Cap. 42

Al llegar a la ciudad vecina a la Ciudad Subterránea, los niños miraban fascinados la cantidad de gente que había por todos lados y las ropas que usaban. Los carruajes eran bellos e impecables al igual que los caballos cuyo pelo brillaba.

Ary caminaba al lado de André y con cada paso que daba la desesperanza se adueñaba de ella. Veía a sus hijos en los brazos de los vampiros y quería gritar. Todo fue aún peor cuando vio a la distancia a dos vampiros deambulando por el lugar. Se detuvo enseguida y buscó con la mirada a William. Los vampiros se acercaron a ella mientras Ary no dejaba de mirar a Bogdán y Razbán. Ellos aún no la habían visto, pero era solo cuestión de tiempo para que lo hicieran.

Tristán tomó la mano de Argos y el brazo de Ary, y los hizo retroceder inmediatamente, André cargó a los otros dos niños y los siguió. Los dos vampiros los condujeron lejos del gentío y de los dos vampiros del clan de la Ciudad Fantasma. William y Dante se quedaron a la vista para lidiar con ellos.

Se suponía que ningún clan visitaría la Ciudad Subterránea durante un tiempo. Había mucho que arreglar y territorios que recuperar después del breve gobierno de Leland. Esos dos vampiros eran los más importantes después de Nimrod en su clan, si ellos estaban allí, significaba que su líder también y aquello no era bueno. William y los otros líderes de clanes aun no sabían cómo les dirían a los vampiros que Ary no estaba muerta como la gran mayoría creía.

Por primera vez, William reconsideró su decisión de sacar a Ary de Grebanu para llevarla a su hacienda. Le hizo un gesto a Dante para que lo siguiera y entraron a una taberna, dieron un par de vueltas por el lugar y salieron rápidamente. Fueron enseguida hacia los vampiros y estos se vieron genuinamente sorprendidos de verlos allí. Bogdán arrugó la nariz al oler las ropas de William y retrocedió rápidamente. Lo mismo hizo Razbán. Después del saludo, William les preguntó que hacían tan pronto dejando su territorio. Los dos vampiros se miraron entre ellos y luego centraron su atención en William, se acercaron más a él, y le dijeron que Nimrod y Leland se habían hecho muy buenos amigos y habían decidido viajar para ver cómo iba todo ahora que Gael estaba al mando del clan de los Antiguos. William disimuló bastante bien su sorpresa ante esas palabras, que Nimrod y Leland fueran amigos no traerían nada bueno para ningún vampiro cerca de ellos. William les hizo un gesto con la mano hacia su hacienda y guio el camino. Necesitaba pensar que hacer. Aryela Leppala y sus hijos tendrían que ser sacados de allí. Tenía que esconderlos hasta saber que estaban tramando los vampiros del clan de la ciudad fantasma.

Había solo un lugar en el que Ary estaría realmente a salvo, pero para enviarla allí necesitaba tiempo y a los vampiros en los que más confiaba para que la escoltaran a ella y a sus hijos. Mientras tanto debía esconderla de Leland. Si él se enteraba que estaba viva y cerca, enloquecería. No habría nadie a salvo si Leland perdía el control.

En el pasado, cada vez que William veía el portón de su hacienda sentía gran alivio, pues había llegado por fin a su hogar, sin embargo, en esos momentos no fue reconfortante llegar a sus tierras, sabía que del otro lado solo le esperaban problemas. ¿Qué hago?, se preguntó mientras atravesaba las enormes puertas. Al avanzar sintió cierto alivio, pero esto duró solo unos instantes. Al ver aparecer a su creador y a su nuevo mejor amigo sintió una opresión en el pecho. Sabía que esos vampiros no le traerían nada bueno a su clan. Cruzó por su mente que ellos no deberían seguir existiendo, no era la primera vez que pensaba en esto, y sabía que otros compartían este pensamiento.

Al entrar a la gran casa y ver a sus amigos y a todos los que sabían la verdad acerca de Ary se sintió mucho mejor. Aryela Leppala y sus hijos estaban demasiado cerca de la ciudad subterránea, debían alejarse de allí enseguida.

__ Tu hermano me informó que requiere de tu ayuda para las remodelaciones que harán en la casa de tus padres, le dijo William a Carmina.

