Atsushi III
Interrumpimos tu programación habitual para informarte que se publicara el especial de Halloween.
Especial Halloween pt.1
Es treinta y uno de octubre. Gracias a la pandemia no has podido salir de casa. Contemplas la noche a través de tu ventana, la luna se posa sobre los edificios como un ser impasible y divino que observa todo desde arriba. Podrías jurar que te ha guiñado el ojo, si la luna tuviera ojos, claro. Suspiras con resignación y le pides a la luna una noche tranquila para al menos, poder descansar.
Te metes a la cama con tranquilidad y cierras los ojos. Tardas en dormirte, pero finalmente lo consigues.
Bienvenida/o.
Como una estrella fugaz, una extraña oportunidad.
_________ no tenía nada que envidiarle a nadie, salvo la felicidad. Como hija de dos modelos y actores, no mucho tiempo le quedaba para pasar al lado de ellos. Hija única en una mansión tan grande como esa, donde las pisadas de los sirvientes se oían en el perpetuo silencio resguardado por sus paredes de marfil.
Sinceramente, ni quejarse le servía, incluso se había cansado de eso. ¿Por qué? La soledad la iba a matar.
Atrapado en su propia mansión, _______ se sentó frente a la ventana a observar los puntos que eran estrellas titilar y emborronarse a la lejanía. Con suspiro tan hondo como su vacío le pidió a una de las estrellas que, por una vez en su vida, algo interesante pasara esa noche de Halloween ya que ni siquiera había tenido la oportunidad de salir como el resto de la ciudad debido a la excesiva protección de sus padres y los guardias de su puerta y la puerta de entrada. Podría haber escapado por la ventaba, pero ¿Qué sentido tendría si aun quedaban los guardias de la cochera?
Dichosa quedo cuando algo paso a su lado, entrando por la ventana tan rápido como un rayo y estrellándose fuertemente contra su cómoda. Ahogando un grito _______ tomo la primera cosa a su alcance y amenazó al chico.
Atsushi estaba volteado de cabeza con las alas blancas extendidas en todo su esplendor y la aureola chueca luego de aquel choque tan estrepitoso. Aleteando y sentándose en el suelo, el chico miró nervioso a la dama frente a él amenazándolo con un tenedor.
—¡Señorita espere! —gritó poniéndose de pie en un salto y cerrando aquellas alas que parecían estar hechas de nube—. Soy Atsushi, su Ángel de la guarda sustituto.
—Espera ¿Qué? —dijo con evidente cara de estupefacción al ver las alas y comprobar que eran reales—. Bestial...
—Puedes tocarlas, no tengo problema —murmuró el muchacho con un sonrojo—. Bueno, a lo que iba. Akutagawa-kun, quiero decir, tu Ángel de la guarda se cansó de cuidarte y yo escuche tus plegarias.
—O sea que los ángeles existen, o sea que me voy a ir al infierno...
—Probablemente —acotó el muchacho—. ¡Pero bueno! ¿Qué puedo hacer hoy por ti?
—Devolverme mis ganas de vivir y mi estabilidad emocional.
—Mira no hago tantos milagros —chistó el peliblanco sentándose en la cama.
La habitación era lo suficientemente grande para que Atsushi pudiera extender sus alas a sus anchas sin que se doblasen. _______ se subió a gatas para tocar el plumaje del chico.
—Son ásperas —susurró, fascinada por su contacto—. Creí que serían suaves.
—Lo siento por decepcionarte, pero la suavidad no es un concepto que se conozca en el cielo. De hecho, soy nuevo en este oficio, constantemente me la paso impidiendo guerras, nunca había cuidado a una muchacha y no sabía que las muchachas humanas fueran así de bonitas.
_______ se puso nerviosa por el halago y por la seguridad que el chico transmitía. No parecía peligroso en absoluto y llevaba un semblante sereno acompañado de una ligera sonrisa que le hacía justicia a todo su nombre de ángel. Además, era guapo y por supuesto, la vibra que trasmitía era fenomenal. Dispuesta a pasar la noche con semejante ser, _______ se sentó frente a él.
—Quiero salir —fue su propuesta.
