21. La huida de Sirius
Ya eran las doce de la mañana y James y Sirius seguían durmiendo en la habitación de invitados. Abajo en la cocina, se encontraba Andrómeda Tonks preparando la comida acompañada por su hija Nymphadora, de tres años y ______. Estas la estaban ayudando a preparar unos bollos de Bath, unos bollos rellenos de pasas y piel de fruta recubiertos de azúcar, y una empanada de Cornualles en forma de media luna rellena de una mezcla de carne de ternera, nabo, cebolla y patata.
- Mira qué horas son... y estos aun durmiendo – dijo Andrómeda mientras picaba la cebolla
______ no había dicho palabra en toda la mañana y eso dio que desconfiar a Andrómeda. Pero justamente cuando iba a preguntarle el motivo de su silencio,suponiendo que tenia algo que ver con su sobrino, entró su marido Ted Tonks con el correo y con El Profeta en sus manos.
- Bueno, parece que no ha ocurrido nada grave esta semana – dijo Ted mientras dejaba el correo en la mesa y se acercaba a saludar a su esposa - ¿Es que aún no se han levantado? – preguntó Ted notando que los chicos no se encontraban cerca
- Era lo que estaba hablando con _____ hace un momento. ¿Por qué no vas a arriba y los despiertas? – le propuso Andrómeda
- Me parece una buena idea. Me acompañas Nymphadora? – pregunto Ted a su hija. La niña miró enfadado a su padre y su cabello se volvió de color rojo – Vamos, Dora? – volvió a preguntar. La niña asintió y acompaño a su padre a despertar a su primo Sirius y a su amigo con una sonrisa en su rostro.
Quince minutos después, Ted bajaba por las escaleras con su hija y detrás de ellos, Sirius y James bostezando.
- ¿Habéis dormido bien? – preguntó Andrómeda cuando los cuatro se sentaron en la mesa mientras ella y _____ servían la comida
- Si – dijo Sirius bostezando
- Ya – dijo Andrómeda – Entonces podréis explicarme que hace una moto aparcada en la parte trasera de la casa, verdad?
Sirius y James se pusieron blancos y se miraron disimuladamente a la espera de que alguno de los dos hablara.
- ¿Y bien? – volvió a preguntar
James miró a su hermana pidiendo ayuda pero esta solo bajó la cabeza para dirigir su mirada hacia el plato de comida.
- Pues... - dijo Sirius buscando una respuesta al ver que su amigo no contestaba
- En resumen, que ayer os escapasteis por la noche y salisteis sin decir nada – dijo Ted mientras leía El Profeta, por lo que no podían ver su expresión
- ¿Y bien? – volvió a decir impaciente Andromeda esperando una explicación
- Es cierto – confesó Sirius – No le digas nada a mi madre
Andrómeda miró fijamente a Sirius pero no dijo nada más. Andrómeda era una de las pocas personas que conocía lo que el joven Sirius había vivido en la casa de su hermana. Su cariño era tan grande hacia él que sabia ocultar todas las gamberradas de su sobrino.
La comida transcurrió tranquila salvo por algún comentario por parte de Ted sobre lo que leía en el periódico.
______ ignoró a James y a Sirius el resto del día y, a las cinco de la tarde, Euphemia Potter llegó a la casa de Andrómeda para buscar a James y _____ que se despidieron de la familia Tonks y de Sirius, el cual se quedaría hasta el martes.
James y Sirius montaron una escena a la hora de despedirse mientras su madre regañaba a James amablemente y Andrómeda los miraba con cariño. ______ decidió esperar en el coche y Sirius no pudo despedirse de ella.
James le contó a su madre lo que habían hecho durante el fin de semana sin contar su salida nocturna con Sirius por la ciudad de Londres.
_____ se había marchado con su tía Marge durante una semana, a lo que James protestó varios días antes de la partida de su hermana aunque esta no demostrará recelo de ir a pasar unos días con su tía, a la cual siempre había detestado. James no entendía que había hecho cambiar a su hermana para que ahora quisiera irse con su tía.
James, después de haber ordenado su habitación por quinta vez para no aburrirse, bajó a la sala, la cual estaba vacía. James escuchó a su madre en la cocina y supuso que su padre se encontraba preparando, posiblemente, una nueva poción.
De repente, un ruido extraño se oyó en toda la casa y James se levantó del sofá y se acercó hasta la cocina, donde su madre había dejado de limpiar para mirar por la ventana y descubrir de donde procedía ese ruido.
- ¿Has escuchado eso? – preguntó James a su madre
- Sí – dijo su madre cerrando la cortina – Tal vez haya sido tu padre. Posiblemente haya fallado en la poción.
- Eso no es cierto – dijo Fleamont que ahora se encontraba detrás de James – Yo también lo he oído y os aseguro que no he sido yo.
Se volvió a escuchar un ruido similar al anterior pero esta vez sonaba más cerca.
James y sus padres salieron a la parte principal de la casa y vieron que algo se acercaba volando. Una moto voladora se acercaba a la casa y detrás de la moto, una mujer subida en una escoba lanzaba hechizos a la moto y al hombre que iba sentada en ella.