Ella no necesitó más detalles, se acercó a su marido y le dijo que volvería pronto, Luka se acercó a ella y le dijo que fuera tranquila, él se encargaría de cuidar de su marido y del resto del clan. Carmina le sonrió y le dio un beso en la mejilla. Se despidió del resto de los vampiros y subió a arreglar sus cosas.

Una vez en la habitación empacó rápidamente y Salió de allí. Su hermano Janosh la acompañó hasta la entrada de la hacienda mientras Constantine iba al pueblo para conseguir un carruaje para ella.

Al llegar al centro de la ciudad, constantine empezó a deambular por el lugar tratando de dar con el paradero de la hija de Markkus y los vampiros que estaban con ella. Le llevo casi diez minutos dar con Tristán que había salido del escondite para comprar ropa para ella y los niños. Además de un pasoso perfume. Por iniciativa propia había decidido irse a su hacienda y permanecer allí hasta que William dijera lo contrario.

Al llegar con Ary, le entregó la ropa y salió de la habitación para afinar los detalles con André. Constantine entregó las órdenes de William y se marchó. Consiguió un carruaje para Carmina y se fue en él hasta la hacienda de William, ella y Janosh estaban esperándolo.

Los dos vampiros se quedaron fuera de las enormes puertas de la hacienda de William hasta que se perdió de vista el carruaje. Su conversación fue bastante ligera y sin dar ningún detalle de lo que estaba pasando.

Al volver al interior de la gran casa, no hicieron no hicieron falta las palabras. Los que estaban al tanto de lo que sucedía, sabían que Ary y sus hijos estarían a salvo muy pronto.

Ary miró la ropa que Tristán había conseguido para ella y sintió cierto calor en las mejillas. La ropa era verdaderamente hermosa. Jamás había sentido una tela tan suave entre sus arruinadas manos. Era de un hermoso color azul oscuro, los guantes, el abrigo, el sombrero con velo, todo hacía juego. Se vistió rápidamente y se puso un poco de perfume. El olor era demasiado para ella, sin duda para ellos sería aún peor. Miró sus viejas ropas y sacó del bolsillo del vestido el trozo de tela de encaje con el que se había cubierto el rostro tantas veces. Se lo puso una vez más y bajó el velo del sobrero para cubrir su rostro y parte de sus hombros. Se miró en el pequeño espejo al otro lado de la habitación y se relajó, nadie la reconocería con esa ropa y con el rostro cubierto. Salió de la habitación y fue adonde estaban los demás. Los vampiros y los niños la estaban esperando.

Tristán no pudo evitar mirarla de pies a cabeza, se veía realmente hermosa, solo lamentaba no poder ver su rostro. Sus ojos verdes y su inocente mirada lo atormentaban desde hacía mucho tiempo.

André se acercó a ella y tomó una de sus manos enguantadas, le dio un casto beso y le dijo que se veía hermosa. Ella sonrió y desvió su mirada hacia los niños y Tristán. Ellos la estaban mirando. Su corazón latió más fuerte al ver la intensidad con que la miraba Tristán. Él se repuso rápidamente, pero ella no. Por suerte los niños intervinieron y la distrajeron. Los dos vampiros se habían encargado de cambiarles ropa, se veían muy diferentes, sus niños jamás habían vestido ropa tan elegante. Tomó a Damián en sus brazos mientras Tristán les decía lo que harían. Al salir del escondite irían directo al carruaje que los esperaba a la entrada del lugar. Ary asintió y rogó que todo saliera bien.

Al salir por la puerta principal, miró a su derecha y vio un par de vampiros caminando en dirección al carruaje. Su corazón se aceleró y apuró el paso. Entró enseguida y cerró la puerta. Había sido un acierto cubrir su rostro. Tristán que ya estaba dentro de la carreta, se dio cuenta de que algo sucedía apenas oyó el acelerado latir de su corazón. Ella le hizo un gesto con la mano hacia afuera y el entendió enseguida. Cambió de asiento con ella y se concentró en quienes estaban en el exterior. Había dos inmortales a unos metros de la carreta, estaban detenidos, Tristán aguzó el oído y pudo escucharlos hablar. Buscaban a alguien, los dos vampiros eran del clan de Nimrod.