—Eso lo podemos arreglar. ¿Tienes disfraz?
_______ asintió y se vistió con la ropa que tenía preparada para ese año, un disfraz de diabla que consistía en un vestido rojo pegado, cola y cuernos rojos y un tridente de metal sacado del cobertizo de sus padres.
—El diablo no luce así. ¡Los humanos son tan curiosos! Te ves muy bien ______-chan.
—¿Eso crees? Mis papas constantemente dicen que es muy provocativo...
—Nada es provocativo. Si tienes un bonito cuerpo tienes derecho a lucirlo y hacer lo que desees con él. Ninguna mujer debe ser juzgada por lo que usa ¡Y no te preocupes! Cualquier cosa que suceda esta noche, yo estaré allí para protegerte —terminó por decir con un dedo levantado y una sonrisa en grande.
________ nunca se había sentido tan feliz y animada. El mero hecho de que el ángel trasmitiera confianza y ánimo, la animaba también a ella.
El guardia de su puerta toco, alertando al instante a la chica.
—¿Esta hablando con alguien señorita Malfoy?
—¡Estoy en una llamada con mi hermano! —dijo ella desde la otra punta de la habitación.
El guardia no respondió, cosa que _______ interpreto como un gesto afirmativo. Atsushi rio por lo bajo y aleteó para ir por la ventana.
—A mi no me pueden ver, pero si un guardia te ve viajar por el cielo por arte de magia, definitivamente será problemático. Haremos las cosas a la antigua.
Atsushi chasqueó sus delgados dedos, en sus manos cayó una cuerda. La ató hábilmente a la base de la cama y la dejo caer por la ventana. ________ se miró los tacones.
—Dámelos y ponte unos tenis.
________ acató rápido las ordenes, más eufórica que asustada por escaparse por primera vez de su casa. Atsushi salió por la ventaba sujetando los tacones rojos. ______ se colgó de la ventana con gestos nerviosos, arrepintiéndose luego de ver la altura a la que se enfrentaba. Las manos le temblaban y sus piernas no tardarían mucho en hacerlo también, pero su deseo de escapar era mayor.
Bajando poco a poco por la rasposa cuerda toco el césped del patio con infinita felicidad, sintiéndose como Rapunzel al escapar de la torre. Brincó en el pasto.
—¡Wa! ¡Esto es emocionante! —susurró en un grito.
Atsushi sonreía desde arriba, apreciando la belleza afilada que los Malfoy llevaban en la sangre. Aquella sin duda, era una Malfoy completamente distinta a lo que Atsushi estaba acostumbrado con ese apellido. El chico le sostuvo los tacones.
—Saldremos por la puerta trasera. Yo los distraigo y tu corres.
_______ asintió, dispuesta a correr el último riesgo. Atsushi se dispuso a distraer a los guardias en la puerta de atrás. El joven peliblanco subió a la habitación de _______ y extrajo una sábana, poniéndosela sobre la cabeza se dirigió con los hombres.
________ solo pudo ver a Atsushi debajo de la sabana pasando frente a los hombros, que quedaron estupefactos de miedo al ver los tacones rojos de la chica moverse sin que ninguna mano los moviera y ver la sabana flotar. La muchacha aguanto la risa.
—¡Boo! —gritó Atsushi y los guardias salieron despavoridos.
________ corrió a la salida casi miandose de la risa. Atsushi se reía por sobre su cabeza, dando vueltas en el aire.
—¡Hacia años que no me divertía así! —con otra risa, Atsushi le paso los tacones a _______—. Dame los tenis.
En medio de la calle, _______ se puso los tacones con una sonrisa de boba. Tomando su cartera y celular, se dirigió a las calles para ir al festival zombi con Atsushi. El joven ángel miraba con fascinación cada una de las decoraciones negras, naranjas y moradas que hacían juego por todas las casas y calles. Ambos estaban realmente felices con lo que la compañía del otro les traía. _______ señaló la casa del terror que abría paso entre la oscuridad y el resto de juegos del festival como un ser imponte y extraordinario sobre el resto de las cosas. Atsushi tragó en seco, su instinto se negaba a ir, pero se había prometido a si mismo preservar la sonrisa de _______ y estaba dispuesto a lo que sea por ella.
