akutagawa
tw: akutagawa fluff.
a petición de: anónimo.
te explicare en un abrazo todo lo que nunca te digo
—Lamento llegar tarde —exclamó uno a la par que el otro gritó.
Ambos pretendientes voltearon a verse, un segundo de estupefacción arrasó su rostros pálidos e impolutos. Aquel desastroso par abrió los ojos con estupor al reconocerse las caras, las mismas que no habrían pensado ver ese día. Uno, en el que en realidad se pensaban pasear con sus novias por la ciudad.
Akutagawa largó un claro chasquido de hastío, había sido el lugar, tal vez. Incluso pidiéndole que se encontraran en lugares poco concurridos debido a su extraordinaria reputación y las incontables demandas por asesinato, extorsión, daños al inmueble, chantaje, abuso, asesinato en masa, lavado de dinero, allanamiento, robo de armas, entre otras.
—¿Qué mierda haces aquí?
—¿No debería preguntar yo eso? —chasqueó Atsushi, molesto—. Vine a recoger a mi novia.
—Pues a menos que tu novia sea invisible, disto mucho de verla —Akutagawa se cruzó de brazos, acentuando su expresión de desdeñosa burla.
—Ella es mi novia —Atsushi rechinó los dientes al señalar a la joven parada en medio de Shin Soukoku.
El mafioso se inclinó contra el tigre, cogiéndolo de cuello largo hasta que golpearon pecho con pecho. Rashomon se deslizo detrás del tigre acariciando su espalda cual cuchilla y se enredo en su cuello.
—Ryunosuke... —llamó ______. Extendió sus manos para tratar de alcanzarle el hombro cuando un halo de oscuridad le tomo por las muñecas y la llevo atrás.
—Te partiré la cola de tigre en dos, ella es mi novia. Imbécil asqueroso —escupió en su rostro. Atsushi tiró una patada al abdomen del chico, soltándose de su agarre.
—No puedo creer que realmente esperas que crea que alguien tan buena como ella sea tu novia. Idiota.
—Te colgare del puente y enviare tus restos a la Agencia —vociferó Akutagawa echando a Rashomon contra el tigre.
—¡Atsushi! —gritó una voz detrás del mafioso.
Las tres cabezas giraron en seco para encontrarse con una imagen que a ambos chicos dejo atónitos. Akutagawa suspendió al monstruo de su abrigo en el aire y dejo su boca abierta a las moscas, estupefacto. Atsushi no tenía una mejor expresión, parecía a punto de desmayarse.
—Lamento que lleves mucho esperando, el tren se detuvo por un gato —suspiró la mujer, apoyando sus manos en las rodillas y exhalando bocanadas voraces de aire.
El par de hombres se miraron, y luego miraron a las mujeres.
—Estoy viendo mal —murmuraron al mismo tiempo.
—No, no lo hacen —respondieron las chicas.
—¿Qué es esto, Hana/y/n? —inquirió el par de desdichados y confundidos chicos.
—Somos gemelas —y/n se encogió de hombros, bastante serena—. Creí habértelo mencionado, Ryunosuke.
—Si, yo también —Hana miró a su gemela y ambas rieron—. Dile a tu novio que no mate al mío, realmente lo quiero entero.
—No te preocupes por eso, Ryunosuke y yo ya nos vamos.
Akutagawa jugó con las cintas de su pantalón en silencio mientras se dirigían a su verdadero destino en el auto del mayor. y/n era demasiado pequeña para conducir uno y aunque el pelinegro podría ofrecerse a recogerla el peligro de acercarse a su dirección era mayor. Ella lo sabía y no rechistaba.
En cuanto al resto de cosas... ella si lo hacía.
—¡Estuviste a punto de matar al chico de la Agencia! —reprendió ella alzando los brazos con exasperación.
—No sabía que tenías una gemela...
y/n suspiró, recobrando su compostura. Si alguien debía asumir la culpa por un casi ataque a la Agencia definitivamente tenía que ser ella en todas las circunstancias por no haberle dicho ni de cerca a su pareja que tenía una gemela. De todos modos, ¿en qué probabilidad sucedería una situación así de curiosa? La chica se llevo la mano hasta el cabello lanzando mechones de aquí a allá.
—Mi error. Nunca creí que esto llegaría a pasar. Al menos no con el tigre presente.
—No importa, no pude contralarme en frente de ti. También debo disculparme.
—Nunca te controlas en frente mío —la chica se rio, toqueteándole el hombro con burla.
—Que graciosa —siseó él, llevándose los lentes oscuros a la cabeza—. Realmente nunca pensé en que podías tener una gemela...
