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ϟ   Ⅰ: The Beginning  ϟ

                




A pesar de mi temprana edad, todos mis sueños y esperanzas que alguna vez tuve, se quedaron atrás. No, no es cosa de tener catorce años y estar atravesando la adolescencia. Yo ya había madurado, lo había hecho hace mucho.

La muerte de mi madre me ha llevado a muchísimos institutos, uno tras otro y, en todos, siempre pasaba lo mismo. No hacía amigos, simplemente no socializaba, y no era porque la gente me odiara, de hecho, antes de lo sucedido tenía amigos y era una chica bastante risueña, podía hablar con todo el mundo y no había ni un solo alma que simplemente no me trajera buenas sensaciones pero, cuando mi madre falleció decidí no acercarme a nadie más, no coger cariño pues, podría acabar perdiendo a esa persona.

Realmente la única y verdadera razón de mis mudanzas, es mi padre. Él se había vuelto en una persona desagradable e insoportable. Bebía alcohol sin parar, hacía de las suyas en el trabajo y acababan despidiéndole, entonces era ahí, cuando se "preocupaba" y empezaba a buscar uno nuevo en otro lugar.

Recuerdo llegar de un instituto escondido en las entrañas de Washington y ver a mi padre hablando por teléfono. Él comentaba algo de que haría otra mudanza no en mucho tiempo y que esta vez intentaría ir lejos. Semanas más tarde, me obligó a sentarme con él en la mesa del comedor y me comentó que, como usualmente hacíamos, nos mudaríamos. Por decimosegunda vez.

Y ahora me encuentro aquí, en la sala del director un primer día de instituto.

- Buenos días, Señorita Miller - se levantó para estrechar su mano con la mía y a continuación volvió a su asiento - Mi nombre es Benjamin Morita, pero tan solo llámeme Morita, ¿cómo se encuentra?.

- Bueno, ya sabe, los primeros días no siempre son buenos - respondí con timidez.

Benjamin soltó una pequeña risa y me tendió unos papeles.

- En Midtown siempre lo son, te lo aseguro. En estos papeles - señaló los que había dejado frente a mi segundos antes - se encuentran tus horarios y lo que necesitas para este curso, de todas formas, al haberte incorporado un primer día, cada profesor te explicará, a ti y al resto de alumnos, lo necesario para sus clases.

- De acuerdo - musité.

- Bien, eso es todo, ya puede ir a su primera clase. Espero que tenga un buen día - señaló la puerta.

Tan solo respondí con un "gracias" y me levanté para salir de la sala. Miré los papeles que se encontraban entres mis manos, un poco arrugados pues, los cogí rápidamente para salir de allí lo antes posible, estaba pasando un momento bastante incomodo.

Mi primera clase era química. Genial, pensé. Empezábamos fuerte el día.

[...]

Me había decantado por el último asiento de la clase. Esta estaba totalmente vacía, al parecer había llegado la primera.

Mis manos se empaparon en sudor cuando muchísimos adolescentes cruzaron la puerta, dando por comenzadas las clases. Tan solo de saber que alguien tenía que sentarse sí o sí a mi lado me daba miedo. Odiaba ser así de exagerada pero, socializar me ponía de los nervios, simplemente soy incapaz de mantener una amistad e incluso de entablar una conversación.

Finalmente, una chica rubia de ojos verdes y estatura media se acercó a mi.

- ¿Está libre? - preguntó con una gran sonrisa. Tenía muchos ánimos para ser un lunes por la mañana.

- Claro - respondí en un susurro.

Contrólate, intenté relajarme.

Pasados 10 minutos, una mujer de unos cuarenta años entró y sin decir nada, empezó a escribir en la pizarra. Cuando terminó, se sacudió las manos y comenzó.

- Buenos días, perdonen el retraso, no volverá a ocurrir - hizo una pequeña pausa, supuse que estaba pensando lo que diría a continuación - soy Gabriella Brown y seré vuestra profesora de química este año. Bien, empecemos - cogió unos papeles que se encontraban en su mesa - como todo el mundo sabe o al menos, debería, la química es la ciencia que estudia tanto la composición, estructura y propiedades de la materia como los cambios que, esta, experimenta durante las reacciones químicas y su relación con la energía.

