24. El beso


A  ______ le encantó salir del castillo después del almuerzo. La lluvia del día anterior había terminado.  El cielo era de un gris pálido  y la hierba estaba mullida y húmeda bajo sus pies cuando se pusieron en camino hacia su primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. 

Aunque a esto debo añadirle, que hace solo una hora, todo el mundo se había enterado de su incidente con la profesora Cassandra Vablatsky.


- ¿En serio? Otra vez? – dijo James cuando me senté a su lado

- ¿Piensas que a mí me hace gracia? – le dije – Pues créeme que ninguna...

- ¿Es cierto? ¿Viste el Grim en la taza? – preguntó Peter asustado

- No digas estupideces – comentó Remus – O no recuerdas que hizo lo mismo con Brown cuando tuvimos nuestra primera clase de adivinación.

- Es cierto – comento Peter más tranquilo

- Siempre hace lo mismo – me dijo Sirius – No te preocupes. Siempre cae alguien y este año fuiste tú...

- Pero lo de mandarla al despacho de Dumbledore sobraba – protestó James

- ¿Qué le dijiste exactamente? – preguntó Remus

- Pues que no era un Grim lo que se veía en la taza...

- ¿Y luego que era? – preguntó Sirius con curiosidad

- ______!!! Corre o llegaremos tarde!!! – gritó Yasmine interrumpiendo la conversación

- Ya voy. Os veo luego – dije y me levante rápidamente


Yasmine y _____ descendían por el césped hacia el Bosque Prohibido. Las demás ya estaban esperando al comienzo de la clase. ______ se dio cuenta de que debían de compartir aquellas clases con los de Slytherin.

Silvanus Kettleburn aguardaba a sus alumnos en la puerta de la cabaña.

— ¡Vamos! —Gritó a medida que se aproximaban sus alumnos—¿Ya está todo el mundo? ¡Bien, seguidme!

Silvanus Kettleburn llevó a los alumnos hacia un prado donde no había nada.

Trotando en dirección a ellos se acercaba una docena de criaturas, las criaturas más bonitas que se pudieran ver. Eran criaturas con el pelo totalmente blanco y dos alas que le permiten volar.

- Pegasos – dijo el profesor señalando a las criaturas - Son criaturas muy tímidas que sólo puede ser domadas por jinetes de buen corazón. Los pegasos detectan el mal innatamente y no servirán a quien intente domarlos con fines malvados.

- Eso va por vosotros – dijo un alumno de Gryffindor refiriéndose a los de Slytherin

- Los ha conseguido usted, profesor? – pregunto Stephany

- No... me los ha traido una vieja amiga – dijo mientras me guiñaba un ojo. Maléfica.

- ¿Podemos acercarnos? – preguntó Yasmine

- Bueno, yo no he conseguido acercarme a pesar de que mis intenciones eran buenas... _____, ¿por qué no lo intentas tú?

- ¿Yo? – pregunté haciéndome la sorprendida.

- Si, venga... si consigues acercarte a ellos sin que se asunten, 20 puntos para Gryffindor

Todos los de Gryffindor me animaron a que lo hiciera pero, para ser sincera, nunca había conseguido acercarme a un pegaso. La última vez que vi uno, tenía 7 años y lo único que quería hacer era subirme en su lomo para que me llevara... y lo que provoque fue que se escapará.


_____ comenzó a acercarse al lugar donde se encontraban los pegasos, separados de la multitud de gente que los observaba con los ojos muy abiertos. Cuando ya se encontraba muy cerca de ellos, uno de los pegasos se dio cuenta de su presencia por lo que _____ se detuvo. El animal se quedó mirando muy fijamente para ella, como si le estuviera leyendo la mente.

Pero entonces, el pegaso dobló sus rodillas delanteras y se inclinó profundamente.

— ¡Bien hecho, _____! —dijo Silvanus Kettleburn, eufórico.

_____ se acercó al pegaso lentamente y alargó el brazo. Le dio unas caricias y el pegaso cerró los ojos para dar a entender que le gustaba.

La clase rompió en aplausos. El pegaso miraba a ______ con atención y ______ comprendió que ya sabía quién era.


Recogieron sus cosas y salieron por el agujero del cuadro. James que llevaba el mapa en las manos quiso saber si había alguien cerca, pero por intentar ver el mapa del merodeador, tropezó y cayó al suelo.

