Capitulo 2
"Algún día cuando menos te lo esperes, iré por ti.- Muerte."
[
.]
Sabía que algo malo iba a pasar…
Lup-dub…
Realmente hubiera deseado con todas sus fuerzas el haberse equivocado esta vez…
Lup-dub…
Pero esa es la cosa…
Lup-dub…
…Tuvo razón esta vez…
Bang!
La bala termino en la pared al lado de su cabeza, su oído izquierdo zumbaba y ardía al estar ten cerca del impacto un poco más y tendría una bala en la cabeza, Elizabeth estaba esquivando lo mejor que podía las balas.
Bang! Bang! Bang!
Podía escuchar a lo lejos los gritos de su madre quien al igual que ella estaba escondiéndose y así evitar que le dispararan, su "padre" estaba ebrio y más violento de lo que nunca lo había visto en su vida, no sabía que había pasado para que estuviera así…
Bang!
La peliroja grito al ver como un pedazo del sofá del que estaba escondida se destrozaba.
No sabía que paso para que estuviera así pero si sabía que era mejor moverse antes de que una de esas balas le diera!
-¡James, no!- La voz de su madre la hizo casi salir de donde estaba.
-T-T-T-Tú~ M-M-Mal-Maldita Puta!-
Bang!
-¡Aaaahhh!-
Desde donde estaba la ojiazul pudo ver a su "padre" tambaleándose hacia su madre, quien estaba escondida cerca de la cocina evitando la ira de su pareja sus pisadas eran torpes y pesadas resultado del alcohol que estaba en su sistema en aquellos momentos, Elizabeth respiraba agitada su corazón latía desembocado casi queriendo salírsele del pecho y gotas de sudor bajaban por su cabeza, sus ojos azules vieron horrorizados como ahora James tenía la pistola con la que le apuntaba a su madre en el pecho con una mano y con la otra sostenía a su madre.
-James…- Su madre estaba aterrada y fue allí cuando ya no lo soporto más, tomando valor vio a lo lejos una botella de licor tirada en el suelo y tomándola lo más rápido que pudo ataco sin pensar a su padrastro.
-E-E-Es~Esto es tu culpa! S-S-Si no… si no fuera po-por ti ni por tu bastarda! N-N-Nada de esto estaría pasando…!- El pelinegro no pudo terminar de hablar cuando el impacto de una de sus botellas de ron impacto en su cabeza, dejando libre a la peliroja mayor.
-¡No toques a mi mamá!-
Todo en ese lugar era un desastre, un James ebrio ahora sangrando de la cabeza y más enojado que nunca golpeo a la más joven con su arma dejándola en el suelo, provocando que Alicia saltara en defensa de su hija intentando arrebatarle el arma.
-¡No la toques!-
Paf!
El sonido del golpe resonó en el lugar, ciego de la ira James empezó a descargar toda su furia en la mujer quien gritaba de dolor al recibirlos, Elizabeth con dificultad empezó a levantarse pero un golpe en la boca del estómago la dejo sin aire en el suelo dejándola impotente escuchando los gritos de su madre.
Estaba indefensa, ya que sabía que ella sería la siguiente en recibir la ira de él.
[.]
El sonido de sirenas hizo eco por todo el lugar, los vecinos habían escuchado los gritos y los sonidos de los disparos hicieron evacuar todo el complejo de apartamentos mientras la policía llegaba.
Cuando la policía tiro la puerta, vieron a un hombre con una pistola y con sangre en su ropa no dudaron en sacar sus propias armas y apuntarle.
-¡Al suelo ahora!-
-¡Tira el arma!-
Dejando a James en el suelo para esposarlo, vieron a dos pelirojas golpeadas y con sangre saliendo de ellas.
-Mierda. Aquí patrulla 3018, necesito una ambulancia ahora mismo.-
La peliroja mayor temblaba muy levemente, uno de sus ojos estaba cerrado por lo hinchado que estaba la sangre salía de su cabeza y boca, tosiendo gotas de sangre se volteó y su ojo azul se fijó en el cuerpo tirado de su hija donde pudo vislumbrar en su ropa estaba manchada de rojo, lo que hizo que gotas saldas salieran de él. Escucho voces de personas pero su cuerpo dolía tanto que no podía enfocar en las palabras que decían, el dolor solo iba en aumento y pronto empezó a sentir mucho frío casi sentía parte del cuerpo entumecido.
