Capítulo 2
Por fin las clases habían terminado, Mina, Lita y Amy estaban sorprendidas por el reciente comportamiento de su amiga, ellas sabían que Serena podía mejorar académicamente no era un genio como Amy, más era inteligente en sus posibilidades y de ella quererlo podría tener calificaciones regulares; y sorpresa Serena había mejorado considerablemente sus notas, sin embargo para ninguna paso por alto el estado cansado de su princesa.
Todavía sonreía, reía y era tan ocurrente como antes, pero cada vez que por alguna circunstancia llegaban a hablar del futuro su brillo disminuía, querían creer que se debía a los nervios y todo lo que conllevaba convertirse en Reina, ellas van a estar juntas así que estarán para ella.
Aunque lo que más las ha intrigado es el hecho de que Serena no quería estar cerca de Darién, no; no lo hacía evidente pero por mucho esfuerzo que ella pusiera en sus reacciones al tener que verlo o escuchar de él podían notar el que Serena no reaccionaba como solía hacerlo, acaso ella pudo llegar a pensar en realmente darle una oportunidad a Seiya Kou. No; no podía ser así seguramente estaban sobre pensando mucho las cosas y su princesa estaba asi por lo ocurrido entre Darién y Galaxia, después de todo ella no supo nada de él príncipe hasta su enfrentamiento con Galaxia.
Le darían su espacio, pronto se le pasaría, eso fueron los pensamientos y opiniones que tuvieron las mayoría de las Sailor.
-Chicas, deberíamos ir a un café que recién a abierto, según eh escuchado sus postres son deliciosos- aquella propuesta fue hecha por Mina, intentando levantar un poco el ánimo de su amiga.
- Tienes razón, además nos serviría para poder distraernos un poco de los deberes escolares- contesto Lita, suspirando.
- Mmm, es una muy buena idea, además Serena ha mejorado en sus calificaciones, relajarnos un poco no estaría mal- contesto de manera suave Amy
Serena intentaba prestarles atención, había divagado en su mente, que solo entendió "un café "y de que estaba mejorando, - ¿Serena?- le hablo Mina.
- Ah, sí vamos, se me antoja una gran rebanada de pastel, pero Rei no podrá acompañarnos así que, pedimos los postres para llevar y nos dirigimos hacia el templo – Contesto Serena, con entusiasmo, después de todo hoy no vería a Darién por que este le había llamado para decirle que tenía que hacer doble turno en el hospital donde hacia sus prácticas.
- Esa es la actitud, - contesto con emoción Mina. – Además si tenemos suerte, veremos a chicos guapos. – añadió con tono sugerente y burlesco.
Ante el comentario de la guardiana del amor, no pudieron más que solo reírse, sin más empezaron a tomar rumbo a la nueva cafetería.
Sin saber el encuentro que cambiaría sus vidas.
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Los cuatro caballeros de bronce, se encontraban buscando algunos obsequios para aquellos pequeños niños del orfanato, en el que ellos alguna vez estuvieron.
- Bien, ¿por donde deberíamos empezar?- pregunto el castaño.
- Mmm, podemos llevarles algunos juegos de mesa, o algunos materiales para que puedan desarrollar un pasatiempo - Contesto Shiryu.
- Muy bien entonces empecemos por comprar esos juegos, y después podremos ir a comer a algún local- opino Shun, con una suave sonrisa al pensar en esos niños.
- Empecemos antes de que nos haga tarde- aquella simple respuesta fue dicha por Hyoga.
Al terminar de hablar, empezaron a encaminarse hacia alguna tienda, la idea de ver a su hermana y pasar un rato con los niños era buena, Seiya quería una distracción y que mejor que aquellos chiquillos.
Unos minutos más tarde, habían terminado de comprar lo que buscaban se dirigieron a algún local para poder comer algo.
Sin embargo, lo que ninguno de ellos siquiera imaginaba es el cambio que daría su vida al verlas, el volver a verlas.
Fueron segundos, o minutos no lo sabían, porque en el momento en que sus miradas se cruzaron con aquellas cuatro mujeres, cada uno sintió que dejaba de respirar, Shun no podía dejar de ver aquellos ojos azules, llenos de vida, Shiryu admiraba el fino rostro, junto aquellos ojos cual esmeraldas, Hyoga pensaba en lo bonita que era aquella pequeña sonrisa de la peli azul, pero Seiya, el definitivamente esta embobado, su rostro, sus ojos, su risa, su presencia que irradiaba calidez a su alma.