William había insistido que el conductor de la carreta fuera un humano y había sido un gran acierto. A través de otros humanos habían hecho la solicitud de un carruaje al hombre, por lo tanto, no había recuerdo de un inmortal en la mente del cochero. Y en esos momentos había varias calesas recorriendo el lugar.

Después de un par de minutos Tristán sintió a los dos vampiros alejarse de allí. Se relajó visiblemente, pero no dejó de estar pendiente de todos los que caminaban cerca del carruaje. Sintió la presencia de Deimos cerca de ellos y se lo hizo saber a Ary. El vampiro entró instantes después al carruaje.

Una mirada fue suficiente para que Tristán entendiera que debían salir de allí inmediatamente. Sintieron el brusco ascenso del cochero y lo oyeron despedirse de alguien. Instantes después la carreta empezó a moverse a través de la ciudad.

Argos, Franz y Darío estaban muy inquietos, no estaban acostumbrados a los espacios reducidos, menos a tener que estar quietos por varias horas. Ary también estaba agotada. Se había dormido un par de veces, y había despertado algo asustada, pero al mirar a su alrededor se calmaba. Pararon pasado el mediodía Ary y los niños estaban realmente incómodos al interior del carruaje, a pesar de viajar en uno bastante cómodo.

Ary suspiro de alivio al verse al aire libre, los niños se estiraron y empezaron a mirar a todos lados y a recorrer el patio, era de adoquines, muy parecido al patio de la hacienda de William. Ary miró a su alrededor con atención el lugar, no tenía idea de donde estaban, pero debía admitir que era hermoso. Los árboles eran muy altos, el follaje frondoso, los jardines que había por todo el rededor del patio tenían mucho color. El lugar era precioso.

Miró a los vampiros y ellos estaban conversando animadamente con el conductor, cosa que llamó su atención, pues ellos estaban bromeando con el hombre. Volvió su atención a los niños, pero cada cierto rato miraba de nuevo a los vampiros sin convencerse de que realmente estuvieran disfrutando de su charla con él. no estaba segura si el humano sabía o no que estaba en presencia de dos inmortales.

Después de recorrer todo el patio y adentrarse solo un poco en el bosque, los niños pidieron entrar a la casa para conocerla. Ary miró a los vampiros para preguntarles si podían hacerlo, pero ellos seguían conversando con el hombre. Ya no estaban cerca del carruaje, sino apoyados en un muro de piedra al fondo del patio. Ary levantó los hombros para sí misma y guio a los niños hacia a la entrada principal. Para su sorpresa, una mujer salió a su encuentro antes de que Ary tocara la puerta. Ary retrocedió enseguida, había algo en la mujer que no le gustó.

La mujer se acercó a Ary para saludarla, pero Ary retrocedió y puso a los niños detrás de ella. La mujer se detuvo al ver ese gesto. Levantó la cabeza altivamente, pero al mirar detrás de la desconocida y ver a uno de los amos, apretó los labios y miró de nuevo a la mujer delante de ella. dio un paso al costado y los invitó a entrar con la mano estirada hacia el interior de la casa. Ary se estremeció ante ese gesto. Por un instante solo vio oscuridad delante de ella, la casa había desaparecido por completo.

Habló a los niños en italiano y les dijo que volverían al carruaje, Darío reclamó, pero Argos tomó su mano y lo instó a callarse. El pequeño no necesitó que le dijeran nada más. Miró a su madre, luego a su hermano mayor, y supo que algo estaba pasando. Apretó la mano de Argos y estiró su otra mano para que Franz la tomara. Ary les hizo un gesto con la cabeza y ellos caminaron en dirección al carruaje, los vampiros aún seguían hablando con el cochero.

Al llegar a la puerta del carruaje, en voz fuerte y clara Ary les dijo a los vampiros; Partiamo da qui adesso. Luego se volvió hacia los niños; Andiamo. Ellos no necesitaron más. Les abrió la puerta y ellos subieron enseguida, instantes después Deimos subió al carruaje y miró con cautela a Ary. Ella se levantó el velo negro de encaje que cubría su rostro y dejo que el inmortal viera sus pensamientos. Deimos apretó la mandíbula y salió. Media hora después, Deimos volvió a subir y le informó que Tristán sería el conductor. Ella asintió y miró a los niños, no tenía que preguntar que había pasado con el hombre y la mujer.

