escenario xvi.i
tw: fem! reader. obsesión, diferencia de edad
╰┄───➤ °♡•.ᵖᵒʳᵗ ᵐᵃᶠᶦᵃ!
| Ellos están cien por ciento seguros de que no los ves como hombres, preguntándose que hacer para que los notes de la misma manera que a los demás, pero tú simplemente estás demasiado segura de que no eres la mujer que quieren como para darte cuenta acerca de ellos y su necesidad por ti, que lo dejas pasar. |
no los ves como hombres
────────────────────────────────────
—𝕬𝖐𝖚𝖙𝖆𝖌𝖆𝖜𝖆 𝖗𝖞𝖚𝖓𝖔𝖘𝖚𝖐𝖊
⌇‧₊˚彡; desde que Chuuya le metió en la cabeza la idea de un concepto de "hombre" implícito en el comportamiento de las mujeres (y hombres también), no pudo dejar de pensar en eso.
Especialmente porque tardó en entenderlo. Compréndelo, hay cosas que simplemente no le van a entrar en la cabeza con facilidad.
⌇‧₊˚彡; reflexionó acerca de esa ridícula idea social, intentó analizar a Higuchi ya que era su contacto femenino más cercano pero falló estrepitosamente cuando la chica empezó a huir de él porque se estaba comportando demasiado "amable". Como opción, le quedabas tú.
Tú que eras su amiga más cercana —única de hecho—. Nakahara le había dicho que tú no lo veías como hombre, pero que Higuchi sí. Akutagawa honestamente no entendía la diferencia.
⌇‧₊˚彡; —Akutagawa —murmuraste apareciendo de repente a su lado.
El hombre te miró, acostumbrado a tus estrepitosas apariciones. Alzaste la mano en su dirección y le sonreíste, él te asintió. Pero lo notabas extraño, quizá un poco más distante que otros días. Porque al menos, un día normal te habría hecho algún ruido con la garganta para saludarte, alzaste una ceja y te le acercaste al rostro.
El dio un paso atrás, frunció el ceño y te adelantó en su camino.
—¡ey! ¿qué pasa?
⌇‧₊˚彡; pero él tampoco sabía que pasaba, trataba de entender el concepto y no podía. ¿Cómo es que no podía ser un hombre para ti si literalmente lo era? De carne y hueso.
Se estaba volviendo frustrante y no lo dejaba pensar. Se detuvo de golpe mientras lo perseguías y se giró. Diste un paso atrás con expresión pasmada, en medio del pasillo, parecía un fantasma decidido a matarte.
—responde —dijo. Al instante te atrapó las piernas y los brazos con Rashomon, te le quedaste mirando como si el hámster en su cabeza se hubiera vuelto loco.
—si, ¿qué es lo que te inquieta ahora? Solo te pones así cuando estás estresado o no entiendes algo. Escupe.
⌇‧₊˚彡; no es culpa exactamente, no entiende los conceptos sociales. Hay un segundo de duda en sus ojos, su mente moviéndose alrededor para idear la mejor forma de planteártelo y que no malentiendas sus palabras.
—¿me ves como un hombre? —pregunta.
Sencillo y directo, eso debe funcionar. Cuando te mira a los ojos tienes la expresión tan en blanco que por dentro parece desinflarse y hacer un pequeño charco a tus pies.
Al menos, si tú no lo entiendes, significa que Nakahara pudo no haber sido tan claro en su explicación y no es que ponga en duda las habilidades léxicas de su superior.
⌇‧₊˚彡; de un momento a otro, mientras sigue pensando como hacerte entender, estallas en carcajadas. Gira la cabeza como resorte en tu dirección y allí estás, doblándote como un gato y haciendo que se sienta estúpido.
No es posible que su pregunta haya sido tan imbécil ¿verdad?
¿verdad?
—¡¿De donde sacaste eso!? —preguntas aun entre carcajadas—. ¿Quién te lo enseño?
—¿Por qué estás asumiendo que no lo inferí yo mismo? —murmura con el ceño fruncido. Un atisbo de molestia cruzándole las facciones.
—Porque es un concepto social al que no eres cercano. Esas cosas no te interesan a ti Akutagawa, así que...
—Responde mi pregunta entonces.
⌇‧₊˚彡; te tomas un segundo para pensar antes de contestarle, ignoras la mirada de desconcierto que tiene en su lívido rostro y decides que se lo explicaras, así quizá, pueda entenderte.
