El palacio en el desierto. (la bienvenida de los muertos)
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Al ver Aldeza, Aome quedó sin aliento. Era un palacio de mármol blanco con domos y minaretes que se reflejaban en las fuentes tranquilas al frente. En todos los jardines que lo rodeaban, había rosas en flor.
Construido hacía cuatrocientos años por un ancestro de Sesshomaru, hacía cincuenta años que nadie vivía en el
lugar. Antes de entrar en el edificio, cortó un botón de rosa.
-¿Por qué no funcionan las fuentes?
-Creo que ya están muy descuidadas. Eso se puede arreglar .
le aseguró Sesshomaru.
-No las arregles por mí -replicó.
Las puertas de entrada daban a un vestíbulo con pilares labrados y mosaicos en todos los tonos de azul.
-Esto es maravilloso. Nunca he visto algo. . .
-¿Que te recuerde una fantasía morisca? -sonrió Sesshomaru. ¡Por fin te he complacido!
Aome resintió que pudiera bromear, cuando ella hacía un esfuerzo sobrehumano por ocultar su tristeza.
-¿Por qué está vacío?
-No es fácil llegar. Mi padre solía traer invitados cuando estaba permitido cazar. Pero ahora Áldeza se ha convertido en un elefante blanco, pues la familia prefiere descansar en la casa que tenemos en la Costa del Sol española. Miroku y Sango están allá ahora. Creo que sus problemas han terminado.
-Qué bueno .
Aome se cruzó de brazos.
- ¿Quién vivió aquí por última vez?
-Mi abuela, Eloise. Vivió sola muchos años.
Frunció el ceño.
-¿Eloise? -Aome se volvió.
-Ese no es un nombre árabe.
-Era francesa .
Sesshomaru la miró, sorprendido.
-Pensé que ya lo sabrías.
-Siempre me deja perpleja el que imagines que yo sé las cosas sin que nadie me las diga .
Se molestó Aome.
. ¿Cómo fue que tu abuela era francesa?
- Entonces tus ojos ?. . .
- Son herencia de mi abuelo.
Espero otro comentario, y siguió con la historia.
-Su padre era antropólogo y vino aquí a escribir un libro sobre la cultura nómada. Eloise era su asistente.
Mi abuelo, Salahoudin, la vio una vez y se enamoró de ella de inmediato. ¡Vaya felicidad que eso les dio!
sonrió con sarcasmo.
-A mí me parece muy romántico -observó Aome.
-Se separaron a los dos años y pasaron así los quince siguientes ¿Eso te parece romántico?
Sesshomaru sonrió con ironía.
-Pero, claro yo no se si yo podría caer en esa categoría, ¿verdad?
-Tú fuiste quien lo dijo, y si tu abuelo se parecía un poco a ti, entonces no me. . .
Se interrumpió al oír el ruido de una vara que golpeaba el piso de mosaico y se volvió, sorprendida.
Una anciana enjuta se acercaba con dos sirvientas. Hizo una reverencia profunda ante Sesshomaru y habló con emoción. Sus ojos brillaban y estaban fijos en ellos. Sesshomaru se tensó al oír sus emotivas palabras. Frunció el ceño por un instante antes de sonreír. Sonrojado, se volvió hacia Aome.
-Es Urasue. Es muy vieja y su mente no está bien. ¿Puedes darle la rosa que llevas? Cree que es para ella porque se imagina que tú eres Eloise. La pobrecita está convencida de que nosotros somos mis abuelos .
explicó.
-¿Qué?
-Si discutimos, se alterará mucho -aseguró Sesshomaru.
Aome sonrió y entregó la rosa a la llorosa Urasue. La vieja le besó los nudillos. Sesshomaru levantó a la anciana con cuidado y le hizo seña a las dos sirvientas de que la atendieran, pero la propia Urasue las alejó y condujo a Sesshomaru y a su esposa a un salón de techo bajo y muebles antiguos.
-¿Por qué quería la rosa? -susurró Aome.
- Hay cientos afuera.
-Eloise las sembró. Las rosas tienen un significado especial para ella. Su ama no permitía que nadie las cortara.
-Vaya, me siento como un vándalo ahora.
-No te sientas así -sonrió Sesshomaru . El que mi abuela le haya dado una rosa, es un honor para Urasue. ¿Por qué estoy susurrando? Eres contagiosa, Aome . ¿Acaso es porque nos dieron la bienvenida de los resucitados? Urasue debe ser atendida por un médico.
-Parece ser feliz.
Aome se sentó en un sofá.
-Cuéntame el resto de la historia. Asumo que ? Eloise tenía los
ojos azules.
-Sí, era de pelo obscuro aunque no tanto como el tuyo -contempló el cabello de Aome. No es una historia agradable.
- Salahoudinera joven e impulsivo. Convenció a Eloise de que se casara con él, pero pronto, las diferencias de cultura y religión los separaron. Después de que mi padre nació, Eloise vino aquí a vivir. Nunca más volvió a palacio.
-¿Qué le hizo para que ella hiciera algo así?
-¿Qué tenían en común, Aome?
Sesshomaru alzó los hombros.
-- Ella odiaba la vida del desierto. Era una mujer educada, culta e independiente. No pudo adaptarse a la vida enclaustrada del harén. Era también católica practicante y eso no ayudó a la situación.
-Me pregunto si tu abuelo la ayudó a adaptarse.