—A tus ordenes _______-chan.
El peliblanco tuvo que bajar y caminar como una persona normal porque sus alas no cabían por la puerta. Aferrado a la idea de que su miedo no lo traicionara, miedo que surgió en cuanto dieron la vuelta puesto que una mujer maquillada como Kuchisake-onna saltó a la luz sosteniendo unas tijeras y recitando las palabras: ¿Crees que soy bella?
________ gritó y pegó un salto para luego reírse como desquiciada, y digamos que la muchacha no tenía una risa muy delicada. Todo lo contrario, a Atsushi que gritó más fuerte que ella y abrazó a la muchacha por la espalda. Siguieron caminando, dejando a la mujer confundida por haber oído dos gritos y por la sombra que seguía a ________.
Luego de unos cuantos sustos más, Atsushi sintió la presencia de algo maligno y no tardó en entender que.
—¡Boo! —Desde arriba surgió colgando la parca, blandiendo su guadaña de juguete—. ¡Atsushi-kun!
—Dazai-san.
La parca brincó y siguió el recorrido de los jóvenes dejando atrás su puesto como supuesta atracción de la casa.
—Se supone que nadie puede verte —observó la muchacha.
—Los espíritus del plano medio podemos ver a los ángeles —Dazai estiró una mano—. Hola, me presentó, soy la parca. ¿Tú eres?
—¿Qué haces aquí Dazai-san? —preguntó Atsushi sin darle tiempo de responder a _______.
—Bueno ya sabes. Siempre aparezco cuando alguien va a morir. ¡Hoy voy al hospital! Odio ese lugar, hay muchos ángeles.
—Estas hablando con uno —dijo _______.
—Atsushi-kun es diferente. Hoy vine a verlo porque Akutagawa-kun no está, por suerte.
La joven escuchó la conversación que ambos seres mantenían, hablando del edén, los demonios, el fastidioso hombre lobo Chuuya, el brujo Mori y la recolección de almas que le tocaba a Dazai ese día.
—¡Lo creas o no! ¡Hoy es cuando más asesinos seriales salen a matar! ¡Me divierto tanto viendo los asesinatos!
Perturbada por la anterior confesión, _______ decidió que era bueno ir a otro lado. El trio se dirigió al hospital donde dejaron a Dazai para ir a perderse entre la multitud del festival.
Agradecida de haber dejado al vendado atrás, se perdió entre la gente, con el ángel por su cabeza disfrutando de la felicidad y sonrisa de la chica. Pero era hora de irse.
A las tres de la mañana, esa hora donde los demonios y los ángeles tenían su máximo acceso al mundo humano, Atsushi tenía que irse por trabajo y, además, ________ se estaba cansando. Cargándola, el ángel se dirigió a la mansión Malfoy, la ventaba permanecía abierta y con la cuerda. Atsushi dejó a la chica delicadamente en las sabanas de seda y cerró la ventana, desapareciendo la cuerda en el acto.
Por mucho que su deseo de conservar los recuerdos de _______ frescos, su deber como ángel también tenía que ver con que ningún ser humano supiera de su existencia, así que triste consigo mismo manipuló las memorias de la chica para hacerle creer que todo se había tratado de un sueño a la hora de que despertara.
Akutagawa lo saludó al tiempo que uno entraba y otro salía por la ventana. Akutagawa se posó en la base de la cama a cuidar a la muchacha que le habían encomendado.
—Nos veos el próximo treinta y uno de octubre _______-chan.
Ola ¿Cómo están? ¿Ya las ignoro su crush?
Asies. Las cosas se me juntaron ajaja. Bueno, les vengo a pedir su humilde ayuda y es que necesito una creatura para Ango y Kaji. Tome la idea de wabythewaby y eso vamos a estar haciendo.
Segunda cosa. Las que tenían pedidos conmigo repórtense aquí:
Y otra, ya me puse al día con el manga, por tanto Sigma ya aparecerá en los próximos escenarios y especiales, también aparecerá aquí.
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