32. Vuelta a la tranquilidad.

No puedo quedarme en mi cueva toda la vida. Agradezco que mis padres me hayan dejado solo estos días para así poder ordenar un poco mi cabeza.

Bajo las escaleras y me los encuentro sentados en la sala. Sé que se sienten muy culpables de todo, ya que aunque no pueda sentir sus emociones, puedo ver que no actúan como siempre. Ambos me miran atentos cuando llego al último escalón. Les regalo una sonrisa débil para demostrarles que ya no estoy tan mal, y saco las llaves de mi nueva moto.

—Iré donde Kyle —les aviso y estos asienten. Creo que es primera frase que les digo en días.

Estoy seguro que algo les dijeron mis amigos para que me dejen tan tranquilos. Ellos suelen atacarme con sus lastimas y palabras cuando me encuentro mal.

Me pongo el casco y me subo a la motocicleta para ir al pueblo. Espero no encontrarme con nadie de los que estoy evitando.

Toco el timbre de la casa de mi novia, y oigo pasos.

—Enseguida, Luke —de seguro me sintió llegar. Abre la puerta con una sonrisa, pero se desvanece y frunce el ceño cuando me ve. Sé que estoy destrozado, y que cualquiera que me vea notaría que me pasa algo. Me abraza con fuerza— Ven, pasa —se separa y se hace a un lado para dejarme entrar.

—Gracias.

—Siéntate, estoy sola. ¿Quieres algo? Jugo, galletas. Tengo pizza que me sobró del almuerzo —ofrece yendo a la cocina.

—Solo un vaso de agua, gracias —me siento y espero a que llegue con dos vasos de agua. Los deja en la mesa y se sienta a mi lado.

—Te siento muy angustiado, Luke.

—Lo estoy —confieso para tomar un sorbo del vaso antes de dejarlo nuevamente en la mesa— Quería contarte todo.

—Te escucho —me regala una sonrisa de apoyo.

—Primero, ¿tú me seguirías queriendo sin importar lo que sea? —frunce el ceño.

—¿Cómo?

—Por ejemplo, si no fuese de su especie. Si no fuese un hombre lobo.

—Bueno, te recuerdo que yo te quería incluso antes de enterarme que eras uno de nosotros. Yo te dejare de querer el día que ya no seas Luke, y te conviertas en otro —beso sus labios suavemente y le regalo una sonrisa que me devuelve— ¿Por qué?

—Porque no soy uno de ustedes —le digo con una sonrisa débil. Está alza ambas cejas sorprendida.

—¿Cómo? —Asiento— Y... ¿Y cómo estás? Yo recuerdo que esto era muy importante para ti. Y los exámenes y eso—

—¿Qué cómo estoy? Ahora supongo que mucho mejor —me encojo de hombros— Y si, era algo muy importante para mí. Pero más me dolió el hecho de que todos me hayan mentido —suelto un suspiro.

—¿Cómo, en qué te mintieron? —dice preocupada.

—Como dije recién, no soy uno de ustedes. Todos me mintieron. Mi abuelo, mis padres, mis tíos... Todos sabían que no era un hombre lobo, pero seguían insistiendo en que lo era, en que estaba mejorando mis habilidades y dándome falsas ilusiones. En otras palabras, me vieron la cara de estúpido.

—Hey, no digas eso —acaricia mi hombro con delicadeza— Tú no eres estúpido, Luke. Solo quizá estabas algo cegado por la emoción. Pero mira, ve el lado positivo. Lograste muchas cosas como si fueras uno de nosotros.

—Lo mismo me dijo mi abuelo.

—Porque es cierto. Aquí te demuestra lo increíble que eres —Me sonríe y se me queda mirando unos segundos frunciendo los labios— ¿Has hablado con tu familia? —Niego bajando la vista— ¿Y por qué?

—No lo sé. Estoy enfadado con ellos —alza una ceja— ¿Qué?

—No lo estás, Luke. Si lo estuvieras lo sentiría, y lo único que siento es tristeza. Ni siquiera decepción.

—Es que... —intento ordenar mis pensamientos, o más bien mis emociones— Yo amo a mi familia. Es lo que más quiero en la vida y por alguna razón es imposible enfadarme con ellos —Kyle me mira atenta a lo que digo— Si lo hicieron habrán tenido sus motivos.