—emh, mira. Cuando hay una persona interesada en ti o que, cuando menos te encuentra atractivo, hay algo que es diferente sobre cómo es su mirada.
Él asiente, eso lo sabe y entiende, pero no como todo eso relaciona con ser hombre y verse como hombre.
» ahora, cuando alguien dice que no te ve como hombre, está hablando de que no eres lo suficientemente atractivo o no le interesas en ese sentido. Hay una distancia social que tomas con esa persona que con otros no tomarías, como por ejemplo... ¡ah! Yo podría decir que veo a Nakahara-san como un hombre porque lo encuentro atractivo y fácil imaginarlo en... ¿otros contextos? Por decirlo de algún modo.
Parpadea, busca el significado de otros contextos en su memoria, pero no es bueno guardando cosas que no utilizara. Sin embargo, entiende el tono en el que lo dices y eso hace que una idea general venga a su cabeza.
—¿me entiendes? —preguntas.
⌇‧₊˚彡; te suelta. Tu centro de gravedad se desestabiliza y caes de espaldas al suelo, te quedas mirando el techo de los pasillos mientras sus pisadas resuenan lejos de ti. Frunces el ceño y te trasportas a su lado.
—¿qué fue eso? ¿qué pasa?
—no me ves como hombre —dice. Sigue caminando apresurado por el pasillo sin siquiera mirarte, te quedas estática unos segundos y vuelves a la carrera su lado.
—¿cómo llegaste a esa resolución? Es más, tu no me ves como mujer así que creí que teníamos esa confianza el uno con el otro.
⌇‧₊˚彡; se detiene de bruces, tiene el ceño fruncido y los puños apretados. Esperas a que hable, pero por la forma en que su mandíbula se tensa sabes que te costara sacarle una palabra. Estas por abrir la boca cuando él habla.
—si es así como funciona, entonces yo si te veo como mujer —farfulla mirándote con un deje de vergüenza.
Abres la boca, pero no dices nada, no puedes. Estas petrificada. Y mientras él se sigue alejando por los pasillos tú te quedas con la mandíbula por el piso.
⌇‧₊˚彡; —¡ey! —gritas apareciendo repentinamente en su oficina. Akutagawa esta a medio desvestir porque no soporta más la idea de traer la sangre pegada al cuerpo—. ¡ah, bye!
Desapareces y te quedas detrás de la puerta.
—solo quería decirte que... bueno, si te veo como un hombre, pero creí que tú no me veías así. Simplemente no quería continuar lastimándome a mí misma ¿sí? Pero no tenemos que hacer las cosas incomodas, hablemos cuando estes listo.
La puerta se abre de golpe, tu espalda vuelve a ceder y caes de nuevo, pero esta vez el brazo de Akutagawa te detiene. Tiene la mirada centrada.
—Hablemos.
—𝖓𝖆𝖐𝖆𝖍𝖆𝖗𝖆 𝖈𝖍𝖚𝖚𝖞𝖆
⌇‧₊˚彡; está sorprendido, un poco. Y honestamente no es el tipo de hombre que se preocupe por como lo ven los demás porque él sabe que es atractivo. No se molesta en detenerse allí.
Aun así, no concibe tu mirada sobre la suya. Apenas la entiende, lo miras con un brillo burdo bailando en tus pupilas, como si no fueras capaz de tomar en serio sus movimientos. ¿A dónde estás mirando si no es a él?
⌇‧₊˚彡; lol q mal, piensa de vez en cuando. No sabe que hacer más que encogerse de hombros y tirarse de los cabellos pelirrojos en la privacidad de su hogar. Si, es definitivo que le causa frustración, a tal punto que solo verte le provoca la necesidad de tomarte del rostro y hacerte mirarlo.
—¿vas a seguir riéndote de mí? —farfulló con molestia golpeteando su dedo enguantado sobre la mesa.
—no me estoy riendo —canturreaste—. O sea, sí, pero no es de ti, te lo juro.
Tuvo suficiente por hoy.
⌇‧₊˚彡; se levantó con estrepito de la mesa, sacándote un mini susto. Dio una vuelta brusca y salió de golpe, dejando que las puertas se movieran como alas por la fuerza. Te quedaste de piedra escuchando sus pasos alejarse.
¿ok? ¿y ahora por qué su poquísima tolerancia? ¿finalmente se había cansado de ti?
