47. No hagas enfadar a un hada

Alina Potter

Las clases de Pociones fueron especialmente difíciles esos días. Alina, Yasmine y Stephany debían compartir escritorio. Slughorn pidió silencio a la clase para que esta pudiera dar comienzo.

- ¡Ordénense, ordénense, por favor! Rápido, que debemos hacer mucho trabajo hoy. Tercera Ley de Golpalott... ¿alguien me podría decir lo que es?...Señor Crouch, ¡por supuesto!

- La Tercera Ley de Golpalott establece que los antídotos para una poción venenosa serán iguales a la suma de los antídotos de cada compuesto por separado. – dijo Barty Crouch Jr

- ¡Exactamente! - dijo Slughorn sonriendo- ¡Diez puntos para Slytherin! Ahora, si aceptamos la Tercera Ley de Golpalott ...

Alina observaba atentamente a su caldero sin escuchar ni una palabra de lo que el profesor estaba diciendo.

Stephany estaba sentada al lado de Alina con la boca abierta garabateando distraídamente en el libro de 'Fabricación de Pociones Avanzado'.

- ... y entonces,- dijo Slughorn, - quiero que cada uno venga y tome uno de los frascos de mi escritorio. Deben crear un antídoto y poner un poco en el frasco antes del final de la clase. ¡Buena suerte, y no olviden sus lentes protectores!

Yasmine había dejado su puesto y ya estaba a mitad de camino hacia el escritorio del profesor cuando el resto de la clase se dio cuenta de que debían hacer lo mismo, y cuando Stephany y Alina regresaron a sus puestos, Yasmine ya había vertido el contenido de su frasco en el caldero y estaba encendiendo un fuego debajo del caldero.

Alina destapó la poción que había tomado del escritorio de Slughorn, la cual era de un llamativo color rosa, vertió su contenido en el caldero y prendió un fuego bajo el caldero. Le echó un vistazo a Stephany, que estaba parada luciendo extraña y habiendo copiado todo lo que hizo Alina, así que no le podría copiar.

Yasmine estaba moviendo su varita entusiastamente encima del caldero. Desdichadamente, ellas no podían copiarle el hechizo que estaba haciendo porque había mejorado tanto en los Encantamientos no verbales que no necesitaba decir el hechizo en voz alta.

Slughorn había tomado algo de poción del caldero de Stephany en su vuelta a la mazmorra, preparado para exclamar el placer que le producía, como lo hacía la mayoría de las veces, en cambio, al olerla, retiró su nariz precipitadamente, tosiendo, ya que el olor a huevos podridos lo había abrumado.

- ¡Se acabó el tiempo! - dijo cordialmente Slughorn media hora después. - Bien, vamos a ver cómo lo han hecho. Herdenson... ¿qué tienes para mí?

Lentamente, Slughorn se paseó por la sala, examinando los variados antídotos. Nadie había finalizado la tarea... Stephany se había dado completamente por vencida y estaba meramente intentando evitar respirar por los humos putrefactos que emanaba su caldero.

Alina estaba parada esperando. Slughorn finalmente alcanzó su mesa. Primero olfateó la poción de Stephany con una mueca en la cara. No se detuvo mucho tiempo en el caldero de Stephany, sino que retrocedió rápidamente, haciendo un gesto de asco desdeñosamente.

- Y tú, Alina- dijo luego–. ¿Qué tienes para mostrarme?

Alina le mostró el contenido de su mano.

- Ese es el espíritu de un verdadero Fabricante de Pociones - dijo Slughorn muy feliz – Aunque te falta bastante para llegar al resultado final pero bien. Lo has hecho muy bien. Tiempo de recoger las cosas - dijo Slughorn - y diez puntos para Gryffindor por el buen trabajo.

Todavía brincando, el Profesor se fue hacia su escritorio al frente de la mazmorra. Las chicas recogieron sus cosas y abandonaron las mazmorras.

La nieve se derretía alrededor de la escuela mientras llegaba Febrero, para ser reemplazada por una humedad fría y sombría. Unas nubes grises purpúreas se encontraban a baja altura sobre el castillo y una lluvia fría hacía que el césped estuviera lodoso y resbaladizo.

Por esto fue que la primera clase de Aparición de los alumnos de sexto, que estaba propuesta para el sábado en la mañana porque así no perdían clases, fue realizada en el Gran Salón y no en los terrenos del Castillo. Cuando Luke, Yasmine, Angelina y Alina llegaron al Gran Salón se hallaron con que las mesas no estaban contra las ventanas y el techo encantado se arremolinaba oscuro sobre ellos cuando se juntaron los alumnos frente a los Profesores McGonagall, Slughorn, Flitchwich y Sprout, los Jefes de las Casas y un pequeño brujo quien Alina asumió era el Instructor de Aparición del Ministerio. Estaba extrañamente pálido, con pestañas transparentes, pelo dedicado y un aire que lo hacía pasar desapercibido, como si una ráfaga de aire lo pudiera desarmar. Alina se preguntó si las constantes apariciones y desapariciones lo habían disminuido de alguna forma, o tal vez su frágil contextura era ideal para quien necesitaba desaparecer.

