Parte 30

Ary abrió los ojos y vio el sol que entraba por la ventana, todo fue un sueño murmuró. Sonrió ante aquello y su garganta dolió, quiso moverse, pero le dolió todo el cuerpo. Levantó una mano para tocar su garganta, en ese momento vio la sangre. Se quedó inmóvil, su corazón empezó a latir rápidamente. Acercó su mano al rostro y vio claramente la sangre y la tierra. Las lágrimas anegaron sus ojos ante la verdad, no fue un sueño, todo fue real dijo entre lágrimas. Miró hacia su costado y vio el bulto en sus brazos, su manta ya no estaba cubierta de sangre como la recordaba, pero él estaba allí. Quiso tocarlo, pero se detuvo al ver sus manos, el movimiento repentino de la manta la dejó inmóvil en un primer momento, luego retiró con cuidado la ropa y vio al niño moviéndose. Jadeó ante aquello y se enderezó enseguida. Se arrodilló en la cama frente a él mientras lo miraba como si no fuera real. Lo destapó aún más y vio la hermosa ropa que vestía, quiso tocarlo, pero se detuvo. Estaba tan limpio, se veía tan hermoso.

__ Deberías bañarte así lo podrás cargar tranquilamente__ dijo Deimos.

Ary pegó un brinco y miró enseguida en su dirección, el vampiro estaba parado a la entrada del cuarto observándolos. Ary miró al niño luego al vampiro, supo inmediatamente que él era la causa de que el pequeño estuviera vivo.

__ Lo has salvado__ le dijo entre lágrimas.

__ Es un guerrero, se merecía otra oportunidad__ contestó él.

Ary saltó de la cama y fue hacia el vampiro enseguida. Lo abrazó sin importarle nada y entre lágrimas le agradeció por lo que había hecho.

Deimos la abrazó de vuelta y se sintió mejor que nunca al verla en sus brazos por voluntad propia y no a la fuerza. Si había tenido alguna duda de lo que había hecho al darle un poco de su sangre al recién nacido, en esos momentos estaba seguro de haber hecho lo correcto, las consecuencias ya no le importaban, ver la alegría de Ary y saber que era gracias a él no tenía precio. Ni Luka podría competir contra lo que él había hecho por ella. la abrazó con más fuerza y se permitió disfrutar del momento. Había cosas de las que debían hablar, se dijo que podían esperar. La alejó un poco de él y levantó su barbilla para que lo mirara, estaba cubierta de sangre y suciedad, era un verdadero desastre, pero se veía hermosa, su sonrisa era genuina, en su mirada no había más que gratitud y alegría y era gracias a él.

__ Me encantaría prolongar el momento querida, pero ya es casi medio día, creo que Laura puede estar un poco preocupada porque aún no vas por los niños y ellos deben estar ansiosos por verte__

__ Tienes razón__ dijo Ary __ deben estar preocupados__ Miró al bebé en la cama y se preguntó si Deimos lo cuidaría para que ella se aseara, no se atrevía a dejarlo solo.

__ Yo me quedaré con el niño__ dijo Deimos.

Ary lo miró enseguida y él sonrió pues había adivinado sus pensamientos. La dejó ir a regañadientes y fue por el niño. Este ni se inmuto al ser cargado por el inmortal. Deimos lo acunó con cuidado en sus brazos mientras Ary lo miraba detenidamente. Fue hasta él una vez más y apoyó la cabeza en su brazo, miró al niño y él estaba mirando al inmortal.

__ Cómo lo llamaremos __ murmuró Ary

__ Damián __ dijo Deimos, el nombre solo salió de sus labios, así se llamaba el menor de sus hijos.

__ Me gusta__ dijo Ary __ Damián Ávalos será su nombre. Llevará el mismo apellido que sus hermanos__

__ ¿Ávalos? __ Preguntó

__ Es el apellido con el que me conoce la gente de Grebanu, no puedo andar diciendo por ahí que mi verdadero apellido es Leppala, o que Aryela es mi nombre real. Para las personas de este pueblo, mi nombre es Emilia Ávalos y soy una joven viuda.

__ Eso ya lo sé, pero porqué has elegido ese apellido en particular. No es muy común por la región.

Ary pensó enseguida en los hermanos Dávalos. De ellos había tomado su apellido, solo que le había quitado la primera letra.

