Escenario V

Advertencia: ninguna.

— ❦ —

¿Cómo reaccionarian los chicos de la Agencia al ver a otra persona coquetear contigo?

🥀αтѕυѕнι

Él es alguien realmente confiado en que su pareja lo quiere y no lo cambiaría por cualquier cosa, sin embargo no puede evitar sentirse inseguro cuando otro chico guapo se te acerca, tiene que estar al tanto de que ese chico no trate de chantajearte o sea algunos de esos locos con intenciones de acabar con la Agencia.

Ambos estaban en medio de una misión recolectando datos que Kunikida necesitaba. Cada uno se dividió parte de la información y se separaron. Estabas terminando con lo tuyo cuando un chico de más o menos tu edad se acercó a ti, dejando un grupo de amigos detrás.

—Hola... veras me pareciste muy linda y quisiera saber si estas soltera —había dicho, sonreíste con amabilidad.

—Lo lamento mucho, tengo novio —dijiste bajando la vista a las pistas que ya tenían reunidas.

—Entiendo... —comento rascándose la nuca con nerviosismo, hiciste un ademan de despreocupación. Sentiste una mano en tu hombro y supiste que se trataba de Atsushi.

El chico tigre había visto al otro desde hace un buen rato, queriendo acercarse a tu persona, en un repentino ataque de desconfianza y celos decidió ver qué pasaba. Paso su mano a tus hombros atrayéndote hacia él. Tratando de mostrarse tranquilo le hablo al chico.

—Soy Atsushi, mucho gusto —extendió su mano y el otro chico la acepto—. Ya que estas aquí ¿Podemos hacerte algunas preguntas?

—Eh... si claro.

🥀∂αzαι

D

azai es del tipo relajado, aunque se puede poner un poquito posesivo si ve que se quieren pasar de la raya. No teme a que lo dejes, porque fácilmente lo puede saber.

Se encontraban de encubierto en una fiesta, Rampo había deducido que se produciría un bombardeo en la zona, necesitaban encontrarlo cuanto antes ¿Y qué mejor que la pareja estrella de la Agencia? Tú estabas tratando de relacionarte con los hombres sospechosos del lugar mientras Dazai hacia lo mismo con las mujeres del lugar. Tú llevabas un precioso vestido abierto de la espalda y Dazai traje blanco. Te encontraste con un hombre muy peculiar que de inmediato llamo tu atención, te acercaste.

—Es una hermosa noche —comentaste casualmente y aquel tipo pico el cebo. Quizá demasiado cebo. Se te acerco peligrosamente hasta tomarte de la cintura, te tensaste.

—¿Es usted la señorita de la Agencia? —no le quitaste la mirada de encima por lo que no viste a Dazai acercarse con cara de pocos amigos. Una persona se interpuso entre ambos, alejo al hombre con un simple ademán—. Idiota ¿Qué no ves?

—Sí, veo que estas coqueteando con mi linda novia —dijo, le mostro una sonrisa siniestra a la par que le pegaba un buen puñetazo en el ojo. Las luces se apagaron y se escuchó el grito de un hombre.

🥀кυиιкι∂α

Trata siempre de mantenerse al margen de la situación, no provoca escándalos y siempre es muy comprensivo. Aunque si es bastante posesivo, no es celoso pero sabe lo que en teoría le pertenece y como debe defenderlo.

Andaban caminando por el parque, en temporada de primavera el calor era un poquito más insoportable que de costumbre por lo que Kunikida se había ido por agua y unos helados. Al regresar se encontró con la escena de una incómoda _____ siendo coqueteada por un chico. El rubio enseguida enfureció ¿Es que no estaba viendo lo mal que la pasabas? Guardo la calma y le pidió a una señora que pasaba si podía sostener los helados, lo hizo y ya con las manos vacías se te acerco y se puso a tu lado. Por pura inercia te tomo de la mano protectoramente.

—¿Se te ofrece algo? —pregunto con seriedad. El chico se separó de ti.

—Ah, sí. Le estaba preguntando si gustaría de... —en ese momento Doppo lo interrumpió.

—Es mía, mi novia así que no puede tener una cita contigo —el chico retrocedió asustado por la mirada que el idealista le dedicaba. Al cabo de unos segundos el chico los dejo solos y Kunikida tuvo la extraña sensación de darte un beso, un tierno beso de ángel.

🥀яαиρσ

Celoso es su segundo nombre, no le gusta que le ignores ni mucho menos que centres tu atención en otro chico que él sepa no es nada tuyo. Si no es tu amigo, conocido o x cosa hay tabla. Imagínate como se pondría con tu ex...

Volvías de la dulcería con Rampo, que la nueva temporada de dulces llegaba y él no se la podía perder por nada del mundo. De pura casualidad te encontraste con un chico que buscaba un perro y tú amablemente te ofreciste a ayudar, hasta que notaste que se trataba de tu ex el que no supo valorarte, ese mero. Ya ni arrepentirte servía, ya estabas ayudándolo. El Edowaga se dio cuenta mucho antes de que se trataba de tu ex y cuando quiso advertirte tú ya estabas bien entrada buscando al animal.

—¡____! ¡____! —te llamaba con la intención de que abandonaras la tarea y se fueran, pero no lo oíste. Le dieron ganas de irse aunque gracias a su terrible sentido de la orientación no pudo y te espero.

