Acabo de dejar a los chicos en sus habitaciones y no he podido sentir como que me faltaba el aire. Estoy viendo al amor de mi vida de mano con otra chica.

¿Acaso diosito piensa castigarme tanto?

Lo he visto enrollarse con algunas chicas veranos anteriores y he reventado de celos pero esto es otro nivel. Ahora es su novia, está ocupando mi lugar, yo debería llevar ese título, ir de su mano y estar junto a él.

Las vacaciones apenas empezaron y ya todo va mal. Sabía que podría fallar varias veces con mis planes pero sin hacer nada ya he fallado.

No puedo meterme con un chico que tenga novia.

Pero yo lo conocí primero, es mío.

¿No creen?

—Auch—grite poniendo la almohada en mi boca para que esté no fuera escuchado afuera.

Me levanto y seco mis lágrimas. Aunque sea André Masker ninguna mujer debe llorar por un hombre al menos que sea de felicidad.

Me levanto y voy a la cómoda agarró la base y moteo suavemente bajo mis ojos para disimular que he estado llorando.

Oigo el grito de mi madre pronunciando mi nombre y mis dos apellidos.

—¡Amelia Linares Cruz!—pienso en que podré a ver hecho para que diga mi nombre completo.—¡Baja inmediatamente!—vuelve a gritar y bajo corriendo las escaleras.

—¿Qué ha pasado?—me hago la inocente pero ya puedo ver las hormigas sobre mi sándwich.

—¡Limpialo ya!—habla histérica.

Bueno mi mamá le tiene un absurdo miedo a las hormigas y pues digamos que si no lo limpio rápidamente me matará.

Comienzo a limpiar y veo bajar las escaleras a Dan quién está muy bueno por cierto, no me había dado cuenta de su cambio hasta este momento en que lo veo sin camisa.

Solo ha pasado un año como hemos podido a ver cambiado tanto todos. Ya mi madre está sin pareja, Dan está muy cañón, Andreu tiene novia y yo, pues yo tengo más culo.

—¿Te alegra limpiar?—pregunta Dan mientras cierro la boca ya que estaba riendo de mis propios pensamientos como una loca sin cabeza.

—Pues claro, todo es mejor si sonríes. —termino lo que estaba haciendo y me labo las manos.

—Ahora que lo pienso si has crecido algo. —me dice cuando vuelvo a acercarme pero esta vez es para sentarme tranquilamente a su lado.

—Si, no me iba a quedar enana toda mi vida. —río. —Y veo que ha ti no te a crecido más la cabeza es un gran avance.—bromeo.

—Y pues yo veo que sigues siendo la misma lo que con un poco más de culo.—este ríe.

—¿Cierto? Menos mal que te diste cuenta. —ambos reímos y me alegro de que se note que he estado quemando el gimnasio este año para verme espectacular en traje de baño, es un paso para lograr mi plan.

Mi plan, el que no se cómo realizar a partir de ahora. Es triste que planees una cosa durante mucho mucho tiempo y cuando llegue la hora todo sea muy diferente a como te lo habías imaginado, ahora no tengo ni idea de que hacer.

—Ame.—pasan una mano por mi rostro.—¿Nos estas escuchando?

—¿Eh?—miro hacia mi costado y es Andreu con la rubia oxigenada ni siquiera es tan bonita.

—Vamos a ir a tomarnos un batido en lo de Jean. ¿Vienes?

—Claro.—me pongo de pies junto con Dan y salimos los cuatros en dirección a la mejor cafetería de este maldito lugar.

Jean es un hombre realmente muy queridos por todos y además de eso hace los mejores batidos que pueden existir.

Al llegar el lugar está lleno de gente como de costumbre. Avanzamos y vemos que la última mesa está libre. Al acercarnos nos percatamos de que sólo tiene tres sillas.

Maldita rubia si no estuvieras aquí eso no hubiera sido un problema.

-Tranquilos chicos siéntense ustedes buscaré la que falta. -comenta Andreu y se aleja y yo lo visualizo completamente. A mi no es a la única que le ha crecido el culo.

Por otro lado está la rubia quién se acaba de sentar al frente de mi.

—Bueno Ame.—alzo una ceja.—Amelia, en qué grado vas.

—Bueno no creo que eso te importe demasiado pero estoy en segundo.—le sonrío falsamente obvio.

—Yo también voy en tu año.—habla como si a mí me importará su vida.—Ahi fue donde conocí a Andreu.

No, eso no por dios, no me interesa su vida y mucho menos su relación con crespitos. No quiero saber nada de eso.

—Ok.—respondo lo más seca posible.

—¿Aún no tienes novio Ame?—esta vez habla Dan.

Y gracias a Andreu no tuve que responder ya que llamó toda su atención llegando con la silla que faltaba.

—Que suerte que encontraste una.—cambio de tema.

—Dice Jean que en seguida viene a atendernos, está muy feliz que de hayamos regresado. —sonríe con su maldita risa perfecta y tengo que tragar saliva.

—Siento como que todo ha cambiado.—suelta Dan.

—Si igual yo.—admito.

—A mi me parece espectacular, el lugar, la casa todo.—habla a la que nadie ha pedido opinión.

—Ya extrañaba esto, la playa, la casa, las vacaciones. —este es Andreu quién me mira por unos segundos y siento como que se me mojan las bragas. —A ti también te extrañaba.

—Yo igual te extrañaba, los extrañaba a ambos.—trato de no sonar tan rara.

—¡Hola chicos!—Jean nos interrumpe y enseguida me levanto a abrazarlo.

—Hola bambi.—lo saludo aún estando abrazada de su cuello.

—Hola bambina.—me devuelve el saludo y pasa a saludar a Dan.

—¿Y esta señorita tan bella quién es?—ruedo los ojos sin disimular.

—Soy su novia.—ella misma se presenta señalando a Andreu.

—Pero que muchachito más afortunado eres.—este sonríe y yo creo que voy a vomitar con estos dos. —¿Bueno y dime qué es lo que van a pedir?

—Para mi un batido de proteínas.—la miro alzando una ceja.

¿Quién pide un batido de proteínas cuando hay de chocolate?

—Es que estoy a dieta.—responde al ver nuestras caras.

—Para mi uno de chocolate con...

—Galletas por encima.—sonrío.

—No lo olvidarás jamás.—este niega.

—Para nosotros lo mismo de siempre. —habla Andreu señalando a Dan.

Y fue ahí, bebiendo mi batido cuando confeccioné mi próximo plan. El qué pondría en marcha para hoy mismo en la noche.

Andreu Masker vas a caer por las buenas o por las malas.