28. Celebración caótica.

Abro los ojos enseguida cuando siento un olor a quemado.

—¡Rápido que se queman las velas! —Roody salta en mi cama. Abro bien mis ojos y me encuentro a mis padres, a mi hermano y a Ros, a los lados de mi cuerpo, con papá con una pequeña torta en sus manos.

Reacciono al darme cuenta que realmente las velas estaban quemándose, y las apago de un soplido, sin siquiera pedir algún deseo.

—Felicidades, campeón —Papá se acerca y me da un abrazo.

—Estás cada vez más grande, ya eres mayor de edad —la siguiente en abrazarme es mamá.

—¡Feliz cumple! —Roody se cuelga de mi cuello, y luego me acerca a Ros para que me lama el rostro.

—Gracias, en serio —les sonrío a todos como agradecimiento mientras alejo un poco al animal.

—Bueno, te dejamos para que te levantes a desayunar —avisa mamá antes de salir de la habitación seguido de los demás.

Reviso mi teléfono y sonrío al ver saludos de mis amigos, de algunos compañeros, familiares, etc. De todos excepto de Brett. Una ola de tristeza amenaza con arruinar en mi día, pero intento restarle importancia y pensar que aunque Brett no podrá estar hoy, en un futuro volveremos a ser buenos amigos y olvidaremos este tonto inconveniente.

Me levanto y tomo una ducha para luego vestirme con un jeans negro y una camiseta blanca con pequeños agujeros en la parte de arriba.

Apenas bajo me sorprendo con el delicioso desayuno que me tenían preparado. Era un jugo natural de naranja, con un trozo de brownie, dos rollos de jamón y uno de queso, una rebanada de pan blanco tostado con mantequilla, y una taza de capuchino casero. Un desayuno de dioses.

Les agradezco un millón el desayuno a mis padres, y a Roody quien exprimió las naranjas, y decido ayudar a mamá a preparar la pequeña celebración que haremos luego.
Decoramos mientras papá y Roody van por la comida, que consistirá en hamburguesas, canapés, y empanaditas de queso. Además de papas y Doritos que habrá para picar.

La comida es esencial cuando se trata de que vendrán mis primos.

Eran las 5 de la tarde cuando los invitados comenzaron a llegar.
Las primeras fueron Sophia y tía Miriam que ayudaron con lo último que quedaba de ordenar. Le siguieron Agustín y sus padres, y Levin y Camile. Luego el resto de mis tíos, primos, Kyle y mi abuelo.

Estuve toda la tarde con la esperanza de que Brett y Lexy aparecieran por esa puerta, pero no fue así. Perdí ya todas las esperanzas cuando habían pasado 2 horas de la acordada.

Ahora nos encontrábamos Levin, Camile, Agustín, Kyle, Sophia y yo sentados como un círculo en el césped del jardín trasero, mientras Roody jugaba con Ros y los hijos de tío Sebas por ahí.

—¿Alguno se sirve? —Tío Mathias se acerca al grupo con una bandeja con tragos— ¿Sophia?

—No gracias, tío. Le hace mal al bebé.

—¿¡Estás embarazada!? —preguntamos Agustín y yo a la vez.

—Ups... —Soph se encoge de hombros con una sonrisa.

—No lo puedo creer —sonríe Kyle— Felicitaciones.

—Gracias, linda —la chica le guiña un ojo.

—¡A cantar! —grita mamá desde dentro. Todos los que estaban por ahí se reúnen en el centro del jardín trasero y hacen un semi-círculo para rodearme a mí y a mis padres que estaban a mi lado sujetando el pastel, que era casi el triple de grande que el de la mañana.

Todos cantan, y luego de soplar las velas recibo muchos abrazos y besos de mis familiares y amigos. Creo que el día de mi cumpleaños es el único día que soporto 100% las demostraciones de afecto hacia mí.

Me quedo conversando con la nueva pareja, Levin y Camile, y yo junto a Kyle. La conversación fluye tranquila, y me alegra que integren más a mi novia.

—Luke, ya nos vamos —me avisa tía Miriam.

—Esperen —le aviso a los chicos antes de ir al interior de la casa para poder despedirme de las mujeres— Gracias por venir a ambas. Nos vemos.

—Adiós, Lucas.

—¡No te lo acepto! —oigo un grito de Kyle y corro rápidamente al jardín trasero para encontrarme a mi novia y a Camile jalándose el cabello entre sí, y dándose patadas como pueden. Levin intenta separar a Camile, pero Kyle insiste en acercarse. Corro hacia ellas y ayudo a Levin a separarlas.

