010- That goes down and up.

Baja y sube- Lual la L and Rokero.





















El estrés me mareaba, la empresa estaba pasando por un momento muy bajo desde que formalice mi relación con Namjoon, pues los fans no estaban de acuerdo. Jungkook tampoco estaba de acuerdo, pero el no me importaba.

Jack se comunicaba conmigo solo en las noches, cuando se desocupaba de cuidar a Anny. Nos habíamos enterado de que su madre le dio un té de ruda, el cual sirve como un muy fuerte abortivo, ello fue lo que provocó todo este desastre.

Mi mente daba vueltas con respecto a mi relación con Namjoon, ¿Estaba haciendo lo correcto o me estaba equivocando?

Mi historia con Jack era algo distinta a lo que se podría pensar y tenía muchísimo que ver con Nam y Jungkook. Recuerdo a la perfección que el y yo luego de todo lo que ocurrió con Jungkook tuvimos cierto desliz y desde allí, el estaba enamorado de mi.

¿Difícil, no?

Pero yo no podía verlo más allá, mi relación con Namjoon me lo impedía. Sentía como si estuviese tomando venganza.

Pero la venganza es imperfecta, aunque sea un plato que se sirva frío, también puede ser despiadada y descalculada.

Cuatro años. Cuatro años desde que decidió que ya no quería formar parte de mi vida. Cuatro años desde que se alejó, dejándome con un corazón roto y preguntas sin respuesta. Durante todo este tiempo, he luchado con el dolor, la confusión y la ira. Pero hoy, aquí estoy, no como la misma persona que era hace cuatro años, sino como alguien más fuerte, más sabia y más decidida.

La venganza es una bestia tentadora, una que susurra en las sombras y promete alivio para el alma herida. Durante mucho tiempo, he jugado con la idea de hacerle pagar por el dolor que me causó. He imaginado escenarios de justicia poética y retribución despiadada. Pero mientras más me sumergía en esos pensamientos, más me di cuenta de algo crucial: la verdadera venganza no radica en infligir dolor a los demás, sino en encontrar la paz dentro de uno mismo.

Porque al final del día, ¿qué ganaría con buscar venganza? ¿Acaso el consuelo de ver su sufrimiento se compararía con la satisfacción de encontrar la paz en mi propio corazón?

Quizás, si lo haga.

¿Que tal hacerle daño a uno de sus hermanos que la vida le dio mientras también rompo su corazón?

Suena despiadado, ¿Verdad?

Pues así se sintió cuando me abandonó, cuando dejó a un lado nuestros sueños en conjunto solo por perseguir los suyos propios y aunque eso no esté mal, yo quería quedarme, quería estar con el y acompañarlo en sus peores batallas.

Pero ya no hay vuelta atrás, ya no había ley ni moral que me impidiera hacer lo que se me diera la maldita gana.

Tomé camino hacia un bar, necesitaba despejar todos mis sentidos ¿que mejor que los tragos?

Tomaba el volante del auto con fuerza, pensando en tirarlo todo a la borda y dejar de torturarme por personas que no valen la pena, pero aquellas personas siempre estaban a mí alrededor y no podía alejarlas por mas que quisiera, por mas que deseara tenerles lejos siempre buscaban una forma de tenerme cerca.

Al llegar me senté y pedí vodka, una botella para mí sola. Tenía el suficiente dinero para pagarme lo que quisiese, sonaba egoísta y una maldita perra, pero siempre he pensado en los demás y no en mi.

Es hora de que haga lo que yo quiera, lo que me apetezca.










—Bella no aparece desde hace cuatro horas, ni atiende el teléfono.—Murmuré preocupado, Anny me miró con tristeza.—No me mires así, Ann, sabes que siento cosas por ella.

—Ella tiene novio, Jack, deberías aceptarlo y salir con otras personas.—Se cruzó de brazos intentando sonar autoritaria.—Sabes que Belly no llamará.