—Motivos positivos —me sonríe.

—Si. Porque realmente fui feliz creyendo que era uno de ustedes. Pero en realidad nunca lo fui.

—En otras palabras fuiste feliz siendo tú mismo —una sonrisa se forma en mi rostro al oír eso.

—Si —repito mejor— Kyle... —acuno su rostro con mis manos— Eres lo mejor —acorto distancia y la beso para finalizar con un fuerte abrazo.

—Creo que ahora que estás más claro, deberías ir a hablar con tus padres y tú abuelo —asiento sin soltarla— Te amo, Luke. No sabes cuánto me alegra que hayas logrado la felicidad real contigo mismo.

—Te lo debo a ti. Desde hace años que me estás ayudando en esto. Y ahora con tu amor... Creo que no puedo estar mejor.

—Me encantas —me abraza.

—Creo que iré a hablar con ellos —me pongo de pie y me tomo toda el agua que quedaba en el vaso de un sorbo. Esta asiente y me va a dejar a la puerta.

Salgo con una enorme sonrisa en el rostro. Definitivamente esta chica me hace muy bien. No sé qué habrá pasado con mis amigos, pero me alegro que se haya solucionado.

Salgo del portón y a la vuelta me encuentro con Ismael apoyado en este, fumando un cigarrillo. Frunzo el ceño y este gira su cabeza para mirarme con su expresión desinteresada de siempre. Niega al mirarme mientas bota la colilla para pisotearla.

—¿Y a tu qué te pasa? ¿Qué haces aquí? —me acerco molesto.

—Escuché todo lo que hablaron —dice, y le creo, ya que la audición que pueden lograr los hombres lobo es muy fuerte— Y creo que te mintió... un poquito.

—Ay, Ismael. Ya cállate —bufo rodando los ojos.

—Es la verdad —se encoge de hombros con las manos en sus bolsillos— No te creas todo su cuentecito de niña buena.

—Ya basta.

—Luke, Kyle es una traicionera. No le creas, ella solo quiere dañarte —dice sin siquiera preocuparse en fingir preocupación. Dios, como lo odio. No sé qué ganará mintiendo.

—Cállate, Ismael. No caeré en tus estúpidos juegos. Yo amo a Kyle y confío en ella. Lamento que estés celoso, pero las cosas debes aceptarlas como son.

—Te estoy tratando de ayudar. ¿Y celoso? —Suelta una carcajada sarcástica— Conozco a Kyle realmente, y créeme que es muy diferente a como la idealizas. Recuerda lo que te digo: es una traicionera —modula muy bien la última palabra.

—Vete. No me importa tu opinión —este de encoje de hombros nuevamente y le quita importancia al asunto para irse sin más.

Tomo mi motocicleta ignorando todo lo que dijo Ismael, y me voy a casa donde apenas llego pido hablar con mis padres. Ambos aceptaron enseguida y nos reunimos en la cocina para que Roody, que se encontraba en la sala jugando con Ros, no escuchara.

Les pedí que me dejaran hablar y que luego ellos me respondieran, y así lo hicieron.

Les hable sobre mis suposiciones, sobre que si lo hicieron era para hacerme feliz, para intentar cambiar un poco mi negatividad y me lo afirmaron.
Al final de la conversación llegamos a que ninguno nunca quiso hacerme daño realmente, y que simplemente intentaban ayudar cosa que les falló.
Les dejé claro que los amo y que ellos nunca me fallarían. Sellamos la conversación con una promesa de que jamás nos volveríamos a mentir, solo ocultar cosas cuando sea necesario, y que si algún día volvían a hacerme algo así, no se los perdonaría tan fácil.

Ambos quedaron muy arrepentidos y puedo notar como aún les duele a pesar de haberlos perdonado.
Quizá nuestra relación no se arregló al 100% y que aún hay algo de incomodidad entre nosotros, pero ya puedo asegurar que en unos días más todo será como antes.

(...)

Me deshago de los primeros dos botones de la camisa para no parecer tan formal, y me doblo las mangas para subirlas. Me limpio un poco algunas pelusas que se pegaron a mi pantalón negro rasgado, y echo mi cabello hacia un lado de forma desordenada.

