Capítulo 21 "Wow ¿Qué? (Parte 1)"

     —Nunca me vuelvas a tocar, en tu vida

     —Sí que eres todo un caso —la ira de Leo ya no era la misma, aún estaba serio pero me miraba con suavidad—, te dije que no fueras una gatita desobediente pero pasó todo lo contrario, la próxima vez no vuelvas a llevarme la contraria, sé lo que es bueno para ti así que no lo eches a perder...

     —Tu que sabes de lo que me conviene o no

     —La verdad, eso es lo que quieres ¿No?, pues esa barracuda no te la dirá

     —¿Cómo lo sabes?

     —Créeme, experiencia propia, así que confía en mí y no se te ocurra decirle lo que pasó en el baño el día de ayer —su mirada era totalmente seria, sabía que no bromeaba.

     —¿Y qué pasaría si no lo hago? ¿Te atreverías a golpearme?

     Leo rio un poco—. Nunca aría tal atrocidad, pero las consecuencias de hablar sobre lo que sucedió en el baño, serán mucho peor que una simple celda acolchonada

     El rubio se acercó mucho a mí, su mano se acercaba lentamente a mi rostro y tomó un mechón de mi cabello colocándolo detrás de mi oreja. Su mirada era seria y penétrate, el dorso de su mano rozó con mi mejilla causándome sensaciones que sabía que no eran correctas.

     —Te dije que no me vuelvas a tocar... —le azoté la mano mientras lo miraba molesta y confundida, ¿Cómo era posible que un chico como él me ponga de este modo?

     Leo soltó una carcajada—. Sí que eres extraña —Leo se cruzó de brazos—, mientras otras chicas me suplican que las toque, tú simplemente me lo prohíbes

     —Porque no soy estúpida, no me dejo llevar por el instinto y yo si pienso

     Leo se acercó lentamente hacia mi impidiéndome mover un solo musculo.

     —Por favor no lo hagas —su voz era grave y llena de pasión, sus ojos me miraban totalmente dilatados, causando que mis mejillas se sintieran calientes—, por favor deja de pensar y que te guíen tus instintos, por favor déjame tocarte

     El aire abandonó mis pulmones pero la razón me hizo despertar de ese trance que el chico me puede causar.

     —Ni lo sueñes —Leo me miró confundida—, conozco a los de tu tipo y nunca estaría con alguien que no toma las cosas con seriedad

     Me giré caminado fuera de su alcance, volteé a verlo pero me arrepentí; porque solamente me topé con una expresión llena de tristeza.

* * *

     Caminaba sin rumbo totalmente confundida, era obvio que todo mundo sabía que era lo que me pasaba menos yo, pero aun cuando sé que otra persona me podía decir, no me podía fiar de ninguno de los dos. Ya no me podía fiar de nadie, ni siquiera de mí.

    Noté como había muchos alumnos en los pasillos, miré la hora en mi celular y caminé hasta servicios escolares.

     —Buen día —la secretaria estaba tomando un café mientras me miraba—, me gustaría saber por dónde está el club de jardinería ¿No tiene una especie de mapa?

     Noté como se escuchaban unas pequeñas risas detrás de mí, giré para comprobar que algunos chicos me miraban.

     —Lo siento, pero nosotros no tenemos algo como eso —me dijo la secretaria sonrientemente.

     —Bueno, ¿Cómo puedo llegar allí?

     —Puedes pedirle a algunos de tus compañeros que te enseñen el lugar

     ¡Claro! Como les agrado a todos, se me hará muy fácil.

     —¿No puede mostrarme el camino alguien de administración?

     —Lo siento señorita pero nosotros no podemos servir como guías del instituto

     —Muchas gracias —dije molesta, no puedo creer que ahora no llegaré a tiempo a mi club.

     —¿Por qué no nos preguntas por dónde está el club de jardinería? —la voz de un chico entre risas hizo que me girara.

     —Si —otro joven junto a él habló de manera muy cruel—, ¿Qué acaso no crees que tengamos el coeficiente intelectual para hablar contigo?

