Rampo II
Cabezas rodantes, corazones ardientes.
—Ah, maldita sea. Qué asco... —____ recorrió la sala del Museo.
Era una exposición de los mejores artistas en madera, había troncos de madera colgando desde el techo, todos ellos llevaban rostros tallados de los propios artistas. En las orillas, formando un triángulo, estaban tres cabezas, colgando de la misma forma.
—Así que... llevan toda la noche. ¿Dónde está el policía que encontró esto?
—No quiere hablar, esta traumatizado.
—Bien. Voy a revisar todas las salas.
____ se fue, estuvo todo el día en el Museo. Y al día siguiente tenía las cosas en orden.
—A ver, la persona que los asesino fue un hombre. Esperó toda la noche escondido en la sala del cine, en las últimas visitas los atrapo, los dejo inconscientes y los colgó desde la ventana. Posteriormente los dejo caer y se quedó con las cabezas, eliminó tres de los troncos y colgó las cabezas perforándolas del cráneo. Maldita sea... eran ancianos.
—¿Y sabes quién es?
—Afortunadamente el asesino no fue lo suficientemente inteligente para evadir todas las cámaras de seguridad. Envíen una patrulla a la Agencia Armada de Detectives. Arresten a Edowaga Rampo.
—No fui yo —Rampo estaba esposado a la mesa. ____lo veía con escepticismo, ella estaba cruzada de brazos con las fotos de las grabaciones esparcidas por la mesa—. Alguien manipulo mi rostro.
—Las pruebas indican otra cosa. Mande a revisar los videos y no hay manipulaciones técnicas.
—Es una habilidad.
—No creo en eso. Ahora, más vale que tenga una buena coartada —la de cabellos dorados recogió las fotos y dejo en la mesa las fotografías de los tres ancianos—. ¿Los conocía?
Rampo negó.
—No, y yo estaba en mi oficina cuando eso sucedió. Revise las cámaras. Y por favor, yo ya sé quién es el asesino —____ no le prestó demasiada atención.
—Ah, ¿Quién?
La chica había arrestado al asesino. Al final, el grandiosisimo detective de la Agencia se dio a conocer una vez más. A ___ le daba lo mismo. Mientras no lo volviera a ver en la sala de interrogatorios, ni en ningún otro lado.
Ningún otro...
—Detective-chan.
...lado.
____ se hizo la que no lo oyó, paso de largo y se sentó lo más alejada que pudo. Al detective pareció no importarle porque fue a tomar asiento en frente de ____. Habían pasado dos meses desde el asesinato, dios, el tipo estaba enfermo. ____ duró días sin dormir por todas las atrocidades de las que se enteró.
—¿Qué se te ofrece? —la rubia leía| la carta, tratando de ignorar al chico.
—Es solo que... estoy aburrido.
—Genial. ¿Te compró un cubo?
—Prefería hablar.
____ iba a responder, cuando vio algo aproximarse por la ventana. Era un cráneo, con algo verde en su interior. La chica se levantó, la silla cayó tras de ella. Las personas en el lugar voltearon a verla. Rampo también miro a la ventana. Las cosas sucedieron demasiado rápido.
—¡Agente del FBI! ¡Salgan ahora! —____ corrió, golpeó la ventana y se cubrió la cara.
En el aire atrapo el cráneo, observó la granada y la lanzó tan lejos de todas las personas como pudo.
—¡Aléjense! ¡Ahora! —_____ se alejó, junto a la multitud.
Pero no hubo explosión. Enseguida, la mente de la chica captó. _____ buscó con la mirada a Rampo, quien estaba siendo arrastrado lejos de la gente, la rubia se movilizo.
—¡Desalojen en lugar! No sabemos si puede haber otro terrorismo —____ extrajo su celular y pidió refuerzos mientras apartaba a la gente y seguía a Rampo.
Y así fue como ____ se convirtió en su guardaespaldas. Cuando ella, en realidad, ni siquiera vivía allí.
—Aún estamos a tiempo de regresaaaar —Rampo la jalaba del brazo. ____ se resistía.
—Cierra la boca, no entiendo porque no te gusta comprar ropa, pero dulces, sí.
—Porque los dulces son ricos.
—La ropa te hace ver bien.
—Yo me veo bien con todo —____ sonrió. Es obvio que sí.
Llegaron a la tienda, por lo poco que Rampo sabía, esa tienda era de las más caras. El Presidente le había encargado a ____ llevar a su subordinado a comprar ropa porque se la pasaba en fachas, _____ no se había negado. Si podía ver a Rampo con ropa de lujo, haría todo lo que estuviera en sus manos.
—¿Aquíiiiiiiii? Es muy caro. Vayamos a una más barata y lo demás lo podemos gastar en dulces.
—No, ahora entra —el guardia de seguridad los saludó—. Distráete hablándome de la tipa que te gusta.
Ambos tenían un crush, _____ por su parte con Rampo y Rampo con ella. Solo que Rampo se la pasaba parloteando acerca de chica que ____ no se daba cuenta de que hablaba de ella.
—Nunca me has dicho como se llama, ni donde trabaja. Solo te la pasas diciendo lo ingenua que es porque no se da cuenta de que la adoras. ¿Dónde trabaja?
—Ay _____ —Rampo se lamentó. ¿Cómo era posible que fuera policía y a la vez tan tonta?—. Es policía.
—¿En serio? ¿Trabaja conmigo? —mientras ___ le hacía platica, iban viendo la ropa. Y aunque Rampo dijo que detestaba comprar ropa era muy bueno en escoger ropa de calidad y con buen gusto.
Orgullosa niñera/guardaespaldas.
—Sí. La veo todos los días.
—¿Qué? —____ rio—. Estoy contigo a todas horas todos los días...
No hubo respuesta. Rampo se había perdido en otra sección, solo para que la chica no mirara su sonrojo.
—Espera... —_____ buscó con la mirada al chico, pero no lo encontró.
Un rato más tarde ___ estaba a punto del colapso mental, Rampo no aparecía. Había revisado hasta el último rincón de la tienda, estaba a punto de rendirse y llamar al de seguridad cuando a lo lejos, muy a lo lejos vio una silueta delgada moverse entre las personas. Llevaba bolsas en las manos e iba vestido de manera casual. Botas, jeans apretados, playera. ¿Ese es...?
Caminó lo más rápido que pudo por él, pero cuando estaba allí, él se le había perdido. ____ maldijo por lo bajo. Infeliz. La chica corrió a buscarlo, él realmente no estaba por ningún lado. ____ se sentó en mitad de la plaza, en los sillones. Había muchísima gente, parejas, familias, adultos. La chica miró a su derecha, a un puesto de crepas, donde encontró al chico parada esperando la suya.
Hijo de la re mil...
—¿Dónde estabas? No sabes andar aquí. No tienes idea de cuánto estuve buscándote.
—Aprendí a andar aquí. Compre ropa y dulces —_____ entrecerró los ojos.
—Te dije que no te gastaras el dinero en dulces —Rampo recibió la crepa y fue a sentarse—. Escúchame.
—Dime.
—¿Soy yo... la persona que te gusta?
—Abre la boca —aturdida, ____ obedeció.
Rampo la besó, pasándole la mitad de una fresa a la boca. Sus labios pasaron a ser solo uno, sus salivas se combinaron y simplemente ninguno de los dos se pudo resistir al otro. La rubia la tragó y saboreó el sabor de la crepa y el del chico.
—¿Ya te quedó claro o sigues siendo ingenua?
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¿Les gusta este estilo de narración?
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