—¿¡Qué les pasa!? —las miro con furia por el espectáculo que acaban de hacer.

—¡Camile me atacó! —me dice Kyle preocupada.

—¡Camile! —le regaño.

—No le alces la voz —me advierte Levin.

—Lo siento —suelto un suspiro arrepentido— Camile, ¿qué hiciste?

—¿Y me lo preguntas a mí? —Escupe de mala gana— Sabes perfectamente que yo no reacciono sin antes haber sido provocada —encontrándole razón, miro a Kyle, quien se encoje de hombros y niega.

—A ver... No puede ser que de la nada ambas se hallan puesto a pelear. Una de ustedes debió provocar a la otra y haber reaccionado así —intento decir calmado, al ver que Camile insistía en lanzársele a atacar a mi novia— ¿Qué mierda pasó? —ninguna dijo nada— Levin, ¿qué pasó?

—No lo sé. Me fui casi el mismo tiempo que tú a buscar algo para tomar, y escuché que Camile chilló y corrí a separarlas al verlas peleando —responde igual de confundido que yo— Aunque por lo que vi, fue Kyle quien se le lanzó primero.

—Perdón que te diga esto, pero no puedes culparme sin siquiera saber que pasó.

—Eso es lo que está preguntando Luke, idiota —le responde Camile de mala gana— Dile que pasó —alza una ceja con expresión de enfrentamiento.

—No pasó nada, amor. Lo juro. No entiendo que fue lo que le molestó que hizo que Camile reaccionara de esa forma.

—No te soporto, estúpida —Camile rueda los ojos y le lanzo una mala mirada.

—Camile, ya basta.

—Solo digo lo que pienso. ¿A caso te molesta que lo haga?

—Si. Me molesta que hables así de ella y me faltes el respeto.

—Vamos, Luke. No te vayas a poner a pelear con Camile ahora —me calma Levin.

—Haré lo que sea para que deje de hablar así. Kyle ni siquiera sabe lo que hizo, y no se merece que la traten así.

—Gracias, Luke —Kyle me regala una sonrisa sincera que se la devuelvo.

—Dios, es que no lo entiendes, Luke. El amor te está dejando ciego —dice mi amiga molesta— Ella no es tan buena como muestra serlo.

—¿Disculpa? —exclama Kyle ofendida— Te recuerdo que no eres el santísimo para andar diciendo si las personas son, o no buenas. Creme que he hecho cosas más buenas que las que tú has hecho.

—En realidad podrías haber hecho mil acciones buenas más que Camile, pero malas estoy seguro que le superas por millones.

—¡Levin! —le regaño.

—Para que vamos a andar con cosas. Kyle no se ve un ángel. E insisto. De lo que vi, Kyle atacó a Camile primero.

—Solo la estás defendiendo porque es tu novia —dice Kyle.

—Uhm, sí. Y porque es la verdad —se encoje de hombros con naturalidad y calma.

—Ves, Kyle. Todos tienen claro que la buena aquí soy yo.

—Luke no ha dicho nada.

—No me metas en esto, por favor —refriego mi rostro con mis manos— Ya tuve bastante con Brett.

—Creo que él tenía razón —opina Levin mirando a mi novia— Kyle te está transformando.

—¿Estas bromeando? —La nombrada hace un ademán en hablar, pero le detengo— Ignóralo. Nosotros somos los únicos que sabemos que está pasando con nosotros. Ellos no saben y no importa lo que digan.

—¿Ya no te importa lo que digan tus amigos?

—Camile, ya basta. Estas arruinando mi noche.

—¿Qué? —Ríe sarcástica y Levin frunce el ceño en mi dirección— Oh, grandioso. Sabes, creo que es mejor que me valla para que tú noche sea mejor. Claro, si es que lo logras con esta estúpida.

—¡Camile, ya vete! —le grito, y veo por detrás como mamá me lanza una mala mirada.

—Descuida, eso haré.

—Voy contigo —Levin me lanza una mala mirada y se va junto a Camile.

Un nudo se forma en mi garganta y mi corazón se aprieta.

—No, esperen... —la voz me sale casi en un susurro, y siento mis ojos comenzar a humedecerse.

—Luke, tranquilo. Ya va a pasar. Pronto esto se calmará y podrás hablar con ellos para estar de buenas de nuevo —Kyle acaricia mi espalda, y me envuelve en sus brazos para soltar algunas lágrimas.

Espero que los invitados se vallan, y Kyle me ofrece ir a su casa para buscar algo que me tenía. Mamá acepta, ya que dice que sería bueno que me despejara un poco.

