Capítulo 22 "Compañeros"
Capítulo 22 "Compañeros"
—¿Entonces te quedaras después de clases?
—Si —Jabel y yo caminábamos tratando de buscar un lugar donde comer—, sólo porque tengo tiempo libre me ponen en otro club, aún me hierve la sangre solo de pensarlo
Jabel me señalaba una mesa vacía y nos sentamos en ella—. Yo estaría igual o peor, lástima que ya no podrás ir a mi casa
—Es lo que más me molesta, mañana tenía toda la tarde libre, pero ahora por esta tontería tendré que quedarme en el instituto hasta las seis
—Mis padres entenderán
—Por favor me disculpas con ellos. —Era realmente frustrante saber que después de tanto tiempo tengo una amiga, y por culpa de la directora ya no podré convivir con ella como me gustaría.
—No te preocupes, será otro día
Nos pusimos a comer nuestros alimentos mientras charlábamos de las clases que habíamos tenido, después del descanso vamos a tener la clase de geografía, así que por fin vamos a estar juntas; todo esto es tan raro pero divertido.
—Por cierto Jabel, la señorita Dora me dijo que no soy la única que está en dos clubs ¿Es cierto?
—Si —dijo con comida en la boca, sonando muy cómica—, hay unos cuantos que están en dos clubs, pero nadie sabe realmente el por qué
—Por cierto, lamento lo que pasó en la mañana
Noté como Jabel se tensaba mientras miraba su plato a punto de dar un bocado. –No te preocupes, no es que realmente él quisiera hablar conmigo
—No te pierdes de nada, créeme, es mejor que no lo haga
Jabel sonrió tristemente—. Eso es porque él si te ve sin esforzarte por todo un año
No sabía que decir ante eso, mi odio a hacia Leo aumentaba.
—Jabel, ¿Entendiste a lo de física? —un chico que ya había visto en el club de jardinería se acercó.
—No mucho, es un poco complicado el tema, ya me resigne a que tendré que preguntarle a mi papá si me puede explicar
—Sí, yo tampoco le entendí nada —el chico me miró con una sonrisa—, hola Iridia
Sorprendida lo miré—. Hola —volteé hacía Jabel—, ¿sobre qué es el tema del que hablan?
—Algo sobre de los vectores, la magnitud y la dirección de ellos, además de la ley de senos y cosenos
—Ese tema lo vi hace dos años —miré a ambos y Jabel sentía levemente emocionada incitándome a seguir—, si quieren, puedo explicarles con gusto
—¿Harías eso? —dijo el chico.
—Claro que si
—Ya está, mañana en el descanso nos reuniremos para estudiar el tema, al fin y al cabo la tarea es hasta dentro de dos días
—Sí, nos vemos luego —y se fue el chico.
Jabel me miró alegremente—. Te lo dije, no todos te odian, algunos quieren ser tus amigos
—Me siento tan entusiasmada —comencé a reír ligeramente—, no creí que podría hacer algo así
Después de que sonó la campana que anunciaba el regreso a las clases, Jabel y yo caminamos juntas hasta la clase de geografía, sabía que la actividad que nos habían dejado ella la había terminado, pero aun así me sentía comprometida ante eso. De uno u otro modo, le devolveré las gracias.
* * *
—Nos vemos mañana —Jabel se estaba despidiendo de mí, ya era la hora de la salida, pero yo aún no me podía ir.
—Maldita mi suerte, ahora estaría en casa descansando, lamento no poder ir a la plaza contigo
—No te preocupes, enserio, no fue tu decisión —Jabel me sonreía mientras la acompañaba al estacionamiento—, ten en cuenta que estar en dos clubs solo puede significar una cosa
—¿Qué cosa? —Jabel me miró seriamente, un poco preocupada y otro poco esperanzada.
—Estas a un paso de formar parte de los "inalcanzables"
—Roguemos al cielo que no sea así
—No creo que sea tan mala idea
—Lo dudo, no creo poder soportar tanta atención sobre mí
—Los reflectores ya están puesto en ti, desde que llegaste a este pueblo
* * *
Realmente temía que las sospechas de Jabel se cumplieran, definitivamente no quería ser uno más de los "inalcanzables", ya tengo demasiada atención sobre mí y llegar a ser uno de ellos sería como bañarse con pintura fluorescente todos los días. Lo que más coraje me causaba era la intrusión de la directora en mi vida privada ¿Por qué decidía por mí? No me pidió ningún permiso, mínimo me lo hubiera comentado para ver si aceptaba o no; en cambio simplemente eligió por mí.
"¿Eso te molesta, verdad?"