No pararon durante las siguientes ocho horas, los niños estaban desesperados, Ary respiraba profundo para mantener la calma, se había quitado el pomposo sombrero que había estado usando, también se quitó el velo, se sentía ahogada con esas cosas cubriendo su cabeza y rostro. Deimos no estaba para nada bien, parecía a punto de lanzarse contra la garganta de todos ellos. definitivamente la paciencia no era lo suyo. Cuando por fin la carreta llegó a su destino, Deimos espero a que los caballos se detuvieran y salió disparado de allí, llevaba consigo a Damián, quien lloraba desesperado. Apenas se vio al aire libre fue hasta Tristán y le entregó a bebé. Ary y los niños bajaron instantes después. El milenario inmortal no se veía por ningún lado. Antes de que Ary preguntara por él, se oyó a la distancia un feroz rugido.

Ary miró a Tristán y él estaba mirando en dirección del horrible sonido, instantes después negó con la cabeza y se concentró en el niño que seguía llorando, aunque ya no con tanta intensidad, los otros tres niños tampoco estaban felices, tenía hambre, deseos de ir al baño y estaban con el cuerpo agarrotado después de todas esas horas en el carruaje.

Darío también estaba llorando, Franz estaba empezando a mostrar su descontento y Argos se contenía a duras penas. Ary se sentó en el escalón de la carreta y miraba como los niños se estiraban mientras se quejaban.

Oyó un murmullo a su alrededor, pero no había nadie. frunció el ceño ante esto, pero no le dio más importancia. Se volvió hacia los niños y les dijo que después de estirar las piernas irían al baño, luego comerían e irían a la cama a descansar. Ellos asintieron y siguieron recorriendo su nuevo hogar antes de que se entrara el sol.

Ary se encontró con la mirada de Tristán y le sonrió, para su sorpresa, él le correspondió. Se extrañó ante esto, pues él siempre era bastante serio con ella.

Ary lo miró detenidamente y se dio cuenta que no era Tristán, sino un hombre más joven, pero muy parecido a él. tenía su misma altura y complexión, su mismo color de cabello y corte de pelo, pero en su rostro se veía que era mucho más joven. En sus brazos tenía a una niña de cabello rizado y piel clara.

La niña le estiró los brazos y ella sonrió, le estiró los brazos también y le hizo un gesto para que se acercara. El hombre camino hasta ella y puso a la niña en sus brazos.

__ ¿Me has extrañado? Le preguntó Ary.

__ Mucho mami, pero mi hermano se ha portado muy bien, no ha dejado que yo este triste o me aburra. Él me lleva al parque todos los días y me compra un helado diferente cada vez que vamos.

__ ¿un helado diferente todos los días, en serio? ¿Que más ha hecho tu hermano para entretenerte? Preguntó Ary mientras miraba interrogativamente al hermano de la niña.

__ Es un secreto, contestó la niña mientras se acercaba más a ella.

Ary no pudo evitar tocar su hermoso cabello. Estaba fascinada mirando sus hermosos ojos verdes, tenía los ojos de Luka.

__ ¿Iremos a casa? Pregunto la niña.

__ Si, iremos a casa y nos quedaremos allí mucho tiempo.

__ ¿Estará la bisabuela Amelia? Ella te ha extrañado mucho, también a su amigo que se marchó hace mucho tiempo. Ella va todos los días a la playa a esperarlo, dice que el volverá pronto, dice que cuando él salió del mar se acercó a ella y le prometió que iría a visitarla, quiere ver cómo están los niños del orfanato. Al tío William no le gusta escuchar eso. Se pone muy serio cuando la bisabuela empieza a hablar de su amigo el señor diablo. A tus otros hermanos y hermanas tampoco les gusta mucho cuando ella habla de él. O cuando lo hacemos nosotros.

__ Eso es porque la abuela Amelia no está bien de la memoria, le dijo Ary. Ella extraña mucho a un viejo amigo que tuvo en su infancia, pero él ya no está. él la visitó al volver, al igual que a los otros niños, pero después se marchó. Debía ir a buscar a su familia.

La niña asintió y tocó la mejilla de su madre. Ella cerró los ojos y disfruto de la ligera caricia.

