Capítulo 23 "Juguemos en el bosque, mientras que el lobo no está...oh"
Ya había pasado un tiempo desde que salí de ese tétrico lugar y aun no podía creer que Leo estuviera en el club de teatro, no podía creer que desde ahora compartiremos club, no puedo creer que desde ahora estaré más tiempo con él; pero lo más sorpréndete es que éste en club demasiado diferente para su personalidad, nunca lo hubiera imaginado.
—Tierra hablando a Iridia, por favor responda, por favor responda
—Perdón —Jabel ondeaba una servilleta de tela frente a mis ojos, la cual intercepte sonriente—, ¿Qué me decías?
—Tenemos que encontrar un mejor lugar para que vuelvas a la luna con seguridad
Caminábamos entre los estudiantes con nuestras charolas en mano.
—No puedo creer que la escuela tenga un auditorio para albergar a la mayoría de la población estudiantil, pero no una cafetería para poder comer justamente
—Es lo mismo que me pregunto desde hace años, es como si la directora quisiera convertir el almuerzo en un campo de batalla
—Un campo de batalla muy injusto, los alumnos apartan una mesa entera para los chicos populares
—Dirás "Inalcanzables"
—Hablando de los inalcanzables —la miré mientras nos atascábamos en medio de toda la cafetería, no puede haber un peor lugar—, ¿Sabías que Leo está en el...?
—Club de teatro —la voz de Jabel era emoción pura, como si se hubiera aguantado de decir ese comentario desde hace mucho tiempo—, no te lo había dicho antes porque al enterarme que acababas de entrar al club de teatro en la hora de talleres quería que te dieras la sorpresa por ti sola
—Pues valla que si me di una gran sorpresa
—¡Claro que sí! Ellos son muy buenos, pero realmente buenos, y aunque nadie fuera del club de teatro ha visto actuar a Leo, sé que también él es increíble
—¿Nadie lo ha visto?
—No, el maestro un no se ha atrevido a usarlo como actor y aunque nadie sabe la razón del por qué, existen muchas teorías —la mirada de Jabel brillaba mientras hablaba de Leo, algo que producía un leve sabor amargo en mi boca—, una de ellas apunta que el maestro aún no han encontrado a la chica perfecta para llegar al nivel de Leo, que ninguna de las actuales integrantes del club de teatro pueden estar en el mismo escenario que él, ni siquiera Gloria
—Solo los estúpidos creen en eso
Nos giramos rápidamente para toparnos frente a frente con Gloria, la chica rubia del club de teatro acompañada de las gemelas.
—No puedo creer que dijeras eso —dijo una de las gemelas con semblante frio.
—¿Quién te crees tú como para insultar a Gloria de esa manera? —Preguntó la otra gemela un poco más animada que su hermana—. No eres nada más que una pobre chica sintiendo lastima por otra —las voces de las pelirrojas eran cada vez más altas, y poco a poco los alumnos volteaban a ver qué ocurría—, pero no se podía esperar más de chicas como tú
Notaba como la incomodidad de Jabel crecía al igual que mi ira, no había conocido a una chica tan adorable como ella, no es justo que la traten así.
La mano libre de Jabel me sostuvo el brazo, jalándome, la miré y noté como me rogaba con la mirada que nos fuéramos; pero con la mía le decía que no iba a permitir que dijeran eso.
—¿Chicas como ella? —Dije ignorando la silenciosa suplica de mi amiga y me voltee lentamente hacia las tres chicas—. ¿Te refieres a chicas completamente diferentes a ti?, ¿A chicas con educación? ¿O a chicas que no son ignorantes?
Freya se quedó callada y su hermana me miraba con frialdad, mi corazón latía aceleradamente, siempre he sido de las personas que se quedaban calladas, pero no era momento de guardar silencio y menos si es a otra persona a la que están hiriendo. Pero algo en la sonrisa de Gloria me reveló que cometí un grave error.
—Nos referimos a chicas como ustedes —la voz segura de Gloria animó el ambiente, la gente nos miraba y guardaban silencio. Éramos el espectáculo de la hora del almuerzo—. A chicas ineptas, estúpidas, torpes, ingenuas y para nada atractivas, tal como ustedes
Todos rompieron en carcajadas.
