Kenji

Kenji Swap!

—Dazai no.

—Dazai sí.

—Dazai no.

—Dazai sí.

—¡Que no!

La gabardina de Dazai era sujetada por las delgadas y pálidas manos de _______, quien intentaba sin éxito alguno interponerse entre Dazai, la bolsa de droga y la taza de leche de Kenji.

—Es un ángel ¿Cómo se te ocurre? Imagínate lo que nos hará si cambia de personalidad.

—No pasa nada _______-chan, el efecto se va en veinticuatro horas.

—Nos va a matar.

—¡Premio doble! ¿No quieres morirte conmigo ______?

La muchacha volvió a tirar de la gabardina. Dazai siempre había sido delgado pero resistente. Las suelas de sus zapatos rechinaron contra las baldosas del suelo.

Cierto rubio, próxima victima de Dazai, miraba curioso la escena, con la cabeza ladeada.

—¿Están haciendo alguna clase de competencia?

—¡Sí!

—¡No! —gritó de vuelta ______. La pelinegra saltó y aferró sus piernas al cuerpo de Dazai. Tomándolo por sorpresa, el castaño se balanceo hacia atrás impulsado por el peso de ______.

Estiró un brazo en busca de la droga y en su momento, Dazai lanzó la bolsita a la taza de leche de Kenji. _______ gritó mientras le daba una patada en su carente culo al suicida.

—Hijo de perra. Kenji no te tomes eso.

Kenji en lugar de prestarle atención a su niñera estaba tratando de entender que quería decir la chica con "Hijo de perra".

—¿Qué es un hijo de perra? ¿Es un halago? Los perritos son bonitos.

Y la tragedia sucedió. Todo pasó en cámara lenta ante los ojos de _______. Kenji tomando la taza y llevándosela a la boca, _______ soltando a Dazai para correr a detenerlo. Dazai riéndose, un Tanizaki desaparecido después de que su novia lo torturase. La taza estaba vacía cuando _______ la tomo y se la quito a Kenji, lo único que había en su interior era el resto de la bolsa sin ningún tipo de contenido altamente peligroso.

—Dazai... te voy a castrar.

Y él, que le gustaba ver arder el mundo pero no arder en el, se estaba deslizando lentamente a la salida, llevándose un Atsushi con él. Si la tercera guerra mundial se desataba allí adentro, Dazai estaría preparado. ¿No era que llevara todo lo esencial para el apocalipsis? Pues él llevaba un Atsushi y vendas. _______ giró la cabeza cual exorcista lista para lanzársele encima y ahorcarlo —y no de la manera placentera—. Dazai, astuto como era, ya no estaba.

—Ahg. Los odio, a todos. Me cagan.

Ser la niñera del rubio le podría traer problemas con sus padres, sobre todo ahora. ______ rezó tres rosarios distintos antes de acercarse al rubio que al igual que Ranpo tenía la mirada perdida en el vacío y posiblemente estuviera viendo alguna banca en tanga pasear por un arcoíris montada en un humano desnudo.

_______ tocó el hombro del de pecas, apenas un ligero toque, como si llamarlo ameritara estar tres metros bajo tierra. Cuando Kenji se dio vuelta _______ pegó un saltó y ahogo un grito.

Kenji llevaba el ceño fruncido.

—La leche sabía raro.

______ dejo escapar todo el aire y su tensión. Estaba esperando que el niño se pusiera a soltar blasfemias a diestra y siniestra.

—¿No hay más? —ella negó—. Umh... hijos de perra.

_______ ahogó un grito, tapándose la boca y retrocediendo. Hizo la señal de la cruz con sus manos.

—¡Kenji! ¡Eso no es un halago!

—Ya lo sé. Lo dije con toda la intención.

______ se acercó, ignoró cualquier señal de alerta que su cabeza emitiera y zarandeó a Kenji, como si con eso pudiera reaccionar. El chico en lugar de calmar a la muchacha como solía hacer cada vez que ella entraba en alguna crisis por culpa de Dazai, la tomo por lo hombros y la saco a la fuerza y cuando digo a la fuerza, es a la fuerza.

Los moretones allí donde él la había tomado, no se notarían hasta más tarde.

Se suponía que Kenji debía tener otro tipo de actitud y parecía medianamente normal. Consternada, ______ llamó a Dazai.

—Oye. Se supone que la droga cambia la personalidad ¿No?

—¡Sí, sí! Los efectos comienzan en una o dos horas.

Y así ______ se mantuvo sentada al lado del rubio durante dos horas, antes de que lo pudiera notar. Kunikida los estaba mandando a una misión, inconsciente de que el campesino estaba drogado, así que a _______ no le quedo de otra que salir con la bilis en la boca y las ganas de matarse a flor de piel.

Iban por el centro de la ciudad, a paso ligero y sin preocupaciones, típico de Kenji o así debía ser. En su lugar, el muchacho llevaba una postura un tanto encorvada, los pasos con los que avanzaba parecían ser demasiado para él, como si cada pie llevase arrastrando bolas de hierro. Y, sobre todo. La gente de allí conocía a Kenji y por Kenji conocían a su tímida —pero salvaje— niñera que tenía la curiosa e interesante habilidad de recolectar cualquier nombre, pista, testimonio que fuera dado al pequeño de la Agencia para posteriormente hacer el reporte.

Después de todo, ese era su trabajo.

Pero esa vez, iba más preocupada por lo raro que lucía Kenji con el ceño fruncido.

—¡Ey Kenji pequeño! ¿Crees que esta tarde puedas ayudarme...?