Esa voz, tan similar a la mía y a la que no puedo soportar, por esta vez tenía razón, no me gusta esto.
Mierda, aún sigo tan molesta por esto, sabía que tenía que haber dejado en claro que quería tiempo para mí y la empresa; pero solo Teo, Gael y Any y algunos ejecutivos sabían que me iba a hacer cargo, porque no quería que más gente se enterase, ahora esta es una de las consecuencias por no hablar.
Caminé por los pasillos hacia mí condena, Jabel me mostró el camino antes de irse. Solo eran unos pocos alumnos los que se quedaban en sus clubs, entre ellos yo.
Esto era una broma muy pesada de la vida, nunca antes había convivido con chicos de mi edad, mucho menos hacer lo que haré en este club; ahora resulta que tendré que convivir, hablar, ensayar y... actuar.
Así es, estoy en el club de teatro.
Me detuve frente a la puerta, está igual como aquella ocasión, solo que esta vez Jabel no me acompañaba para disipar este temor que me invade, esta mala energía que me posee, esta sensación de estar escuchando los gritos de mi madre; esta maldita puerta hace que mis inseguridades, temores y pesadillas vengan a mi como si fueran el aire en una tormenta que siempre ha estado dentro de mí.
Armándome de valor tome la gran barra de aluminio entre mis manos y entre.
Para mi suerte tan solo al entrar ya había condenado de por vida, la puerta era una de las más ruidosas que he escuchado. Inhalé llenando mis pulmones y me dispuse a caminar.
Noté que el lugar ha sido uno de los más grandes que había visto en la escuela sin contar el club de jardinería. Frente a mi había un gran escenario, donde se encontraban cerca de treinta alumnos quienes me miraban como un bicho raro, hablaban entre sí y leían una especie de cuadernillo. Definitivamente no tenía que estar aquí.
—¿Pero quién se atreve a interrumpirme? —busque por todos lados hasta toparme con un señor de cuarenta años totalmente delgado y una mascada al cuello, me hacía señas para ubicarlo y levanté levemente mi mano para saludarlo—, ¿y tú eres?
Algunos comenzaron a reír—. Iridia, Iridia Delacour —dije nerviosa.
—¿Y qué haces aquí? —el maestro se encontraba a las orillas de las escaleras para subir al escenario.
—Llamando la atención —dijo una chica, siguiéndole una serie de insultos.
—Perdiendo el tiempo
—Causando lastima
—Humillarse...
—¿Les dije que hablaran? —el maestro podía aparentar ser una persona frágil y débil, pero tenía un increíble porte lleno de superioridad—, te pregunté, ¿Qué haces aquí? ¿Qué acaso no ves que está prohibido interrumpir mientras hacemos los ejercicios donde se elegirán los actores principales de este curso?
Caminé hasta él un poco avergonzada—. Lo siento mucho, soy la alumna nueva —le tendí el aviso y permiso de dirección donde se notificaba el por qué no había asistido a las anteriores clases. Hablábamos tan bajo que varios alumnos tuvieron que acercarse demasiado para escucharnos, pero aun así el maestro los alejó con un movimiento de manos—, no pude presentarme antes pues hasta hoy me notificaron de mi segundo club
—Válgame —el profesor se mostró asombrado—, otro más con dos clubs, ¿Sabes? No cualquiera posee las habilidades para eso, para mi suerte estas en mis dominios
—No tuve opción de querer estar en dos clubs
—Pero ¿Por qué no? Si eso solo hace que realces entre la comunidad estudiantil
—Exactamente, eso no es de mi agrado
El maestro me miró sonrientemente—. Mal club elegiste entonces
—Me temo que si
El profesor soltó carcajadas alegres—. Eres todo un caso —me tomó por los hombros y me llevó junto a él en el escenario—, ¡Todos escuchen! —Los alumnos se juntaron alrededor al maestro y de mí—. El día de hoy las brisas del cosmos nos gratificaron con un nuevo integrante en este...
—¿Es una broma? —una chica con el cabello más rubio que el mío interrumpió al maestro—, ¿cierto? Esto no puede ser real, ella no...
—No te pedí que hablaras o que opinaras Gloria
—Pero maestro —después identifiqué a la joven, es la que siempre está junto a Leo, al reconocerla solo hizo que una amargura atravesara mi garganta—, esta chica solo va a venir a molestarnos y a poner el peligro nuestro...
—¡Yo soy quien decide eso! —Todos guardaron silencio—. Yo solo soy quien podría decir eso y por el momento solo puedo ver que su llegada augura cosas buenas
—Pero...