Y fue aquel momento en el que dejé de escuchar y simplemente hacía como si realmente estuviera atendiendo. Mi especialidad.

[...]

- Hey, tú - susurró la chica que se había sentado a mi lado mientras que, con su bolígrafo, me tocaba cuidadosamente en el brazo para llamar mi atención.

- ¿Hm? - contesté mirándola y llevándome un mechón de pelo que, anteriormente había caído hacia delante, complicándome la vista, tras la oreja.

- ¿Estás bien? - sus ojos verdes y grandes me intimidaban - no has copiado nada - señaló la pizarra.

- Eh...S-sí. Pereza, ya sabes - ¿pereza?, pensé. Realmente no sabía socializar.

- Ya, entiendo. Química un lunes a primera hora, quien sea que haya hecho los horarios nos odia - sonrió - si quieres te dejo mis apuntes a la hora del almuerzo, así repasamos juntas. Tan solo si quieres.

Llevaba evitando a lo largo de muchos años este tipo de peticiones, a veces era muy fácil pues, las personas que intentaban entablar una amistad conmigo no me daban buena espina y cortar la "relación" era sencillo y nada doloroso pero, esta chica me transmitía sensaciones muy buenas y, ese era el gran problema, era amable, simpática y agradable, en resumen, una persona a la que se le coge cariño rápidamente y no quería eso, no ahora.
Pero quizás sea lo que necesite.

- Oye si no quieres o puedes, simplem...

- No - no le dejé seguir hablando - claro, me pondré contigo en el almuerzo - sonreí.

- ¡Genial! Por cierto, soy Ellie.

- Yo so...- la profesora me regañó antes de que pudiera seguir - soy Crystal - susurré esta vez.

Ellie me sonrió como respuesta. Era una chica muy risueña.

Finalmente, decidí prestar atención y copiar lo nuevo que la profesora se encontraba escribiendo como loca en la pizarra.

[...]

Finalmente el almuerzo había llegado. Con timidez cogí una bandeja y eché un poco de la comida que ofrecían.

Busqué alguna mesa que estuviera vacía. Encontré una que se encontraba en la esquina del comedor, era un asiento bastante escondido, pensé que era perfecto.

Recordé que la chica rubia, de ojos verdes que se había sentado a mi lado, si no recuerdo mal, Ellie Powell, quiso sentarse conmigo a la hora del almuerzo para poder copiar sus apuntes así que, decidí esperarla en la puerta. Cuando apareció, llenó su bandeja y nos dirigimos al asiento que había divisado anteriormente.

Me senté y se formó un silencio incómodo entre la chica y yo pero, ella decidió romper el hielo haciéndome preguntas.

Realmente pasé un buen rato junto a Ellie. Era bastante graciosa y teníamos muchas cosas en común.

Cuando terminé de copiar, guardé todo y terminé de comer lo que había dejado a medias pero, me asusté provocando que, mitad de mi sándwich cayera al suelo cuando, un chico, con el que compartí historia, gritó algo como pito... ¿park?.

Confundida por las palabras que el chico había soltado, miré hacia Powell.

- ¿Que ha dicho? - pregunté.

- Pito Parker - dijo enfadada. Por mi cara, tuvo que darse cuenta de que no entendía nada pues siguió explicándome sin que yo preguntara nada más - Flash se burla desde hace años de un chico llamado Parker. Peter Parker - señaló la mesa que se encontraba frente a la nuestra. Observé esta y vi a un chico comiendo en solitario. Levantó la vista para recibir a un niño que se acercaba, supuse que era su amigo. Finalmente, dirigió la mirada hacia delante haciendo así, contacto visual conmigo.

Ambos sonreímos sin despegar las miradas.

[...]

- Tienes que ir - dijo Ellie cerrando su taquilla.

- Ell - cogí mis libros y dirigí mi mirada hacia ella - tenemos quince años, ¿a que fiesta pretendes ir? ¿Una con zumos y peluches? ¿Música infantil a toda hostia?.