- ¡No! - gritó James mientras sus gafas saltaban de su cabeza y el mapa de sus manos - ¡Corran!

Peter, que se dio cuenta, retrocedió para ayudarlo a levantarse y escapar, pero Filch estaba demasiado cerca, por lo que James solo alcanzó a decir "Travesura Realizada" sobre el mapa del merodeador antes de que Filch los atrapara. Sirius y él se miraron con complicidad y resignados se acercaron a sus amigos. Era una regla para ellos que si atrapaban a uno en una de las bromas que habían realizado juntos, los atrapaban a todos. Al fin y al cabo era mucho mejor, porque era extraño que Filch realizara castigos por separado, por lo que por lo que si tenían que pulir toda la platería del castillo, por lo menos podrían hacerlo acompañados el uno del otro.

Se le apretó la garganta de tan solo pensar en esos días.

Filch alcanzó el pergamino y lo observó con atención. Para sus ojos de squib (y en realidad para cualquiera que no fuera un Merodeador), era tan solo un pergamino, pero en el fondo, el conserje sabía que si estaba en las manos de los cuatro alumnos más revoltosos del colegio, debía ser confiscado, así que después de mandar a los cuatro a limpiar el excremento de las nuevas criaturas del profesor Kettleburn, escondió el pergamino en su oficina.



Por otra parte, ______ había acudido al despacho de Dumbledore, igual que había hecho el curso pasado por un motivo parecido.

- Qué tal el verano, _____? – dijo Dumbledore sin prestar mucho interés a la carta que se encontraba en su mesa

- Muy bien, gracias – dije nerviosa

- Tranquila ______. Creo que ya sabes mi opinión al respecto sobre lo ocurrido en clase.

- Sí – dije bajando la mirada

- Entonces no le demos más vueltas. Creo que este ha sido un verano bastante ¿movido? Si, creo que es esa la palabra

- ¿Se ha enterado de que Sirius está en nuestra casa?

- Por supuesto, no se me escapa nada – dijo mirando con disimulo al cuadro donde, anteriormente se encontraba Nigellus Black

- ¿Donde está? – pregunté

- Bueno, supongo que habrá ido a su otro cuadro

- ¿Su otro cuadro? – pregunté con curiosidad

- Sí. A la antigua casa de Sirius, si es que alguna vez lo ha sido... - dijo mientras cogía la carta y con un hechizo la quemaba. – ¿Has vuelto a tener pesadillas?

- No – dije contenta

- No debes bajar la guardia, recuerda – dijo Dumbledore mirándome seriamente – Y, como sabrás, no debes pasar por alto lo ocurrido en la clase de Adivinación

- ¿Se refiere a lo que apareció en la taza?

- A eso mismo me refiero. Lo más seguro es que signifique algo, así que anda con ojo

- Lo haré. Y gracias – dije mientras me despedía de Dumbledore.


Lily y Sirius volvían a tener otra de sus múltiples peleas. Se insultaban como por ejemplo:  Sirius eres un inmaduro, Lily eres una aguafiestas, no fue para tanto...

Lily cogió su varita y Sirius la imito. Remus corrió para detener a Sirius y James a Lily, pero estos dos fueron mucho más rápidos y ambos lanzan un hechizo al mismo tiempo y al chocar...

         - Sirius ¿qué has hecho?- grita Remus nervioso

Sirius dirigió su mirada hacia donde Remus estaba mirando y se encontró a una _____ muy enfadada y con el pelo azul.

            - ¿Esto es una broma? ¿Además de que ahora tengo que compartir mi casa contigo                                también tengo que aguantar esto? – dijo señalando su pelo azul muy enfadada

             - Ha sido mi culpa – dijo Lily defendiendo a Sirius 

             - Déjalo – dijo _____ apartando a Lily – Me voy a dormir.... – Y dicho esto _____                                        desapareció

Sirius se desplomo en el sillón bastante deprimido y Lily y Remus se sentaron junto a el para consolarlo.

              - Voy a subir a hablar con mi hermana – dijo James mirando en dirección a las escaleras –                 Luego os veo.


