21. Felices vacaciones.
—¡A levantarse todos! —Un rayo de luz choca con mi rostro, y abro los ojos para encontrarme a Brett abriendo las cortinas. Se voltea a mirarme y suelta un largo suspiro con ambas manos en sus caderas— ¡Hoy será un lindo día!
—¡Cállate, Brett! —río cuando se oye Lexy desde la otra habitación.
—Juro que te asesinaremos —Levin aparece por la puerta, recién duchado y con el cepillo de dientes en su boca.
—Tu cállate, Levin —me estiro en el lugar— Tú me despertaste hace 20 minutos cuando te levantaste —este me sonríe para desaparecer.
Nos levantamos todos en pijama, a excepción de Levin y Brett.
Estamos todos sentados en la isla desayunando en silencio, escuchando las gaviotas y las olas.
Me hace bastante gracia ver como Camile asesina con la mirada a Selena, quien está babeando completamente observando a Levin sin camiseta. Dios, estas chicas.
—¿Qué haremos hoy? —Lexy habla a mi lado sacando una servilleta.
—Ayer estuve leyendo los volante, y se me ocurrió que hoy podríamos ir a arrendar tablas de paddle —dice Camile antes de tomar de un sorbo todo el café que quedaba en su taza.
—Oh, como esa vez, Luke —ríe Lexy.
—Hey, hey. No celebren tanto —dice su hermano— Aún estoy resentido porque salieron a divertirse sin mi.
—Te enfermaste, y no nos íbamos a quedar en casa por ti —la rubia se encoje de hombros.
—¿Entonces tablas? —pregunta Levin.
—Tablas —confirmamos todos.
(...)
—¡Al fin! —Brett se para de la arena, seguido de mí y Camile. Nos acercamos al puesto de arriendo que acababa de abrir.
—Hola, buenos días —nos saluda la cajera.
—Buenos días, señorita. Queremos arrendar 2 tablas de paddle, por favor —saca una tarjeta de arriendo, que todos tienen en el sector para la gratuidad.
—¿A nombre de quién?
—Brett —le entrega la tarjeta— Sin H.
—Brett no lleva H, idiota —Camile rueda los ojos.
—Eso es lo que dije, ¿no?
—Imbécil —digo con diversión.
—Okey, chicos. Aquí estamos —Caminamos hacia donde estaba Levin junto a las chicas, y dejamos las tablas a un lado— Tenemos 12 horas para devolverlas.
—Genial —Lexy se pone de pie, y se deshace de su camiseta larga para quedar en bikini. Los demás hacemos lo mismo, y sacamos nuestras toallas para extenderlas en la arena.
—Levin, ¿Me podrías ayudar? —Selena le extiende su bronceador, y el chico la mira sorprendido.
—Chica, eso se pide cuando necesitas broncearte la espalda, no las bubis —dice Camile antes de ponerse las gafas de Sol y tirarse boca arriba en la toalla.
—Descuida, querida. Yo no necesito broncearme ahí. No soy una paliducha como tú —le responde haciéndose el cabello a un lado para que Levin humecte el bronceador en su espalda. Camile se saca los lentes de sol indignada.
—Como digas, querida —toma un puño de arena, y se lo lanza haciendo que se le pegue toda en el bronceador.
—¡Estúpida! —chilla rabiada, y las risas de todos se oyen, incluida la de su amiga Lexy. Miro con una ceja alzada a nuestra amiga, y esta se encoje de hombros para volver a su posición anterior.
—Creo que hay dos personitas que están peleando por ti —Brett palmea la espalda de Levin.
Luego de estar un poco en la orilla entrando en calor con el sol, decidimos usar las tablas.
—Yo me quedaré con Selena en la orilla. Vallan ustedes —nos avisa Brett.
—¿Qué pasa con Selena? —pregunta Levin.
—Problemas femeninos —Lexy se encoje de hombros.
—¿Femeninos? —pregunto confundido.
—Menstruación —aclara Camile.
—Ah —respondemos Levin y yo.
—¿Bueno, vamos?
—¿Los chicos en una y las chicas en otra? —pregunta Camile.
—Ah, eso —Brett se acerca a nosotros con un flotador de patito a medio inflar— Luke, ¿me haces el favor de ir tú con mi hermanita? Ya sabes que no sabe nadar, y bueno, confío en que cualquier cosa tú la ayudarás.
—Brett... —le regaña su hermana avergonzada.
—No, descuida Lex. Iré con ella Brett —le aviso para que se quede tranquilo. Además, será una oportunidad para que Camile intente algo.
Los chicos fueron los primeros en ir. Su tabla comienza a irse entre la suavidad de las olas de hoy. Tuvimos suerte de que el mar estuviese calmado.
