Hola, soy Amelia Linares, una joven de 17 años que está enamorada de un chico que veo tres veces al año. Andreu Masker es un hombre que vive en una ciudad diferente a la mía y solo nos vemos durante las vacaciones y ocasionalmente cuando nos reunimos con nuestras familias. Él es todo lo que una chica puede desear; es muy atractivo, atractivo y, lo más importante, es un amor. Él es unos cuatro años mayor que yo y me cuida y me cela como si fuera una niña pequeña. De lo que tiene veintiuno años.

Para mantener el contacto entre nuestras familias, cada año vamos a la casa de la playa para pasar las vacaciones, pero este año solo vamos mamá y yo debido a la separación de mis padres. La verdad es que prefiero que estén así a estar discutiendo todo el tiempo, pero eso no es lo importante. Lo que importa es que estas serán nuestras vacaciones, en las que me enamoraré de él. Se lo voy a demostrar que ya no soy una niña.

(…)

—Amelia, volviendo a la realidad—comenta mi madre.

—¿Si?—le presto atención y dejo de lado mi magnífico plan.

—Empieza a recoger tus maletas, mañana temprano partimos—dice no muy emocionada.

—Mamá...

—Se lo que vas a decir y no te preocupes—hace una pausa y se acerca para besar mi frente—.Estoy bien, necesito estas vacaciones.

—Bien—la abrazo y me voy en dirección a mi habitación.

Mañana comienza la aventura y Andreu Masker vas a caer.