« Nuestros propios asuntos »
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Forth bostezó, se estiró un poco en su lugar, y luego se desplomó sobre la mesa de cemento repleta de libros, libretas, plumas, marcatextos... Estaba cansado, tenía resaca y se sentía miserable. Miserablemente crudo. Ugh, perdió la cuenta de cuánta agua, vitaminas y analgésicos había ingerido para "curarse". Y tener que estudiar para los exámenes finales del tercer semestre en ese estado era una total tortura. Había sido muy estúpido, emborracharse de nuevo... Como si eso llegara mágicamente a hacer que Gemini dejara de ignorarlo, fuera de su cordial trato estudiante/profesor. Ahh, ni siquiera supo cómo fue que llegó a casa.
Esa tercera vez, Phuwin lo había abandonado, saliendo urgente del bar, luego de atender una llamada, diciéndole que tenía algo más que hacer que verlo ahogarse en whisky por "quién sabe por qué".
«No puedes simplemente hacer esto cada fin de semana. Ve a casa, amigo».
A ver... retenlo.
Phuwin apilaba el montón de libros que solicitó de la biblioteca y los guardó en su mochila junto a todas sus cosas. Forth entornó los ojos, escudriñándolo. ¿Qué lo tenía con tanta prisa? ¿Se estará viendo con alguien? ¿Al fin aceptó salir con esa chica... Love?
- ¿Tienes una cita acaso? - Phuwin se puso rígido. Volteó con cautela, y Forth lo encontró sospechoso. Enumeró: - Hoy no trabajas en la tienda; hace dos semanas que no pasamos el rato sin alcohol de por medio; tampoco has ido a entrenar. Joong está a punto de encontrarte un remplazo. En serio. Estás más que advertido. No, amenazado. Tienes que asistir al próximo entrenamiento o serás sacado del club de voleibol.
Phuwin rodó los ojos, como si le hubiera dicho algo muy absurdo, y explicó que ya había hablado con Joong, amigo de ambos, y el capitán del equipo del club, sobre su ausencia, pero Forth no se creía que fuera a causa del trabajo. Por favor.
- Como sea, nos vemos mañana, Forth.
Forth alzó una mano, y dijo adiós con un movimiento flojo.
Analizó la mirada de su amigo, su lenguaje corporal, en cómo cambio cuando su celular hizo un sonido y miró la pantalla. ¿Love tendría ese efecto? Pero si los habia visto intercambiar sólo unas cuantas, muy pocas, palabras.
Al fin y al cabo, todos tenemos nuestros propios asuntos.
Y hablando de asuntos... Gemini... El profesor Norawit, caminaba por ahí, en esa área libre del campus de la universidad.
Nunca lo hacía.
- ¡Ey, Forth! - Gritó Winny, un amigo de un amigo, que le caía bien. Iba acompañado de otros dos chicos y dos chicas, una de ellas era Love. ¿Ah? - Vamos al bar de Boun, ¿Te nos unes?
Mierda. No podía beber más. En realidad, se estaba asqueando... Recogió rápidamente sus cosas.
- ¡Claro!
Quizás eso le faltaba, una cerveza fresca para pasarse la resaca.
El profesor Norawit lo vió a la distancia.
Estúpido.
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