- Buenos días - dijo el brujo del Ministerio cuando los estudiantes habían llegado y los Jefes de Casas los silenciaron.- Mi nombre es Wilkie Twycross y yo seré vuestro Instructor de Aparición enviado por el Ministerio por las siguientes doce semanas. Espero ser capaz de prepararlos para vuestro examen de Aparición en este tiempo...

- ¡Crouch, silencio y presta atención!, - gritó la Profesora McGonagall.

Todos se voltearon a mirar. Crouch Jr estaba sonrojado hasta un color rosa oscuro, lucía furioso cuando se separó de la persona con la que había estado hablando durante varios minutos en susurros.

- Para ese entonces, muchos de vosotros estaréis listos para tomar el examen - continúo Twycross como si no hubiese habido interrupción alguna. - Como seguramente saben, es casi imposible aparecer o desaparecer dentro de Hogwarts. El Director ha deshecho el hechizo del Gran Salón solo por una hora para permitirles practicar. Me permito recalcar que no podrán aparecerse fuera de las paredes de este Hall, y sería imprudente intentarlo. Me gustaría que cada uno se ordenara de forma tal que tengan un espacio de 3 metros frente a ustedes.

Hubo revuelta y empujones cuando los alumnos se separaron, se golpeaban y peleaban por los espacios. Los Jefes de las Casas se movían entre los estudiantes, ordenándolos en posiciones y terminando con las discusiones.

- ¡Lo que hay que tener en cuenta para la Aparición, son las tres D's!,- dijo Twycross – "Destino, Determinación, Decisión". Primer paso: fijar vuestra mente sobre su destino deseado,- dijo Twycross, - en este caso, en el interior de vuestro aro. Ahora, suavemente, concéntrense en vuestro destino.

Todos miraban alrededor furtivamente para ver si los demás estaban concentrados en su aro, y luego, precipitadamente, hacían el ejercicio. Alina miró fijamente el espacio circular encerrado, y lleno de polvo y trató de no pensar en nada más.

- Segundo Paso, - dijo Twycross, - ¡Concéntrense en su 'Determinación' de ocupar el espacio visualizado! Dejen que su deseo se extienda desde su mente a cada partícula de su ser. ¡Tercer paso!- dijo Twycross, - solo cuando dé la orden... Vuelvan a sus puestos, sintiéndose que se dirigen a la nada, ¡moviéndose con 'Deliberación'! A la cuenta de tres: uno...

Muchos alumnos lucían realmente alarmados al comprender que les pedían aparecerse tan rápido.

- ...dos...

Alina intentó concentrarse en el aro.

- ..¡TRES! ...

De pronto todo el Hall estaba lleno de personas tambaleantes; Luke estaba tirado de espalda; Yasmine, por otro lado, había hecho algo como una pirueta gimnástica hacia el aro y lucía momentáneamente conmocionada hasta que se dio cuenta que Angelina estaba riéndose a carcajadas de ella. Alina no había conseguido moverse del sitio pero por lo menos no se había tambaleado como el resto de sus compañeros.

- No se preocupen, no se preocupen - dijo secamente Twycross, quien no parecía esperar algo mejor. - Ajusten sus aros como antes, y vuelvan a sus posiciones iniciales.

El segundo intento ni fue mejor que el tercero. El tercero fue igual de malo.Hasta que pasó algo interesante.

Hubo un horrible grito de alegría y todos miraron alrededor, para ver a Luke, de Hufflepuff, tambaleándose en el aro con la pierna izquierda dentro del aro y la otra fuera del aro, por lo cual, había conseguido trasladarse casi al aro.

- Muy bien hecho – lo felicito la profesora Sprout – Te mereces 20 puntos por ser el primero en casi conseguirlo.

- Muy bien hecho Ericson – le felicito McGonagall

Luke aún no salía de su asombro.

- Felicidades! Pensé que aún tardaríamos en conseguir que alguien consiguiera aparecerse en el aro... Una cosa que debéis saber es que es la 'escisión' o la separación casual de alguna parte del cuerpo - dijo Wilkie Twycross de forma aburrida, como si esas mismas palabras las hubiese repetido una y otra vez – sucede cuando la mente no está suficientemente 'determinada'. Se deben concentrar siempre en su 'destino', y moverse sin apresurarse, pero con 'decisión'... así.