La pequeña señora, encorvada por el tiempo se quedó de piedra cuando el mismo Kenji le dio una mirada de odio. Se cruzó de brazos y volteó la cara en dirección contraria a la de la señora. _______ le pidió disculpas con la primera excusa que se le ocurrió.

—Lo lamento, anda en sus días.

—¿Qué no es un chico?

—¡Adiós!

Apresurada, volvió a retomar la marcha al lado del rubio. Espero el momento indicado para preguntarle el porqué de su actitud, aunque la respuesta Dazai ya se la había dado.

—Kenji...

—¿Por qué todos están saludándome? ¿Tengo cara de que quiero ser saludado?

—Tú sueles hacer eso —explicó antes de frenarse ante la puerta del hombre víctima de su misión—. ¿Qué hacemos aquí? ¿No teníamos que reunir pri-

—No. Sé que él lo hizo.

Habían secuestrado a la hija del primer ministro una semana atrás y aunque el caso se encontraba en manos de Dazai y Kunikida en primera instancia, ambos estaban todavía declarando hasta el último detalle de lo sucedido ese día y la muchacha seguía corroborando lo mismo, pero tenían que tener todo en orden, porque se trataba de la hija del primer ministro.

—Se ve bastante al descubierto para ser él.

Kenji se sacó una barra de metal de quien sabe dónde y la sostuvo contra su pecho.

—Eh... Kenji...

—Shhh. Le partiré la cara si me miente.

_______ casi vuelve a chillar cuando Kenji pateó la puerta, la cual fue derribada y arrancada de la pared al instante. Se estrelló contra la pared y se deslizó ruidosamente hacía abajo. En el cuarto había un hombre mirando televisión. En cosa de segundos él se había levantado y tomado la escopeta para disparar. Y en cosa de otros segundos Kenji se había movido —corrido— y asestado un golpe demasiado duro en la cabeza del hombre.

La sangre salpicó la pared y el rostro de Kenji, así como el pantalón de ______. La sonrisa que adornaba la cara del rubio no hacía la escena sino más perturbadora.

—Fukuzawa lo quería vivo...

—Yosano lo revive. Vámonos mientras siga vivo.

Kenji se perdió en la cocina y regresó con una bolsa negra que le puso en la cabeza al hombre, ocultando la herida y sosteniendo a su vez la sangre que empezaba a gotear. ¿Desde cuándo Kenji se había vuelto tan bueno ocultando crímenes?

—Tomaremos las rutas abandonadas de la mafia para llegar, la gente no puede vernos con esto.

Kenji se echo al hombro el cuerpo, casi cadáver, y emprendió su camino escaleras abajo. _______ estaba medianamente mejor después de saber que al chico todavía le quedaba moral como para no andar con un cadáver por la calle o eso esperaba.

—Dijiste que le partirías la cara si te mentía pero ni lo dejaste hablar.

—Nos iba a atacar. Daba igual, lo hare hablar a la fuerza en caso de que no diga nada.

Le dedico una sonrisa a _______, demasiado dulce, lo que la volvía perturbadora tras las palabras dichas y la sangre que adornaba un lado de su rostro. Sin contar los quejidos del hombre que sonaban como fondo. ______ forzó una sonrisa y apresuro el paso, pasando a Kenji y casi se puso a correr cuando sintió la respiración del chico cerca de su hombro.

Una vez que estuvieron en la Agencia, Kunikida casi explotó del enojo cuando Kenji dejo caer el cuerpo en medio de la sala de estar.

—¡Kenji por todos los cielos! ¡Te pedimos que lo interrogaras!

El rubio levantó el labio como si fuera un perro y gruño. Se cruzó de brazos y empezó a zapatear ligeramente.

—No me dijiste donde debía, viejo —Kunikida no dijo nada al respecto ¿Qué más podía decir? Ahora sabía que todo era culpa de Dazai, el hijo de puta de todas las atrocidades que sucedían en la Agencia.

—Ya mira... llévalo con Yosano.

Kenji se volvió a montar el cuerpo y se perdió en la enfermería. Kunikida señalo a _______.

—Explícame que carajo paso.



—Te juro que cuando llegue le voy a cortar los testículos y se los amarraré al cuello —siseó un Kunikida muy enojado. La palma se le estaba entumeciendo del frío que producían los hielos contra su ojo.

—Cuenta conmigo —le siguió ______, sosteniendo su brazo contra el pecho luego de que Kenji se lo rompiera. (Por accidente, no se alarmen).

Sin embargo, el ojo morado de Kunikida había sido apropósito y de no ser porque Fukuzawa salió a meterle santo coñazo a Kenji, Ranpo también se había podido ir con el labio roto, sin dos dientes y las ganas de vivir a cero.

Por ahora, el muchacho creador de tanto desastre reposaba la cabeza en el escritorio roncando ligeramente después de haberse comido varios platos de soba frío. Y Dazai estaba a punto de aterrizar con Atsushi en la Agencia.

—¡Hi, hi! ¿¡Como les va!? ¡Respiro la positivad en el aire!

Toda la Agencia le lanzó una mirada de muerte, propia de Mori o de Chuuya. El castaño sonrió muy a penas.

—¿Respiro la negatividad en el aire...?

—Corre —susurraron Kunikida y ______ al mismo tiempo. 









aYUDA. Ando en un bloqueo creativo tan grande como las ganas de matarse de Dazai. nO ESTOY BIEN.

Wey, de que me cago yo solita😔👊. Tengo la mala, TERRIBLE Y ASQUEROSA costumbre de que cuando no me gusta lo que escribo siento que a nadie le va a gustar y que todo los votos y lo demás son de pura lástima. 😔⚰️

Y ya. Hasta aquí mi reporte Joaquín.

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