__ Carmina fue como una madre para mí cuando estuve a su cuidado, Janosh fue como un padre y Tristán... bueno, eso es más complicado, pero a su manera también me ha cuidado y no ha dejado que nada malo me pase. No permitió que mi padre me llevara con él cuando atacó su hacienda, también me salvó de la muerte en el calabozo de la ciudad subterránea. Dos veces de hecho. Siempre ha sido poco amable conmigo, pero sé que le importo__

Se quedó en silencio después de decir esto último. Sabía que le importaba a Tristán, pero él era demasiado orgulloso y los Leppala le habían arrebatado a todos los que le importaban cuando fue humano. Cada vez que la veía recordaba lo que su familia le había hecho, jamás podría olvidar la perdida de sus hijos y su mujer por culpa de sus antepasados. Mirarla a ella era recordar su perdida, sus últimos días como humano y los terribles hechos que lo llevaron a pedir la inmortalidad.

__ Ese vampiro es importante para ti__ dijo Deimos, sin poder ver la mirada de Ary, pues ella estaba mirando a Damián.

__ Lo es y yo también soy importante para él__

__ ¿Por qué lo dices con esa seguridad? __

__ porque se lo importante que soy para ti y para Luka __

Deimos entrecerró los ojos y un pequeño gruñido salió de su boca.

__ Explícate__ exigió el vampiro.

Ary cerró los ojos y se estremeció ante los recuerdos, jamás podría olvidar algo de lo ocurrido aquel día en la ciudad subterránea, ni lo que vivió en Seinaj después de huir de los vampiros. Aclaró su garganta, y trató de poner en orden sus pensamientos. Abrió los ojos, miró a Deimos y empezó a relatarle lo que había sucedido, mientras dejaba que viera sus recuerdos.

La cara de Deimos era ilegible, Ary no sabía si estaba, furioso, horrorizado o no le creía una sola palabra. Una vez que terminó su relato, bajo su mirada hacia el bebé y se concentró solo en él. sabía que Deimos no la lastimaría, a pesar de no estar para nada contento con lo que había oído.

Deimos miraba a Ary mientras repasaba todo lo que ella le había contado más los recuerdos que había visto en su mente. Tristán también estaba unido a ella, era un lazo débil, pero existía y aquello lo contrariaba. Ya era una maldita pesadilla pensar en su unión con Luka, saber que había otro inmortal unido a ella era demasiado, más encima era el cuñado de William.

Cerró los ojos y respiró profundo. No tenía por qué perder la calma. Luka no estaba cerca de ella, tampoco Tristán. Ninguno de los dos debía ser un problema para él mientras se mantuvieran lejos de Grebanu. Ella estaba a su lado y Damián sería por siempre un lazo entre ellos. sonrió ante esto y miró al niño, lo acercó más a él y acercó a Ary a su lado. Ella apoyó la cabeza en su pecho y tocó ligeramente la carita del bebé.

No podía negar que todo tenía pinta de terminar muy mal para él, pero al sentirla contra su pecho y ver al niño en sus brazos no le importaba. Había hecho algo gravísimo al darle sangre al niño, ahora no solo estaba unido a él por su sangre, sino también por el nombre que compartía con su joven hijo muerto a manos de los cazadores. Los primeros cazadores, la primera generación Leppala que decidió dedicar su vida a perseguir a los bebedores de sangre. Por alguna razón pensó en Eugenio. El anciano le dijo que su vida iba a estar atada a la de Ary en más de una forma, por lo que estaba viendo así era. Tocó la mejilla de Ary y ella por fin despegó la mirada del niño.

El corazón de Ary rebosaba de felicidad, y se sentía segura al lado de Deimos. Cerró los ojos y disfrutó de la agradable sensación. Al cabo de unos instantes Deimos le volvió a recordar que debían ir al pueblo. Ary asintió lentamente y después de darle un beso en el brazo, por fin se alejó de él y fue a su cuarto a buscar ropa limpia. El vampiro la siguió en silencio sumido en sus pensamientos, hasta que la vio con la sencilla ropa en la mano, frunció el ceño y le dijo que le había comprado un par de vestidos, y otras cosas, todo estaba en el primer piso.

Ary estaba tan feliz, que no le importó ver la cara de desagrado con que el vampiro miraba sus modestas prendas. Bajo sin más demora las escaleras y dejó que él escogiera lo que se pondría aquel día.