Regresaste algo agitada por correr, además de que un tierno sonrojo adornaba tus mejillas, era una lástima que ese sonrojo fuese provocado por tu ex. Rampo te esperaba del otro lado de la calle, te disculpaste con una reverencia y empezaron a caminar. Rampo no te hablo durante una semana hasta que te diste cuenta de porque estaba enojado, tuviste que pagarlo con dulces.


🥀тαиιzαкι


No es alguien realmente muy celoso o posesivo, tiende a desconfiar de sí mismo cuando se ve enfrentado con chicos más guapos o que él considera con mejor personalidad. Aun así no te hace verlo hasta que ambos se encuentran en privacidad.

Iban tomados de la mano por la escuela, como los dos adolescentes enamorados que eran. Su relación ya era pública gracias a Naomi que no se aguantó las ganas de decirlo a los cuatro vientos, pese a eso uno de tus amigos seguía duro y dale al cuento.

—Sempai —hablando del rey de Roma. Sonreíste, y soltaste la mano de tu novio para acariciar los cabellos del chico. El chico no era para nada tonto, sabía de su relación e intentaba de alguna u otra manera ganar tu corazón frente a tu novio.

—¿Qué pasa?

—La maestra de música la busca —dijo, te dio una sonrisa y desapareció entre la multitud de estudiantes. Tanizaki rodo los ojos volviéndote a tomar de la mano. Volvieron a su respectivo salón y aprovechando la ausencia de alumnos el pelirrojo decidió hablar contigo.

—_____ no me gusta que hables con ese chico... —te susurro, con temor a que te lo tomaras a mal o pensases de él como alguien controlador. Parpadeaste, no lograbas comprender el porqué de sus palabras.

Tanizaki alzo la vista, te tomo de las manos y te abrazo.

—Simplemente no quiero perderte.

Lo miraste enternecida y te lanzaste a besarlo.


🥀кєиʝι


Pese a haber sido criado en el campo no es nada tonto, sin embargo, como recién iniciado en las relaciones amorosas jamás experimento la sensación de los celos, ni mucho menos cualquier sentimiento malo.

Llevaban metidos un buen rato en un árcade, total, que su día estaba libre tras la resolución de una misión con éxito. Terminaron aquel juego de disparos y notaron que se habían quedado sin tickets para el resto de los juegos. Mandaste a Kenji por unas bebidas mientras tú canjeabas monedas por tickets, al sacar el dinero de tu bolso varias monedad cayeron al suelo. Entrecerraste los ojos. Procediste a juntarlas cuando una mano las levanto por ti y te las dio con una sonrisa.

—Gracias —le sonreíste de vuelta. El chico solo atino a meter las monedas en la máquina.

—Kazou, mucho gusto —extendió su mano, la aceptaste sin rechistar.

—_____, igualmente —ambos mantuvieron una conversación muy amena. Todo eso esperando a que los benditos tickets salieran.

Una vez afuera los tuyos, no te quedo de otra que esperar los tickets del chico a manera de agradecimiento. Solo esperabas que Kenji aún no hubiera vuelto. Pasaron los minutos en los que quedaron en silencio. Ibas a abrir la boca y preguntarle algo cuando él se te adelanto:

—¿Y vienes con alguien? —la respuesta la obtuvo al ver un Kenji muy sonriente venir en tu dirección. Llego como si nada, te extendió tu bebida y volteo a ver al muchacho. Su rostro se ilumino.

—¡Kazou-kun! —el chico se puso pálido apenas escucho su nombre. Así que venias con ese chico—. Veo que ya lo conociste _____-chan. Bueno fue un gusto verte Kazou-kun, nos vemos.

🥀уυкι¢нι

Para poner celoso a este hombre habrá que hincarse ante satanás, difícil es poco. Es imposible. Él no tendría motivos para desconfiar se ti, si por algo te escogió a ti.

Un día como cualquier otro estaban en uno de sus restaurantes favoritos, él fue al baño y en ese entonces llegaron un grupo de amigos que se te acercaron por curiosear si venias sola. Uno de ellos parecía muy interesado. Obviamente, ¿Qué hacia una mujer tan bella como tu sola o esperando a una cita que posiblemente te dejo plantada? La pregunta fue realizada por aquel hombre, tú levantaste la mano en señal de que no te molestaba la soledad del momento. Sonreíste nerviosa.

—No estoy sola, mi novio está en el baño —aclaraste, el hombre asintió un poco desilusionado. Deseabas que se retiraran y te dejaran terminar tus sagrados alimentos en paz pero no. Decidieron quedarse a tu lado hasta el regreso de tu novio casi esposo.

La relación que ambos mantenían aún no estaba bien vista en la sociedad actual. Soltaste un suspiro profundo, rezando porque Yukichi regresara pronto. Y así fue, a los minutos volvió y se quedó quieto en su lugar al ver un grupo de hombres sentados frente a ti, ocupando su lugar. Los hombres alzaron la cabeza al sentir una mirada severísima en ellos, el rostro de Fukuzawa era un poema. Quítate o te degolló.

Los hombres salieron despavoridos, Yukichi tomo asiento en su lugar.

—Gracias —susurraste.

—No hay de qué. 

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