- No seas tonta, a nuestra edad se empieza a salir de verdad - chocó su hombro con el mio varias veces mientras levantaba y bajaba las cejas con una sonrisa - ya sabes...chicos, música muy alta, bebida...

- ¡¿BEBIDA?! - grité.

- Ahg, Crys, no te enfades pero, pareces mi abuela.

- Oh vamos, tu abuela no es tan mayor además, es súper enrollada - dije obvia.

Powell tan solo se dedicó a mirarme con cara de asco.

- Tiene ochenta y seis años - se llevó ambas manos a las sienes - Oh dios mío, mi mejor amiga cree que mi yaya es enrollada.

Reí ante la forma en la que había llamado a su abuela.

- Vale, está bien, no me presiones - cerré mi taquilla y caminamos hasta nuestra siguiente clase - tú mejor que nadie sabe que socializar no es lo mío. Tengo miedo ¿sí? Son muchas personas en una misma casa.

- Pero habrá música - se paró en seco - ¡Ah, ya sé! Liz tiene mascota, creo que es un gato.

La miré con incredulidad.

- ¿En serio me estás dando a entender que, mientras todos en una fiesta se divierten con música y bebida, bailando y ligando, yo - señalé mi propia cara haciendo pequeños círculos imaginarios - tendré que divertirme con un gato?

- ¿Sí? - respondió no muy segura.

- Seh, estará bien cool. Imagínate una fiesta solo de gatos, ¿no sería el paraíso? El otro día me encontré un gato precioso, era amarillo pero tenía manchas marrones ¿sabes? Se parecía mucho a uno que una ve...Hey - me quejé - ¿me estás escuchando?.

Mi mejor amiga no respondió.

Seguí su mirada para descubrir qué es lo que observaba tan profundamente. Como sospeché, era él. Era Thomas.

- Oye, ¿por qué no hablas con él? - sugerí.

- Meh, muy arriesgado.

Rodé los ojos.

- ¿Thomas? - dijo una voz muy familiar a mis espaldas.

- Thomas - contesté. A continuación me giré y me puse de puntillas para poder darle un abrazo en condiciones - ¿Irás a la fiesta, Pete?

- ¿Fiesta? - contestó.

- ¿Quién dijo fiesta? - apareció Ned.

- Hola Ned - saludé con una mano - Al parecer Allen da una fiesta, obviamente no nos ha invitado porque...bueno, somos nosotros pero, va casi todo el instituto...

- Eso es exagerado - interrumpió Parker.

- Lo sé Pete, es una forma de hablar.
¿Irás o no? - pregunté.

- No lo sé, ¿tú?

- Sí - aseguré.

- ¿Sí? - dijeron sorprendidos al unísono mis amigos.

- ¡SÍ! - grité - ¿tan increíble suena? Ahg, que os jodan - finalicé la conversación, ajustando los libros en mis brazos y dirigiéndome a mi próxima clase.

Pude escuchar como mis amigos se reían y yo imité la acción. Realmente la situación me había hecho gracia pero, igualmente, les enseñé el dedo del medio a los tres por todo lo alto mientras, movía mis caderas excesivamente.

[...]

- Hey - habló en lo bajo Peter, que se encontraba sentado a mi lado en literatura - ¿Cuándo y a qué hora era esa fiesta de la que tanto hablas? - preguntó.

- Hoy, supongo que tarde - respondí.

- ¡¿HOY?! - gritó pero rápidamente cambió su tono de voz - ¿hoy? - volvió a preguntar, esta vez más tranquilo.

- Hoy es viernes, abuelito. Sí, hoy - dije obvia.

- Está bien, está bien...- rodó los ojos y levantó ambas manos en modo de defensa - entonces, ¿te recojo a las once?

Intuitivamente sonreí. Esa simple pregunta me había hecho muy feliz.

No dije nada pues, esa pequeña sonrisa contestó por sí sola la interrogación que segundos antes mi mejor amigo había hecho.

[...]