La idea te golpeó como un mal cruel, dejándote el sabor de la culpa en la punta de la lengua. Te levantaste y corriste detrás de él, pero antes de llegar a su lado, te detuviste, mirándole la espalda.
⌇‧₊˚彡; quizá era tu culpa, te gustaba tanto que habías comenzado a molestarlo con varias cosas a la mínima oportunidad que tenías. Era tu forma de dejar —ocultar— tus sentimientos por él, pero tal vez, se había cansado de que fueras tan molesta e impertinente.
Te mordiste el labio, diste media vuelta y no lo volviste a ver. Tanto que te preocupo, luego te enteraste que estaba enfermo y postrado en cama como un niño. Fuiste a visitarlo, pero él te dio la espalda apenas accediste a su apartamento.
—no puedes seguir ignorándome.
⌇‧₊˚彡; —no te estoy ignorando —pero seguía dándote la espalda.
—si lo estas haciendo, no respondes mis mensajes, estas volteado al otro lado. Lo siento si te molesto demasiado y ya no me aguantas más, no lo hare ya...
—no me molestas —farfulló, pero apenas lo oíste.
—¿qué? —te inclinaste. Desde tu posición puedes verle un poco de su rostro moribundo, más pálido.
—que no me molestas —siseó y se giró de golpe.
Al verte tan cerca de él se paralizó. Es decir, casi siempre estabas a una distancia no segura para él pero esta vez lo había tomado desprevenido. Carraspeó y se giró de nuevo.
⌇‧₊˚彡; no hablo, no hablaste.
—¿entonces...?
—¿te atrae alguien? —preguntó de golpe, sentándose en la cama—. Quiero saber.
Tardas en responder, sus pecas descoloridas por la enfermedad, el cabello despeinado y aun así, divino. Etéreo y mágico. Tragas.
—si.
—¿quién?
Lo ignoraste y te fuiste a la cocina por algo para darle de comer, no tenías que responder a su pregunta pero querías. Y eso era malo, arruinaría su relación amistosa y de trabajo. No tenían ningún sentido embarcarte en aquello sino ibas a poder controlarlo.
⌇‧₊˚彡; —te estoy hablando.
Te tomó de la muñeca, giraste medio iracunda medio asustadiza. Al verte, te soltó de la muñeca, retrocedió y alejó su mirada azulada de ti. Suspiraste.
—olvídalo. He estado siendo grosero y no te estoy dando ninguna explicación, me estoy comportando como un imbécil y... eso.
Te soltó, antes de que dejara caer su mano, tomaste uno de sus dedos entre los tuyos. Inclinaste la cabeza y te atreviste a hacer la pregunta.
—¿por qué quieres saber si me interesa alguien?
⌇‧₊˚彡; —solo... creo que no entiendo que me hace falta. No sé, no quiero abrumarte ni tienes que responder en realidad. Estoy siendo egoísta.
Su confesión te descompone, abrupto. Abriste y cerraste la boca como un pez fuera del agua, lucías estúpida, eso estaba claro. Te llevaste las manos al rostro y rompiste en pequeñas risitas histéricas.
—wow, wow —murmuraste—. Creía que, ¡que ni siquiera entraba en foco!
Nakahara alzó una ceja, se cruzó de brazos y luego también se descompuso. Dejo caer los brazos, un parpadeó y te alzó en volantes en el pasillo, dando vueltas con una sonrisa que nunca le habías visto en la cara.
⌇‧₊˚彡; —¡en realidad te atraigo! —clamó, medio pregunta medio afirmación.
Las siguientes horas a su lado fueron maravillosas, se acurrucaron juntos en su cama, miraron películas o se contaron anécdotas absurdas uno del otro sobre como llegaron a enamorarse del otro. Detalles de cada uno que ni recordaban tener o haber hecho.
Era un sueño hecho realidad, y tú no pudiste ser más feliz de que el hombre que siempre habías querido estuviera contigo de esa manera.
—𝖉𝖆𝖟𝖆𝖎 𝖔𝖘𝖆𝖒𝖚 𝖉𝖆𝖗𝖐 𝖊𝖗𝖆
⌇‧₊˚彡; más que un hombre, sabe que, para ti, él es un niño. Un mocoso incompetente y estúpido que no tiene control de nada y se comporta como lo que es, un niño.
Después de todo, eres mayor que él.