Los siguientes fuimos nosotros. Me siento con las piernas abiertas, y dejo que Lexy se siente en medio. Tomo el remo y comienzo a avanzar lentamente.
—Hey, relájate —le digo cuando noto que tenía sus uñas aferradas en la tabla— Estás con chaleco salvavidas. Si caes flotaras, y yo te tomaré enseguida.
—Gracias —como puede se voltea para quedar de frente, chocando nuestras rodillas— Oh, no puede ser —habla con diversión mirando a un punto detrás de mí. Me volteo hacia donde apunto, y casi me atraganto con mi propia saliva.
Levin estaba recostado en la tabla, y Camile sobre él. Ambos estaban besándose con muchas ganas, mientras Levin acariciaba lentamente la espalda de la chica.
No sé qué me sorprende más, que Camile lo haya logrado, o que puedan mantener la tabla en esa posición.
Si, hablé demasiado pronto.
Ambos caen sorprendidos, y comienzan a reír muy de cerca.
Agradezco que el chico haya terminado con su novia antes de venir. Después de todo, a nadie le agradaba.
—Esa chica tiene suerte —La voz de Lexy me desvía— años estando detrás de él, y lo consiguió.
—¿Lo sabías? —alzo las cejas.
—Si. Bueno, no directamente —frunzo el ceño confundido— Realmente ustedes son lentos. Se notaba a leguas lo que Camile sentía. ¿Estás feliz? —pregunta, y es cuando noto la enorme sonrisa en mi rostro.
—Si. Orgulloso de mi mejor amiga —miro hacia donde antes estaban los chicos, y esta vez estaba Levin sentado atrás y Camile delante, recostada en su pecho— Lo logró. Lo logramos.
—¿Lo lograron?
—Si. Ambos luchando por años el conseguir nuestro amor. Camile a consiguió la atención de Levin, y yo ya comencé una relación con Kyle —tomo los remos y comienzo a avanzar lentamente.
—Relación —dice con desánimo antes de voltear para mirar hacia el frente del camino.
—Algo así. No es oficial, pero pronto lo será. Estoy seguro.
—¿Volvemos?
—¿Tan pronto? —veo que asiente— Quedémonos un rato más. El día está lindo, el océano tranquilo, y me gusta pasar tiempo contigo.
—¿Si? —ladea la cabeza para mirarme sobre su hombro.
—Claro que si, Lex. Eres una chica muy simpática.
—Sabes, últimamente te has vuelto más... Alegre.
—Creo que cumplí mucho de los sueños que tenía, y me siento lleno —me encojo de hombros.
—Entonces demos unas vueltas más.
(...)
—¿Los chicos ya regresaron? —tomo la tabla y la saco del agua para caminar a la orilla.
—Si. Ya están en la casa. Levin dijo que le dolía el estómago y Camile lo acompaño.
—Dolor de estómago se le dice ahora —Lexy pasa por mi lado y se acerca a su amiga que estaba durmiendo bajo el sol— Hey, creo que ya estas lo suficientemente roja para seguir bronceándote —le lanza un bolso para que despierte.
—¿Se le dice ahora? —pregunta Brett confundido— ¿Qué?
—Yo que tú les daría más tiempo a solas en la casa.
—No me digas que...
—Si Brett. Algo pasó ahí.
—Oh, siempre los shippie —aplaude alegre, y caminamos hasta las chicas.
—¿Y Levin? —Pregunta Selena levantándose del todo— No me digan que está con esa gótica.
—No, solo está caminando por ahí. La "gótica" está en la casa —miento. Sé que si está chica se entera, es capaz de correr a la casa y separarlos. Desde que vio a Levin tuvo un flechazo.
Nos quedamos un rato más en la arena, jugando volleyball con una pelota que trajo Lexy. Comimos frutilla con piña, y cuando el sol comenzaba a esconderse, decidimos que ya sería hora de volver.
—No, Brett. Espera un poco más. Quiero ver el atardecer —dice su hermana.
—Vamos Lex. De seguro los chicos en la casa ya están aburridos de estar solos —responde Selena con apuro de volver.
—Créeme que no —agrego mientras sacudo la arena de las toallas.
—Vallan ustedes, chicos. Yo me quedo con mi hermanita.
—Vamos —le aviso a la chica, y comenzamos a caminar.
—Sabes, estoy soltera. Tu eres un chico muy guapo y...
—Primero que nada, no seré la segunda opción porque Levin prefirió a Camile. Y segundo, tengo novia —la chica bufa, y se adelanta para entrar a la casa.
