A petición de: angela295

Advertencia: ninguna

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Viernes por la noche, Dazai termina su jornada laboral y vuelve a casa caminando; deseando que de esa manera se le desentuman los pies de tanto estar acostado en el sillón sin hacer nada. Ese día en particular no se habían reportado casos, aunque él sabía que algo grande se avecinaba. A sabiendas de que alguien lo seguía muy de cerca siguió caminado sin prestar menor atención a su perseguidor. Realmente no le preocupaba, ya no había nadie que le pudiera causar verdadero daño.

Pensativo, aligera su paso esperando aminorar los sonidos provocados por sus zapatos y de paso hacer más notables las respiraciones y roces de ropa que danzaban detrás de él. A veces podía sentir a su atacante detrás y otras simplemente desaparecía. ¿Quién era? Ciertamente ninguno de sus enemigos tenía un modus operandi similar, no fue hasta que cruzo la calle que escucho los pasos que chapoteaban en los charcos. Con aquello Dazai supo que lo que lo seguía no era ni remotamente humano. La curiosidad le picaba desde muy dentro aun cuando había aprendido a controlarse en todo, tanto así que ciertos días le costaba reconocerse en el espejo.

De un salto algo se paró frente a él, la luz escaseaba pero no lo suficiente como para dejarle una horrible creatura. Aquella cosa le tomo un poquito por sorpresa a Dazai, el esperaba otra cosa... no un esqueleto de ¿Leopardo? Sí, eso parecía y también parecía estar tan vivo como lo podría estar uno de carne. Estaba seguro de que tan solo era una habilidad, una muy extraña a decir verdad. Solo tócalo. La bestia le salto encima.

Dazai le esquivo rápidamente dando varios trapees hacia atrás aun así la bestia no perdió estabilidad y se urgió sobre su patas traseras dando un increíble salto sobre la cabeza del castaño terminando así en una farola en la que apenas cabían sus cuatro patas. Con aquello Dazai pudo confirmar una de tantas teorías que había creado segundos atrás. La creatura tenia conciencia propia de sus actos, o al menos una parte, no como Atsushi que no recordaba ni a quien había matado la noche anterior; Dazai se le quedo viendo a las cuencas vacías que podían ser ojos, le dejaban con un nudo en el estómago ¿Quién era? Entonces la creatura se le tiro encima, apenas le hizo un rasguño muy ligero en el pecho antes de caer en sus dos patas delanteras y echarse para atrás en un movimiento casi imposible.

Con esa pelea Dazai no ganaría nada interesante. La pelea se prolongó al menos media hora, Dazai se encontraba sudando y la bestia por otro lado no se cansaba y tan solo trataba de alcanzarle, en un determinado momento de distracción la creatura llego hasta su ojo y lo rasguño. Lo último que pudo sentir fue un golpe fuerte contra la cabeza.

A la mañana siguiente Dazai despertó con un fuerte dolor de cabeza, se hallaba en el sillón de la Agencia con un ojo vendado y sin abrigo. ¿Lo que la noche anterior había sido un sueño? Se levantó del sillón con paso titubeante y se dirigió a las oficinas donde rápidamente retrocedió al ver a la creatura encerrada en una jaula arañando el piso. Kunikida se encontraba en una silla mirando detenidamente a la creatura, su rostro no mostraba más que preocupación lo cual nos significaba nada bueno.

— Kunikida-kun... — apenas abrir la boca la creatura rugió y trato de lanzársele encima.

— Cállate Dazai, siéntate — obedeció, procurando estar lo más lejos posible de la creatura.

— Su nombre es ____ su apellido es desconocido. Desapareció hace diez años, el gobierno ha estado experimentando con habilidades para volverlas más peligrosas, no sabemos con qué propósito sin embargo hace dos días hubo una fuga de cinco sujetos de laboratorio. Lo que te relaciona a ti con todo esto es la mafia, el ejecutivo Nakahara te rescato y alego que ____ había atacado a varios de sus colegas en el trabajo, sospechamos que esta criada para acabar con la mafia, esto, a que los otros cuatro sujetos restantes han atacado a organizaciones criminales diferentes.

— Que extraño ¿Incluso Ranpo-san se ha ido? — Kunikida asintió.

— Solo estamos nosotros y...— unos pasos atronaron por todo el piso.

— ¡Ya llegue megane! ¿Aún no despierta el bastardo? — un pelirrojo de baja estatura entro por la puerta con un cigarrillo en la boca. ____ rugió de manera alarmante, Chuuya le lanzo el humo en la cara, ____ se hizo para atrás.

Dazai noto algo extraño.

— Chuuya vuelve a hacer eso — el nombrado giro un poco la cabeza con toda la intención de protestar pero se dio cuenta de las intenciones de Dazai y acato la orden sin problema.

Allí estaba, otra vez. El humo que debía estar atravesando al esqueleto le rodeaba y desaparecía, como si tuviera piel. Tal vez si la tenía.

— Déjenme con ella, Chuuya dame tu cuchillo — dijo Dazai mientras extendía la mano. Chuuya le lanzo el cuchillo.

Tanto Kunikida como Chuuya salieron sabiendo lo que haría con la creatura.

— ____ sé que me oyes y sabes lo que digo, por favor acércate — la chica se acercó con los colmillos de fuera. Dazai le puso una mano encima, entonces ____ dejo de ser una creatura sacada del averno para convertirse en una chica de dieciocho años, cabello pelirrojo quemado y ojos azules —. Mírate, te ves horrible. De esta manera no creo que sobrevivas.

Dazai levanto el cuchillo.

— Es por tu bien, debo dejarte ir — el cuchillo bajo a toda velocidad.

Y aun así quien menos se esperaban murió esa mañana, cuando Chuuya y Kunikida entraron a la habitación no encontraron a nadie. La jaula estaba hecha pedazos, el cuchillo de Chuuya a su lado mientras un charco de sangre se extendía alrededor del cuerpo inerte de Dazai. Estaba muerto.

Se habían equivocado, no mataba por nada en específico, mataba por matar. Para saciar su propia sed de sangre. Era una lástima porque Yosano no alcanzaba a llegar, Dazai ya no respiraba.

¿Quién será su próxima víctima?