__ ¿Mamá?

Ary miró enseguida hacia un costado y vio a Argos de la mano de Deimos. miró de vuelta hacia donde estaba su hija y el hombre, pero ya no había nadie. Se puso de pie rápidamente y miró a su alrededor. Se puso una mano en el corazón y se contuvo de llorar. Instantes después había olvidado por completo a quienes buscaba, y al cabo de un par de minutos, ya no recordaba nada. Miró a los vampiros preguntándose que había olvidado, pero ellos estaban pálidos e inmóviles.

__ ¿Está todo bien? Les preguntó y se acercó a ellos. tomó a Damián de los brazos de Tristán mientras aguardaba su respuesta. Tristán miró a Damián en sus brazos y miró a los otros niños. Deimos dio un paso hacia ella, pero Tristán lo detuvo. Le dijo que debían entrar. Los niños ya no daban más de cansados y tenían necesidades urgentes.

En silencio, Tristán fue por Darío y Franz y los cargó en sus brazos. Los niños se abrazaron a él enseguida. Deimos cargó a Argos y se encaminó también hacia la casa. El niño iba agarrado firmemente al vampiro. Ary sonrió y los siguió. Deimos era el vampiro más mal humorado que había conocido hasta el momento, pero con los niños no se comportaba tan mal.

Antes de entrar Ary se volvió rápidamente, estaba segura de haber oído su nombre pronunciado en un susurro. Se quedó aguardando por si lo volvía a oír, pero no sucedió.

Al entrar a la casa se topó con la mirada de los dos vampiros, ambos la miraban fijamente, los miró extrañada, pero no dijo nada al respecto. Preguntó por el cuarto de baño para los niños y se quedó aguardando la respuesta. Tristán aclaró su garganta y le hizo un gesto para que lo siguiera. Deimos iba detrás de ella con Argos aún abrazado a su cuello.

Fue un alivio para Ary y los niños verse todos en una cama después de haber cenado y haberse aseado. Damián dormía profundamente, lo mismo que Darío. A Franz le costaba un poco más, y por alguna razón, Argos jamás se dormía antes que sus hermanos. Una vez que los veía a todos dormidos él se acurrucaba y se dormía enseguida. Sin duda era un muy buen hermano mayor.

Un fuerte remezón despertó a Ary, se incorporó enseguida y se encontró con el rostro de Luka a solo centímetros del suyo. Le sonrió enseguida y lo abrazó. Él le correspondió y beso su hombro, la apartó un poco de él y fue por su boca. Le dio un suave beso y le dijo que la había extrañado. Ella estaba colorada y con el corazón desbocado. Seguía sin acostumbrarse a los besos.

__ Tú y los niños deben levantarse, dijo Luka, Debemos bajar a los sótanos ahora.

Ary lo miró asustada luego miró a los niños, le preguntó que pasaba, pero él no contestó, la ayudó a ponerse de pie, y fue por su vestido, le ayudó a ponérselo sobre la camisa de dormir y luego ir por sus botines. Ella vio su preocupado rostro y decidió dejar las preguntas para después. Se terminó de vestir y fue por los niños. Entre ella y Luka los levantaron y bajaron a los sótanos. Había muy poca iluminación en los pasillos y aún era de noche.

__ Luka, lo llamó Ary.

__ Aquí no, le dijo en tono serio y siguió bajando con Darío y Franz apoyados en sus caderas. Argos iba de la mano de Ary, Damián estaba despierto pero muy tranquilo en sus brazos.

Ary perdió la cuenta en el escalón número veinticinco, después de varios más llegaron a una gran puerta doble. Luka introdujo la llave en el gran candado y dejó caer el otro extremo de la pesada cadena. Abrió una de las puertas y le hizo un gesto a Ary y los niños para que entraran. Cerró la puerta detrás de ellos y los guio hacia una nueva puerta. Los niños gimieron al ver más escalones. Luka les dijo que serían muy pocos esta vez.

Fueron solamente diez.

Del otro lado de esta nueva puerta, había seis camas en hilera, un baúl entre cada una de ellas y otro a los pies de cada cama. Una antorcha en medio de una de las murallas era toda la iluminación del lugar. Luka le dijo a Ary que llevara a los niños a las camas y los arropara bien. El lugar era frío y con el paso de las horas se pondría aún más frío.

