Era el dolor sobre mi pecho el que no dejaba que respirara, pero sin duda había un poco de resentimiento en mí cuando me rechazó.

Fue la desesperación por sentirme amado en un fragmento de segundos e impulsos. O tal vez fue la desesperación y el hambre por no haber comido dos días enteros.

Tal vez fue la mezcla de ambos más la incertidumbre de no tener que comer el día de mañana. Fueron todos esos pensamientos los que me impulsaron a decirlo.

— Me gustas... Entonces, duerme conmigo.

Para mí estaba bien si fuera incluso un hotel barato, tal vez podría tomar una pieza de pan y huir lejos.

— Lo diré solo una vez ¡Mírame cuando te hablo! Y no vuelvas a decirlo ¿Me oíste? ¡No vuelvas a decir que te gusto!

No me dolía el hecho de que rechazara mis sentimientos hacia él, porque ellos no existían. Mi corazón se aceleró, pero fue de puro miedo en el momento que me empujó y su brazo se movió, creí que iba golpearme y solo cerré los ojos.

No lo hizo.

Murmuró algo que no escuché bien, en cambio, me quedé mirándola.

Taeyeon estaba con él. Nisiquiera pudo reconocerme, debido al alcohol, tampoco le pedí ayuda y finalmente se marcharon. 

Esa noche lloré mucho, caminé hasta que amaneciera y mi cuerpo se rindiera en alguna parte que no conocía.

Recuerdo que soñé con la abuela Kim. Soñé que me protegía, aunque sabía que ya no podía hacerlo. Ella se fue y su familia reclamó lo que les pertenecía, todo lo que, un bastardo como yo, no podía ni siquiera mirar. 

Pensé en Yeontan y deseé que fuera feliz, que se alimentara bien y estuviera siempre con BoGum, quien de seguro le daría algo mejor de lo que yo podía ofrecer.

Sentí náuseas y aquel dolor sobre mi espalda intensificarse. Solo recuerdo que resbalé y miré hacia él cielo, sentí que todo era tan claro y mis ojos se cerraron.

Lo siento tanto, pero quiero rendirme.