A petición de: distinyfix

Advertencia: ninguna

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— ¿Ya terminaste? — le preguntaste a tu novio. Te recargaste sobre su hombro mirando con detenimiento como tecleaba hábilmente en su computadora.

— Solo un poco más — comento, seguiste observando hasta que él se detuvo, se hizo a un lado de tu cuerpo. Entonces agarro tu cabello y lo anudo en una coleta baja —, tu cabello me pica.

Te quitaste de en medio y te fuiste a la cama, a esperarlo. En poco tiempo cumplirían dos años de relación, aun recordabas como lo conociste: perseguían a un vándalo que te había robado un bolso que tú previamente robaste, estabas indignadísima, se supone que barrio no mata barrio. En la persecución encontraste una bodega y te metiste en ella por mera curiosidad...

— _____... _____ llevo llamándote hace rato ¿En qué estás pensando? — sonreíste.

— ¿Recuerdas cuando nos conocimos? — Fyodor asintió con la cabeza — Ah, pues en eso.

Te hiciste a un lado para dejarle espacio en la cama, se quitó su gorrito y su gran abrigo para meterse en la cama contigo, te acomodaste a manera de abrazarlo de lado y con tu cabeza sobre su pecho. El ruso comenzó a hacerte cariñitos en la cabeza, ambos disfrutaban del calor del otro, lo suyo no era ponerse melosos cada que podían, el por su fría y sádica personalidad y tú por tu trastorno, era una desgracia pero así te toco, sufrías de trastorno de la personalidad antisocial. Jamás se te trato como debía, tus padres —si se pueden llamar así— lo único que hicieron fue arrojarte a un hospital psiquiátrico, al volverte mayor de edad no tuvieron otra que sacarte del hospital, era tu problema sobrevivir. Con el tiempo te perdiste de ti misma pues tu trastorno había tomado todo el control, eras una mentirosa, vándala que se dedicaba a matar. Realmente te convertiste en alguien incapaz de ser normal, destruiste tu vida hasta que lo conociste.

Te preparabas para salir a tu primera consulta con el terapeuta, sabias que tu trastorno no tenía cura pero sí que podías controlarlo solo que no sabías como debido a que jamás se trataron adecuadamente.

— ¿Lista? — asentiste, ambos partieron juntos. Fyodor tuvo que quedarse afuera mientras tú "dialogabas" con el terapeuta.

El doctor hizo que le contaras tu historia, lo que hacías y porque, te costó al principio pero después lo dejaste fluir sin importar si el doctor entendía o no. Horas de plática más tarde él te dijo:

— Sorprendentemente con el pequeño diagnostico que acabo de formular tus ataques han bajado gradualmente desde que conociste a tu novio, entonces deberías seguir así; no hay de qué preocuparte por si sientes que alguna vez le harás daño te recetare algo, la dosis es baja mientras te acostumbras ¿Esta bien? — Asentiste sin decir nada — Haré pasar a tu novio, puedes esperar en la habitación de allá.

Señalo una puerta detrás de ti, te dirigiste hacia el lugar, entraste en la habitación. Esperaste a que tu novio y el doctor terminaran de conversar, realmente al entrar a esa sala temías lo peor y de hecho te causaba un poco de paranoia estar dentro pues te recordaba a las sucias paredes del hospital pero tratabas de actuar lo mejor posible. Más tarde el doctor te llamo, saliste y a los dos juntos les dio unas pequeñas indicaciones extras. Al salir y estar en el auto no sabías ni como agradecerle a tu novio lo que hacía por ti.

— Gracias — titubeaste un poco.

— Lo hago por ti, además no me agradezcas, no hasta que veamos resultados — sonreíste y te recargaste en el hombro de tu novio mirando a la nada en específico.

Desde aquel día te juraste a ti misma que no lastimarías nunca a tu novio y que las cosas cambiarían y vaya que lo hicieron.

— _____ ¿Por qué lloras? — Fyodor limpio las lágrimas de tus mejillas, sorbiste tu nariz.

— Estaba, estaba recordando lo de antes — con "lo de antes" te referías a las primeras terapias, aquellos días los pasaste muy mal.

— No pienses en ello, nada de eso importa. Pero si sientes que pierdes el control puedes decirme y juntos volveremos a la terapia — asentiste pero sin querer tu cabeza comenzó a formular ideas logrando que volvieras a llorar.

— Tengo miedo, ¿Y si hago algo? Algo que haga que me dejes o te canses de mí — Fyodor se hizo a un lado, ambos quedaron frente a frente. Agarro tus mechones de cabello y los enrollo entre sus dedos.

— Eres mi novia, jamás dejaría ir a la única persona que logro conquistarme — seguido de eso te planto un beso en los labios, era lento y lleno de cariño. Sus labios y los tuyos eran perfectos en conjunto.

— Te amo — murmuraste en medio del beso.

— Y yo a ti — dijo cuando terminaron su beso.

Ambos se quedaron dormidos abrazados el uno del otro, sintiéndose felices de estar juntos muy a pesar de sus problemas, porque no eras tú contra él ni él contra ti sino ustedes juntos contra el problema.

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— Buenos días — te saludo tu novio dedicándote una sutil sonrisa.

— Waaa es sorprendente que estés aquí ¿A qué se debe? — le devolviste la sonrisa incorporándote en la cama.

— Anoche que veía tu rostro pensé que te he estado descuidando últimamente y hoy decidí pasar un rato contigo — sonreíste enternecida, no sabías como lo hacía pero siempre lograba hacerte sentir mejor —, ahora tomate tu pastilla.

Asentiste con la cabeza, agarraste el bote de las pastillas y te echaste una a la boca, Fyodor te pasó un vaso de agua. Al terminar tú fuiste por las vitaminas de Fyodor, no solo dejabas que se preocupara por ti, tú lo hacías por él.

— ¿Qué es eso _____?

— Tus vitaminas ¿Qué más? No esperabas que te dejara irte sin ellas, debes mantenerte saludable — muy en el fondo a tu novio siempre le parecían lindas esas acciones de parte tuya.

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Tarde pero seguro ahre ( ¡TARDISIMO JODER!) Estos casi segura que la chica que hizo el pedido ya hasta ha deber eliminado la historia de su biblioteca jsjs ;-;

Lo sientooooooo :(

–wuserpoe