Agencia Armada de Detectives

¡Especial de Navidad!

↬αтѕυѕнι

Desde tus inicios en la Agencia tu vista se había centrado únicamente en el chico peliblanco pupilo de Dazai. Poco a poco tu corazón había logrado aceptar que te gustaba y deseabas declararle tu amor, en la Agencia todos lo sabían, todos menos Atsushi. Dazai te había aconsejado que esa navidad bajo el muérdago lo besaras y te declararas; al final de cuentas Dazai también tenía consciencia de los sentimientos del chico hacia ti, pero este no te lo diría. Mientras toda la Agencia bebía hasta reventar tú aprovechaste.

— Atsushi — le llamaste. El que no tomaba te escucho e inmediatamente fue hacia ti, tú le tomaste de la mano para salir corriendo. Se detuvieron inesperadamente en la puerta, Atsushi te miro con total extrañeza ¿Ahora que te traías entre manos? Mientras él estaba embobado con tu sonrisa le tomaste del peluche de su abrigo y le besaste. Fue totalmente impulsivo y rápido pero eso si dejaste con el tu dulzura. El peliblanco abrió los ojos a más no poder, no se creía lo que acaba de pasar, se tocó los labios un poco procesando la
escena que acaba de pasar. Cuando calló en cuenta de lo que acababas de hacer se convirtió en un tomate incapaz de hablar así que tú, de nuevo, tomaste la iniciativa—. Me gustas.

— Y tú a mí — susurro. Sin más junto tu otra mano con la suya uniéndolos en un cálido
beso.

↬∂αzαι

Tú novio... al que le había pedido por favor no intentará cometer suicidio y te arrastrará
con el en el proceso. Pero no, ni siquiera Navidad lograba salvarse. Ahora mismo ambos
se hallaban frente al puente más grande de Yokohama, tu mirándolo de mala gana y el
apreciando las estrellas.

—Dazai... ¿Qué planeas? — comentaste viendo como el no se movía, ni intentaba tirarse
del puente.

—Shhh, ya casi empieza —te callo con un dedo sobre la boca. Entonces escuchaste una
explosión, casi te caes del mero susto de no ser porque Dazai te abrazo fuerte entre sus brazos. Miraste al frente donde Dazai miraba, te encontraste la grata sorpresa de que tú novio te había traído a ver los fuegos artificiales. Abriste la boca fascinada por el espectáculo aunque también te sentías más por haber pensado mal de tu novio.

—Entonces ¿No estabas planeando un suicidio doble?

—¿Por qué lo haría flor de loto? Sí me lo has pedido — te sonrió, agarrando un mechón
de tu cabello se inclinó hacia ti para besarte.

↬кυиιкι∂α

Una vez más te escapadas de tu hogar, ¿Por qué? Bueno porque ¿Quien quiere cenar al lado de un montón de gente hipócrita en un mesa del largo de la sala? Pues tú no, tu padre quien resultaba ser el primer ministro no podía tener una navidad normal ¡No! Todo es especial para el primer ministro y su estúpida familia; esa noche buena mientras tu madre se arreglaba, tu padre trabajaba, tus hermanas reían y las sirvientas preparaban la grandiosa cena de Navidad tu desapareciste por la puerta. Y ahora te encontrabas sola comiendo una crepa en medio del parque bañado de nieve, si, tu Noche buena no podía ser más espléndida. Observabas a alguna que otra familia o pareja que pasaba por allí cuando escuchaste una voz detrás de ti:

—¿______? ¿Qué haces aquí? — giraste la cabeza para encontrarte con nada más y nada menos que Kunikida, el hombre que anteriormente te había salvado el pellejo y con el cual estabas muy agradecida.

— Ah Kunikida, estoy... — dudaste ¿Debías mentirle? Pero ¿Por qué? —...en realidad no hago nada aquí, escape de casa.

— Sabes que eso es peligroso ¿Verdad? Mucho más por lo sucedido anteriormente — bufaste.

— No me importa, en mi casa también parece que me quieren secuestrar — era un pensamiento infantil de tu parte siendo sincera.

— ________ por favor — al ver qué no obtendría respuesta de tu parte decidió probar otra cosa —, bien si no quieres volver a casa al menos cenaras conmigo.

Le miraste sorprendida pero después aceptaste gustosamente, te levantaste del banco y comenzaste a llevar algunas de las bolsas que Kunikida cargaba.

—Gracias — murmuraste para que el no te oyera, pero lo hizo y sin que lo vieras sonrió. Después de todo no sería una Navidad tan mala.

↬яαиρσ

Navidad... ¡Tú odias navidad! Pero tu novio no, así que debes acompañarlo y fingir que te agrada la fecha. El único problema es que tú novio no es específicamente el más despistado del mundo y noto como mirabas con repulsión todos los adornos llenos de verde, rojo y blanco o como los niños hablaban de Santa Claus.

— A ______-chan no le gusta la navidad — te dijo en el camino de regreso a casa, tu dejaste de mirar los adornos para prestarle atención.

—No es que no me guste — mentiste —, es que me parece meramente aburrida.