—No puedo creerlo... —suspiro mientras camino de la mano de la chica, en dirección al pueblo— Primero Brett y Lexy, y ahora Camile y Levin. Estoy perdiendo a las únicas personas que me entienden —la voz se me rompe por el gran nudo en mi garganta.

—Me tienes a mí, Luke —aprieta más mi mano, y me regala una linda sonrisa que me hace despejar pensamientos negativos.

—Gracias, Kyle. No sé qué habrá pasado hoy, pero estoy segura que no fue tu culpa. Tu eres una mujer increíble y sé que Camile a veces se pone algo idiota, pero debes ignorarla.

—Descuida, no me ofendió ninguna de sus palabras.

—Me alegro que haya sido así.

—Y yo me alegro que hallas confiado en mí.

—Siempre —beso su sien.

Seguimos el camino en silencio, y retomamos una conversación cualquiera cuando vemos la entrada del pueblo, adornada con los nuevos focos LED que compró mi abuelo.

Algunos guardias me saludan por mi cumpleaños, y sospecho que mi abuelo les dijo cuando les aviso que saldría, ya que hay algunos que ni siquiera había visto antes.

Nos detenemos fuera de la casa de mi novia y está me regala una sonrisa duradera antes de sacar las llaves.

—¿A qué era lo que querías que viniera? —Kyle abre la puerta de su casa y ambos entramos.

—Ya verás —me guiña un ojo.

—¿Está tu padre?

—No. Llegará casi al amanecer, tiene trabajo.

—Ah, perfecto —sonrío— Sin ofender, claro.

—Descuida —me toma la mano y me guía hasta su habitación.

—¿Y... qué era?

—Yo... Te tengo un buen regalo, Luke. Un regalo que te ayudará a desestresarte un poco —se acerca y une sus manos detrás de mí nuca y me besa lentamente, para comenzar a intensificar y transformarlo en uno lleno de deseo y pasión.

Retrocedo hasta que la parte de atrás de mi rodilla choca con su cama. Nos giramos y la empujo un poco para hacerla caer sobre el colchón. Interrumpe el beso con una sonrisa y luego vuelve a besarme.

Sus manos comienzan a bajar por mi pecho hasta el borde de mi camiseta. Lo toma y lo sube para deshacerse de ella con total seguridad.
Acomodo mis piernas entra las de ellas y en un rápido movimiento sin que moleste en el delicioso beso, le quito su delgada blusa.

A medida que el beso se intensifica, la ropa sobraba cada vez más. Y con esa necesidad, fuimos deshaciéndonos de a poco de ella hasta quedar completamente expuestos el uno al otro.

—Eres la obra más perfecta existente —acaricio su rostro. Kyle sonríe por mis palabras, y me abraza juntando nuestros pechos desnudos. Puedo de alguna forma, oír los latidos de nuestro corazón, que comenzaban a sincronizarse.

—Creo que está más que claro lo que pasará —ríe por lo bajo.

—Y estoy más que claro que quiero que pase —digo antes de volver a besarla.

(...)

Acaricio la espalda desnuda de Kyle, y observo la dulce sonrisa en su rostro. Nunca me había sentido tan feliz.

—No puedo creer que lo hicimos —me sonríe tímidamente.

—Tampoco yo. Esto es un gran paso —levanto mi mano de su espalda y la llevo a su cabello, el cual corro a un lado y me muevo para besar su cuello. Pone ambas manos en mi pecho, y lo acaricia.

Llevo mi mano derecha hasta uno de sus pechos desnudos y lo aprieto con ganas de más, y kyle sonríe cuando parece sentir mi excitación.

—No me molestaría seguir que sea una hora más, en lo que llega mi padre —sonríe pervertidamente.

—Si tu padre nos ve, me va a castrar —reímos, porque ambos sabemos que es cierto— Pero por ti vale la pena arriesgarse —besa mis labios, y me empuja para quedar recostado de espalda, y ella se posiciona para sentarse sobre mí y comenzar a mover sus caderas de una manera que ambos disfrutemos. Me está volviendo realmente loco, y creo que de a poco estoy haciéndome adicto a ella, a su sonrisa, a lo que hace con su cuerpo, y sobre todo el perfecto movimiento de caderas.

—Kyle... —la detengo con la respiración agitada. Ella entiende enseguida que me había ya sacado el condón que estábamos utilizando.

—¿Tienes más? —asiento yendo a buscar a la billetera que estaba en mi pantalón. Por alguna razón sabía que tendría que estar preparado el día de hoy.

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