     Los miré incomoda tratando de negar sus acusaciones—. Nunca diría es...

     —Pero sí que lo piensas —afirmó el primer chico.

     —No crees que merezcamos hablar contigo

     —Presumida cerebrito —las lágrimas querían salir pero no iba a permitir que me afectaran, no frente a ellos—, sigue con tus altanerías y te quedaras completamente sola, en esta escuela no hay nadie quien quiera pasar tiempo contigo

     —Mucho menos ser amable

     Sabía que era verdad, sabía que nadie quería hablar y todo por no quedarme callada, debí de guardar silencio durante las clases, debí dejar de alzar la mano, debí de dejar de responder; debí de haber fingido que no sabía nada.

     —Por eso nadie quiere que estés aquí, nadie quiere que les hables, nadie quiere ser tu amigo

     —Pues yo si —Jabel apareció detrás de mí totalmente seria y sin ninguna cálida sonrisa—, yo si quiero acompañarla a su club, quiero ser amable con ella y quiero ser su amiga

     Me giré sorprendida y aliviada de que en esto no esté sola—. Jabel. —Ella me miro y sonrió como siempre lo hace.

     Los dos chicos se miraron entre si y comenzaron a reír, solamente que uno de ellos lo hacía por obligación hasta que guardo silencio.

     —El dúo dinámico

     Mordí el interior de mi mejilla, estúpidos. —Muéranse

     —Era más que obvio que las marginadas del instituto se juntaran —el otro chico que ya se había callado solo miraba avergonzado a Jabel.

     —Ya para John... —le decía al que no paraba de reír.

     Él solo lo apartó con un manotazo.

     La arrogancia y la ignorancia se unen —mi ira crecía cada vez más, no iba a permitir que trataran de esa forma a la persona más dulce que he conocido en mi vida.

     —Jabel no tiene nada que ver aquí —dijo el que se mantenía callado.

     —No porque sea amigable con todo el instituto y la mayoría la quiera, significa que deje de ser un chicle mal pegado —notaba a Jabel cada vez más insegura, comenzó a caminar hacia atrás—, lo tuyo ya estaba olvidado, y puede estar olvidado

     —John...

     —Solo aléjate de la maldita...

     Esa era yo, se refería a mí.

     El otro chico volteó hacia nosotros y miró a Jabel sonriendo cálidamente.

     —Te conozco desde hace mucho, no dejes que una chica haga que la escuela te odie, no lo vale

     Odiaba como hablan como si yo no existirá, pero más que odio sentía dolor al ver como se expresaban hacia mí en mi cara.

     —Si Jabel, no la defiendas ni nada, eso puede perjudicarte y nadie en el instituto quiere tratarte mal

     —Pues no lo hagan —fue cuando encontré mi voz y todos me miraron fijamente

     —Nadie pidió tú opinión, cerebrito

     —Ya basta con eso —comencé a caminar hacia la puerta mientras escuchaba como Jabel trataba de defendernos—, si la solución a todo este juego inmaduro de ustedes dos, es no hablarme, bien... —yo ya no miraba a nadie, estaba lista para deambular como la persona sin alma que soy—. No me importa, solo dejen de herir a gente que no lo merece y no se preocupen —esto me lastimaba más de lo que quería—, yo no me acercaré a ella

     Salí confundida y lastimada, no podía creer que alejarme de Jabel me causara demasiado dolor, acababa de dejar a la única persona que podía considerar mi amiga. Caminaba por los pasillos lista para dar fin a la estúpida fantasía que creía que podía tener, la amistad.

     Como sea trataré de encontrar mi club de jardinería, pero sabía que iba a ser casi imposible, además de llegar tarde era muy probable que me perdiera; aunque podía pedirle a alguien que me mostrara el camino, pero eso significaría perder mi dignidad.

     Por nada del mundo le pediré ayuda a Leo.

     Resignada estaba lista para darme por vencida.