Akutagawa frunció el ceño con la mirada plantada en la carretera, demasiado anonadado en su hilo de pensamientos como para pensar correctamente en la cita que se supondría llevarían a cabo ese día que ambos tenían libre.
—¡Oh sí! La gente suele confundirnos siempre que vamos juntas. Es muy divertido, siempre que no tratan de matarse.
—Perdón... —susurró el hombre, perdiendo la vista (unos segundos) en sus tenis negros que le daban otro plus a su altura.
y/n corrió la vista hacía él, dándole un vistazo rápido como hacía muchas veces. Se había puesto lo que le había recomendado luego de obtener varias miradas dentro de su closet curtido de blanco y negro, a veces gris. Lucía guapo como hacía siempre.
Y llevaba dos años admirando ese rostro.
—¡Está bien! No tienes que disculparte, ya te lo dije. Mi error.
Sin embargo, eso no detuvo el intrigante ceño fruncido del chico y la mirada alejada que tenía durante el camino, por lo que la chica definitivamente decidió hablar sobre su gemela y ella. Después de todo, no habría que perder mucho.
—Trabaja en la Agencia, con Atsushi —inició—. Estuvo en el extranjero unos años y no había vuelto hasta hace unas semanas.
—¿Y cuándo pensabas decírmelo?
—Bueno, pensaba hacerlo el día que me reuniría con ella pero tú estabas en una misión en el extranjero así que me pareció absurdo. ¡Y luego lo olvide! —y/n saltó sobre su lugar, cogiendo a Akutagawa de la ropa y arrastrándolo a un escaparate de productos al azar.
—Típico de ti. No puedo creer que en años nunca lo hayas mencionado.
—Lo sientooo... —canturreó al aire mientras su cuerpo se deslizaba por los múltiples pasillos de la tienda.
Por un trágico segundo Akutagawa perdió de vista la cabeza femenina, posiblemente hundida por allí. Si había una cosa que él detestaba de las tiendas era la altura ridícula de los pasillos que hacían que su novia no se viera por ningún lugar. Suspiró y comenzó a buscarla.
—¡Mira Aku! —y/n saltó del pasillo sosteniendo una libreta—. Tiene discos.
Akutagawa se desvió de su recorrido y se acercó a su novia.
—Espera aquí —pidió, salió de la tienda y fue a conseguir un globo.
Al volver ató la cinta a su muñeca.
—¿Qué estas haciendo? —inquirió la chica.
—Para que no te pierdas —respondió serio. y/n abrió la boca y luego la cerró.
—No diré nada —murmuró.
—¿Quieres la libreta?
—Sí.
El chico la metió en la cesta y siguió a su pequeño demonio de Tasmania.
—¿Cómo fue que tu terminaste en la Mafia y ella en la Agencia?
—Ehh, Hana creció con mi mamá, no sé qué paso para que fuera ese tipo de persona, no tiene mucho que volvimos a hablar. Y tú ya sabes que crecí con mi papá. Prácticamente fuimos criadas por personas totalmente opuestas ¿por qué?
—Es raro que hayan terminado del lado opuesto.
—Sip, la vida da muchas vueltas —y/n comenzó a dar vueltas sobre si misma imitando sus propias palabras y Akutagawa no pudo evitar sentir una adoración aplastante por la chica.
Y eso le recordaba que tenía que disculparse aún más fuerte por haberla tomado de las muñecas con Rashomon de forma tan brusca, a él le costaba permitirse ser tocado por ella, tenía que utilizar la misma lógica para ella.
Gruñó para sí mismo, buscando un tiempo para salir de la tienda y acaparar la tienda de pasteles. Pero ese tiempo no llegaba. Arrugó la nariz y entonces decidió que se la llevaría a la pastelería.
—¿Sería pago con efectivo o tarjeta? —exclamó el vendedor de la tienda. Akutagawa le extendió la tarjeta negra sin responder—. Muy bien.
—Graciasss —cantó la chica. No importaba que les pagaran lo mismo, Akutagawa seguía empeñado en gastarse todo lo posible en ello, y/n ya ni siquiera intentaba rechistar.
—No tienes que agradecer —susurró—. Ahora ven.
Envolvió su muñeca y arrastró la enorme bolsa en el otro brazo, y/n se dedicó a preguntar a donde iban durante todo el camino mientras Akutagawa olvidaba medir sus enormes pasos y obligaba a correr a la chica. Cuando finalmente se frenó en un lugar, y/n aspiró el olor dulzón de la pastelería y los ojos se le iluminaron.
