento de todo su discurso había perdido su mirar en alguna parte del escritorio, como si más allá de todo no pudiera centrarse en lo que estaba contando y divagara en lo más recóndito de su mente mientras que estaba allí sentada.

Tampoco sé cómo reaccionar a lo que me dijo, que no sea de otra forma que dándole un abrazo, pero esa no era una opción. Cualquier roce en este momento me haría mal, tendría que al menos esperar una semana.

Sin embargo, no puedo verla así. Y era yo el que estaba deprimido...

- Entonces... ¿no estás enamorada? - pregunté inseguro por mis palabras. Sabía que no lo afirmaría, pero no tenía idea de qué otra cosa decirle - ... No te sientes enamorada - corregí.

- Supongo que algo así.

Mentiría si dijera que esto no encendió una leve chispa de esperanza dentro de mi pobre corazoncito.

Sin pensarlo dos veces, me decidí a hacer lo que mejor sabía hacer. Quería intentar consolarla con cualquier estupidez que se me ocurriera, y fue cuando una idea se me vino a la cabeza. Tomé un poco de mi material de trabajo y comencé a esculpir con delicadeza, reafirmando cada detalle de lo que quería hacer.

Abby había vuelto a la Tierra, ya que desvió su vista de ese punto fijo en el que se había centrado y puso toda su atención en lo que hacían mis manos. Esto es lo mejor que podría pasarme en este momento, volvió mi motivación para todo. ¿A quién le importa lo que haya pasado con el otro inservible cuando ella estaba buscando apoyo emocional conmigo? Eso significa muchas cosas buenas para mí.

Dejó caer su rostro de lado en uno de mis hombros, y sentí cómo mi corazón comenzaba a querer salirse de mi pecho, inhibiendo mis acciones.

- ¿Podrías... - titubeé - ¿Podrías mantener un poco de distancia? - ella no habló, sólo se limitó a enderezarse en su asiento mientras yo daba un gran suspiro con el fin de mantener la calma.

Al cabo de unos minutos, estaba a punto de finalizar mi obsequio.

Está triste, y pensé en algo que la hiciera tan feliz como cuando volamos aquella noche a escondidas de Kisame e Itachi. Nunca la había visto tan contenta, por lo que decidí hacer una versión más pequeña de aquél ave en el que la llevé a ver el cielo.

Le di los toques finales, y extendí la obra lentamente hacia ella para que la tomara en sus manos.

Abby miró mi creación por varios segundos, admirando cada parte de ella como si la estuviera analizando. Siempre he querido que alguien le pusiera esa atención a mis esculturas. Mierda, tiene que ser ella.

Lo que más me gustó, fue ver una pequeña sonrisa dibujándose en su rostro, aunque al cabo de minutos fue suplantada por una expresión de ¿sorpresa? Estaba como... atónita, pero en el mal sentido, como si se hubiera percatado de algo malo en cuanto la vio, algo de confusión rondaba en su mirada. Me gustaría leerla tan bien como ella a mí.

- ¿Qué tiene? ¿Le encontraste algún error? - pregunté asustado, no permitiría un fallo de mi parte. Sin embargo, ella volvió en sí rápidamente y comenzó a reír ante mi comentario. Ahora el confundido soy yo.

- No, idiota. Es muy lindo... - volvió a ver aquella figura con cariño, lo que me hizo sentir bien y valorado después de tanto tiempo de lidiar con personas que no veían la belleza en lo que hacía - Creo que es lo más lindo que alguna vez me han dado.

Mi.

er.

da.

Que yo lo diga, es una cosa. Pero escucharla a ella decirlo...

Me gusta tanto que quiero gritarle por hacerme esto.

No es como si fuera fácil enfocarme en otra cosa cuando la chica más hermosa que he visto se encuentra frente a mí admirando mi obra, y sus expresiones al verla me tientan. Es simplemente imposible, no puedo distraerme con nada.

- Deidara - me llama, aunque no hacía falta porque toda mi atención estaba puesta en ella - Sí me miras de esa forma puedo descifrar fácilmente tus intenciones...

- Abby... - la llamé, imitando su acción. Pero no sabía qué decirle, y la vergüenza me invadió por haber sido descubierto.

Ella me miró, y sus ojos recorrieron con astucia cada rincón de mi rostro, mientras que ensanchaba una sonrisa maliciosa.

Ah, ¿si?

- Abby, quiero besarte y hacerte mía de muchas maneras que no voy a mencionar, pero no puedo.

Me había mentalizado lo mejor que pude para que las palabras salieran de mí sin pensarlo, y así fue. Y gané.

La expresión de sorpresa de ella no fue lo mejor, sino el poder apreciar cómo todo su rostro se iba enrojeciendo lentamente de la pena. Era muy tierna verla así, considerando que tiene un carácter bastante peculiar.

Mi reacción fue la misma que la de ella anteriormente, esbocé una enorme sonrisa de venganza.

No duró mucho ya que después de eso recibí el impacto de un fuerte golpe en la cara, y luego un portazo que casi me derriba la habitación.

Pero valió la pena.

Es muy linda cuando se avergüenza y sale corriendo.

A pesar de su carácter bastante peculiar, como dije.









****





holis <3 prepárense porque el próximo capítulo va a ser sad.

les dejo esta canción que mencionó una d ustedes y me gustó muchísimo.

estoy actualizando seguido porque no tengo nada más importante que hacer, lol

lxs quiero <3

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