Akutagawa

A petición de: @hoonah137

Advertencia: ninguna

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¿A donde van? Apenas y recordabas aquel intervalo de tiempo para comer, y suponiendo que tú también debías comer tan solo un poco esperaste a que todos salieran. Afuera el pasillo estaba vacío a excepción de un punto negro acercándose a la distancia, ignorando su presencia pásate de largo.

En el proceso chocaste hombro con hombro con el, ibas a disculparte hasta que viste lo mal que te miraba.

¿Y ahora que hiciste mal?

Bajaste la mirada, encontrando en el suelo un higo a medio comer, por como te miraba supiste que era de el.

— Lo... — ya no tuviste oportunidad pues el ya no estaba.

Sin más remedio seguiste caminando.

No te interesaban las personas, ni hablarles, hacer amigos, nada. Pero si tenías una situacion personal que resolver no te molestaba hablar un poco, sobre todo porque tus padres te educaron de esa manera a pesar de tener autismo.

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A las mañana siguiente llegaste con una bolsa de higos en mano, que con ayuda de tus padres habías comprado pensando que ya tenías un amigo o algo. Akutagawa como tú lo conocías se sentaba al lado tuyo al final de las filas.

Se te figuraba un tanto a ti, tampoco hablaba pero a él si lo habías visto con un pelirrojo o con un chico de cabello plateado, a quienes suponías eran amigos suyos. Dejaste la bolsita en su banca a modo de disculpa, realmente no te importaba si los aceptaba o no.

El pelinegro no tardó en llegar, siendo ahora los únicos dos en el aula. Se detuvo al ver la bolsa, intervalo la visita entre la bolsa y tu, que mirabas la ventana sin ningún interés.

De solo verte allí todos los días lograbas despertar una curiosidad en el chico, de vez en cuando te miraba de reojo, en no comprendía como es que podías estudiar una maestría. Tampoco era consiente de tu trastorno.

— ¿Qué es esto? — te pregunto.

— Una disculpa — dijiste, insegura de tus palabras.

Akutagawa te echo una última mirada antes de sentarse y guardar los higos cuidadosamente en su mochila. Era la primera vez que te escuchaba hablar, la primera en dos años.

Las clases continuaron sin mucho para llamar tú atención, tomabas los apuntes que creías necesarios y alcanzabas a oír y ya. Al finalizar las clases te quedaste hasta el final —como siempre— esperando a que todos se fueran guardando tus cosas con calma.

Lo que no sabias era que Akutagawa te esperaba fuera del salón, antes no tenía oportunidad de hablarte pero ahora tenía la excusa de los higos y así podía dehacerse de su curiosidad.

Porque Akutagawa nunca se quedaba con la duda.

— Hey... — cortó la frase al darse cuenta de que no sabía siquiera tu nobre.

Tú tampoco lo escuchaste, pues gracias a tu trastorno tu oído resultaba ser muy selectivo. Seguiste de largo hasta que sentiste como agarraban tu muñeca firmemente algo que si te sobresalto, volviste tu cabeza, alerta. Sin saber que decirte te llevo con el a la salida del instituto, allí lograste que se detuviera.

Cuídate de los extraños, te decían tus padres. La gran mayoría eran extraños pero siempre reconocias las malas intenciones o algo a la que tú denominadas "raro", aunque ya de por sí el mero hecho de hablarte era raro.

— ¿Qué...? — ¿Qué debías decir? Eran un par de extraños intentando entablar conversación.

— Soy Akutagawa — se presento el chico aflojando el agarre sin soltarte aún, por miedo a que lo tomes por loco e intentes llamar a la policía.

— Lo se — murmuraste. Miraste a otro lado, el contacto visual no te agradaba.

— ¿No deberías presentarte? — sino más brusco de lo que le gustaría.

— Soy _____.

— Bueno _____, lo higos... — ah, odiaba mostrarse sensible —...estaban buenos.

Asentiste sin decir más, ¿Debías agradece? ¿O mejor quedarte callada e irte?

— ¿Por qué no hablas? No soy el menos indicado para preguntartelo pero siempre actúas tan... — ¿Cómo decirlo sin que te ofendieras? Deseaba saber de ti, el porque de tus acciones. Para el siempre resultabas un enigma.

— Autismo — dijiste, como si la palabra resolviera todas las dudas que embargan la mente del más alto.

Dejo de pensar para escucharte decir esa palabra. ¿Autismo? Había escuchado la palabra, muchas veces, todos ellas relacionadas con niños, no con adolescentes y adultos. De lo único que tenía consiencia era de su hipersensibilidad para algunas cosas. Aprovechando su distracción te soltaste y emprendía te tu camino de regreso a casa.

Todas las personas reaccionaban de las misma manera cuando decías esa palabra, no sabias si era porque no sabía que era o preferían no acercarse a una persona con ese tipo de trastorno sin cura. Tampoco te importaba, como la mayoría de las relaciones sociales y reacciones humanas. No a menos que tuvieran una relación directa contigo y el autismo resultaba ser un problema social.

— Espera — te grito a la lejanía llegando a tu lado en menos de cinco segundos.

No lo miraste, seguiste caminando como si el no estuviera. Lo cual le molestó, estaba haciendo un gran esfuerzo por tratar de hablarte y tu definitivamente no ponías de tu parte. En un movimiento rápido quedó frente a ti bloqueando tu paso, te agarro del mentón con delicadeza obligandote a que lo miraras.

Tus ojos resultaron ser hermosos, no por su color, sino porque brillaban. De ese brillo que hipnotizaba, del que Akutagawa llegaba a amar. Ese día despertaste su curiosidad más que nunca.

Ahora más que nada, más que nadie, deseaba entenderte y conocerte.



――✽+†+✽

¡Sopas! A ver, mi poco cerebro e imaginación alcanzó para la lectura anterior. Supongo que la mayoría debe saber lo que es un autista.

Espero que esto cumpla las expectativas de la lectora n.n

Esto fue un Akutagawa x autista! Reader

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