Todo empezaba a volverse oscuro, y solo quería descansar. Estaba tan cansada…
-Eliza...beth…-
Su ojo azul empezó a opacarse hasta quedar con la mirada perdida en su hija, la luz se había ido y ya no parpadeaba. Se había ido.
La peliroja menor estaba tratando de respirar, respirar se había vuelto una tarea casi imposible y sentía un horrible ardor en su cuerpo, el sabor a cobre de su propia sangre era asqueroso a su paladar y le daban ganas de vomitar temblando levanto sus manos y las vio totalmente manchadas de su propia sangre, Elizabeth tenia golpes en la cara de su boca salía sangre y su nariz sangraba resultado de un puñetazo en el rostro.
Su cuerpo temblaba y apenas podía moverse, desesperada movió sus piernas para así levantarse pero solo logro moverlas. Se sentía indefensa. Estaba indefensa.
El dolor era demasiado, ya que empezaba a perder la conciencia pudo escuchar voces pero a sus oídos eran simples ecos. Gotas saladas empezaron a salir de sus ojos y sintiendo su cuerpo entumecerse sonrió pensando que era el fin.
-Terminara pronto… terminara pronto…- No sabía si esas palabras eran sus pensamientos o si las había dicho, pero una sonrisa amarga estaba en su cara.
Y lentamente cerró los ojos, escuchando el sonido metálico de algo y más ecos.
[.]
-¡Hay que llevarla a la sala de urgencias! ¡Rápido!- Un grupo de paramédicos empujaban una camilla donde estaba una adolescente peliroja, quien estaba con una bomba de aire manual en la cara siendo lo único que lograba hacer que el aire entrara a sus pulmones.
El ajetreo y los gritos del equipo médico resonaban por los pasillos, el calor del verano y el ahora tener que salvar la vida de alguien tan joven solo hacía que el ambiente fuera insoportable, el hecho de ver como parecía que el cuerpo de dicha joven parecía ya resignado a morir no ayudaba en nada.
[.]
El rayo rompió el cielo, una tormenta se acercaba.
Alexander salto al escucharlo, dirigiendo su mirada a su ventana vio como el cielo empezaba a nublarse cada vez más, una sensación amarga estaba en la boca de su estómago y una sensación incomoda estaba en sus entrañas.
[.]
Peggy se secó el sudor con la palma de su mano, la futura lluvia solo había hecho el calor más insoportable frunciendo los labios bajo las escaleras en dirección a la cocina, algo frio ayudaría mucho en esos momentos, pero parecía que no era la única que pensaba eso ya que vio a sus hermanos también sacando todo lo frio que hubiera en el refrigerador.
-Oh vamos…-
-Hola Peggy.- Un saludo de uno de sus hermanos mayores con varias paletas heladas que estaba muy segura, eran suyas solo la hizo fruncir el ceño.
-Pip, espero no sean mis helados los que tienes allí.-
-Esperas demasiado, Peggy.- La voz de su hermana mayor solo la hizo confirmar eso.
-Creo que tienes razón, Angie.-
[.]
Fueron días de lluvias donde en ningún momento se detuvieron. Día y noche, el agua no ceso de caer y el sonido de truenos resonaba en cada momento.
Una figura encapuchada caminaba, botas específicas para la lluvia de color azul evitaban un resbalón. Dirigiéndose a una casa en específico no se perturbo cuando un trueno rugió de forma inesperada, tocando el timbre espero pacientemente en ningún momento la capucha revelo su rostro.
La puerta se abrió para así mostrar a un moreno de risos atados en una coleta, quien sonrió de inmediato.
-Angélica, pasa John estaba pensando que no vendrías.-
-Gracias, Laf.- Quitándose la sudadera la dejo en el perchero y vio a su grupo de amigos quienes estaban en la sala de estar dejando ver a una joven de piel morena, ojos cafés y cabello ligeramente rizado.
-¡Angie!-
-Ya era hora.-
-¡BRRRAH!-
-Hola chicos, la lluvia evito que viniera antes.-
-¡Excusas!- Dijo cierto pecoso de cabello rizado.
-Como sea, que película vamos a ver.- Se sentó en el suelo junto a un moreno de gorra, quien estaba comiendo palomitas. –Y por cierto, ¿Dónde están Adrienne, Theo y Sally?- Pregunto al no ver a las otras chicas del grupo.