Estábamos en medio del gran circo donde los payasos éramos nosotras, miré a mi alrededor y podía notar como nos apuntaban y acertaban a las palabras de Gloria. La incomodidad invadía mis mejillas.
—Ven Iridia... —Jabel me tomó del brazo y me jaló—. Vámonos, no perdemos el tiempo
—¿Perder el tiempo? —La cruel voz de Gloria detuvo a Jabel a medio paso—, pero no debes de preocuparte por ello, no es nada raro en ti pequeña Jabel
—Ya basta Gloria —la débil voz de Jabel me lastimó, pero creo que fui a la única que le dolió.
—¿Qué me detenga? Pero si antes dejabas que te habláramos así, dejabas que te insultáramos y que hiciéramos de tu vida lo que se nos diera en gana —varios de los presentes decidieron callar, pero muchos asintieron—, por eso me sorprende que no quieras perder el tiempo, si eres una experta en eso
—Eso ya pasó. —La voz quebrada de Jabel me obligó a mirarla fijamente. Notaba como su agarre disminuía y su cabeza se mantenía agachada.
—Pero veo que no aprendes, sigues siendo la misma chica torpe que no encajaba en ningún grupo, la misma idiota insegura de sí misma y que podíamos manipular.
Mi ira crecía a grandes pasos y una voz dentro de mí pedía que callara a Gloria de un golpe.
—Cinco años... —continuó Gloria—. Cinco muy divertidos años, dónde solo hacías el papel de mascota, un simple juego para nosotros ¿Y todo para qué? Para ser mí amiga
Gloria rompió a reír junto con las gemelas mientras yo no podía dejar de ver la débil figura de Jabel y noté como pequeñas gotas caían de su rostro al suelo. La ira se apoderaba de mí como un abrazador fuego, un fuego que nacía desde las marcas en mi tobillo que daban forma a una maldita pulsera en llamas.
—Realmente no veo porque es diferente ahora. —Dijo Freya.
—Eras totalmente patética —siguió la rubia—, diariamente esperando con mucha ilusión a que el club de teatro terminara sus clases para poder tener la oportunidad de ver a tu amado Leo, como si él tan siquiera supiera que existes, él nunca se fijarían en un intento de ser humano como tú... —varios presentes preferían mirar a otro lado, mientras que Gloria no dejaba de lanzar veneno— Con esos ojos tan grandes que asustan a cualquiera, con ese cabello totalmente alborotado, con esa manera tan desesperante que tienes de hablar sin detenerte y con esa pésima actitud de siempre ser amable con todos, nunca llamaras la atención de Leo, ¡Valla! Realmente dudo que atraigas a cualquier tipo de hombre
>>Así que mejor te digo la verdad para que dejes de sufrir —prosiguió Gloria—, a Leo lo único que le puedes causar es asco, ¡a cualquier hombre le darías asco! Sólo mírate —Gloria extendió la mano recorriendo la figura de espaldas de Jabel, una y otra vez—, pierdes el tiempo esperando a que Leo te haga caso, pierdes el tiempo tratando de ser mi amiga y pierdes el tiempo arreglándote diariamente, si al fin y al cabo los resultados son... esto
Eran pocas las personas que reían, eran pocos los que se fueron y era poca la gente que le dolía ver la escena, pero era mucho más poca mi paciencia ante todo esto.
—Esta chica es la más perdedora que he visto en mi vida. —Término sentenciando Gloria.
—Pues claramente no te has visto a un espejo —dije silenciando a los presentes, en el ambiente se podía notar la ira acumulada dentro de mí—, o quizás necesites lentes, porque en realidad no sé qué es más despreciable y totalmente humillante... —me solté del agarre de Jabel e hice frente a Gloria—. Si ella por sólo tratar de encajar o tú que necesitas de todo esto para sentirte bien, es realmente triste saber que tienes tan baja tu autoestima que necesitas que las demás personas se sientan tan mal para así poder satisfacer tu despreciable vida
Esperaba una mueca de desagrado por parte de Gloria, quizás un golpe, o hasta lágrimas correr; todo hubiera aceptado menos lo que vi.
Una sonrisa. Una sínica sonrisa posaba en sus labios, una sonrisa que hizo que mi seguridad se quebrara y que me sintiera una idiota por lo que acababa de decir.
—¡Valla, valla! ¿Acaso ya te cansaste de no ser el centro de atención?
—Yo no...