—Ouch —apenas entro Camile se choca con mi pecho. Cuando nota que soy yo, me sonríe ampliamente y me abraza— Soy la mujer más feliz en este mundo.
—Lo vi —le revuelvo un poco el cabello— Creo que tienes mucho que contarme —la chica asiente sin dejar de sonreír— Ve al balcón. Iré por limonada y te veo ahí.
—Okey —toma una sudadera y se va a sentar en una de las bancas de afuera.
Exprimo algunos limones y preparo 6 vasos de limonada, con una hoja de menta cada uno. Me pongo la camiseta, y llevo dos vasos conmigo para ir al balcón junto a Camile.
—Soy todo oídos.
—Bien —la chica da un sorbo a la limonada antes de acomodarse para quedar mirándome— Partimos lentamente, y de repente el me preguntó que qué me pasaba. Seguramente noto que estaba algo...
—¿Celosa? —termino la frase por ella.
—Si. Creo —da otro sorbo encogiéndose de hombros— Le dije que no me pasaba nada, y él no me creyó. Levin siempre me ha conocido muy bien. Le dije que en realidad si me pasaba algo, pero que no se lo diría. No aún.
—¿Y cómo fue que terminaron encima besándose? —la molesto.
—¡Hey! La privacidad, por favor —se pone roja— Continuando. Seguimos en silencio mucho rato, hasta que el paró. Me voltee a ver qué era lo que había pasado, y me lo encontré observándome atentamente. No le dije nada y yo también lo observé. Y... —suelta un pequeño chillido, y supongo que ahora viene lo emocionante— Y citando sus palabras, cosa que nunca se me olvidará, dijo, dos puntos, inserte comillas: Argh, mierda Camile. Me gustas, chica. He intentado tantas veces hacer que me mires de otra forma, de llamar tu atención estando con otras chicas pero nada. Solo eres tú con quien mi mente vuela. Puedes ser una mierda a veces, pero Dios, Camile, me encantas —sonríe ampliamente.
—Wow, esto es... —puedo sentir su emoción y me la contagia— ¿Y qué dijiste? ¿Qué hiciste?
—Me quedé callada por el shock de lo inesperado. Creo que fue bastante tiempo, ya que Levin tuvo que sacarme de mi trance con un pequeño golpe con el remo.
—Ah, que romántico —me burlo.
—La cosa es que cuando reaccioné lo único que logré decirle fue que lo odiaba.
—¿Qué?
—Lo siento, ¿okey? Estaba impactada —alza sus manos al aire— Levin me miró sin decir nada, estaba confundido. Yo también lo estaba.
—¿Y...?
—Le dije luego de un rato que me gustaba —mira avergonzada el suelo cuando dice eso. Me da gracia el como le avergüenza ser amorosa— Fue muy despacio y no me escucho. Simplemente me lance y lo besé. El respondió y fue cuando tomé la confianza necesaria para decirle que me gustaba. Claro no le iba a decir que llevo casi dos años detrás de él. Hay que tener algo de dignidad —ruedo los ojos— Y luego fue el quien se lanzó y nos besamos. Besa muy bien, ¿sabes? Y bueno, lo que viste luego —se encoje de hombros. Me quedo mirándola con una sonrisa. Que orgulloso me siento de ella. Elevo y bajo las cejas repetidas veces para molestarla— ¡Deja de hacer eso!
—¿Hacer qué? —continúo.
—Eso —apunta mis cejas.
—Solo estoy bailando.
—Ah, si —me da un golpe en el hombro y paro.
—¿Y qué hicieron cuando vinieron a la casa, solos?
—Ay, nada, Luke. Apenas estamos declarando nuestros sentimientos. Nos vinimos a sentar aquí a conversar.
—Aw, me encantan.
—Lo sé —ríe. Ambos volteamos cuando oímos dos golpecitos en el vidrio de la puerta que da hacia el balcón.
—Hola Levin.
—Hola chicos —sale de la casa y camina con su limonada hasta sentarse junto a la chica— Selena me dijo que eran para todos —eleva la limonada y yo asiento— Está deliciosa, gracias. Y... Supongo que Camile ya te tiene al tanto de todo.
—Si. Lemile se ha por fin unido —ambos me miran confundidos— Brett le puso así —me encojo de hombros— Yo había dicho Camvin.
—Lemile es mejor —asegura el chico, y Camile sonríe al ver que había aceptado el nombre de ambos.
—Bueno chicos, los dejo. Recuerden usar protección. Espero se quieran por siempre, que no se maten a la semana, que nada se interponga entre ustedes y que crezca su amor —me pongo de pie y camino a la entrada.
—Amén —oigo a Levin, y una pequeña risa de Camile.
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