- Para que quiero aprender a aparecerme, si puedo perder una parte del cuerpo, cuando puedo volar? - pensó Alinamientras Twycross seguía hablando.

El mago dio un paso adelante, se giró graciosamente en su puesto con los brazos estirados y desapareció en un remolino de la túnica, reapareciendo en la parte de atrás del Gran Salón.

- Recuerden las tres D's, - dijo - e intenten de nuevo.... Uno... dos... tres.

Una hora después, la media aparición de Luke era lo más importante que había pasado. Twycross no parecía desesperanzado. Afirmándose el abrigo al cuello, dijo simplemente:

- Nos veremos el próximo sábado, chicos, y recuerden: 'Destino. Determinación. Decisión.'

- ¿Cómo lo hiciste?- le preguntó Angelina a Alina  después de la clase- Yo creo que sentí algo la última vez que lo intenté, una especie de zumbido en mis pies.

- Supongo que tus zapatillas son muy pequeñas -dijo Stephany sonriente.

- Muy graciosa – le dijo Angelina fulminándola con la mirada

- No sentí nada - dijo Alina decepcionada por su primera clase de Aparición

- Lo único bueno es que Slytherin va de último – dijo Stephany cuando pasaron al lado de los relojes de arena que almacenaban los puntos de cada casa en forma de piedras de colores

Y era cierto. Slytherin se encontraba de último en la clasificación para la copa de las casas. En primer lugar se encontraba Gryffindor seguido muy de cerca por Hufflepuff y Ravenclaw. 

El día de San Valentín llegó. En el Gran Comedor todo el mundo estaba expectante, al fin y al cabo, a todos les gustaba este día por una razón o otra: para lucir pareja, para enterarte de los últimos cotilleos, para ver lanzar maldiciones unos a otros. Estas ultimas era mejor verlas de lejos  . Hoy Dumbledore se levantó inspirado. Aguardó pacientemente a que todos guardásemos silencio para poder hablar.

- Se avecinan años llenos de incontables desafíos pero también marcado por grandes logros. Logros conseguidos por el trabajo constante, perseverancia y colaboración. No hay que olvidar el conocimiento, la amistad, el crecimiento y el amor. Hoy es un día señalado.  Sed prudentes y disfrutad del día del amor y de vuestra visita a Hogsmeade los cursos de sexto y séptimo

Filch estaba de pie en las puertas principales de roble como siempre, revisando los nombres de las personas que estaban autorizadas para ir a Hogsmeade.

El paseo a Hogsmeade  fue agradable. La carretera para el pueblo estaba llena de estudiantes y de visitantes que se habían acercado al pueblo aquel día. Alina solo estaba deseando ver a una persona.

- ¿Aquel de allí no es Sirius?

- ¿Donde? - se giró bruscamente hacia todos lados hasta que se dio cuenta de que sus amigas le estaban gastando una broma - Muy graciosas. 

- Es una pena que la nieve casi esté derretida - dijo Angelina haciendo una pequeña bola de nieve y lanzándola 

Una repentina corriente de aire las despeinó. Entraron a Las Tres Escobas. Después de sentarse y pedir de beber, la puerta se abrió de nuevo y vieron entrar en el bar al profesor Flitwick, la profesora McGonagall y Hagrid muy de cerca. 

Angelina comenzó a relatarles su último encuentro con Harry, el chico de Slytherin que estaba interesado por ella. Apenas prestaron atención cuando la puerta se volvió a abrir pero si cuando sonó por toda la estancia un  par de pies con zapatos de tacón alto y la risa de una voz femenina que ya todas identificaban.

- ¡Cuanto me alegra verte guapo! ¿Querrás una cerveza?

La voz se vio apagada por la risa estruendosa de Hagrid, que debía de disfrutar de algún chiste. 

—Gracias, Rosmerta, querida —dijo la voz de Minverva—. Pero seguro que el joven no nos habrá venido a ver a nosotros 

- Lo dirás por ti Minerva. Yo aún estoy en plena juventud. Tómate algo, ¿quieres? Yo te invito - dijo Rosmerta

- Escucha Alina - la voz de Angelina la hizo retomar completamente a la conversación. - Regulus me ha preguntado por ti, otra vez. Debería de hablar con él.

- No tengo nada que hablar con él - respondió molesta

- Ya sabemos porque lo haces - añadió Stephanie. - Pero creemos que Regulus nunca te haría daño. 