     —¡Alto Iridia! —Me detuve extrañada al escuchar la voz de Jabel detrás de mí—. Vas en camino contrario, ven acompáñame, te mostraré

     Notaba como estaba agotada, podría jurar que trato de encontrarme lo más rápido posible.

     —No Jabel...

     Vi el dolor en su mirada.

     —No hagas caso a nada de lo que escuchaste, a nada de lo que dijeron esos dos tontos

     —Ellos no son los únicos, todos piensan igual

     —Entonces todos son tontos, pero no te dejaré de hablar

     —Créeme, será mejor para ti que me mantenga alejada

     —Ni te atrevas

     —Pero...

     —Si es por los que dijeron los demás, no me importa, ellos no saben nada

     —Pero no quiero que sufras, no quiero que te molesten por mi culpa, no quiero que seas la que pagué las consecuencias de mi deseo egoísta —antes de darme cuenta ya estaba diciendo cosas que solo las guardaba para mí, las lágrimas se acumulaban en mis ojos y mi voz se fue haciendo un susurro—, ahora solo soy un peligro, solo puedo causar problemas y no solo socialmente —ella no sabía a lo que me refería, pero si mis teorías eran ciertas, significaba que era el blanco del asesino de mis padres—, pero...

          >>Los ojos de Jabel me analizaban y me regalaba una de las cálidas sonrisas que me hacían recordar tanto a mi madre—. Sé que no será fácil poder seguir hablando conmigo, pero no puedo simplemente dejar de querer una amiga, sin importar qué, te protegeré de lo que digan o lo que hagan, ahora tengo alguien que aprecio después de mis padres y no dejare que nos hagan daño, sé que suena egoísta pero...

     —Yo también quiero ser egoísta —miré a Jabel sorprendida—, sabía muy bien las cosas que podrían pasar al hablarte el otro día, sin embargo también sé que eres una buena persona y serás una buena amiga y con eso me basta... —se aceró a mi muy contenta—. Y me alegra saber que pienses de la misma forma que yo, porque así será menos vergonzoso que me rechaces una y otra vez

     —Nunca lo haría

     —Gracias —el alivio en la voz de Jabel me lastimó—, amiga

     Le sonreí—. Ahora, amiga —me puse a su lado y la tomé del brazo—, ¿En dónde está mi club?

     —Acompáñeme señorita

     Y caminamos riéndonos por el pasillo.

* * *

     Jabel y yo nos separamos para poder entrar a nuestros clubs correspondientes, y ella tenía razón; el invernadero era realmente hermoso, además de grande, las flores que habían allí eran extrañas y hermosas; tenían varias mesas y sillas para los alumnos, miles de herramientas para el cuidado de las plantas, las ventanas eran grandes y estaban en la parte de arriba.

     Era como una jaula de la naturaleza, sin contar con los metales negros que los limitaban, un par de puertas llevaban a dentro del instituto y otro par, directo al bosque. Era el paraíso, increíblemente fresco y natural, me encantará pasar mi tiempo en este lugar, no me arrepiento de elegirlo.

     Excepto por todos los alumnos que estaban mirándome mal, solté un suspiro de pesadez y resignada me fui a una de las largas mesas de flores y macetas que habían en el lugar.

     —Muy buenos días —dijo un maestro con ropa de campo muy elegante—, ya pasamos por las presentaciones, así que ahora los proyectos

     Agradecí al cielo por no tener que presentarme ante el grupo, en los talleres había personas de diferentes grados y note a varios de primero.

     —¿Vamos a cuidar una planta? —dijo un chico de cabello negro con mechones de colores.

     —No tan fácil ni sencillo —el maestro se acercó a nosotros y nos entregó una pequeña maceta—, tendrán que buscar el mejor complemento para esta flor, sus significado y el lenguaje... —Me sonrió al pasar y me pidió que me sentara—. Van a tratar de hacerla la más hermosa de todas, hablaran de ella y eso será su primer proyecto, tendrá que estar listo la proxima

     —Eso es muy pronto maestro

     —Pues yo les recomiendo que empiecen desde ahorita...

