Capítulo 2

Luna

Estar a 9 pies de altura me hace replantear todas las malas decisiones que he tomado en mi vida. No creo que alguien pueda sobrevivir a una caída de helicóptero con solo tres fracturas como máximo. ¡Eso debe doler para carajo! El paisaje es impresionante, pero mi acrofobia no me permite disfrutarlo. Mis manos sudan como si se estuvieran derritiendo, y eso que estamos a diez grados.

Me concentro en el formulario que me dio el piloto. Yuri Hong Bakú, una chica coreana de 16 años nacida el 26 de mayo del 2006 en Corea del Sur. Hija del político Him-Cham Hong Bakú, uno de los hombres más importantes del país en la actualidad. Una alumna ejemplar, con el mejor expediente del país y el conocimiento de cinco idiomas, incluyendo el español.

Termino de leer el informe y me siento abrumada. Al parecer, esta Yuri será mi compañera de cuarto. Busco una foto en el fondo del sobre, pero no hay rastro de ella. ¡Es increíble! Esta gente investiga toda tu vida, pero se les olvida incluir una simple foto. Malditos ricos sin noción.

- Estamos llegando, prepárese para aterrizar – escuchar esas palabras es verdaderamente gratificante.

Desde las alturas, siento que puedo ver con claridad todas las instalaciones de la escuela: la cancha de tenis, el campo de fútbol, e incluso el lago al fondo. Ahora entiendo por qué solo los ricos vienen aquí.

Finalmente, el helicóptero aterriza en el techo de uno de los edificios de la escuela. El miedo abandona mi cuerpo y me siento agradecida por tener los dos pies en el suelo.

El ruido y el viento a mi alrededor comienzan a disminuir, haciendo que mi cabello se quede quieto en mi espalda. Observo a mi alrededor, tratando de encontrar la salida, hasta que veo a una chica morena delante de mí. Lleva el mismo uniforme que yo, pero su postura rígida la hace parecer más alta. Ella espera mi llegada.

Me muestra una sonrisa al ver que tengo toda su atención.

-Buenos días, señorita Luna. Mi nombre es Alika Azikiwe y soy la presidenta del dormitorio de chicas. - aprieto su mano ya extendida frente a mí. Sus ojos se fijan en la marca en mi rostro, que se desvían con rapidez a mis labios al notar que los miro.

-¿Cómo fue el viaje? - pregunta tratando de distraer mi atención.

" Ya empezamos mal"

-Rápido – respondo secamente.
Puedo notar su inquietud. En algún lugar de su cabeza, se prepara para decir sus próximas palabras, pero no le doy la oportunidad de continuar.

-Alika, ¿verdad? - ella asiente con la cabeza ante mi repentina pregunta.
-Entiendo que estás haciendo tu trabajo, pero agradecería si nos ahorramos las presentaciones. Como ya sabes, mi padrastro es el dueño de todo esto – mi dedo índice se sincroniza con mis ojos con un movimiento patrón - y toda la información que necesitaba saber ya la sé. Acabo de bajarme de un helicóptero y mis oídos están sangrando literalmente, lo único que necesito es llegar a mi cuarto y quedarme tranquilamente en silencio dentro de sus cuatro paredes.

Me acerco a ella para intimidarla un poco, aunque no soy tan mala. Cuando la tengo lo suficientemente cerca como para sentir su perfume de Chanel (odio ese aroma), transformo mi expresión facial en algo más amable
– ¿Podrías ayudarme con eso?

La pobre chica no tiene más remedio que hacerlo

Avanzamos por los alrededores de la imponente Preparatoria Cabinchi de Milo, deteniéndonos a admirar su majestuosidad sin intentar infiltrarnos en su interior. La institución se divide en cinco bloques, dos de los cuales albergan los dormitorios de chicas y chicos en el ala este, en las cercanías de la cancha de tenis. En el centro se encuentra el bloque principal, que alberga las aulas, laboratorios y un pequeño teatro. Mientras que la biblioteca y el comedor, que presume de tener uno de los mejores chefs italianos, se encuentran en el ala oeste, frente al campo de fútbol. Un camino de piedras conduce a cada uno de estos compartimentos, rodeados de arbustos y un hermoso pasto verde, el lugar perfecto para relajarse y echar una siesta.

Finalmente, llegamos a la gran puerta blanca de madera que nos da acceso al dormitorio de chicas. La elegante recepción, de dimensiones modestas pero impecablemente decorada, se extiende ante nuestros ojos. Detrás del balcón se encuentra una estudiante de cabello rubio ondulado con un rostro pálido y delicado, que nos recibe con una educada sonrisa

- Eso fue más rápido de lo que pensé - se dirige a Alika

- señorita Lun... - Sus palabras se traban al mirar mi rostro con más atención y después de un momento, prosigue con inquietud - Señorita Luna, sea bienvenida - Intercambia una breve mirada con Alika, quien está a mi lado. Ya estoy acostumbrada a las reacciones de las personas ante mi presencia, por lo que incomodarlas aún más, se ha vuelto mi mayor placer.

Mikasa se presenta como la presidenta del dormitorio de chicas, junto con Alika.
- Las reglas son muy sencillas - dice, y luego enumera horarios estrictos y normas. Me entrega un documento y una pluma - Este es el documento que confirma su llegada y que está de acuerdo con las leyes de la escuela, por favor firma aqui.

Intercambio miradas entre ella y la pluma ahora en mis dedos antes de ceder. Con trazos perezosos, dejo mi firma en el papel. Sus labios se abren para hablar algo más, pero mi mano en pausa frente a su cara la hace callar.

Cuando dije que estaba cansada, no bromeaba. Solo quiero llegar a mi cuarto, pero a cada paso que doy, molestos obstáculos me impiden llegar a mi destino con reglas absurdas. - Las llaves - digo, y ella parece no entender. Soy un poco más clara -Dame las llaves de mi cuarto.

Sus verdes ojos se abren con asombro ante mis directas palabras. Le toma un tiempo entregarme un cartón magnético negro con el emblema de la escuela

"serio?"

- No debes perderla. Si eso sucede, te costará cien euros - me deja sin palabras con su comentario. Quiero criticar la ridiculez de ello, pero me quedo sin habla.
- Tu habitación es la número doce en el segundo piso. Tu compañera te espera - termina Alika detrás del mostrador, junto a Mikasa.
-Buena suerte en tu primer día - dice Mikasa con una sonrisa irónica, como si la presencia de su amiga le diera valor para ser más cínica. Les sonrío ampliamente sin mostrar los dientes antes de darles la espalda.

"Malditas cobras venenosas"

Subo las escaleras de madera, dirigiéndome hacia mi habitación. Voces y risas femeninas llenan el segundo piso. Acelero mis pasos, tratando de esquivar los cuerpos que se mueven en distintas direcciones. Cubro un poco el lado izquierdo de mi rostro con mi pelo negro, tratando de pasar desapercibida, sin llamar más la atención, pero parece inevitable. Mis pies tropiezan con algo en el suelo, haciéndome caer sobre una maleta.

- Carajo - maldigo mientras intento levantarme. Le doy un puntapié a la caja causante de mi caída.
- ¡Ey! ¿Qué mierda haces? - alguien grita detrás de mí.
Sin prestarle atención, sigo hacia adelante, viendo la puerta 12 a cinco pasos de distancia. Me dirijo hacia ella, ignorando las ofensas que se escuchan detrás de mí. Con la tarjeta en la mano, abro la puerta sin antes mostrarle el dedo medio a quien sea que esté dirigiendo sus palabras hacia mí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top