- Papá, ya estoy en casa - dejé las llaves en la cesta de la entrada.

La casa estaba en un silencio aterrador y sinceramente, me esperaba lo peor.

Se escucharon pasos torpes en el piso de arriba y fue entonces cuando me puse en alerta.

- ¿Papá? - caminé silenciosamente - ¿papá? - pregunté de nuevo.

Mis pasos eran ágiles y como anteriormente dije, silenciosos.

Uno. Dos. Tres. Paraba en seco para centrarme en el sonido, por si escuchaba algo extraño.

Finalmente, una sombra se hizo presente en las escaleras, bajando de ellas un hombre completamente borracho.

- ¿Qué horas son estas para llegar? - dijo arrastrando las palabras.

Gracias a esa pregunta supe que, debido a todo el alcohol que había tragado, no sabía que hora era pues, eran las dos y recientemente había salido del instituto.

- P-p-papá, y-yo...- no sabía que decir, realmente le tenía miedo. Hacía mucho que mi padre no podía ser considerado como tal - y-yo ya me iba a mi cuarto.

Intenté rodearle, algo que conseguí e incluso, conseguí subir un escalón pero, cuando creía que todo saldría bien y escaparía de esa, mi mano quedó atrapada, dejándome congelada en mi sitio.

- De eso nada - se acercó a mi hasta quedar muy pocos centímetros entre nosotros - no irás a ninguna parte - le apestaba el aliento a alcohol.

Repentinamente, mi padre, tiró de mi pelo haciéndome daño y arrastrándome hasta la cocina.

- ¿Te crees que puedes llegar a casa e irte de rositas a tu cuarto? - yo bajé la mirada y no dije nada - ¡NO! - gritó - limpia todo esto ahora mismo o te juro que tendrán que ponerme una orden de alejamiento hacia ti - amenazó - también haz algo de comer, tengo hambre y la comida no se hace sola.

No contesté, tampoco me moví. No podía, no podía parar de pensar por que me había tocado esta vida a mí o siquiera, por que mi padre tuvo que cambiar...por que tuvo que morir mi madre.

- ¡¿ME HAS ESCUCHADO, ZORRA?! - esta vez me dio un leve empujón que, para muchos no habrá sido nada pero, debido a mi delgadez y su fuerza que es, dos veces superior a la mía, caí al suelo.

Zorra. En que momento mi "padre" se había convertido en eso. Cuando se volvió tan machista. Cuando tuvo la necesidad de insultarme, pegarme o en general, maltratarme.

Cuando vi que este despareció, no dudé ni un segundo en derramar todas las lágrimas que había estado conteniendo.

No entendía por que me pasaba esto a mi. Estaba harta, si seguía así podía llegar a cometer una locura y no quería, por primera vez en años, sin contar mi situación en casa, me sentía bien. A pesar de mi problema para socializar, hace un año atrás conseguí amigos, tenía a Ell, a Ned...Tenía a Peter.

Me levanté del suelo como pude pues las piernas me temblaban como gelatina. A continuación hice todo lo que mi padre me había mandado, teniendo en mente un sin fin de pensamientos, todos y cada uno de ellos negativos, mezclados produciéndome un dolor de cabeza inmenso.

[...]

Había hecho todo lo que mi padre me había mandado, ahora estaba sentada en mi cama con muchos libros rodeándome, sin embargo, estaba cómoda.

Tuve que apartar estos de mi paso ya que mi móvil sonó. Cuando lo cogí tenía varios mensajes, los abrí y eran todos de la misma persona.

Pete
Estás lista.
Ya queda poco.

Sonreí pero al instante volví a mi seriedad.

"Peter, no voy a poder ir" contesté. No tenía ganas de salir, no después de lo que había pasado, tampoco, el hombre que tengo como tutor legal, me permitiría salir.

Pete
¿Peter?
Solo me llamas así cuando estás enfadada o triste.
¿Pasa algo Crys?

No contesté. ¿Pasa algo Crys?, esa pregunta había bastado para derrumbarme. Por cuarta vez en el día, lloré.