Había intentado un millar de cosas, protegerte, salvarte, enanchar el pecho para ver si se veía más corpulento. Daba igual, apenas le lanzabas una mirada y eso provocaba que se encaprichara más contigo.
⌇‧₊˚彡; Dazai era esencialmente malo dejando ir lo que le gustaba, sobre todo si aquello constituía un reto. Estaba caracterizado por ser un bastardo sin medida que tendía a aprovecharse de las aristas de otros.
Contigo no tenía oportunidad, aplicar cualquier método de manipulación sobre ti era como vaciar agua sobre más agua. No tenía ningún efecto.
Quería entender, que tenía que tener para lo miraras, además de la edad.
⌇‧₊˚彡; —¿no te parece una mejor idea acompañarme a cenar después?
—no —respondiste, cortante como cuchillo.
Dazai suspiró, haciendo un pequeño berrinche mental.
—¿Por qué no me ves como hombre? No entiendo —farfulló con los brazos cruzados.
Masticaste la ramita de romero que llevabas entre los dientes, un habito tan extraño como fascinante para Dazai. Cuando imaginaba que te besaba, no podía imaginar el sabor del romero y como lo sentiría en su boca.
—no se trata de eso —murmuraste.
⌇‧₊˚彡; Pero luego de eso no volviste a hablar con él del tema, y te desapareciste otros tres meses en el extranjero. Dazai estaba acostumbrado y aun así, cuando volviste, se te tiró encima como un animal hambriento.
Pateaste su estomago con fuerza, Dazai lo esquivó y rodó por la sala de descanso. Se sacudió las rodillas al ponerse de pie y te miró, la viva irritación en tu rostro.
—¿qué demonios te pasa? —gruñiste.
—te extrañe —respondió encogiéndose de hombros—. Y, tengo una pregunta, bueno, varias.
Sobaste tu entrecejo fruncido con rabia, suspiraste y te echaste para atrás en el sillón, dándole entrada para hablar.
⌇‧₊˚彡; —si no tuviera dieciocho ¿saldría conmigo? —fue lo primero que dijo.
Y por la manera tan seria en la que hablaba, supusiste que quería una respuesta final. Trozaste la ramita de romero entre los dientes.
—no.
—¿por qué?
—porque no me atrae la crueldad, y por que ya salgo con alguien.
La nueva revelación lo dejo como una piedra, abrió la boca y la cerró como si fuera un pez. Alzó un dedo para pedirte un momento de silencio, casi te ríes.
—entonces es la crueldad lo que no te gusta de mí, porque mi edad no es un problema ¿verdad? Tengo dieciocho.
⌇‧₊˚彡; —y yo veinticinco Dazai, nos separa una brecha de ocho años. Detesto la forma en la que piensas y vives, los hombres asi no tienen ningún valor para mí.
Te pusiste de pie, le palmeaste el hombro al pasar a su lado, más como un consuelo que como una burla. No tenías la intención de hacerlo sentir miserable, pero si de que te dejara en paz.
Después de eso, no volvió a molestarte jamás con su absurda idea de no ser un hombre para ti, algo que agradecías. Aun así, había una sensación extraña en la base de tu nuca.
Un sentimiento de advertencia palpitando cada vez que mirabas detrás de ti, y así, cuando Dazai traicionó a la mafia y tu pareja murió en sus brazos, seguiste con tu vida.
⌇‧₊˚彡; años más tarde, no sabes cuantos, te encontrabas una melena castaña a donde sea que fueras, un abrigo caqui que no reconocías pero si una esencia innegable. Lo sabes, él sabe que lo sabes.
Antes te parecía ridícula la idea de que estuviera interesado en ti, jurabas que veía en ti una figura femenina que quizá pudiera elogiarlo y cuidarlo. Ahora ya no es ridículo, roza lo escalofriante.
Uno pensaría que pasados los años soltaría las cosas, pero muy en el fondo, entiendes que no lo hará, que no va a soltarte hasta que dejes de significar algo y te preocupa que eso no sea hasta que cedas.
⌇‧₊˚彡; —deja de seguirme —murmuras en la oscuridad del callejón. La niebla se arremolina a tus pies y los pasos se detienen con los tuyos.
No te giras porque no tiene sentido, sabes que anhela que reconozcas su existencia. Es una lástima, estás segura de que, si supiera que el amor de tu vida era algo parecido a su mejor amigo, no estaría detrás de ti. Nunca iría por la chica de Odasaku ¿verdad?