Ninguno tenía idea de que les estaba pasando, después de todo lo que pasaron, la vida a la que estaban condenados como caballeros, el pensamiento o deseo de tener una vida normal era nula, y prácticamente un sueño imposible. Por lo que la idea de una familia propia, o el enamorarse no era prioridad o algo que anhelaran.
Pero ¿realmente era así?, no; no lo era, seguían siendo humanos, querían y podían amar, la realidad es que habían renunciado al sueño de amar y cualquier otro, por su estilo de vida, en el que nunca sabrían cuando morirían. Athena les había ofrecido hace no mucho la oportunidad de llevar una vida normal, ya no había guerras, por lo que podían hacer lo que se les negó.
Los cuatro tenían sentimientos encontrados, habían visto mujeres hermosas, pero con ninguna llegaron a sentir algo más allá de respeto, admiración y compañerismo.
Su alma, podían sentirlo como su alma reaccionada a ellas, Seiya fue el primero en salir de su transe, con curiosidad y desesperación busco aquella joven de peculiar peinado, pero ya no podía ver a ninguna.
- Ustedes... ustedes también lo sintieron – Seiya fue el primero en hablar.
Shun, Hyoga y Shiryu recuperándose, hicieron lo mismo que el caballero de Pegaso, obteniendo el mismo resultado.
- Creo que deberíamos hablar de esto, en un lugar más privado Seiya- contesto el pelinegro intentando mantener su voz calmada.
No sabían que había pasado, pero de algo estaban seguros, tenían que volver a verlas, no solo verlas, algo les decía que eso no seria suficiente.
Sin más retomaron su camino, con la intención de calmar su mente y el sentimiento de vacío que crecía sin ellos poder hacer nada.
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Unos minutos antes...
Mina miraba atentamente a Serena, sabía que algo pasaba era la Guardiana de la Belleza y el Amor, es obvio que notaria el cambio en el corazón de su Princesa, empezó por tristeza a lo que ella lo relacionó con el que Darien no estaba, después de su última batalla pensó que poco a poco ese sentimiento iría desapareciendo.
No pasó, en realidad el sentir de Serena era bastante complejo, Mina supo que debía darle su espacio y estar con ella en caso de que quisiera hablar, después de todo tal vez la propia Serena no se quiera dar cuenta, pero en su corazón no hay ningún sentimiento de amor hacia Darien; era obvio el por que ella no diría nada, estaba consiente de que algunas veces podían ser muy estrictas con ella, alegando que en el futuro sería una Reina y tenía que aprender a comportarce como tal, ella no lo había pensando pues como una Sailor Seshi su deber era proteger este planeta, el universo, y principalmente a los principes para que se formase Tokio de Crytal. ¿Ellas realmente querían ese futuro?, ¿Serena, quería aquel futuro?, ¿Ella lo quería?. Estaba tan sumergida en sus pensamientos, que por esta vez no puso atención en ver a algún muchacho guapo alrededor, de a verlo hecho... tal vez habría a siertos caballeros.
- ¿Te encuentras bien Mina?- pregunto con curiosidad y preocupaciones Lita, era raro que ella estuviera tan callada.
- No hay de que preocuparse Lita, estaba pensando en si algún día encontré al amor de mi vida - contesto este con un tono entusiasmado y un poco dramático.
- Típico de Mina - Con una suave sonrisa, contesto Amy.
- Vamos chicas, estamos en la preparatoria, es el momento que tener nuestro tan esperado romance de novela- hablo con entusiasmo la sailor de amor.
- Pero, como esperas querer tener novio Mina, si eres demasiado enamoradisa- Le contesto Serena con un un claro tono que reflejaba confusión y burla.
- Eso es por que tengo que esforzarme en encontrar al indicado Serena -
Sierto a pesar de no decirlo abiertamente, querían sentirse amadas y el poder amar a alguien, esperaban que en algún momento pudieran encontrar a la persona con la cual querer compartir su vida.
Tal vez eso muy pronto pasaría....
Pero....
- Vamos chicas, démonos prisa, se está haciendo tarde y debemos ir con Rei - estaba emocionada pues, a pesar de que Rei y ella, chocarán mucho, Serena la quería mucho.
No hiso falta decir nada más, así que sin nada más por hacer retomaron su camino hacia el Templo.
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