Ary los arropó bien y les dijo que trataran de volver a dormir, al salir el sol irían arriba y pasearían por el patio. Allí podrían correr y jugar hasta que se cansaran.

Darío y Damián fueron los primeros en dormirse. Ary tuvo que acostarse al lado de Franz para que dejara de tener miedo. Luka se acostó al lado de Argos y le contó varias historias. Al cabo de una de hora, los niños estaban profundamente dormidos.

Luka abandonó la cama de Argos y fue por Ary, ella le preguntó enseguida que estaba pasando.

__Vampiros, contestó Luka. no era necesario decir mucho más.

Luka no quería que nada malo le pasara a Ary y a los niños, pero tal vez de esta manera William se convencería de que había sido una muy mala idea sacar a Ary de la granja.

Le explicó que Deimos y Tristán estaban lidiando con ellos mientras él los había ido a despertar para llevarlos a los sótanos, allí sería más fácil protegerlos. Solo había una entrada a ese lugar, y no era tan amplia y cómoda de seguir. Ary no pudo negar aquello.

Abrazó a Ary y disfruto de aquel momento. Había extrañado sentirla entre sus brazos. Sabía que las cosas serían complicadas más adelante, sobre todo, si William seguía con la idea de llevarla a la Ciudad Subterránea. Estando entre todos esos vampiros jamás tendrían un momento de tranquilidad o privacidad.

Se alejó un poco para mirar a Ary y se dijo que aquel momento y ese sótano era lo mejor que tenía para ofrecerle. Estaba muy lejos de lo que había planeado para ellos, pero no había muchas opciones. Besó a Ary, luego olió su cuello y la besó allí. ella sonrió y le dijo que le gustaba cuando hacía eso. Luka la acercó aún más contra su cuerpo y oyó claramente el acelerado latido de su corazón.

__ ¿Confías en mí? Le preguntó mientras dejaba pequeños besos por su cuello.

__ Claro que sí, contestó Ary.

Luka tomo la parte de atrás de su cabeza y fue por su boca. El corazón de Ary se aceleró enseguida. Él sonrió ante esto, le robo otro beso, pero este fue más lento. tocó su mejilla luego sujetó su cintura mientras la miraba fijamente.

__ Te amo, le susurró Ary antes de que la besara nuevamente. Luka pego su frente a la de ella, y rogó que Ary no se negara a lo que le pediría.

__ Quiero que seas mi mujer, le dijo el vampiro.

__ Soy tu esposa, ya estamos unidos, le contestó Ary.

__ Sí, estamos casados, pero no es de lo que estoy hablando quiero que seas mi mujer, ¿lo entiendes?

Ary lo miró sin comprender en un primer momento, pero cuando lo hizo se puso colorada hasta las orejas. Fue inevitable recordar lo que oía cuando vivía con Elías y Anaís. Luka negó divertido ante sus pensamientos, y aprovecho esto para lograr convencerla.

Antes de que dijera algo más, Ary se acercó a él y le susurró que sí. La sonrisa desapareció del rostro de Luka y se puso serio. Por un instante creyó haber oído mal. Buscó la mirada de Ary, pero ella estaba mirando hacia el piso.

__ Ary mírame, le dijo Luka suavemente. Ella levantó la cabeza tímidamente y lo miró a los ojos.

Luka tomó su rostro con ambas manos y la besó, primero fue suave, luego fue intensificando el beso, la tomó de las caderas y la hizo retroceder hasta chocar con la muralla. Cuando sintió a Ary relajarse contra sus brazos se detuvo, no la tomaría contra una muralla, al menos en su primera vez. La liberó de su agarre y le dijo que prepararía una cama en el suelo para ellos. Ary asintió bruscamente mientras trataba de calmar su respiración.