—Pero nada, no querrás que te vete de los actores principales —la chica profirió un grito mudo y se quedó callada—, bueno denle la bienvenida a la señorita Iridia Delacour
—Hola —dije sin ánimo.
—¿Solo eso? —dijo una chica con el cabello rojo.
—Ya que escogiste este club... —No, no lo escogí—. Tendrás que hablar más y expresarte, por eso lo escogiste. —Dijo otra chica totalmente idéntica a la anterior, temía haber visto doble pero no fue así.
—Pues —miré a todos un poco nerviosa, ¿cómo era posible que la escuela haya acabado con mi seguridad inquebrantable?—, m-me alegra compartir con ustedes este lugar y deseo que nu-nuestra relación de compañerismo se base en el respeto y confianza, y solo espero que me lleguen a considerar una de ustedes
Todos comenzaron a reír, no podía esperar más de todos los seguidores de los "inalcanzables".
—Basta, ¡Basta! Silencio —el maestro me tomó del brazo—, bueno ya que todos me prestan la atención que necesito, es momento de continuar con el ejercicio —el profesor bajó a las butacas junto a mí, la mayoría de los alumnos me miraban recelosamente mientras yo sonreía nerviosamente y la chica rubia ponía los ojos en blanco mientras se ponía en posición—, Iridia no actuara en esta ocasión... —Y lo agradecía con mi alma—, pero con esto se jugaran los actores principales
—¿Va a hacer una prueba?
—No, solo un ejercicio —el maestro se puso en las orillas de las escaleras—, solo para los que se atrevan a desafiar a los anteriores actores... —Noté como poco a poco algunos alumnos se bajaban del escenario y el maestro sonreía satisfecho—. La trama es la siguiente, su mejor amigo se acaba de suicidar, antes de morir discuten por equis razón, y antes de saltar, él los hace culpables por lo que hará —vi como algunos sonreían seguros de sí mismos, en ese momento eran cerca de diez los que se mantenían en el escenario—, el reto aquí, el verdadero reto, será... —Vi la sonrisa de autosuficiencia del maestro y eso me alertó—. Que todas las actuaciones serán diferentes, cada una de ellas
Y con eso se fueron la mitad de los alumnos, en el escenario solo quedaron cinco personas, entre ellos Gloria, la chica rubia que me declaró la guerra con su mirada desde que entré a este lugar
—¿No cree que será injusto para el último? —dije en susurro al maestro.
—No, yo creo que el último será el que puede sobresalir mejor, además de mostrar su alta capacidad de improvisación, entonces creo que él o la última tendrá que ser lo mejor de este día —el maestro se levantó y extendió sus manos—, ¡Acción! —se sentó junto a mí.
Miré al frente muy ansiosa, noté como se miraban entre ellos y pronunciaban palabras mudas, unos señalaban e indicaban; no entendía nada hasta que me di cuenta que se estaban poniendo de acuerdo rápidamente.
Ellos ya se conocen muy bien.
El primero en dar un paso adelante fue un chico de cabello castaño y ojos verdes, se me hacía ligeramente familiar; el chico agacho su cabella dejando que una cortina de cabello impidiera ver su rostro—. N-no —fue cuando escuché su voz que lo identifiqué, es el chico que trabaja en una tienda a la que voy, él fue quien me ayudó a encontrar la clínica—, n-n-no ¡No!
El grito desgarrador me asustó, llevó sus manos en su pelo y dejó entre ver sus ojos los cuales estaban totalmente dilatados y aterrados, su boca hacía una mueca llena de pánico. Se movió lentamente hacia atrás mientras fingía ver un cuerpo imaginario en el suelo.
No podía dejar de ver, pero un mal presentimiento me decía que apartara la vista.
El chico miró al frente y profesó un grito lleno de pánico y se echó a correr fuera del escenario, no fui consiente que retenía el aire hasta que lo solté, el escalofrió que pasó por mi espalda desapareció al momento en el que los presentes comenzaron a aplaudir. Si este fue el primero, no puedo imaginar cómo serán los siguientes.
Después dos chicas pasaron al frente, las jóvenes pelirrojas se miraron, mientras una de ellas caía llorando a los pies de su hermana mientras miraba aterrada a un punto fijo en el suelo—. No, no, no, no, no...
—Calma Freya, cálmate —la voz de la chica que quedó de pie era desgarradora, firme pero retenida—, n-no llores
—¿Cómo quieres que me calme? Si, nos-otros... —La joven que estaba en el suelo, miraba aterrada al frente, sus ojos azules llenos de terror estaban cubiertos por lágrimas, su rostro estaba rojo y su voz era de una pequeña, una voz que lastimaba el alma.