—Si que lo hará, la conozco.—La miré con seguridad, segundos después sentí mi teléfono vibrar, era Bella.—¿Si? ¿Dónde estás?—Dije a traves de la línea, mi corazón se aceleró mientras que Anny me miraba preocupada.—Ya voy, no hagas nada de lo que tengas que arrepentirte después.

Tomé las llaves rápidamente y corrí hacia la salida de la casa de Anny, mi chica me necesitaba y yo estaría allí para ella.

Dirán, ¿Desde cuando estaba enamorado de Bella?

Desde que la vi por primera vez.


Tres años antes.

Me encontraba en la ciudad, solo, sin nadie. Me esforzaba lo más que podía en encontrar un trabajo decente para poder financiar mis estudios y poder ser mejor de lo que ya era.

Caminaba por Gangnam mirando a mis alrededores, era mi primera vez aquí desde que me mudé a Corea ya que siempre había vivido en Busan con mis abuelos.

Mis padres eran un tema que jamás quería tocar. Aún dolía mucho su reciente partida y todo por mi culpa.
Desde pequeño era extrovertido y esa era una de mis virtudes, me ayudaba a socializar y a obtener cosas que a veces eran un capricho.
Por esa misma razón fue que los perdí.

Por un capricho, un gran capricho.

Mis ojos se cristalizaron ante el recuerdo de mis progenitores, aún sentía ese vacío que me acompañaba desde aquel día que me dejaron solo en este mundo cruel y asqueroso. Vagaba a la deriva sin un rumbo en específico, simplemente quería acabar con toda la miseria en la que estaba viviendo.

A lo lejos pude observar a una chica pelicastaña que miraba los almacenes con mucho empeño y gusto, quizás ella trabajaba en uno de ellos.

Era muy bonita, parecía un ángel, como un ángel.

Caminé hacia ella y toque su hombro, provocando un pequeño sobresalto, volteo a verme y mis nervios se dispararon hacia el cielo.

—Hey...

—¿Hola?—Su voz era tan suave, si, era un ángel.

—Me preguntaba si...¿Trabajas aquí?—La miré con duda.

—Soy la gerente, ¿Buscas trabajo?—Su sonrisa era perfecta, Dios, ¿Estoy muerto o ella es un ángel que me has enviado?

—Eh...yo, si.—Bajé la mirada con algo de vergüenza por haber tartamudeado.

—No te preocupes, justo estoy algo falta de personal, pasa.—Su risa hizo efecto en mi.

Esta mujer me volverá loco.













Pasados los años ella fue cambiando, lentamente, como si de una planta se tratase.

A veces era fría y sin sentimientos, otras veces me demostraba tanto en tan poco que me daba miedo. Estuve cuando cambio su color de cabello, dejando atrás una etapa que le hizo mucho daño.

Bella lo era todo para mí.

Y no podía creer que alguien así de la nada tuviese una conexión tan grande y segura con ella, como lo era su conexión con Namjoon. No podía negar que envidiaba ese amor que se notaba que tenían, quizás necesitaba cambiar algo de mí para que ella me mirara, así fuese algo furtivo, quería que lo hiciera.

La empatía es la mínima muestra de amor que puede tener un ser humano a otro. Quizás es lo que falta para que finalmente cambie su perspectiva sobre mi, olvidé lo que merecía enfocándome solamente en lo que sentía y si, sentía mucho, demasiado; creía en las segundas oportunidades, luego en las terceras y finalmente en las cuartas. Me di cuenta que a veces, era un poco ingenuo con lo que estaba haciendo, que era algo estúpido al no querer aceptar que para ambos, lo que teníamos, era solo un juego. Olvidé que éramos solo amigos, cosa que jamás, incluso con todas nuestras acciones, miradas y sentimientos, dejamos de ser. A veces su cinismo es doloroso, dirán, ¿Por qué lo aguantas si sabes que te duele? Y mi respuesta siempre será: porque siempre pienso que puedo cambiar a las personas con mi amor, incluso si esto termina por deteriorar mi barrera y mis sentimientos, pongo sobre todo y todos a personas que realmente solo me tienen de paso en su vida. Creía que estaba pidiendo mucho, pero luego me di cuenta de que solo estaba pidiendo un poco de decencia humana, algo tan básico que se supone que todos deberíamos tener, pero que no todos tenemos.