Una vez que estuvo lista, se miró al espejo, y no pudo negar que Deimos tenía muy buen gusto, no era una persona vanidosa, pero su piel blanca y sus ojos llamaban muchísimo la atención con ese vestido. Al salir del cuarto de baño pudo ver la mirada de aprobación del inmortal, su sonrisa de arrogancia tampoco se le paso por alto, pero estaba de tan buen humor que no le importó. A ratos pensaba en Elías y Anaís, pero no dejaba que su recuerdo opacara la alegría de que el niño estuviera vivo.

Dejó que Deimos la condujera fuera de la casa y la llevara hasta la carreta. El patio se veía impecable, no había rastro de lo sucedido durante la noche y madrugada. Se estremeció antes los recuerdos de lo sucedido y trató de pensar en otra cosa, sabía que estaba muy lejos de olvidar aquella horrible noche. Envolvió bien a Damián y lo acunó en su pecho, observó a Deimos mientras cerraba con candado la puerta de la casa y después de camino a la carreta. Al encontrarse con su mirada sintió como se le calentaban las mejillas, no había sido su intención estar mirándolo fijamente. Una vez que el vampiro subió a la carreta, se sentó a su lado y tomó las riendas, la miro fijamente un par de segundos, luego se inclinó y besó la cabecita del bebé. Pudo sentir el rápido latido del corazón del Ary y sonrió, se preguntó que tanto más se aceleraría cuando por fin la tuviera en su cama y reclamara el preciado regalo que aún guardaba.

Estaba más seguro que nunca de que Ary sería su compañera.

Ary lo miró interrogativamente y él nuevamente. Miró al frente, aclaró su garganta y se puso en marcha en dirección al pueblo, su mente era un caos. A ratos le parecía que todo estaba bien, instantes después estaba seguro de haberla cagado a lo grande y se le hacía un nudo en el estómago. Arreó una vez más al animal y se preguntó qué estaba haciendo, no era humano, no era un campesino, no era un don nadie, aquella no era su vida, ni siquiera lo fue antes de ser convertido por Leland, jamás había hecho algo así y sin embargo ahí estaba, conduciendo una vieja carreta, por un polvoriento camino, al lado de una muchacha que en esos momentos lo miraba como si fuera el mismísimo sol y más encima cargaba en sus brazos a un niño que estaría unido a él y a ella de por vida, gracias a sus maravillosas decisiones. Todo aquello estaba mal, muy mal.

Volvió el rostro hacia Ary y al ver su sonrisa, no pudo importarle menos el hoyo que estaba cavando a su alrededor. Sentir su alegría era embriagante, y la necesidad de seguir haciendo cosas que la hicieran feliz era abrumadora. Esperaba que en un futuro no muy lejano despertara su deseo por él. Sabía que a la fuerza no conseguiría una verdadera entrega de su parte y ya había tenido suficiente de sus rodillazos, puñetazos y bofetadas. Se sentía salvajemente posesivo cuando estaba a su lado, no quería que ningún otro hombre posara sus ojos en ella, mucho menos que se le acercara o quisiera su favor. Ella tenía que ser suya, solo suya.

Sabía que debía largarse de Grebanu y de la vida de Ary antes de que las cosas empeoraran para él, pues estaba claro que si seguía a su lado, ella sería su perdición, tal como le dijo Eugenio, sin embargo, era incapaz de siquiera considerar aquella opción. Con solo imaginarse lejos de ella su pecho se contraía de angustia, le faltaba el aire al respirar y unas vergonzosas ganas de llorar empeoraban su deplorable condición. demonios, pensó y tragó duro. Decidió dejar aquella crisis emocional para cuando estuviera solo, y se concentró en el camino y en buscar una buena historia para justificar la ausencia de Anaís y Elías, pues ellos ciertamente jamás volverían a aparecerse por Grebanu, no al menos vivos. Se dijo que tal vez los nórdicos muertos vagaban por el campo como un par de fantasmas, quizás ya estaban al lado de lucifer, sin duda alguna Anaís debía estar allí desde el mismo instante en que dejó de respirar. Se preguntó si los vampiros iban al infierno al morir, o si es que al morir todo terminaba para ellos. No era la primera vez que aquella pregunta invadía su mente. Sabía que otros también se preguntaban qué pasaba con ellos cuando les llegaba su hora. Claro estaba que al cielo no iban. Ni a ningún lugar cerca de allí. Miró a Ary y se preguntó a donde iría ella si muriera en ese instante, no la imaginaba en el infierno. Era demasiado buena para su propio bien. Seguramente el "Todo poderoso" perdonaría sus faltas y le haría un lugar entre los suyos. Sonrió para sí mismo y negó con la cabeza. Que mierda estoy haciendo se dijo Deimos y sonrió como idiota al encontrarse con la mirada de Ary. No quería imaginar que diría su hermano si veía el caos en su mente. Ni hablar de Gael o Leland. Aquello sería su fin, lo que había hecho no sería perdonado por nadie, mucho menos su Líder. Tengo que dejar mi clan, pensó el vampiro. miró nuevamente a Ary y se preguntó si sería capaz de hacer algo así por ella. Luka lo haría sin dudarlo, acaso él también se atrevería.

