¿Debería?

- Su nombre es Yeontan - Se apresuró a decir, dando pequeñas caricias al cachorro adormilado sobre sus piernas y luego mirando en mi dirección con una pequeña sonrisa.

- Bien, pero no puede dormir contigo - TaeHyung bajo la cabeza, abultando su labio inferior

- ¿Te sientes bien? - Pregunté observándolo cabizbajo y pensativo, sus ojos entonces volvieron a mí, percibiendo mi preocupación, formando una pequeña mueca de asombro y suspirando calmado.

- Oh... Sobre eso... Solo estoy enfermo, creo que estoy bien con ello - Yeontan despertándose, alzándose en sus dos patas en un intento fallido de alcanzar su mejilla - Es un bonito lugar.

- Si no tienes donde ir, puedes quedarte.

- JungKook... - Mencionó, en un tono serio - Que puedas recordarme y yo no, es injusto.

Y es que TaeHyung aún no sabía mi verdad, pensarlo tan solo revolvía mi estomago, despertando nostalgia al saber lo que pasaría.

- Es que... eras un bebé... Un bebé llorón - Era así como le llamaba. Un pequeño castañito que lloraba conmigo cuando eramos niños. Llorabamos... Solo olvide porque me sentía triste.

De pronto una sonrisa se dibujo en su rostro una hermosa sonrisa rectangular.

- No me digas así... Recuerdo que - y se detuvo un pequeño segundo para suspirar y sonreír - Uh... Su nombre es igual que el tuyo, pero tiene mi edad. Él- él es amigo de TaeYeon, es que... Él no dejaba de seguirme.

- ¿Seguirte? - ¿Lo hacía?

- Pero no importa porque me gustaba - Oh.

Una leve risita, sus mejillas de un muy ligero rosa, algo que me despertó y de cierta forma me lleno de curiosidad. Le gustaba a TaeHyung ¿Cuándo sucedió? ¿Porque terminó? Tenia tantas dudas.

- ¿Que pasó?

- Terminó. Como todo.

- ¿Solo terminó? ¿Estas seguro? - ¿Porque derepente?

- Bueno, luego apareció BoGumy comprendí que era mi chico ideal.

- ¿BoGum? Ugh... El doctor - Respondí muy seguro. Kim TaeHyung tiene muy mal gusto.

- ¿Fue muy evidente? - No dejabas de verlo.

- Lo suficiente.

- Esta bien, creo que lo sabe - Debí imaginarlo. Bien, no está mal, era de esperarse, para nada sorprendente.

- ¿Crees? ... Ve a decírselo.

- Estas loco, eso no.

- ¿Porque?

- ¿Debería hacerlo?

Mi mente divaga entre una respuesta y él esperando por ella. ¿Debía hacerlo? Claro que sí, como podría saberlo si no lo hacía. Pero ¿Porque dolía decirlo? Era solo una palabra, aún así, ese sentimiento era tan molesto.

- Deberías - Fue mi respuesta.

- Es curioso que lo pienses. Porque Hyung, él no está a mi alcance. Tal vez en el pasado. Ahora sólo puede ver un cuerpo desaliñado.

- Tae

- ¿Hmn?

- No eres solo un cuerpo bonito.

Su rostro, ese gesto y mis orejas quemando. No era posible.

Intimidado.
Esa era la palabra, si sus ojitos me miraban de esa forma, me sentía intimidado.

- También está tu rostro... Ya sabes nariz, ojos, orejas...

Él lanzó una risota, tomando uno de los cojines y lanzándolo a mi espalda.

- Claro que si, tonto. Soy una belleza.

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