Estacioné el auto y baje rápidamente en busca de Bella, me preocupaba a pesar de haber sido rechazado tantas veces y a pesar de haber soportado aquella relación que aún me dolía mucho. Si, duele, claro que duele. Pero más que dolerme, me hace más fuerte y más inteligente, eso no quita el hecho de que siempre quedará esa marca allí; di oportunidades, muchas, quería un cambio que se que nunca llegó, creí en palabras y promesas falsas, expectativas altas que nunca se cumplieron, ¿Es que soy tan difícil de amar?

Noté aquella cabellera rubia sobresalir entre todos, como siempre lo había hecho. Ella era luz para todas las personas que estaban en su vida, ella era luz para mí.

—Belly, nena...—Murmuré, ella subió la mirada, sus ojos estaban hinchados y rojos, había llorado.

—¿Jack?—Dijo con su voz adormilada, su aliento olía a alcohol.

—Vamos a casa, ¿Si?, necesitas un baño.

—No quiero seguirle mintiendo a Nam, mucho menos a mi misma.—Arrastro sus palabras, si, estaba borracha.

—Cuando estés más tranquila hablaremos de esto, mi amor, vámonos.—La tomé del brazo y la levanté suavemente, ella se dejó caer en mi hombro.

—Me quema, Jack..

—Vámonos, ¿Si?—La cargué en estilo princesa, sacándola de aquel bar.

La llevé rápidamente hacia el auto y la senté en el asiento del copiloto, aseguré su cuerpo con el cinto de seguridad y corrí hacia la puerta del piloto. Ella me miraba expectante, como si esperase que dijera algo más.

—¿Que pasa?—Murmuré nervioso por su estado de ebriedad.

—Te ves tan...—Pensó un poco sus próximas palabras.—Distinto.

—Estás diciendo estupideces, me veo igual que siempre, Bella.—Miré hacia el frente y emprendí camino hacia mi casa, no podía dejarla sola en ese estado.

El camino fue corto pues mi casa quedaba cerca de donde ella estaba, inconscientemente ella balbuceaba pequeñas frases que en mi mente no tenían ni el más mínimo sentido. Apenas llegamos, salte del auto y abrí rápidamente la puerta, tomándola nuevamente entre brazos y cerrando torpemente la puerta del auto. Entre cuidadosamente a la casa, poniendo atención al frente y al piso pues podía caerme por el desorden que poseía.

—¿Puedes mantenerte de pie?—La miré dubitativo.

—C-creo.—Tartamudeo un poco al momento de que sus pies rozaron el frío piso, sus tacones habían quedado en mi auto.

Encendí las luces y la mire, estaba algo pálida y sus ojos apenas se acostumbraban a la luz, si que estaba borracha.

—Necesitas un baño, Bella, aún estás muy ebria.

—Solo...—Ay no, las condiciones no.—Solo si te duchas conmigo.

¿Qué?

Repase la pregunta lentamente en mi cabeza, ¿Quería que tomase un baño con ella? ¿¡Estaba loca!?

Ah, no, estaba borracha.

—Belly, no puedo, no tengo tu consentimiento.—Murmuré nervioso por su reacción.

—Si que lo tienes.—Se cruzó de brazos tambaleándose un poco por el mareo.—No lo haré si no lo haces conmigo.—Arrastró sus palabras, típico comportamiento de alguien borracho.

—No seas caprichosa, Bella Park.

—No lo haré, ya lo dije.—Su cabellera rubia revoloteaba por el rápido movimiento que su cabeza hacía.

—Dios mío.—Pensé, ¿De verdad perdería esta oportunidad solo porque está borracha?—Belly, no seas así.—No, no lo haría.—Está bien, te marearás más, no seas tonta, vamos.