****

__ ¿Crees que fue una buena idea haber dejado a mi hermano con la cazadora?

__ ¿No crees que se la pueda para darle una paliza a esa niña, o a alguno de los humanos de aquel pueblo?

__ ¿Una paliza, en serio? ¿Acaso no viste en sus recuerdos lo que ella le hizo, no viste anoche como la miraba desde lo alto de la escalera? Si no nos hubiéramos interpuesto en su camino, te aseguro que mi hermano hubiera hecho lo que ella quería.

__ Estas exagerando. Su unión no es tan grande, y tu hermano no es ningún imbécil, sabe muy bien las consecuencias que tendría para él compartir su sangre con un humano, más aún un infante en su condición. No estoy seguro, pero creo que ese niño probablemente necesitaría de su sangre constantemente y eso sería imposible. Ese niño ya debe estar muerto y tu hermano debe estar aprovechando de consolar a la humana. Esperemos que cuando termine se beba hasta la última gota de su sangre y le quiebre el cuello y lo haga lo mismo con los otros mocosos nórdicos. No necesitamos a más de ellos con vida, hay que terminar con su linaje de una vez por todas.

__ Espero que tengas razón. No me gusta para nada la idea de haberlo dejado con ella.

__ ¿Crees que tu hermano se convertirá en un feliz campesino por ella? ¿tengo que recordarte como te trató cuando supo que dejarías tu privilegiada vida para vivir en una destartalada choza junto a tu mujer? Tu hermano jamás caería de esa manera. Además, no puede. No es humano, no tiene un futuro con ella. Luka tampoco, pero por alguna razón William y los que saben que está viva le están permitiendo creer que tiene la posibilidad de estar con ella. Una humana jamás va a vivir entre nuestro pueblo, mucho menos una con hijos y más encima nórdicos. Ningún líder permitiría aquello, y si sucediera, te aseguro que Leland jamás lo aceptaría, y los otros líderes con tal de no estar en malos términos con el más antiguo de los inmortales tampoco lo permitirían. Solo la muerte de Leland haría que las cosas cambiaran__

__ Y como bien sabemos, eso no sucederá. Sus poderes son muy diferentes de todos los demás, sin embargo, tiene una debilidad, y casualmente esa debilidad esta en este momento al lado de nuestro hermano, y está atada al vampiro más fuerte de todos, quien además no tiene respeto alguno por el más antiguo de todos y no aguanta sus mierdas. ¿No es demasiada coincidencia? Él también tiene muchos seguidores y esos inmortales que lo admiran lo han visto enfrentar a nuestros enemigos, saben que no hay nadie más fuerte o valiente que él. Su líder es otro que está tomando demasiado renombre, al igual que otros. Las cosas ya no son igual que antes. ya no somos los que gobernamos a nuestro pueblo, pero Leland se niega a verlo, y eso le puede costar muy caro y a nosotros igual por estar de su lado.

__ Lo sé __ contestó Gael y no le gustaba aquello. Lo mejor sería dejar la ciudad subterránea, pero maldita fuera la obsesión que Leland tenía con William, en el pasado la había mantenido en silencio, pero ahora estaba siendo todo menos prudente y las burlas y comentarios a su espalda parecían no importarle. Sabía que Luka era el culpable de su comportamiento. Leland odiaba al muchacho por ser el preferido de su amor platónico. Se estaba poniendo en ridículo a sí mismo, era vergonzoso verlo. Y ahora estaba el asunto de Deimos. Había que alejarlo de la hija de Markkus Leppala, también a Luka y a cualquier vampiro que quisiera acercarse a ella.

Esa humana solo traería problemas si no hacían algo. Había que asesinar a la bruja, esperaba que Deimos ya lo hubiera hecho, o lo hiciera a la brevedad, de lo contrario él tendría que intervenir. Haría lo que fuera necesario por mantener la paz mental de Leland. Solo él sabía de lo que era capaz cuando estaba fuera de control.

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