-Esperábamos que vinieras para así escoger, Adrienne y Theo se enfermaron de gripe y Sally dijo que tenía que permanecer en casa porque sus padres salieron hoy, eres la única que pudo llegar.- Alexander encendía la televisión para así empezar la discusión sobre que verían hoy.
-Bueno, esperemos que cuando las lluvias pasen Adrienne y Theo se recuperen, es una lástima que Sally no viniera ella sabe de buenas películas.-
-Bueno mes amis, lo mejor será empezar nuestra maratón de películas.- Dijo el francés colocando sobre la mesa la comida para empezar. Justo antes colocar la película que habían escogido la morena dijo.
-Oye Alex, escuche que tus padres han estado ocupados.-
El mencionado vio a su amiga más cercana y levantando los hombros dijo.
-Sí, los llamaron una noche y desde eso han estado ocupados llenando papeleo.-
-¿Papeleo? ¿De qué?- John vio a su novio curioso.
-No lo sé, pero mamá dijo que me lo diría pronto. Debe ser importante ya que no me dicen que es, y papá incluso ha estado recibiendo muchas llamadas que no puedo escuchar.-
-Mmm, mamá me menciono eso pensé que podrías al menos saber algo, ya que dijo que la señora Washington tenía algo entre manos.- La morena vio al de pelo liso quien pensativo se rasco la barbilla.
-Debe ser muy importante ya que ahora está recibiendo muchas llamadas.-
-Sea lo que sea, te lo dirán cuando sea e momento.- El rizado comento tomando de la mano al más bajo.
-¡BRRRAH! Pasará lo que tenga que pasar Lex.-
-Concuerdo con Hércules, mes chers amis disfrutemos la película.- El de cabello rizado y piel morena se sentó al otro lado de Angélica y así el grupo de amigos se dispuso a disfrutar la película.
-Oigan por cierto, ¿Qué película vamos a ver?- Dijo Angie.
-¡El cien pies humano!- Dijo Hércules gritando con una sonrisa.
-¡AAAAAHHHHH!- Grito John abrazando a Alexander quien se había puesto blanco del susto mientras Lafayette estaba tapándose los ojos.
-¡NOOOOOOO!- Grito la morena con su rostro tornándose verde.
-¡BRRRAH!-
Desde ese día todos acordaron que no volverían a dejar que Hércules escogiera la película, no querían volver a quedar traumatizados o tener que vomitar cada cinco minutos con esa película infernal.
-¡ARRANQUENME LOS OJOS! ¡YA NO PUEDO SEGUIR VIENDO ESO!- John estaba totalmente del color de la tiza por lo blanco que estaba, sus pecas eran manchas grises en su piel y estaba por ir a la cocina para cumplir su misión pero su dulce novio se lo impidió.
-¡Ni lo pienses Laurens! ¡Aquí todos vamos a sufrir parejo!-
Sin duda alguna, Hércules tenía prohibido escoger películas desde ahora.
[.]
Estaba cansada.
No…
Esa palabra se quedaba corta en esos momentos, en realidad estaba más que solo cansada estaba hastiada de todo, pero… eso ya no importaba iba a morir y nada iba a evitar eso.
Iba a morir…
Una persona normal ante la idea de morir estaría gritando y suplicando por eso, pero para alguien que casi muere ahogada siendo una niña. La muerte solo era un paso hacia la liberación de todo su sufrimiento, el dolor seguía allí agudo y húmedo pero empezaba a desaparecer dejando solo un sordo sentimiento de entumecimiento en su cuerpo, faltaba poco.
Faltaba poco para así por fin ser libre.
El frío empezaba a ser cada vez más fuerte y solo quería que todo fuera más rápido, la visita de la muerte esta vez iba a ser la de una buena amiga.
Todo terminaría al fin…
Aun no, querida Eliza…
Y de pronto volvió, y volvió a sentir aquel dolor insoportable más fuerte que nunca, el aire entrando a sus pulmones de nuevo y su corazón latiendo con toda la fuerza posible.
-¡AAAAAHHHHHH!- Su grito resonó por todo el lugar, siendo tan fuerte que hizo temblar los cristales de las ventanas por un momento.
-La recuperamos.-
-¡Rápido hay que quitarle esas balas!-
Todos empezaron a preparar a la peliroja para así quitarle aquellas balas que estaban en su cuerpo, ninguno noto a una figura encapuchada que observaba todo.
Esto se pone cada vez más interesante.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top