—No te preocupes ¡Pero si eso es lo que siempre buscas! Con tus estúpidos modales y "buena educación" —la escena ya no era incomoda como cuando insultaron a Jabel, ahora era como un jodido espectáculo que todos esperaban a que ocurriera—, comportándote superior a los demás, creyéndote una adulta cuando no dejas de ser una niñata, con tu andar tan arrogante y tus torpes lecciones de ética y modales. —Las gemelas me miraban fijamente y con intriga, una intriga curiosa, causando dudas dentro de mí—. Sin contar lo sabelotodo que eres, no dejas de contestar en todas las malditas clases, y lo que es aún más patético —Gloria se cruzó de brazos—, que ustedes dos sean amigas, si son tal para cual, pero recuerden que no importa cuánto se esfuercen, Leo nunca les hará caso
—¿Y él que tiene que ver en esto?
—Que obviamente ambas están detrás de él
Sin poder contenerme ante tal estupidez, comencé a reír, lo cual nadie esperaba, pues sus rostros fueron sorpresa absoluta.
—¿Qu-qué dijiste? ¿Qué estoy detrás de ese chico estúpido? Pero si ésta es la idiotez más grande que has dicho hasta ahora —no dejaba de reír causando que la ira en los ojos de Gloria fuera aumentando—, y valla que es lo único que dices, puras idioteces
—¡Ya basta de fingir! Si es más que obvio que estás enamorada de Leo, ¡Todos sabemos de lo que pasó en el baño!
—¡Fue un accidente!
—¡Deja de mentir! si ya todos sabemos que trataste de seducir en vano a Leo, niña déjame decirte que necesitas más que sólo teñirte el cabello de rubio y mojarte en un baño, para llamar la atención de Leo
—Su atención ya la tengo —dije sin pensar—, y no necesité de tus sabios consejos de chica fácil para tenerla. —Puse mis manos en jarra mientras ganaba terreno— Y a diferencia de ti, soy totalmente autentica, no necesito fingir alguien que no soy solo para agradarle a la gente, y por si lo dudas, soy rubia natural, no pretendo ser falsa como tú
Internamente comencé a celebrar, sabía que esta vez dejé a Gloria sin argumentos, que por fin se haría justicia para los marginados, que por primera vez había sacado a la Iridia que realmente era; la chica con voz y que ya no se callaría más.
Pero celebre demasiado temprano.
—¿No te tiñes el cabello? —dijo Gloria caminado lentamente hacia mí, me quedé estática, era imposible que quisiera molestarme con eso, solamente se iba a ver como una desesperada por seguir defendiéndose sin fundamentos, sin embargo; era increíblemente fuerte su seguridad—. Tus raíces negras te delatan cariño
Me alejé lentamente hacia atrás, sintiendo un escalofrío por toda mi espalda erizando cada centímetro de mi piel.
¿Raíces negras? Debe de estar equivocada, soy rubia de nacimiento y es imposible que lo que diga sea verdad. ¡Por dios! Es absurdo que yo dude sobre mi color de cabello.
Sin embargo, tras todo lo que ha pasado en esta semana, la duda y el terror se apoderó de mí por milésima vez.
No supe cómo pero en cuestión de minutos estaba frente al espejo de uno de los baños del segundo piso, solo recuerdo empujar a la gente mientras abría paso para salir de ese lugar, seguida de risas y algunos comentarios ofensivos hacia mí.
Pero lo peor de todo esto, es que la rubia estúpida tenía razón.
El espejo mostraba mi reflejo con una sombra negra en las raíces de mi rubio cabello, mi boca estaba totalmente abierta y las lágrimas de terror y pánico amenazaban con salir. Tenía que sostenerme del lavabo para no caer, mis oidos dejaban de escuchar y mi corazón se detenía poco a poco; solo un leve "Pum, pum... pum, pum" escuchaba mientras hacía eco en mi mente.
No podía dar crédito a lo que veía, nada de esto podía ser cierto, nací rubia y viví mi vida rubia, era imposible que todo fuera verdad. Podía ver el terror en mis ojos, y mi visión comenzó a temblar, a volverse borrosa y a moverse.
Y cuando pensé que no podía estar más aterrada, el negro se extendía de mis raíces hasta el resto de mi cabello, mi piel dejó de tener color y de un parpadeo mis ojos dejaron de ser míos y pasaron a ser los de Roshbell, solo que esta vez, ambos eran de color café.