Mientas Luka arreglaba las mantas, Ary se acercó a las camas a revisar a los niños. no le parecía correcto que los niños estuvieran allí mientras consumaban su matrimonio. Fue hacía Luka y se lo dijo. Él ya estaba preparado para ese argumento. Le juró que no permitiría que los niños vieran u oyeran algo que no debían, le prometió que serían cuidadosos. Ary miró una vez más a los niños luego a Luka. Al encontrarse con su mirada se sonrojó nuevamente y miró hacia un lado. Luka tomó una parte de su vestido y la acercó a él. Fue por su boca enseguida, esta vez no fue suave, la amaba, la deseaba. Al sentirla relajarse nuevamente en sus brazos y corresponder a sus besos y caricias, decidió ir más allá. Estaba nerviosa, pero no lo estaba rechazando, y aquello le daba confianza para seguir adelante. Después de quitarse gran parte de sus ropas se metieron bajo las mantas. El corazón de Ary latía como loco, mientras que Luka, por primera vez en su vida estaba nervioso, incluso dudo de si era el momento adecuado o no, pero se dijo que ya estaban allí, y ella estaba tan dispuesta como él. sin pensarlo más le ayudó a quitarse el camisón y él se deshizo del resto de su ropa. Se puso aún más nerviosa, pero quería seguir adelante. Luka cubrió su cuerpo con el suyo y le juró que viviría solo para hacerla feliz y amarla tanto como en esos momentos, cuidaría de ella y sus hijos por siempre.

__ Se que cumplirás tu promesa, le contestó Ary, y esta vez fue ella al encuentro de su marido.

****

Luka acaricio la espalda de Ary y ella se acomodó en su pecho. Él sonrió y la envolvió con sus brazos. Era tan suya como era posible y él no quería pertenecer a nadie más. Tal como prometió, los niños no fueron testigos de nada, ni siquiera despertaron. Él se aseguró de acallar cada gemido de su mujer con sus besos. Se sentía el inmortal más afortunado del mundo, le parecía un sueño lo vivido con Ary. Había tenido una infinidad de mujeres en el pasado, pero la primera vez con su esposa eclipsaba todas las demás, y las dos veces que siguieron a esa fueron igual de increíbles. Estaba loco por ella. Por un instante, Deimos y Tristán pasaron por su mente, pero se negó a dejar que ellos arruinaran su noche de bodas. Ya lidiaría con ellos al llegar el día. Uno de los niños se removió inquieto en su cama, se enderezó enseguida para ver quién era. Damián estaba a punto de despertar, seguramente extrañaba estar durmiendo en los brazos de su madre. Movió a Ary con cuidado para no despertarla y se puso rápidamente los pantalones, no quería que el pequeño despertara a Ary o los niños. Lo sacó de la cama justo antes de que lanzara el llanto. Lo acunó contra su pecho y empezó a mecerlo mientras caminaba por la habitación. Después de varios minutos el niño finalmente volvió a dormirse. Lo acostó con cuidado en la cama y lo abrigó bien. Miró a los otros niños, luego a Ary y de nuevo a los niños. Por un instante la realidad de su situación le apretó las entrañas. Era un esposo y padre de cuatro hijos. Tenía una familia por la que velar y mantener, niños a los que debía criar y educar, una esposa a la que cuidar y hacer muy feliz. Sintió una opresión en el pecho al pensar en que pasaría si no era capaz de sacar adelante a su familia. Cerró los ojos y se dijo que todo saldría bien. No era estúpido, holgazán o un bueno para nada. Se aseguraría que su familia estuviera bien. Se dijo que sus hijos crecerían para ser hombres de respeto. Él y Ary estarían muy orgullosos de sus niños. Si ellos lo querían les daría la inmortalidad. Ary sería inmortal, eso no estaba a discusión, sería su compañera por el resto de la eternidad, se negaba a verla morir.

La opresión en su pecho desapareció ante estos pensamientos. Todo estaría bien en el futuro. Habría problemas y dificultades, pero estaba seguro que saldrían adelante sin mayores inconvenientes. Se volvió a acostar al lado de Ary y ella se acurrucó en su pecho enseguida. Los cubrió a ambos con las mantas y siguió disfrutando de aquella increíble noche.

***

__ ¿No deberíamos entrar? Preguntó Deimos mientras seguía mirando la puerta del sótano donde Luka, Ary y los niños estaban ocultos. Le parecía que el grupo llevaba demasiado tiempo allí. el sol ya estaba en lo alto del cielo y ya no había rastro de otros inmortales en los alrededores. Habían asesinado a media docena de vampiros, después los habían arrastrado hacia una de las cuevas en los faldeos del cerro y habían quemado sus cadáveres. No había rastro de la matanza de la noche anterior, y todo lo habían hecho sin la ayuda de Luka.