Remus Lupin se levantó de la cama en ese momento. Hacía poco había sido luna llena, y los huesos aún le dolían. Entró al baño y cerró la puerta. El espejo le devolvió la imagen de un chico de quince años,  de pelo castaño revuelto, pálido y con ojeras. Se echó agua en la cara, pero no consiguió mejorar su aspecto. Suspiró y salió del baño. Peter aún dormía, así que hizo el menor ruido posible mientras se vestía. Salió del dormitorio y en la Sala Común se encontró con Lily Evans, que le dedicó una sonrisa. La chica no soportaba a los Merodeadores, pero centraba su odio en Sirius y, sobre todo,  en James. Peter le daba pena y Remus le caía bastante bien, siempre y cuando no estuviera con sus amigos.

          - Hola, Lupin. -En sus ojos verdes brillaban destellos cálidos -. ¿Vienes a desayunar?

Remus le sonrió.

          -Claro. -Echaron a andar hacia el hueco del retrato y salieron al pasillo

          - ¿Que tal está Sirius? - pregunto Lily preocupada

           - No ha dicho nada al respecto. James subió a la habitación un rato después pero no                          hablamos del tema, así que no puedo decir nada

            - Entiendo – dijo Lily

Ya habían llegado al Gran Comedor. Se sentaron a la mesa de Gryffindor, que ya estaba más llena, y empezaron a comer bollitos recién hechos, tostadas, zumo de calabaza y huevos fritos con beicon.

- No tienes buen aspecto. ¿Estás bien?

--Sí, es que he estado... un poco enfermo.

--Ah. ¿Y ahora ya estás bien?

--Sí. -Le sonrió con franqueza-. No te preocupes. ¿Qué tal van las clases?

Lily suspiró y empezó a desmigajar un bollo.

--Bastante bien. Últimamente me distraigo mucho, yo creo que es este tiempo tan cambiante. El otro día, en Historia de la Magia, intentaba escuchar y no lo lograba, y eso que me gusta mucho. Pero no sé, empezaba a pensar en otras cosas, en paseos bajo el sol, en bañarse en el lago... Quiero que vuelvan las vacaciones!!!.

--Te entiendo perfectamente. A mí me pasa lo mismo. Cuando fuera hace frío y está desagradable, las clases están bien, porque así no te aburres, pero cuando empieza el buen tiempo... deberían suspenderlas.

--Tú que eres prefecto podrías planteárselo al director --replicó la chica.

Remus se rio.

-Es una buena idea. Lo pensaré.

Lily sonrió.

-Sabes, Remus, eres agradable cuando no estás con tus amigos.

El joven se encogió de hombros.

- También lo soy cuando estoy con ellos; son una mala influencia, pero no tanto. Lo que pasa es que cuando los ves odias todo lo que tenga que ver con ellos. Y tienes razón porque cuando te ven la verdad es que actúan como verdaderos idiotas. Pero en el fondo...

- ... muy en el fondo...

- Jaja, sí, muy en el fondo, no están tan mal. Pero que sepas que tienes mi apoyo, son irritantes


Dos semanas después,  a última hora de la mañana del jueves, Slytherin y Gryffindor se encontraban en mitad de la clase de Pociones, que encima duraba dos horas.

— ¿Qué tal, ______? —dijo Yasmine.

— Bien – dije mientras añadía otro de los ingredientes al caldero

— No me refería a la poción... Me refiero a la cita romántica que tienes con Louis hoy

— ¿Eso? Estoy bien – dije un poco nerviosa

Aquel día estaban elaborando una nueva pócima: una solución para encoger.

Unos calderos más allá, Angelina afrontaba varios problemas. Solía perder el control en las clases de Pociones. Era la asignatura que peor se le daba. Su poción, que tenía que ser de un verde amarillo brillante, se había convertido en...

— ¡Naranja! —exclamó el profesor, levantando un poco con el cazo y vertiéndolo en el caldero, para que lo viera todo el mundo - Dime, no he dejado  claro que no había que echar más que unas gotas de jugo de sanguijuela?

Angelina parecía que se iba a echar a llorar.

- Profesor —le dije al profesor—, puedo ayudar a Angelina a arreglarlo...

- Está bien...—dijo dándose por vencido - Por cierto, dígale a su hermano que tiene un 9 en la poción que hizo en la clase de ayer

- ¿Un 9? ¿Mi hermano? ¿En pociones? – dije sin dar crédito

- Si... Una excelente poción – dijo girándose para continuar mirando más pociones

- Quién lo diría... - dijo Yasmine también sorprendida



_____ se había arreglado más de lo normal, cosa que su novio pareció no haberse dado cuenta. Habían pasado una simple tarde en los jardines de Hogwarts, una simple tarde...