De un grito mudo me lancé hacia atrás cayendo de espaldas al suelo, no podía creerlo, pero al mirar mis manos el reflejo no mentía; eran totalmente pálidas y las puntas de mi cabello eran negras. Era Roshbell, al final siempre lo fui.
—¡Iridia! No... —la figura de Jabel apareció en la puerta del baño, me miró totalmente asustada—. Pero ¿qué te pasó? ¿Estás bien? ¿Te sientes mal? —antes de darme cuenta ella ya estaba a mi lado en el suelo
—No, no lo entiendes —le decía totalmente paranoica—, yo-yo, yo no soy así, nunca he sido así, mi cabello, mi cabello si-siempre fue rubio, y mis ojos... —miraba a Jabel entre lágrimas, mis manos le sostenía los hombros y ella solo asentía preocupada.
—Cálmate Iridia, todo está bien, no llores más
—¡Pero nada está bien! Mi cabello, mis ojos, juro que era azules esta mañana.
—Y lo son Iridia, ven, mírate —Jabel trato de levantarme para llevarme ante el espejo.
—No, no, no, no, no, no, por favor, no
—No temas, cálmate —trataba de hacerme hacia atrás para no volverme a ver al espejo, pero en estos momentos mis fuerzas desaparecieron—, todo está en su lugar.
Temerosa voltee a mi reflejo acompañada de Jabel y frente a mi podía ver que todo volvía a la normalidad. Volvía ser yo, con la única diferencia de que en las raíces de mi cabellera rubia, la oscuridad se había adueñado.
Mis ojos eran otra vez azules y mi piel volvía a tener esa tonalidad bronceada con la que nací. Pero aun así, no podía estar del todo tranquila, no era normal que mi cabello cambiara; aunque después de todo lo sucedido, me di cuenta que nada de mi vida era normal.
Mi respiración se volvió a acelerar, el fuego de mis tobillos se adueñaba de mi pierna, los latidos de mi corazón parecían el son del tambor y el terror era dueño de mis ojos.
—¿Ves que está todo bien? —la voz de Jabel, sonaba muy preocupada
"—No pierdas el control, la asustaras"
La voz suave del chico de mis sueños, Stefano, hizo que volteara a ver a Jabel y efectivamente, en su reflejo mostraba la preocupación mezclada con el miedo.
—S-si
—No deberías de hacerle caso a Gloria ¡Por dios! Ella tiene extensiones, además de que usa más maquillaje que la mayoría de payasos que conozco y créeme, conozco a muchos
Solté una pequeña pero sincera risa—. No quiero saber porque conoces a tantos payasos
—¡Pero si es una magnifica anécdota! —Jabel me sonrió y limpió una de mis lágrimas—, ¿Segura que ya estas mejor?
Asentí levemente—. Si, lamento haberte preocupado
—No es nada para eso son las amigas, nos preocupamos por las personas que queremos mucho
—Al final Gloria terminó venciendo
Salimos del baño con la idea de volver a recuperar nuestro almuerzo, pero internamente no dejaba de temblar; aunque con Jabel a mi lado, no iba a volver a perder el control.
—Pues quizás hoy haya ganado, pero esto aún no acaba
La voz oscura de Jabel hizo que sonriera internamente, era bueno saber que ella no era pura ternura, que también tenía garras para defenderse. Así como yo
Pero ahora solo queda saber cómo sacarlas.
* * *
—No puedo creer que aun en este tipo de escuela, la gente se robé la comida de los demás —estábamos sentadas en el patio de la escuela, mirando directamente hacia el bosque y totalmente hambrientas—, ¡Solo nos fuimos unos instantes y las charolas ya no estaban!
—Todo por mi culpa
—Ni lo intentes, fue culpa de esa bruja plástica, si ella no se hubiera comportado como una perra, nosotros aun estuviéramos disfrutando de las delicias de la comida
Solté un suspiro pesado mientras me recostaba lentamente en el suave pasto
—Por suerte no estamos en ayunas —el silencio de Jabel hizo que me volteara hacia ella—, Jabel, ¿Comiste en tu casa, verdad?