—No, no lo digas —la chica que estaba de pie lloraba en silencio, sus espasmos movían sus hombros mientras que sus manos se mantenían a ambos lados—, no-nosotros no
—Hermana —el lamento de la chica me apretó el corazón, notaba como algunos alumnos a mi alrededor lloraban mientras las miraba—, él, él mu-murió... —la pelirroja que estaba de pie negaba increíblemente rápido—. Mu-murió odiándonos
El grito que profesó la chica que estaba de pie fue tal que tuve que cerrar los ojos, sentía como las lágrimas comenzaban a picar en mis ojos, el dolor de aquel lamento me recordó a la noche de mis padres, cuando los vi en esa escena. Al abrir nuevamente los ojos noté como ambas hermanas estaban en el suelo mientras se abrazaban llorando juntas, era tan cruda y real la escena que me fue imposible seguir mirando.
Al cabo de unos segundos ambas hermanas se pusieron de pie y se inclinaron agradeciendo al público, después se fueron del escenario.
Ahora solo quedaban dos en el escenario, con unas mirabas entre ellos se decidió que el chico pasaría primero.
El joven moreno de cabello negro y corto pasó al frente y miró hacia nosotros; sus lágrimas comenzaron a salir sin esfuerzo, invadían sus mejillas de manera desgarradora. Caminó por el escenario mientras se tomaba la cabeza de forma desesperada, negaba fuertemente—. Ay hermano, pero que hiciste —se detuvo y miraba un punto fijo—, esta culpa me carcome por dentro, este sentimiento de vacío, este horrible... —se puso en cuclillas mientras lloraba cada vez más, era triste verlo de esa forma, se sentía tan real su dolor y no era la única en sentirlo, había varios que se limpiaban las lágrimas derramadas.
>>No po-podre vivir con esto, la... —Se levantó y estuvo en silencio, se notaba que discutía consigo mismo si decir algo o callar—. L-la noche en la que discutimos tenía algo por decirte, pero ¡Diablos! Te fuiste hecho una furia —se hincó nuevamente—, n-no quería que esto pasara, no quería perder a alguien como tú, no después de... —Los lamentos comenzaron a desgarrar mi alma sensible, era un dolor silencioso—, no después de enterarme que eras mí hermano
Escuché varios sonidos de llantos reprimidos después de eso, giré y noté a varias chicas llorar, admito que tenía que repetirme varias veces que solo era una actuación, pero aun así fue imposible no conmoverme.
El joven se levantó y soltó un suspiro, su cara fue seriedad pura al bajar las escaleras y reunirse con los anteriores participantes.
Ahora solo queda una persona en el escenario, nos miró fijamente y sonrió muy segura de sí misma.
Inhaló profundamente, comenzó a caminar lentamente mientras las lágrimas comenzaban a salir—. ¡No, no, no, no! —La rubia colapsó en el suelo mientras miraba a un cuerpo imaginario en el suelo, su maquillaje se corría por las lágrimas derramadas—, no, por favor no... —Su voz estaba llena de dolor—. Po-por qué, por qué tú, mi mejor amigo, mi amor, mi compañero —ella se tomaba del cabello totalmente devastada—, E-Esteban, mi Esteban, no tenías que hacer eso, no tenías que irte de mí, no tenías que —la chica miraba directamente al reflector totalmente desolada.
>>Sabía que algo pasaría, desp-después de que te despidieras de forma, después de que me dijeras que... —Se levantó con hilos de cabello frente a sus ojos—. Que no te podía seguir a todos lados, qu-e no podía estar contigo to-do el tiempo, ahí fue cuando tenía que detenerte, pero... ¡Por mi terquedad! Por mis celos te dejé marchar hecha una furia —comenzó a hacer espasmos incontrolables, debo admitir que sentí un poco de compasión por esa chica—, pe-pero quiero estar contigo, qui-quiero pasar la eternidad junto a ti, quiero ir a donde estas... —la chica igualó a acercar a una especie de cristal a sus muñecas.
—No...
—No, Gloria, no
Varias chicas y chicos comenzaron a gritar que no lo hiciera, aun sabiendo que era actuación, pero ella era buena, muy buena.
La joven se detuvo—. Pe-pero a pesar de querer estar contigo, a-pesar de qu-quererte con mi vida, voy a, voy a... —Se tomó del cabello y limpió sus lágrimas—. Voy a cumplir tu promesa, voy a, voy a vivir, p-por ti y por... —Una lágrima se derraba por su mejilla—. Y por, nuestro bebé
Varias chicas soltaban gemidos de lamentaciones mientras Gloria se tomaba del vientre. Después miró al frente y dio las gracias mientras se iba del escenario.