_____ se había despedido de su novio, subió los terrenos de Hogwarts y entro en el castillo. Comenzó a recorrer los pasillos del castillo en dirección a su habitación. Estaba decepcionada y se encontraba bastante triste. Se estaba dando cuenta de que lo suyo con Louis no iba a ninguna parte y que lo mejor que podía hacer era dejar esa relación cuanto antes.

Por aquel mismo pasillo pasaba Sirius. El si se había fijado en lo guapa que estaba la hermana de su mejor amigo cuando la vio bajar por las escaleras hacia su gran cita que al final resultó ser una m*erda y estaba enfadado por ello. Él sabía que _____ se merecía algo mejor y tenía que hacer algo. Una locura.

Black se detuvo y miro a su alrededor. No había nadie en los pasillos. Sin que ella se lo esperase, empujo a _______ contra la pared colocando sus manos por encima de su cabeza.

- Él no te merece – le dijo rápidamente y sin pensar 

- Tú no eres quien para decir nada al respecto - dijo molesta

- Si, si lo soy. Y si tu hermano no se da cuenta pienso ser yo quien haga algo

- No puedes hacer nada ni quiero que hagas nada

- Sabes que sí puedo y tú también sabes que lo tuyo con Louis no va a ningún lado. ¿Por qué no haces nada?

- Por dos razones. En primer lugar, lo que haga con mi vida es asunto mío y de nadie más y tú eres el menos indicado para decirme nada y segundo...

Sirius no se pudo aguantar y la beso. La beso con fuerza, como si el mundo se acabara mañana. Tan pronto como había empezado el beso, ceso. Sirius se marchó sin decir nada. Cuando ya había dado unos pasos dejando a _____ petrificada, se giró y dijo:

- Por cierto Potter, hoy estás muy guapa

- La segunda es... - dijo ____ intentando reponerse de lo ocurrido- que no quiero ser una de esas chicas que Black utiliza y luego deja tiradas como un trapo – Justo en el momento en que acabo de pronunciar esa frase, una oleada de dolor cruzo la expresión del chico, que se marchó sin decir nada.

______ subió a su habitación sintiéndose la peor persona del mundo. Sirius le había demostrado lo que sentía por ella y ella lo había humillado. Aquella noche, ambos lloraron hasta quedarse dormidos.


Había pasado un mes desde lo que había ocurrido entre _____ y Sirius. Los dos intentaban no cruzarse en el camino de ninguno y evitaban hablarse.

_____ había cortado con Louis al día siguiente y eso supuso una pequeña alegría para Sirius cuando James se lo contó a Los Merodeadores.


Ya había comenzado el mes de noviembre y el tiempo se estaba volviendo más frío.

Los Merodeadores se encontraban en la clase de Historia de la Magia que estaba siendo un aburrimiento. Se está acercando la navidad y este año Sirius la pasaría con la familia Potter. Sería una navidad muy diferente.

Sirius estaba sentado con una hoja en blanco delante suya.

Sirius comenzó a pensar en su vida. En cuanto a los estudios, sus amigos ya sentaron la cabeza y  saben que quieren estudiar y están empezando a preparar los exámenes de quinto curso y el aún seguía con la idea de vivir la vida loca.

Estoy colado por la misma chica desde hace dos años y aunque salí con muchas chicas e incluso el año pasado tuve novia, nunca me anime a pedirle nada serio, ni siquiera una cita a la chica que me vuelve loco... Lo único que se me ocurrió fue besarla y ahora ella sabe que sí  siento algo pero tengo miedo a que me rechace por mi fama de jugar con las chicas, como ella misma me ha dicho, lo cual me dolió mucho. Mi última relación no acabo bien (es decir, me fue bien hasta que ella tuvo que abandonar el colegio, pero aun así no me sentía del todo a gusto con ella, porque solo podía pensar en ella, en...)

- Qué se supone que estás haciendo, Canuto? – dijo James mientras intentaba mirar lo que estaba escribiendo en el papel

- Nada – dijo. Cogió su varita y dijo: "Incendio" y el papel comenzó a arder dejando un horrible olor a quemado en la clase

- Black!!! ¿Qué se supone que está haciendo?!?! – dijo el profesor Binns acercándose a la mesa mientras le quitaba 15 puntos a Gryffindor y lo castigó aa limpiar la clase durante toda la tarde . 

- Maldito seas James... - pensó Sirius




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