—la edad ya no es un problema —lo oyes decir. Suspiras.
—no se trata de eso —repites—. Estas obsesionado, Dazai.
—solo necesito ser un hombre para ti.
—no ganas nada con eso —siseas—. No es no.
⌇‧₊˚彡; oyes unos pasos, no se acerca sino se aleja. Trozas la ramita de romero y sigues adelante por el callejón, por tu vida. Pero él no se detiene, y sabes que lo hace porque tiene el propósito de hartarte, de que tú lo busques.
Las cosas empiezan a ser aberrantes meses más tarde. El disparo quiebra la quietud del aire, golpea el hombro de Dazai y casi lo tumba de las escaleras. Lo miras con algo que roza el asco y el odio.
—déjame en paz.
De pie sobre las escaleras que llevan a tu puerta, te mira en la oscuridad, la sangre manando de su abrigo y manchándolo en riachuelo. Las gotas sobre el piso.
—dijiste que no te gustaba la crueldad, ya no soy cruel. Puedo ser un hombre para ti ahora ¿no?
⌇‧₊˚彡; niegas con la cabeza, fastidiada.
—te lo dije mil veces, no eres un hombre para mí. Nunca lo serás, mírate. Aun te comportas como un niño y yo jamás, jamás, saldría contigo.
—¿es por tu pareja verdad?
Niegas.
—mi pareja murió en tus brazos, Dazai. Esto no es por él, es por mí. Si no quieres que te ponga una orden de restricción y manche tu agencia querida, vete de mi vida.
Con la amenaza y la revelación, al fin, es capaz de abandonarte. Pero sabes que no es suficiente, que el hecho de que te haya dejado de seguir no lo detendrá.
No parara, y el ya no poder saber sus movimientos te da escalofríos.
—𝖔𝖉𝖆 𝖘𝖆𝖐𝖚𝖓𝖔𝖘𝖚𝖐𝖊
⌇‧₊˚彡; no es que su mayor interés sea el concepto social de hombre. Esta más ocupado en otras cosas que en eso, aun así, le sorprende cuando Ango le escupe tus pensamientos sobre él.
—¿no me ve como hombre? ¿qué significa eso exactamente?
Pero sabe que significa. Frunce el ceño y le da otra calada a su cigarro, es curioso porque cree ser tu tipo, ahora duda totalmente de tu atracción hacía él.
—bueno ya sabes, no estas en su lista.
Asiente, si, eso es obvio. Que no este en tu lista es un problema porque había estado imaginando una vida a tu lado que súbitamente se desmorona por la no tan grata noticia.
⌇‧₊˚彡; —que extraño —murmura—, estaba seguro de que le atraía de alguna forma.
—bueno, no ser un hombre para ella ya dice bastante —sonríe Ango chocando su vaso con el de Oda—-. Aunque yo tampoco entiendo que no te encuentre atractivo, que gusto tan peculiar.
Se encoge de hombros, no te juzga, no es quien para hacerlo pero muy en el fondo, esta herido. Hay una parte de su ego que se niega a aceptar la realidad y se empeña en hacerte entender que él es la mejor opción de hombre que hay, pero la sofoca.
⌇‧₊˚彡; no vale la pena enredarse en ello. Ya tendrá una oportunidad de pensarlo con más calma.
Y cuando esa oportunidad llega, no comprende a donde ha ido a parar, es bastante consciente de su atractivo y de como hacerlo funcionar de vez en cuando. Lo que no entiende es porque le afecta tanto.
Ni siquiera es porque sienta un amor desmedido por ti, no es eso, él podría dejarte ir sin ningún problema. Pero no puede, ni quiere. Le interesa sabes especialmente porque él no.
—que molesto —murmura.
—¿Qué cosa? —preguntas mientras tu espectro cruza la sala. Odasaku te mira con una ceja alzada.
⌇‧₊˚彡; verte pasear como un fantasma por la mafia siempre es una experiencia interesante, sobre todo cuando le diriges la palabra y tu voz suena como si estuvieras debajo del agua.
—nada, un pensamiento que me molesta —dice, sacude la mano como si no importara y vuelve a sus labores.
Alzas la ceja y lo atraviesas, el acto le envía un escalofrío y te echa una mirada de reproche. Sabes que no le gusta que lo atravieses, además del frío, hace que se sienta como si hubiera sido hurtado. No es una sensación reconfortante.