     —Pero está vacía —dijo una chica mientras escarbaba dentro de la maceta.

     —Si me dejaran terminar, con gusto les explico —el maestro se fue nuevamente al frente del grupo—, en esta hora, antes de irse a casa, van a escoger una planta de este invernadero, esa flor no debe de repetirse entre sí y cuando la elijan van a traspasarla cuidadosamente a su maceta

     Varios alumnos soltaron sonidos de emoción y sorpresa, yo sonreí al ver que hermosa tarea íbamos a realizar.

     —¿Cuándo vamos a empezar? —el chico anterior de cabello negro dijo entusiasmado.

     —Ya pueden comenzar

     Varios empezaron a buscar por todas partes en el invernadero, yo estaba nerviosa de buscar una linda planta con bonito significado ¡Pero no me van a dejar ninguna! Todos estaban tomando las flores más hermosas.

     Noté como varios tenían un libro de pasta dura, leían y buscaban las plantas, supuse que era el lenguaje de las flores.

     "—Tu favorito"

     ¿Mi favorito? Aquella voz suave y aterciopelada volvió a hacer presencia. Y aunque quería volverla a sentir tal como antes, sabía que nunca fue ni será mía; sino de Roshbell. Pero lo que decía era vedad, no me gusta botánica, pero siempre me pareció interesante el "significado" que se le puede dar a las flores y como puedes expresar lo que sientes al regalarlas.

     Por una extraña razón recordaba miles de significados y flores, como cuando te leen un cuento desde pequeña y lo guardas en tu memoria, pero eso no puede ser cierto, al menos no del todo.

     Caminé en busca de cualquier flor que mis compañeros no hubieran ya tomado, para mi suerte había muchas. En la esquina de una de las mesas vi un resplandor blanco que llamo mi atención, me acerqué lentamente temiendo que algo raro pasara, pero no fue así, sino que lo único que hice fue tomar una decisión.

     La flor que tomaré será un crisantemo blanco.

     Al final de la clase teníamos que mostrar al maestro la flor que habíamos escogido, yo fui la última en pasar.

     —¡Un crisantemo! —El maestro miró la flor por un segundo sonriendo—, ha elegido con sabiduría señorita Delacour, no me esperaba menos de usted

     —Gracias maestro

     Sonreí y caminé a la salida, al pasar por el par de puertas me percaté de que los demás alumnos escucharon lo que dijo el maestro y por una extraña razón me miraban de mala forma. No iba a quedarme mucho tiempo aquí, tenía que irme.

     —No tan rápido —escuché la voz de una chica con una flor muy brillante entre sus manos.

     —No vallan a empezar chicos —el joven de antes de cabello negro con mechas de color, estaba al final del pequeño grupo—, no hay que meterse en problemas

     —No te metas Tom, solo vamos a poner en cintura a esta chica

     —Yo no les he hecho nada —me defendí.

     —¿Segura? —otra chica me miraba molesta—, desde que entraste te has creído la mejor de esta escuela, pues para tu información no eres la más lista ni nada por el estilo

     —No me considero de esa forma

     —Pero si te has comportado como una altanera de lo peor —eran varios los que me estaban cerrando el paso—, en esta escuela hay muchos que te superan en muchas cosas, y no te vamos a dejar que te creas superior a los "inalcanzables", ellos solamente son los únicos que están por encima de nosotros y de ti —esto ya no tenía sentido, ya no entendía de lo que estaban hablando—, así que deja de comportarte como una cerebrito altanera y egocéntrica, no dejas de aprovecharte de todas las situaciones

     —¿Qué situaciones? —se quedaron callados por un segundo—, ni siquiera saben porque me están acusando, solo están diciendo palabras por palabras, no saben ni el motivo por el cual me odian