—¿Pero si lo harás?—Murmuró sonrojada, ¿Acaso ella sabía lo que estaba haciendo o solo era por el alcohol?

—Lo haré, apúrate, vamos.

Miré el reloj, eran las dos de la madrugada.

Mañana amanecerá con una resaca que ni ella misma soportará.

Entramos a la habitación de baño, encendí las luces y nuevamente sus ojos recorrieron el baño entero intentando acostumbrarse.

Como si no hubiese estado antes aquí, por Dios.

Empezó a retirar prenda por prenda sin pudor alguno, se me olvidaba que las personas cuando estaban ebrias se comportan así. Le di la espalda para hacerla sentir segura y cómoda, pero ella misma tocó mi hombro haciéndome reaccionar ante ello.

Mi mirada recorrió aquel cuerpo bien tonificado a pesar de que la rubia comía como el demonio, gran parte de su tiempo se la pasaba comiendo. Sus pechos sobresalían, eran de buen tamaño siempre y de verdad que me apetecían, su figura llamaba mucho mi atención pues su cintura era muy marcada.

Su cuerpo no concordaba con su rostro, inocente, puro y lleno de alegría, aquello era más sucio, más...impuro. El pánico me invadió, ella estaba ebria, no podía hacerlo, al menos no ahora.

Solo pensaba en su consentimiento, no pensaba en su novio o en qué Jungkook me mataría por tocarla más allá que como los amigos lo hacían. Sus ojos me recorrían y podía percibir ese toque de lujuria, su mirada lasciva me mataba porque ella era la mujer que yo merecía.

Deje la moral fuera de esta discusión y empecé lentamente a quitarme la ropa, probablemente la cabeza estaría matándome después de esto. Pero no podía evitarlo, ella era tan hermosa que no podía quitarle la mirada de encima.
Mientras yo me ocupaba de mi ropa, ella, tamborileante, caminó hasta la ducha y abrió la llave, el torrente de agua fría cayó sobre ella haciéndola reaccionar en cierta parte, aún así, me miró con esa misma expresión lasciva de antes.

Decidí que no iba a esperar más para hacerla mía, mía y de nadie más.

Casi que corrí luego de terminar con mi ropa, la tomé de la cintura y la besé, la besé luego de meses sin hacerlo. Desde que conoció a Namjoon y se "enamoró" de el, su atención hacia mi era reducida y hablábamos poco. Sus manos pasaron de mi cuello hasta mi pecho y lentamente fueron bajando por mi abdomen haciéndome estremecer pues su tacto era frío como el hielo, quizás no estaba muy alejado de sus sentimientos. Su espalda choco contra la dura y gélida pared, su mano aterrizó sobre mi miembro y lo acarició, seguido a ello su mano lo rodeó dejándome sin aliento provocando que me separase rápido de ella, baje la mirada y allí se movió haciéndome suspirar, empezó lento pero luego su mano aumentó la velocidad, suspiré fuertemente cerrando los ojos, estaba perdido en el placer que mi mejor amiga me provocaba, mi mejor amiga...¿Acaso me estaba dando cuenta en el dilema moral al cual la sometí sin saberlo? Su mano se detuvo dejándome al borde, la miré, sus labios hinchados y su cabello rubio mojado me provocaban. La besé de nuevo esta vez moviendo mis manos por todo su cuerpo, quería recordarla de todas las formas posibles aunque sea por un tiempo limitado, mis dedos se dirigieron hacia su zona íntima, éramos adultos y yo sabía lo que hacía. Mis dedos entraron lentamente en su mojado coño haciéndola estremecer y soltar un gemido placentero. Pasados unos minutos nos encontrabamos en una nube de placer indomable que provocaba que todos mis sentidos se agudizaran, sus gemidos llenando la habitación y su cabellera rubia siendo jalada por mi mano era una imagen que jamás podría olvidar, definitivamente ella siempre sería mía, mía y solo mía, mi rubia de televisión.

Author's note 💗

Aja, se prendió esto.
Que fuerte amigumis.

-With love, Danna Kim.

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