—no te enojes conmigo, solo quiero estar cerca de ti.
⌇‧₊˚彡; —pues usa tu cuerpo real —bufa. Sonríes y te materializas ante sus ojos.
Gruñe, no iba a saber cuanto le afectaría que te mostraras a él. Se pasa la mano por la nuca, frustrado. Debes estar mintiendo o Ango debió malentender tus palabras porque no le hace ningún sentido. Te escudriña con la mirada, tratando de hallar aquello que le parece tan peculiar ahora, pero esta seguro que es solo su impresión y su molestia acrecentándose.
—¿cuál es tu tipo de hombre? —pregunta de golpe. Alzas la ceja y te ríes.
—¿a qué viene esa pregunta?
Él se encoge de hombros y espera tu respuesta con aparente indiferencia.
⌇‧₊˚彡; lo piensas un poco, o finges que lo haces. La respuesta es obvia y la tienes frente a ti, es casi divertido pensar en las múltiples respuestas que tienes para darle y hacer que ninguna encaje con él, pero sabes que no funcionara.
—supongo que... alto, quizá de uno ochenta y cinco o por allí. Me gusta que sean agiles y tranquilos, que sean buenos en lo que hacen, disfruten de las pequeñas cosas y también que les guste leer y escribir. Me encanta todo eso, es como mi fascinación principal.
Eso es todo, piensas, debe entenderlo así o tendrás que caer en la terrible necesidad de explicárselo con palitos o algo así. Y Oda no es tonto, solo le colman la cabeza un millar de cosas que lo desvían.
⌇‧₊˚彡; con todo, él no responde. Te mira y luego continúa haciendo lo que sea que hace con las armas, frunces el ceño, fastidiada por la poca respuesta que hay de su parte. No es posible que no haya entendido, tuerces el gesto.
—¿Oda? —murmuras extrañada por el gesto ausente de su rostro y las cejas fruncidas en su rostro, casi nunca lo ves de esa manera.
—es una descripción algo especifica —dice finalmente. Asientes—. Que gracioso.
⌇‧₊˚彡; —¿qué cosa? —inquieres.
Te acercas a él, Odasaku te mira con una mezcla de amargura y desasosiego, es nuevo. Él nunca te ha mirado de esa forma y no entiendes que lo llevo a ello. Alzas las cejas, esperando a que continue.
—Hasta hace unos días creía que te sentías atraída por mí, pero Ango me dijo que no es el caso y que no me ves como hombre —se encoge de hombros—. Supongo que eso explica tu mirada hacía mí.
Abres la boca, no tienes idea de que decir. Tampoco sabes de donde salió la idea de Ango de decirle eso, es decir, le dijiste que Oda era más que un hombre para ti así que no podía contar como uno ¿había llegado a esa inferencia tan terrible a partir de tus palabras?
⌇‧₊˚彡; —wao —sueltas un segundo después. Alzas la mano y decides hablar—. Creo que malentendió mis palabras. Lo que le estaba diciendo a Ango es que eres más que un hombre para mí, o sea, un hombre es un hombre ¿sabes? Pero tú estás más allá, por eso me gustas tanto.
Oda no dice nada por un rato que se te vuelve eterno, estas a punto de arrepentirte de tus palabras cuando él sonríe y una pequeña risa brota de sus labios.
—vaya, y yo que pensé que era una pésima idea decírtelo —sonríe y deja de lado su tarea.
⌇‧₊˚彡; por la manera en la que se acerca a ti, tienes ganas de hacerte incorpórea en el ese preciso momento. No lo haces y esperas, pero en cuanto se inclina sobre ti cierras los ojos abruptamente y das un paso atrás.
Oda no te deja ir, te pone las manos en la espalda y te pega a él. Una de sus manos se apoya en tu espalda baja y la otra en tu nuca, te derrites ante su tacto y dejas que haga lo que sea y te guie a donde quiera.
El beso es lento, y primero es apenas un roce que te deja con ganas de más, luego ya no. Se guía hacía ti, no te fuerza y es paciente mientras le sigues el ritmo hasta que suficiente y te muerde el labio.
La barba de su mentón te roza las mejillas, pones tus manos en sus cabellos y no lo sueltas hasta que estas satisfecha, y aun así, quieres más.
uncanny | wuserpoe
me siento hiper mega bloqueado en la escritura, además, el semestre de la uni esta acabando conmigo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top