—¡Pastel!
—Escoge el que quieras.
—¿En serio?
—Escoge uno o te compro la tienda entera —respondió con seriedad.
y/n hizo una mueca y se acercó al mostrador, creyendo completamente capaz al chico de comprar el nombre de la tienda y ofrecérselo a ella para que no tuviera que decidir entre todos los pasteles que quería comerse.
—Este —señaló.
La señorita detrás del mostrador lo cogió sonriendo.
—¿Alguna frase que quiere que lleve?
Rashomon envolvió las orejas de la chica y sus ojos.
—Sí, que diga "lo siento mucho".
La señorita asintió con una sonrisa cálida para la pareja y un segundo después volvió con el pastel envuelto. Rashomon lo agarró y al mismo tiempo envolvió a y/n mientras esta protestaba.
—Si no me sueltas te arrancare los dientes —gruñó, sus manos se ciñeron a las vendas de la habilidad pero ni haciendo acopio de todas sus fuerzas pudo quitárselo de encima.
—Ya casi —siseó Akutagawa.
—Akutagawa Ryunosuke —bramó entonces, Akutagawa la bajó al suelo cuando al azotea se extendió ante ellos y el aire voló los cabellos de la chica—¿Qué te pasa hoy?
—Perdón —sorprendió a y/n inclinándose noventa grados y extendiendo el pastel con la frase—. No quería ser brusco contigo.
—¿Por qué me pides perdón? —y/n se cruzó de brazos.
—Por el escándalo de hoy, y por haberte tocado sin tu permiso. Por casi matar al tigre cuando dijo que eras su novia, yo solo...
—¿Tú solo?
—Estaba asustado —balbuceó. y/n se inclinó un poco para escucharlo. No había hecho el amago de levantarse de su reverencia.
—¿Estabas qué? No te oí.
—Asustado.
—¿Asustado? ¿Por qué?
Porque pensé que también lo preferirías a él.
No respondió, la poca saliva se atoró en su garganta y tragar parecía volverse una tarea difícil. Ciño sus uñas a la caja y la respiración le tembló un segundo que bien podría haberlo hecho caer de rodillas por el inmenso peso en la espalda que estaba sintiendo y la presión en su nuca que casi se reía y lo aplastaba con más fuerza. Si algo había aprendido en dos años de relación era a comunicarse abiertamente, la mayoría de sus peleas se desencadenaban por el silencio sepulcral de Akutagawa en el noventa por ciento de las ocasiones mientras y/n le rogaba que se comunicara.
Él no sabía cómo.
Nadie le enseñó.
Nadie se comunicó nunca con él.
Cuando quiso ser escuchado, nadie lo hizo.
—Está bien —escuchó su voz sobre su cabeza—. No tienes que decírmelo si no quieres, no pasa nada.
Pero Akutagawa quería, aunque las palabras estaban atrapadas en su estómago y querían hacerlo vomitar. Negó con la cabeza, como si con eso pudiera apartar la infinidad de rocas arrojándose sobre su cuerpo, inhaló tembloroso y el pastel lo sostuvo Rashomon cuando sus brazos se extendieron automáticamente y envolvieron el cuerpo de la mujer que amaba.
La apretó contra sí, y/n fue tomada desprevenida y no tardó en devolver la muestra de afecto, los sentimientos fluyeron de ella como rio y sus lagrimas fueron prueba. Hundió la cabeza en el hombro del mafioso, sus palmas se pegaron a la espalda delgada del otro y disfrutó recorrerlo como nunca mientras ese maravilloso momento durara.
—No te vayas, no me dejes —murmuró contra su cabello y sus manos temblorosas hicieron un compas con el tono de su voz, que flaqueaba como si fuera a romper en llanto.
—Jamás. Jamás.
—y/n... gracias.
Ella sonrió. Fue un gracias que se sintió como un te amo. Que se sintió como mil cosas, aunque Akutagawa jamás terminara de saber comunicarse, ella había aprendido a llenar sus huecos y tomarlo todo.
Porque era así como eran ellos.
uncanny | wuserpoe
emh, no sabía que rumbo tomaría este one-shot así que no lo planee y deje que las cosas fluyeran. espero sea de tu agrado<3
¿no les conté que termine con mi novio? aparentemente me sigue yendo bastante mal con los hombres.
también note que casi llegamos al millón, creo que merece una celebración, pero no sé exactamente que hacer, ya que ustedes son el público y sin ustedes yo no estaría acá, me gustaría leer si tienen alguna sugerencia. también me gustaría saber si les gustaría un segundo libro de one-shots...
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