—No, lo olvide —tras un leve silencio se escuchó un leve rugido proveniente del estómago de Jabel, mientras que la chica se cubría su rostro sonrojado—, me levanté tarde y no comí nada en mi casa
Miré de reojo hacia el bosque mientras formulaba una idea
—¿Te conformarías con fruta?
—¿Tienes y no me dijiste? —Jabel se acercó hacia mí con el rostro indignado—. Te lo guardaste solo para ti ¿Verdad? Mala amiga —la falsa indignación de Jabel solo causo que mi risa apareciera—, y solo te ríes, mejor dámela
—No tengo, solo fue una pregunta
—Ahora además de no darme de tu comida mientras muero lentamente de hambre, me mientes y me ilusionas —Jabel cayó hacia atrás totalmente dramática mientras yo solo reía
—No... —Solo me levanté dejando a Jabel en el suelo con los ojos cerrados— ¿Cuánto nos falta de almuerzo?
—Como unos 10 minutos ¿Por qué?
Comencé a caminar un poco más rápido
—¡Ahora vuelvo! —Tuve que gritar para que Jabel me escuchara, pues ya estaba lejos de ella, al hacerlo se levantó confundida y al verme yendo hacia el bosque se levantó rápidamente
—¡No Iridia, vuelve!
—¡Quédate allí, vuelvo enseguida! —Comencé a correr hacia el nacimiento del bosque para no perder el tiempo del almuerzo—. ¡Si lo haces, te recompensare como una buena niña y podrás comer un rico almuerzo!
—¡Iridia, no!
—¡En el bosque hay fruta!
Jabel seguía gritándome sin poder comprender nada de lo que decía, ya estaba demasiado lejos como para hacerlo. Pero estaba dispuesta a llevarle algo para comer después de todo lo que ha hecho esa chica por mí.
El bosque era un lugar muy pacifico. Por primera vez en el día, o mejor dicho, en la semana, pude respirar tranquilamente; el viento bailaba con las hojas de los arboles dejando filtrar la luz del sol, el frio aire movía mi cabello y acariciando mi rostro.
Por primera vez desde lo sucedido en el baño pude ordenar mis ideas. No tenía que haber perdido el control sabiendo que nada de mi vida es normal, al menos, nada desde que llegué a este lugar, al lugar de mi nacimiento. Pero aun así era imposible no haberme aterrado al ver las raíces negras, porque eso quiere decir que ya no puedo creer en nada, ni siquiera en mí.
Si los cambios en mí se vuelven más radicales, entonces ya no sabré quien soy. Además sobre lo que pasó con Leo, haberlo empujado sin siquiera tocarlo es algo que no puedo dar explicación. Cada vez más me estoy volviendo más paranoica ¿Y si todo esto es un sueño?
Pero por mientras, soy consciente que hay gente que depende de mí control y de mi cordura, y solo por eso no perderé la cabeza. En el más grave de los casos, puede ser que solo sufra de delirios, pero con medicamentos todo se pueda resolver.
¿Cómo es posible que me sea tan indiferente mi posible camino a la locura? Aunque algo en el fondo de mi ser sabía que no es solo un sueño y ningún delirio, sino que todo esto es real. Mi corazón me lo decía, mis pesadillas también...
Y también el aullido tenebroso cerca de mí.
Me giré rápidamente para regresar al patio con Jabel, pero me topé con más árboles a mis espaldas. Ya no distinguía el camino de retorno, ni el sendero por el que iba; ahora todo era tan confuso y tan similar.
Mis respiraciones se comenzaron a acelerar y el miedo a helar mis nervios.
Y otra vez ese aullido dejándome totalmente sin aliento.
Totalmente asustada comencé a correr a cualquier dirección, no quería estar cerca de lo que sea que estuviera cerca.
El siguiente aullido fue un poco más lejos que el anterior, suspiraba aliviada y un poco acelerada. Tenía que irme rápidamente, pero era imposible que hubiera lobos en este bosque, sobretodo porque está cerca de una institución. Eso es incorrecto de mil formas.
Y la figura frente a mí me decía que estaba en lo correcto.
Era imposible que hubiera lobos en este lugar, pero no otras cosas.
Nunca antes había visto algo similar, ¿O tal vez si?
Mis rodillas temblaron y mi corazón dio un brinco, me llevé la mano a la boca al reconocer a aquella criatura.
Era Shurcko... el primer monstruo de mis pesadillas.
* * *
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