- SIRIUS!!!! – gritaron los tres al unísono.
Se escuchaban los gritos de la madre de Sirius con la varita en mano y apuntando a su hijo.
- PROTEGO!!! – Gritaron Fleamont y Euphemia al mismo tiempo mientras apuntaban con su varita a Sirius el cual acababa de esquivar un hechizo lanzado por su madre.
James sacó su varita y se colocó al lado de sus padres para ayudar a su amigo.
James apretó los puños al ver como su amigo intentaba esquivar los maleficios de su madre mientras su padre intentaban protegerlo, cosa que no era nada fácil.
Sirius consiguió dejar atrás a su madre y aterrizó la moto muy cerca de la casa. James corrió a ayudar a su amigo el cual había sido alcanzado por alguno de los maleficios. Su pierna no tenía muy buen aspecto
- ¿Estás bien?? – preguntó James ayudando a su amigo a bajar de la moto
- Sí, no te preocupes – le dijo para tranquilizarlo aunque la situación no era muy buena que digamos
Walburga comenzó a lanzar hechizos contra James y Sirius, los cuales estaban caminando en dirección a la casa mientras Fleamont y Euphemia lanzaban hechizos a la madre de Sirius. Un hechizo pasó rozando a James y este se giró para lanzarle un hechizo a Walburga, la cual lo esquivó.
- Ten cuidado Sirius. Te juro que si te hace algo, no me importaría ir a Azkaban por matarla – Dijo James mientras se giraba para lanzarle otro hechizo.
Sirius miro a su amigo con un brillo en los ojos y sintió como si James fuera la única familia que el tuviera y que haría todo por él, incluso matar.
Sirius y James llegaron a la puerta de la casa y Sirius se apoyó en la puerta mientras su amigo apuntaba con la varita a Walburga. Esta lanzó un hechizo contra James y todos, incluido Sirius, apuntaron con la varita a diferentes direcciones para desviar el maleficio pero nadie consiguió desviarlo y el hechizo impacto contra James el cual se cayó al suelo gritando de dolor.
Sirius miró a su amigo tumbado en el suelo retorciéndose de dolor y a su madre sonreír maliciosamente
- Sirius, ayuda a James y meteros en casa – gritó Fleamont
Sirius cogió a su amigo y lo metió en casa. Los gritos no cesaban fuera y Sirius intentó llevar a James a su cuarto. Le gustaría poder ayudar y enfrentarse a su madre pero el miedo lo tenían bloqueado.
Los padres de James siguieron atacando, cada vez con más fuerza, hasta que Walburga comenzó a retroceder y desapareció.
Sirius ayudó a Cornamenta a sentarse en la cama y este, mirando a su amigo, le dijo:
- Sirius, la próxima vez que vea tu madre o venga de visita, asegúrate de que tenga una varita en mano para darle una bienvenida como se merece... - dijo
Sirius miró a su amigo el cual había posado su mirada en la pierna de Sirius
- Estás sangrando – comprobó James
- Lo mismo te digo
Los dos se miraron y comenzaron a reírse pero pararon cuando los padres de James entraron en la habitación con un botiquín para las heridas.
Sirius dejó que los padres de James le curasen las heridas y les agradeció que lo dejasen quedar en su casa hasta que encontrase donde vivir. Fleamont y Euphemia le aseguraron a Sirius que no era necesario que hiciera eso porque ellos querían que se quedara a vivir con ellos.
Sirius hacia mucho tiempo que no sentía una alegría tan inmensa y cuando James lo acompañó al que sería su nuevo cuarto, Sirius tuvo que retener las lágrimas que querían asomarse.
Apenas había cogido sus cosas cuando salió huyendo de casa así que James le dejó su ropa y tanto él como Euphemia lo acompañarían al día siguiente para comprar todo lo que necesitase.
Fueron pasando los días y los Potter hacían que Sirius no se sintiese un extraño. Sin embargo, era consciente de que faltaba algo en esa casa.
- ¿y tu hermana? - preguntó Sirius que estaba tumbado en la cama de James mientras este preparaba su escoba
- Está con mi tía Marge. Volverá en unos días
- ¿Por qué no estás tu con ella?
- Porque prefiero estar aquí. Si me hubiese ido, ¿quien te hubiese salvado el culo? - se burló
- Técnicamente, me lo salvaron tus padres - le recordó Sirius con tono triste
- Ya hemos hablado de eso... Lo volverían hacer una y otra vez - dijo James observando a su amigo
- ¿y qué crees que pensará ______ cuando me vea aquí?
- Bueno, no creo que le agrade mucho pero lo acabará aceptando
- Ya... - dijo Sirius desilusionado con la respuesta de su amigo. La aprobación de ______ era algo que a Sirius le importaba mucho
- todo irá bien, vale? - le dijo James al ver que su amigo seguía preocupado - Nunca dejaré que nada malo te pase Sirius
- Yo tampoco .- dijo mirando a su mejor amigo y ambos sonrieron.
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Actualización 10/07/19
Actualización II: 11/11/20
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