Dazai
A petición de: @hoonah137
Advertencia: ninguna
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— ¡Dazai vuelve acá maldito bastardo suicida! — grito Kunkida arrastrando a su compañero del cuello de su larga gabardina. El castaño solo atinaba a quejarse cargar todo su peso sobre el suelo, aunque a su compañero no parecía no tener problemas con el peso que Dazai le impusiera.
— Por favor Kunikida, prometo reducir mis intentos — el mencionado ni siquiera quiso voltear a verlo. Solamente deseaba que se callara y no armara más escándalo.
— Cállate, estas armando una escena — Dazai estaba a punto de soltar alguna queja o bien una broma sin embargo Kunikida se detuvo y Dazai supo que era inoportuno abrir la boca.
Frente a ellos se paró una figura de porte serio y mirada fría, vestía una falda de lápiz color rojo, tacones negros, una camisa blanca y un saco rojo a juego con la falda y detalles negros, llevaba el cabello atado en un moño restirado y perfecto salvo algunos mechones cortos que colgaban en su frente.
— Asumo que por como usted se ve, el hombre que arrastra es mi paciente — Kunikida estaba a punto de asentir pero la voz de esa mujer lo interrumpió — o... ¿Me equivoco Osamu?
Ese día se conocieron.
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— Buenos días Osamu — sus labios bañados en el rojo de su lápiz labial se movieron con gracia y sensatez.
Dazai quiso hacer una mueca de fastidio, estaba acostumbrado a que todos le llamaran únicamente por su apellido y no por su nombre y que una desconocida lo hiciera le irritaba, al fin y al cabo solo llevaban cuatro consultas.
— Buenos días doctora — ella sonrió sin despegar los labios. Era la primera vez que le saludaba y no pasaba directamente a ignorarla.
— Es agradable escuchar que me diriges la palabra, pero ahora dime ¿Trajiste lo que te pedí? — el asintió sin mediar palabra como siempre. Saco del bolsillo de su gabardina un ahoja mal doblada en ocho partes, se la extendió a la doctora, observaba las manos de ambos indiferente y ella solo se concentraba en saber el contenido de la hoja. Le echo una leída a la hoja, después de pensárselo un momento se quitó los lentes y los guardo. Miro a Dazai unos segundos, jugaba con la punta de su uña como si fuese lo más interesante en aquel cuarto; y si lo pensaba bien si era lo único interesante allí salvo el y la mujer frente a el —, no estamos progresando. Tus intentos han aumentado en doble.
— Así es — dijo levantando la mirada de su mano solo para decir aquello y volver a jugar con su uña.
— También he notado que casi no estas ocupado — Dazai asintió. Era la segunda vez, las otras dos semanas que había asistido ____ con todo gusto le había puesto una rutina que debía cumplir y la había cumplido o al menos algunas partes pero sirvió para mantenerlo ocupado en algo lo cual se notó en la cantidad de intentos de suicidio en la primera y tercera semana, en las demás seguía siendo el caso perdido del principio —, bien, háblame de tus propuestas de suicidio.
— Todas me rechazan — comento en tono frio, todas sus consultas se basaban en eso. Él no estaba decidido a cooperar, ____ lo sabía y lo haría cambiar.
— ¿Y qué tal si lo intentas de otra manera? — al ver que no obtenía ni un poco de la atención de Dazai prosiguió — Invítalas al cine por ejemplo.
— No sirve.
— ¿Ya lo intentaste?
— No hace falta intentarlo — ____ sonrió para sus adentros.
— Ey Osamu, salgamos al cine.
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Habían pasado un año desde su primera consulta, estabas cerca, muy cerca de conseguir tu objetivo como psicóloga de Dazai y eso era para lo que te pagaban. Desde la salida al cine con Dazai, él se había vuelto más blando y cooperativo, ya no te ignoraba, realizaba sus rutinas con frecuencia, comía bien, incluso sus intentos de suicidio había disminuido pero no por completo, toda la agencia estaba satisfecha con los resultados. Todos menos él, que no se terminaba de explicar cómo lo habías conseguido, ni porque era así contigo cuando desde que puso en pie en esa sala el primer día se había dicho a si mismo que no cedería por un psicólogo porque sabía perfectamente lo que estos intentarían y tenlo allí dudando si de verdad la psicóloga servía de algo o era cosa suya.
— Dime ____ — dijo observando desinteresadamente los charcos de agua que reflejaban su pensativo rostro y el sereno de ella.
Ese día en específico lloviznaba, nada que no impidiera salir. Ambos decidieron salir a pasear, y de paso hacer una ronda de preguntas o cualquier cosa que a ambos le interesaran.
— Te escucho.
— ¿Por qué cambiaste la manera de trabajar conmigo? — ella sonrió sin que él se diera cuenta.
— Después de ver toda tú historia supe que tratarte igual que a los demás no tendría caso y probé algo diferente, y veo que estamos teniendo resultados.
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Sus consultas dejaron de ser consultas, al menos para él, se convertían en salidas y paseos diarios, sabía que lo único interesante en el consultorio era él y ella. Le gustaba hablar con ella, aunque nunca lo pensó porque nunca creyó que llegara a pasar resultaba ser sumamente atrapante la mentalidad de un psicólogo y más si se trataba del suyo.
— ¿A dónde iremos hoy ____? — ella evadió la pregunta.
— Osamu, creo que es tiempo de que nuestras sesiones terminen — comento la mujer mientras se ponía el saco, Dazai la miro con desconcierto.
— ¿Por qué? Si mis intentos de suicidio siguen en pie — asintió, pensativa.
— El presidente me ha dicho que lo deja allí y que es momento de que apliques lo que aprendiste conmigo — él se apresuró a negar.
— No quiero — dijo cual niño chiquito, ____ le miro de reojo.
— Pensé que te hartabas de mi con solo verme — Dazai cerró los ojos, recargando su espalda contra la pared al lado de la puerta del consultorio, se cruzó de brazos.
— Eso era antes, cuando eras la psicóloga monótona que trataba al suicidio como cualquier otro psicólogo, ya no es así y lo sabes.
— Que conmovedor, sin embrago es tiempo de terminar Osamu. Hice mi trabajo, es todo.
Él no quería, primero tenía que responder sus dudas además quería salir con ella aunque no fuese en consultas, sino como amigos.
— ¿Podemos vernos de nuevo?
— Nos veremos Osamu — y sin más salio del consultorio haciendo resonar sus tacones por todo el pasillo. Era más que una simple despedida.
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