     —Nadie te ha dicho que hables

     —¿Van a juzgarme sin siquiera poder defenderme? Quien es el aprovechado ahora

     —No vamos a tolerar que una niña como tú se logre defender de nada, primero tratas de seducir a uno de los "inalcanzables" tratando de molestar a nuestra reina del instituto, y después quieres sacar mejores notas que las gemelas, eso no lo vamos a tolerar, eres la nueva y por lo tanto tienes que trepar poco a poco

     —Es lo que estoy haciendo, pero ustedes no me dieron oportunidad

     —Y no te la daremos, no lo mereces

     —Yo nunca les he hecho daño, no es mi intención, ni mucho menos quiero hacerlos sentir o quedar mal

     —Pues lo estás haciendo, no te soportamos, esos andares llenos de arrogancia, esa ropa de adulta cuando solamente eres una cría, esa seguridad al contestar creyendo que siempre es correcto

     —No es su culpa que sean unos estúpidos —pero yo no hablé.

     Todos se quedaron callados y yo simplemente abrí los ojos como platos.

    Ahora si me matan.

    —Que perra —una de las chicas se abalanzó hacia mí, yo retrocedí rápidamente y al hacerlo choqué contra el pecho de alguien.

    —No te atrevas a tocarla

     Fue cuando identifique esa voz.

    La chica se detuvo al instante y profirió un grito de sorpresa, porque detrás de mi estaba Leo.

    —Pe-pero...

    —Ya les dije, no quiero que nadie la toque

    —Pero trató de seducirte, en el baño, todos ya lo sabemos —mierda ahora toda la escuela creé que soy una chica fácil—, no vamos a dejar que se salga con la suya

     —Yo fui quien provocó lo del baño, ella ni siquiera quiere tocarme, así que por favor dejen ese asunto olvidado —Leo me acarició el cabello—, me debes una, gatita —y se fue.

    Nadie pudo decir nada por unos minutos, fue cuando aproveché para escapar.

     —No tan rápido chica —sabía que no todo podía salir bien, simplemente me detuve pero no giré—, esto no se acaba así, ahora que eres una de las chicas que quiere Leo y que lo rechazaste, eres una aberración para todas nosotras en todo el instituto, ¡Ah! Otra cosa... —la chica hizo una pausa mientras yo la miraba por encima de mi hombro y noté unas pequeñas llaves en sus manos—. El profesor me encargo de abrir el club para tomar las demás flores que necesitamos para terminar el proyecto, me temo que tu maceta no estará completa

    Y me fui lejos de allí.

* * *

    —Creía que te habías arrepentido y que ya te habías ido a tu casa dejándome sola en el aparcamiento de este instituto que por las noches da muy mala espina

    —Nunca haría algo así —le pedí a Jabel que me siguiera para ir al coche.

    —¿Estas bien?

    —Sí, solo llegué tarde porque me distraje al terminar la clase

     —¿Alguien te hizo algo? —la calidez de la voz de Jabel fue remplazada por la ira, una ira que no tenía que sentir pero que a la vez le caía bien.

    —No, no te preocupes

    —Porque si fuera así, te juro que la pagaran muy caro, ya tuve suficiente con las estupideces que dijeron esos dos idiotas en la mañana

    —Gracias

    —¿Por qué?

    —Por defenderme y no dejarme sola

    —Desde ahora eres mi amiga, nunca te dejaré sola ante tal cosa

    —Gracias

    —Ya basta de agradecimientos, si lo dices una vez más te golpearé

    Reí al momento en el que subíamos al coche—. Está bien, no quiero toparme con tu puño del mal

    —Sabía decisión —comencé a manejar en dirección a la cabaña—, y dime ¿Te gusto el club?

     —Me encanto —dije sin dejar de mirar al frente—, por suerte no tuve que presentarme, pero ya nos dejaron el primer proyecto. —Señalé la planta que estaba en el asiento de atrás y me dispuse a explicarle en qué consistía toda la tarea.