-¿Quién sabe? Mi abuelo se molestó mucho cuando ella se negó a volver a su lado, así que se casó por
segunda vez.
-¡Dios mío!
jadeó Aome.
-Con Jesmin , la madre de mi tío Naraku.
Agregó Sesshomaru.
Sin duda su matrimonio fue motivado por deseos de venganza, aunque tenía derecho de hacerlo, de acuerdo a su religión. Pero Eloise nunca se lo perdonó.
-¿Cómo habría podido perdonarlo?
Se acaloró Aome.
-Cuando mi padre tenía seis años, Jesmin murió durante una epidemia de cólera. Mis abuelos casi no se hablaban Cuando Salahoudin venía aquí a ver a mi padre, Eloise se quedaba en el harén. Después de guardar luto, mi abuelo le suplicó que volviera como su esposa, pero ella se negó. No lo pudo perdonar.
-¿Cómo habría podido hacerlo? Tu abuelo pasó seis años con otra mujer con la que tuvo un hijo .
Interrumpió Aome.
-No podía abandonar a Jesmin después de casarse con ella .
-Sesshomaru se exasperó.
--Todavía amaba a Eloise. Debió tragarse su orgullo para ir con ella y pedírselo después de ser rechazado una primera vez. Mi padre cree que mi abuela todavía lo amaba, pero no se reconciliaron. Eloise murió de una infección pulmonar y mi abuelo lamentó mucho su muerte y nunca más se casó.
-Todo fue culpa de tu abuelo .
Aome tenía la vista llorosa.
-Sabía que esto te entristecería, pero no que empezaríamos a discutir. ¿Debemos reñir por dos personas que
murieron antes que nosotros naciéramos?
La observó y Sesshomaru se avergonzó Se puso de pie.
-Por el amor de Dios, Aome, no podían vivir juntos. No estaban hechos uno para el otro .
Concluyó Sesshomaru.
-¿Como nosotros? -rió con amargura. ¿Así es como tú nos describirías? Una vez que se cansó de ella, no
le importó lo que tu abuela sintiera. Apuesto a que no quiso ceder nunca con ella. ¿Acaso no puedes ver las
semejanzas, Sesshomaru?
-En el humor en que estás, no discutiré contigo.
Estaba molesto.
Aome era tan sólo el producto de las acciones de Sesshomaru. Fue él quien le hizo albergar una serie de emociones y necesidades desconocidas para ella. Y ahora que ya no la quería a su lado, Aome debía acatar sus deseos de nuevo. Sesshomaru no quería aprovecharse, no tenían futuro juntos porque él no podía darle un hijo. Pero esa era decisión de Aome, no de él. El que Sesshomaru no le hubiera dado otra opción, probaba su falta de sinceridad. Para él el matrimonio fue sólo un juego sexual muy cruel. La usó... ahora lo reconocía. Pero no quería complicarse la vida. ¡Maldito seas, me estás destruyendo!, pensó Aome.
-¿No vas a discutir conmigo?
lo que la hizo perder la compostura fue el supremo control de Sesshomaru.
Tomó un jarrón y lo aventó contra el muro, cerca de Sesshomaru. La furia y la incredulidad lo mantuvieron inmóvil. Aome sollozó.
-. Lo siento.
-Ven aquí .
Le ordenó tajante.
-No !!!!
Pero en pocos segundos, Sesshomaru la arrinconó contra la pared.
-En toda mi vida, ningún hombre o mujer me alzó siquiera la mano.
-No te lancé el jarrón a ti .
Protestó la chica. Pero Sesshomaru la tomó de las muñecas.
-Salvo por ti .
Ni siquiera la escuchaba. Con un movimiento inexorable, la atrajo hacia él. Pero olvidó lo que quería decir al ver la suave invitación de los labios femeninos. Un segundo, la miraba con furia, y al
siguiente la besó con un ansia explosiva que destruyó las defensas de Aome. La rabia y el éxtasis se fusionaron en ése beso.
La chica se derritió y se aferró a él. La besó hasta hacerla temblar de deseo y luego se apartó y la alejó de su lado.
-Perdóname .
gruñó Sesshomaru, tenso.
Aome no podía perdonarlo. Sólo sentía su rechazo. El ambiente
estaba tenso. La noche anterior, en medio de su locura, le confesó su amor y ahora, recibía otro rechazo.
Eso era imposible de aceptar. Todo había terminado desde hacía tiempo. Sesshomaru intentó decírselo con diplomacia. ¿Cuántas veces tendría que herir a Aome antes que lo entendiera? No se puede forzar a nadie a amar.
-Creo que no sabes bien lo que siento. Tal vez no me expresé con claridad anoche, pero debes estar segura de que desde hace mucho tiempo sólo he considerado lo que es mejor para ti .
jadeó, duro.
Asqueada por su hipocresía, Aome se negó a verlo.
-¿Puedes hacer que alguien me muestre dónde está mi habitación?
Pidió Aome con frialdad. Después de una pausa dolorosa, Sesshomaru llamó a alguien.
Media hora después, Aome descansaba en una tina caliente. Ese era un harén anticuado al que sólo había acceso por un corredor. Tenía ventanas con barrotes, y una reja de hierro. Reinaba un pesado silencio y Aome se estremeció al pensar que Eloise estuvo enclaustrada allí. Por lo menos, yo regresaré pronto a casa,
se consoló.
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Merezco unas estrellitas por actualizar????
Agradezco a todos los que aun siguen la historia, espero no defraudarlos.
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