A mis amigos se les ocurrió salir hoy a celebrar nuestro último día de vacaciones, ya que mañana ingresamos a clases otra vez.

La verdad no quería ir con todo lo que me pasaba, y porque recién hace unas horas me arregle con mis padres, pero insistieron para que me relajara un poco, y sé que también lo hicieron porque se sienten culpables de todo.

Bajo y me despido de mis padres y Roody. Cruzo para ir a casa de Brett, donde nos juntaríamos los 4 para pedir un Uber e ir a la disco.
Levin y Camile son los únicos que no tienen 18, pero el tío de Levin es el gerente de la disco, y sabemos que por unos meses no harán problema.
Camile quería invitar a Lexy, pero recién cumplirá los 17, por lo que sería más difícil entrar.

Los 3 meses de vacaciones pasaron muy rápido, donde puedo rescatar desde cosas extremadamente buenas a limites malos. Pero a fin de todo, estas vacaciones sucedieron muchas cosas.
Quizás ser hombre lobo era una de las mejores cosas que me habían pasado, pero al final me di cuenta que lo que realmente fue bueno, es que aprendí a superarme, a conocer mis capacidades, y a aceptarme un poco más como soy.

Y Kyle.

Kyle es otra de las cosas maravillosas que me pasaron estás vacaciones. Definitivamente la amo, aunque aún no pueda decírselo, lo hago. Estar a su lado todos los días, besar sus labios, escuchar sus historias, tener relaciones, abrazarla, ser el motivo de su sonrisa, de sus risas... Conocerla es lo mejor que me pudo haber pasado.
Sin sus consejos, dudo que hubiese hablado hoy con mis padres.

Con respecto a ellos, nada que decir. Siempre serán las mejores personas y sé que todo lo que harán serán por mi bien y por el de mi hermano. Corrección, mis hermanos.

Llegamos a la disco e ingresamos sin problemas por los guardias.

—Okey, chicos. Recuerden no tomar mucho, que mañana pueden despertar mal y hay baile —nos dice responsablemente Levin en la entrada.

Abrimos las puertas dobles y el aire pesado llega a nuestros cuerpos acalorándonos enseguida.

—Es primera vez que vengo a una disco real —dice Camile emocionada.

—Já, novatos —ríe Brett— Es broma. Llevo 7 meses esperando que alguno de ustedes cumpla la mayoría de edad para acompañarme.

—Bueno, ya estamos todos aquí, así que a disfrutar —los tomo a todos de los brazos y los arrastró hasta el interior.

Lo primero que hicimos fue conseguir tragos y una mesa.

Una vez los vasos vacíos, nos vamos a bailar.

La mayoría del rato estuve con Brett y unas chicas que se los acercaron, ya que Levin y Camile estaban bastante ocupados en algún lugar.

—¿Qué te parece si nos juntamos algún otro día? —Me pregunta la pelirroja que bailaba conmigo— Digo, puede ser para lo que tú quieras —me guiña un ojo pasando sus manos por mi pecho.

—Uhm, lo siento —me alejo un poco y quito sus manos. Esta hace una vuelta rara y me agarra desprevenido para besarme y tocar mi parte baja. Me alejo de mala gana y le empujo— ¿¡Qué te pasa!?

—Hey, tranquilo —un hombre de unos 30 años llega a mi lado y me empuja. Le empujo de vuelta sintiendo la rabia.

Estoy con la bomba a punto de estallar desde hace unos días, y cualquier cosa me provoca.

—¿Primero le gritas y ahora me enfrentas? —alza una ceja y se para frente a mí.

—Créeme que no te tengo nada de miedo —le empujo con ambas manos.

Veo que Levin me mira de una esquina y se acerca rápidamente a la escena.

—Hola, adiós, ya nos íbamos, el alcohol —me toma de los hombros y me guía lejos. Suelto un suspiro— Hay mejores formas de soltar la rabia acumulada.

—Lo sé —miro hacia atrás donde el hombre me seguía observando.

—Vamos, Luke. Estabas tan bien. Mañana comenzamos un nuevo ciclo, así que debes estar con energías positivas —asiento— Ven, vamos con Camile y Brett —me guía y ahí me quedo junto a mis amigos el resto de la noche.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top