     —Que adorable proyecto, nosotros solo nos encargamos de trazar y crear vestidos con diversas temáticas, pero temáticas muy aburridas, además de crear los vestuarios de las obras del club de teatro, pero nada relevante, por cierto tu tarea será increíble sobre todo por el significado que le puedes dar

     —Pero si crear vestidos y ropa es realmente increíble, me encantaría aprender algo tan genial, así poder evitar ir de compras y todo ese tipo de cosas —comenzamos a reír—, y pues lo del significado de las flores, fue lo más divertido, por suerte nadie había tomado esos crisantemos

     —Por cierto, ¿Qué significan?

     —Sinceridad

     —Como tú —sonreí alegremente mientras Jabel disfrutaba del paisaje, me alegra haber elegido correctamente a mi primer amiga.

    Al llegar a las rejas de color negro, noté como Jabel se ponía un poco tensa.

     —Nunca creí que llegaría a cruzar estas puertas

     Me detuve un momento y noté la mirada incrédula de la castaña—. No hay nada de qué preocuparse, te lo aseguro

    —No te preocupes, no tengo miedo —sonrió alegremente—, ya no

    —Te creo. —comencé caminar y las puertas se abrieron.

    —¡Increíble! Tienes rejas automáticas

     —Sí, es... más fácil

     Pero yo no las tenía, para abrir las rejas se tiene que hacer manualmente, pero esta vez solo se abrieron.

     Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. No pasa nada, no pasa nada, no pasa nada. Seguí manejando hasta llegar a la cabaña.

     —¡Wow! —exclamó Jabel asombrada—. Es realmente hermoso este sendero, no sé porque lo veía como algo terrorífico —bajé la ventanilla del coche para que Jabel viera mejor—, se puede respirar armonía y paz

     —Es lo que le he tratado de mostrar a las personas, este sitio es mi hogar y es el primer lugar en el que me siento totalmente segura —ella me sonrió mientras conducía, estacioné mi coche frente a la cabaña—, bienvenida a mi casa

    Jabel salió entusiasmada mientras yo aseguraba el coche—. ¡Es realmente hermosa! Nada comparada con mi casa, o sea mi casa es más grande pero, no quiero decir que la tuya no la sea no la estoy menos preciando sino todo lo contrario —hizo una pausa y respiro profundo, la había visto hacer eso cuando quería reordenar sus ideas—, lo que quiero decir que es acogedora e increíblemente hermosa

     Espera a verla desde adentro —caminé con las llaves en mano y antes de llegar a tocar la perilla de la cabaña, ésta se abrió, contuve un grito y lo ignoré. No quería asustar a mi nueva amiga.

     No me asusté mucho, pues sabía que no era nada malo, la energía que despedía cada acto "paranormal" no era mala, ni mucho menos. Era cálida y alegre, como el joven pelinegro con ojos de esmeralda.

    —Wow, wow, wow... —Jabel pasó delante de mí y se quedó asombrada en medio de la puerta—. Es tan genial

     Comencé a reír—. Toma asiento, voy a la cocina

    Jabel fue hacia la sala y entonces caí en la cuenta de que no había hecho la despensa, aun la iba a hacer hoy por lo tanto no tenía nada para ofrecerle a Jabel. Mierda, tenía que haberlo pensado antes de invitarla, ni modo que solo le dé agua.

    Caminé hacia la cocina resignada, fue entonces que pensé que sería buena idea mandar a pedir una pizza, es lo que comúnmente comen los jóvenes cuando están en casa de sus amigos. ¡Si! Eso será. Al momento de caminar hacia el teléfono que estaba por la escalera, escuché a mis espaldas un ruido, temía que algo raro pasara en mi casa mientras estaba Jabel, no lo iba a permitir. Giré decidida a enfrentar lo que fuera, pero esta vez solo vi cómo se abría la puerta del refrigerador.

    Caminé lentamente hasta él para cerrarla nuevamente, suspiré y tome la manija en mis manos, y entonces lo vi.

    Justo en medio del refrigerador había una gran charola de fruta, charola que yo no tenía, charola que se supone no existe pero la tenía frente a mí, charola que tenía un mensaje en pergamino.

    "Me alegra que tengas una amiga, lindura"

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