Solté un suspiro, estaba claro que estos chicos no se andaban con rodeos, es obvio que no pertenezco aquí, que mi lugar estará entre bastidores siendo la ayudante o la que se encargue de las luces; porque no podría actuar con ellos.
Noté como el lugar estaba en silencio, una carga eléctrica de ansia emanaba en el lugar ¿Qué es lo esperan? ¿Acaso es una especie de ritual? ¿O siempre son tan melodramáticos que dejan momentos en silencio para dar énfasis a lo que acaba de pasar?
Después de un minuto noté como las luces comenzaban a atenuarse poco a poco, algunas luces comenzaron a parpadear, pero estaba segura que solamente yo lo notaba, miré al fondo del escenario y lograba sentir la presencia de una persona, pero la energía de dos, como si el segundo sujeto solo hubiera llevado una parte de él junto a la otra persona.
Después de unos segundos se comenzaron a escuchar aplausos, pero solo los aplausos de una persona, miré al maestro quien se notaba ansioso mientras tenía una mano en su barbilla, no sabía que era lo que sucedía. La silueta de una persona con capa se encontraba entre las penumbras del escenario, los vellos de mi nuca se erizaron al recordar la visión, esa persona también llevaba una capa.
Los escalofríos se adueñaron de mi columna vertebral, mis latidos comenzaron a sonar en mis oídos, mi respiración se atoró en mi garganta, mi corazón se estremecía por miedo y ansiedad al imaginar que Stefano se encontrara fuera de mis sueños, que fuera real, de verlo y poder estar con él, sentirlo.
—Valla, valla, valla —esa voz, se me hacía tan conocida, sentía que no era la primera vez que la escuchaba—, quien sino tú para causar tanta lastima, gran pedazo de basura... —su voz despectiva estaba llena de molestia y arrogancia, poco a poco salía de la oscuridad—. Realmente no creía que fueras tan cobarde, tan desgraciado y tan despreciable —lo único que podía sentir hacía esa persona era desprecio, sabía que estaba haciendo el mismo ejercicio que los demás, pero esto era algo muy diferente, algo cruel. Término por estar totalmente a la luz, el chico tenía el típico traje del fantasma de la ópera con media mascara cubriendo su rostro.
>>Ahora por tu gran acto de infamia, todos piensan que fui el culpable, que yo te lleve a esto, pero lo que ellos no entienden es que un cobarde será un cobarde sin importar que suceda. El final era inevitable, tarde o temprano terminarías de este modo, solo tú podías hacer algo peor que la muerte ¡Acabas de condenar tu alma! —Su capa se movía mientras camina alrededor de lo que interpretaba un cuerpo, su voz era grave y elevada—. Pero te cuento mi pequeño secreto... —La risa con la que había dicho esa frase hizo que mi desprecio creciera más—. Sabía que mis palabras te llegarían, sabía que seguías siendo el mismo débil de siempre, sabía que terminarías haciendo tal trampa, una trampa que te llevará directo al abismo... —El sujeto comenzó a carcajear.
>>—Ansiaba ver como día y noche el miedo te carcomía por dentro, ¿Y sabes qué? No me arrepiento de nada, no tengo pesar en mi negro corazón, no temo a mi juicio final, porque al final me siento mejor, es como liberarse de una carga, de una sombra que siempre estaba a merced de mí. Ya no te soportaba, ya no podía verte ni un día más, ya no quería que estuvieras con vida. Pero no te preocupes, pronto nos volveremos a ver —el joven se acercó al final del escenario mirando directamente al reflector—, adiós amigo mío, adiós sombra de una vida, adiós infame cobarde, adiós... compañero del infierno
Todo el auditorio guardo silencio, miré al maestro quien se levantó y comenzó a aplaudir, seguido de todos los demás; todo el grupo estaba de pie viboreando la actuación del chico; todos menos yo, no podía gratificar tal porquería de comportamiento, así que me quedé sentada.
El sujeto comenzó a inclinarse agradeciendo a los presentes, con su brazo extendido y el otro en su estómago daba una reverencia llena de arrogancia que no podía soportar. Pero se detuvo a media reverencia, me miró fijamente y logré entre ver una sonrisa, una sonrisa que no me gusto para nada.
Crucé mis brazos con desprecio mientras que el chico se ponía de pie, una de sus manos viajo hasta el nacimiento de su cabello, justo en donde empezaba su máscara y poco a poco comenzó a bajarla.
Me quedé con la boca abierta al ver quien estaba bajo el disfraz.
Con razón tanta arrogancia en su voz.
Elmaldito actor era Leo.
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