__ Saldremos a recorrer una vez más los alrededores, si todo está bien, volveremos y les diremos que ya pueden salir.

Deimos negó ante las palabras de Tristán, pero no hizo ningún intento por irrumpir en la habitación. No confiaba en el descarado mocoso, pero con los niños allí estaba seguro que no se atrevería a seducir a Ary, además tampoco creía que ella lo aceptara. Solo por esto, estaba dispuesto a permitir que siguiera encerrado con ella en ese sótano.

Tristán miró de reojo la puerta del sótano y rogó que Luka hubiera mantenido las manos quietas y se hubiera comportado con Ary. El muchacho no tenía respeto por nada ni nadie, pero seguramente no sería tan descarado para hacer algo más que solo compartir la habitación con Ary estando los niños presentes.

Ary sintió el cuerpo de Luka muy cerca del suyo y enrojeció al recordar la noche anterior. Su corazón se aceleró y los recuerdos se hicieron cada vez más nítidos. Ya no era una niñita, era la mujer de Luka, quien era conocido por el ser el más descarriado de todos los inmortales y tenerle aversión al matrimonio y al compromiso. Sonrió ante esto y levantó su mirada hacia el rostro de su esposo. Era guapo, se veía tan en paz, tan tranquilo. Se sentía totalmente segura y querida en sus brazos. Apoyó la mejilla en su pecho y rogó que fueran tan felices como él había prometido.

***

Luka terminó de amarrar el vestido de Ary y le dio un beso en el cuello. Aún estaba algo molesto porque ella se hubiera bañado y se hubiera quitado su olor y todo rastro de lo que habían hecho la noche anterior. Él no tenía problema con que los demás lo supieran, pero ella había insistido en que eso era algo privado, no tenían por qué decírselo a otras personas. Luka frunció el ceño ante esto, pero lo dejó pasar. Se alegraba de haber guardado la sabanilla blanca que había puesto sobre las mantas donde recostó a Ary antes de tomar su inocencia. Para ella probablemente sería vergonzoso ver la mancha de su pureza, pero para él no lo era. Y para otros de su especie tampoco. Con aquella prueba nadie se atrevería a negar que él fue el primer hombre con el que estuvo Ary, y también sería el último, pues pobre del desgraciado que quisiera ponerle las manos encima a su mujer. Deimos fue el primero que apareció en su mente, luego Tristán. De su amigo tenía sus dudas, puesto que siempre había puesto por delante la cordura y lo que era correcto o lo que los demás consideraran correcto. El orgullo de Tristán era a juicio de Luka una mala cualidad que tenía su amigo. Aunque en ese momento jugaba a su favor.

__ Porque sonríes, le preguntó Ary

__ Luka la miró con descaro y levantó las cejas. Ary enrojeció inmediatamente. Él soltó una carcajada y los niños dejaron sus juegos para ver que pasaba. Argos fue hacia él y se quedó mirándolo, el vampiro beso su cabecita, luego se agacho y lo abrazó. El pecho de Ary se contrajo ante la imagen, sus ojos se anegaron de lágrimas. Se llevó una mano al pecho y se volvió hacia la cama donde dormía Damián mientras Darío jugaba con un caballo de madera tallado por Janosh. Aquella imagen la angustió aún más. Franz la tomó de la mano y le preguntó si estaba bien. Ella le sonrió y lo cargo en brazos, le dijo que todo estaba muy bien. Se tragó el nudo en la garganta y se concentró en controlar sus pensamientos, no quería que Luka viera su angustia. Acomodó a Franz en su cadera y empezó a tararear una canción mientras se balaceaba de un lado a otro. En cualquier momento llegaría Tristán y Deimos, debía estar en calma y en control de sus pensamientos. rogaba que luka guardara silencio acerca de lo ocurrido durante la noche. Deimos se enfurecería y no tenía idea cual sería la reacción de Tristán. probablemente solo la odiaría un poco más de lo que ya la odiaba o bien le daría lo mismo. Cerró los ojos y se imaginó en su granja junto a sus hijos y Luka. Sonrió ante esto y rogó que se hiciera realidad.

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