— Quizá porque no la sabes disfrutar — comento.

— Aja — preferiste no seguir dándole vueltas al asunto, en cambio tu novio ya tenía planeado todo un espectáculo.

— ¿Dónde podemos rentar patines? — preguntó, al principio no entendiste la pregunta pero después de procesarla caíste en cuenta de lo que tramaba.

— Ah no, ni lo pienses Edogawa — reprochaste, el hizo un puchero.

— ¡Vamos! No puedo permitir que la novia del grandísimo Edogawa Ranpo no célebre navidad, además te ves más linda cuando sonríes — apartaste la mirada, sonrojada, había logrado convencerte.

Más tarde ambos se hallaban patinado al aire libre en un lado congelado, agarrados de la mano la gente los miraba y algunas personas se les sumaron, tu por otra parte reías al lado de tu novio, que hacía todo lo posible por qué te rieras. Al final del día tuviste diversión, y quien lo diría, jamás habías probado pasar Navidad así junto a tu novio.

↬тαиιzαкι

Esa Noche Buena debías trabajar, desde la oficina llamaron de improvisto, surgió un nuevo caso y tú cómo jefa que eras tenías que atenderlo. Dejaste a Tanizaki preparando la cena, dijiste que regresarías pronto pero el destino tenía otros planes para ti, el criminal resultó ser quien menos te esperabas y estuviste como tres horas persiguiéndolo. Cuando llegaste a casa te encontraste con un Tanizaki cabeceando en la silla frente a la mesa con toda la comida bien servida.

— Estoy en casa — susurraste por lo bajo, deseabas no despertar a tu pareja, bien podrían festejar Navidad al día siguiente por ahora solo quieras dormir junto a tu novio.

— _______ ya llegaste — Tanizaki movió la cabeza despertándose a si mismo, soltó un bostezo y miró a su novia, aún somnoliento —. ¿Cómo te fue?

— Nada mal, lamento hacerte esperar, de verdad pero las cosas se complicaron — bajaste la cabeza con pena.

— No te preocupes, siempre que esté mi linda novia podemos celebrar — le dedicaste una tierna sonrisa antes de sentarte a su lado. El hizo que te recargaras sobre su regazo y empezó a hacerte cariñitos en la cabeza.

— Olvida Navidad, vamos a ver una película.

— Concuerdo totalmente.

Ambos olvidaron por completo Navidad, y es que ¿Quien necesita Navidad?

↬кєиʝι

— A ver... Entonces si no mal entiendo en tu pueblo no hacían esto — señalaste las galletas navideñas que anteriormente habías preparado, Kenji negó con la cabeza — ¿Y qué hacían en tu pueblo?

— Ordeñar vacas — te dijo sonriendo. Tú también sonreiste.

— Pero me refiero a Navidad — Kenji se lo pensó un momento pero después no dijo nada — ¿Kenji...? — el reacciono de repende, para no preocuparte más volvió a sonreír.

— Es que allá no celebramos Navidad — abriste la boca en una O, entonces te diste cuenta de que Kenji no tenía idea de que era Navidad y tu como su buena compañera estabas decidida a enseñarle.

— Ten come una galleta — la tendiste y el la tomo —, comela, tenemos mucho que hacer.

Y así te la pasaste toda la tarde explicándole las festividades hasta que Kunikida los regaño e hizo que ambos decorarán la Agencia.

— Feliz Navidad ______-chan.

↬уυкι¢нι

— ______ soy demasiado viejo para esto — negaste con la cabeza riendo. Invitaste a tu padre a salir afuera y divertirse un rato puesto que era presidente de una agencia que trabajaba 24/7 y que el usaba su habilidad siempre, ese día que el estaba libre no podían pasársela simplemente encerrados.

— ¡Vamos, hay mucha nieve y cosas afuera! — tiraste de la manga de su bufanda sin éxito —, mañana podemos pasar toda la tarde haciendo lo que quieras, porfiii.

Rogaste, finalmente después de un suspiro te dijo:

— Bien, solo hoy — seguido de eso se levantó para que dejaras de torturarlo con la bufanda —. Solo hasta que anochezca.

Asentiste eufórica ya lista para irte, eran como las diez de la mañana así que tenían tiempo mucho tiempo. Ambos salieron, tu arrastrabas a tu padre por toda la ciudad, sacabas fotos, jugabas con la nieve, hacías muchas cosas siempre incluyendo a tu padre, que a pesar de tener el rostro serio era feliz con ver a su hija sonreír. Al finalizar el día ambos iban a casa.

— Ey papá — le llamaste, el solo hizo un sonido con la boca a manera de oirte —, ¿Te divertiste?

— Creo que estuvo bien — comento, sin querer de verdad admitir abiertamente sus palabras.

— Espero que se repita, feliz Navidad papá.

— Feliz Navidad _______

──────⊱◈◈◈⊰──────

No todos son relatos de amor, porque la Navidad es más para compartir cariño.

Por otro ladoooo, esto me costo más de lo esperado, siendo que no celebró Navidad desde hace dos años. Sí, estás cosas no son lo mío.

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