Estaba harta de derramar lagrimas todos los días. Esperaba que todo cambiara algún día, realmente lo esperaba.

Escuché el timbré resonar por toda la casa. Me miré en espejo de mi cuarto, colocándome la ropa y secándome las lagrimas para, a continuación, bajar las escaleras desganada. Había escuchado un gruñido salir de la habitación de mi progenitor.

Abrí la puerta y me encontré con Peter tras ella.

- Peter, no deberías estar aquí - le dije empujándolo hacia fuera y entrecerrando la puerta. Sostuve esta con una mano para que no se cerrara del todo - Hace literalmente tres minutos estaba hablando contigo, ¿como llegaste tan rápido?

- Ya estaba de camino - contestó sin darle importancia. Inesperadamente, Parker apoyó su mano en mi mejilla y acarició esta. Tenía las manos suaves pero frías como el hielo. Estuvo así unos segundos hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se sonrojó quitando la mano - Tienes los ojos rojos e hinchados, Crys ¿estás bien? - preguntó preocupado.

- Sí...

- No mientas, tenías ganas de ir a esa fiesta y mágicamente ya no - me interrumpió - soy tu mejor amigo, puedes contarme lo que sea.

- Está bien, espera - finalmente cerré la puerta para que mi padre no pudiera escuchar nada - Peter, lo cierto es que echo de menos a mi madre - mi vista se volvió borrosa y un nudo se hizo presente en mi garganta pero, me controlé.

No era exactamente lo que me pasaba pero, tampoco era una mentira, echaba de menos a mi madre y más que nunca me hacía falta.

- Hey, tranquila - me abrazó - ¿quieres hablar del tema profundamente?

Me negué.

- Bien, ¿que te parece si damos un paseo por ahí y luego vamos a mi casa y vemos películas? - sugirió separándose un poco de mi para así, poder verme mejor la cara.

- Sí, espera, cojo mi chaqueta y vuelvo - el asintió con una sonrisa, me di la vuelta pero paré al instante - mierda - susurré.

- ¿Qué pasa?

- Olvidé la llave dentro y no pu...

- Tranquila, yo te doy la mía - me negué varias veces pero fue en vano, el ya se había quitado su abrigo y lo había puesto sobre mis hombros.

- Gracias - le agradecí.

- No es nada.

- No, Peter - le agarré del brazo para que no pudiera seguir caminando - gracias por todo lo que haces por mi.

El sonrió y me acarició el pelo a modo de respuesta.

- Pasémoslo bien un rato - dijo pasando su brazo por mis hombros.

Me tomé un instante para observarlo bien. Tenía un perfil muy bonito, sus facciones revelaban que aún era un adolescente pero, cada día estas cambiaban , haciéndolo ver poco a poco, mucho más mayor y sexy.

Peter notó mi mirada y giró su cabeza hasta quedar cara a cara. Ambos sonreímos y fue ahí cuando supimos que lo que nos esperaba esa noche eran risas y momentos para recordar.

                        ╍╍╍╍╍╍



Holaaa, espero que os haya gustado este primer capítulo. Sé que empieza un poco fuerte, es decir, desde el principio ya cuenta como el padre la maltrata pero quería que conocierais la situación de Crys, también quiero aclarar que, que nuestra protagonista tenga amigos no significa que su problema para socializar haya desaparecido.

Nos agobiéis, la forma en la que Peter y Crystal se conocen, ya se descubrirá al igual que la muerte de su madre.

Y , hice un salto temporal. El capítulo empezó con Crys y Ell teniendo 14 años y, a mitad de este tienen 15, es decir, pasó un año.

He de disculparme por mi leísmo pero, es una costumbre que tengo pues, donde yo vivo se utiliza muchísimo. También quería pedir perdón por repetir mucho 4 palabras, estas son: Así, pues, pero y realmente. Literalmente, si las contáramos nos daríamos cuenta de que la puse como tres millones de veces, nah, exageración pero, más de 7 - 10 seguro.

Finalmente, gracias por leer ♡

Si te gustó, vota y comenta tus críticas ☺

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