- A lo mejor no tuvo opción - susurro Yasmine

- Siempre hay opción - respondieron Angelina y Alina al unísono 

Alina se sintió mal por su amiga. Ella también está intentando asimilar que su hermano se asocié con mortifagos. Si te juntas con ellos, solo puede llevarte al mal camino. 

- Se me hace raro verte aquí sin él - exclamó Rosmerta - Tienes que tener una buena excusa para estar aquí.

- La tengo

Alina dio un respingo al reconocer la voz porque allí, al lado de los profesores, se encontraba Sirius Black. Llevaba un abrigo largo negro, unos vaqueros oscuros y un jersey rojo. Y es que no podía estar más guapo. A Alina se le paró el corazón durante unos segundos, quizás minutos. ¿Sirius Black siempre tendría ese efecto en ella?

Alina movió repetidamente la cabeza varias veces para alejar el calor que le había entrado de repente. Pero era imposible si él se encontraba tan cerca.

- Hola chicas, ¿habría sitio para mi?

- Black. Pensábamos que no vendrías - contestó Angelina

- ¿Me echas de menos Snape? - dijo Sirius mientras se sentaba al lado de su novia

- A todas horas - se burló Angelina y todas rieron

- Hola - susurró Sirius mirando a Alina con ternura

- Llegas tarde 

- Tuve que atender a unos fans - se rio 

- ¿Te refieres a Rosmerta? Solo le hace falta pedirte que la acompañes detrás de la barra 

- Es una pena que ya esté interesado en alguien - dice mirándola a los labios. 

- Dime Black, ¿hay alguna novedad? - pregunta Yasmine

Dos horas después, las chicas se dirigen de vuelta al castillo. Black las acompaña. En un momento dado, las chicas comienzan a coger velocidad dejando atrás a la pareja. Sirius y Alina van agarrados de la mano, mientras hablan de todo y de nada a la vez. Llegan hasta una colina donde se ve una de las caras del castillo. Ambos se quedaron observandolo en silencio. Sirius metió la mano por dentro del abrigo y sacó una cajita roja.

- No es un tanga - habló mientras le entregaba la caja

Alina sonrió mientras la desenvolvía. Dentro se encontró unos pequeños pendientes con una piedra roja preciosa. Sirius se los colocó y ella lo besó en agradecimiento. Unos pasos les llamó la antención y al girarse se encontraron unos ojos negros sumidos en la más absoluta tristeza,

- Hola

Sirius se colocó delante de Alina, ocultándola. 

- ¿Qué crees que haces?

- Pensé que Alina querría no volver sola a casa

- Antes le dejaría que volviese con los dementores - escupió con rabia

- ¡Sirius! - exclamó molesta por su actitud. Se puso delante de nuevo y lo vio poner una mueca. - Es mejor que te vayas Regulus

- O puedes quedarte - dijo Sirius sacando la varita 

Alina hizo un rápido movimiento con la mano y la varita de Sirius salió volando. Su novio la miró sorprendido. Tal vez pensó que se me daban bien los hechizos no verbales. La realidad era otra.

 Las hadas no necesitaban varitas para hacer magia. Pero habían aprendido con el tiempo que a los magos les costaba asimilar que pudieran utilizar sus poderes así, sin más. No comprendían que las hadas eran esencialmente mágicas, y les resultaba más sencillo aceptar que fueran capaces de obrar prodigios si creían que lo hacían mediante algún tipo de objeto mágico. La varita era, por tanto, parte de la puesta en escena. Alina la encontraba inútil y engorrosa, pero ya no se atrevía a salir de casa sin ella.

- Regulus, es mejor que te vayas, por favor - sus palabras fueron una suplica y Regulus la miró con tristeza y asintió, alejándose de ella y su hermano. 

Sirius apretó los puños y la mandíbula.

- ¿Era necesaria esta escena? - dijo realmente enfadada

- Te dije que no te quiero cerca de él - respondió cabreado

- ¡Y tu controlar tu mal genio! Deberías marcharte. Tendrás cosas más importantes que hacer

- ¿Más importantes? ¡Tu eres lo que más me importa en este mundo!

- ¡Pues confía en mi! - le gritó ella - He dejado de hablar con Regulus solo por ti pero eso no quiere decir que no me siga importando porque si lo hace. Y si no eres capaz de aceptarlo entonces...

- Está bien - respondió rápidamente - No termines esa frase. Confío en ti pero no en él. - iba a continuar pero Alina le hizo un gesto de no querer saber más - Solo ten cuidado - Sirius se acercó a su novio y esta le permitió que la rodease con sus brazos.

Febrero dio paso a Marzo sin cambios de clima, exceptuando que los días se volvieron más ventosos y húmedos. Para indignación de los estudiantes, un mensaje en la Sala Común decía que la próxima salida a Hogsmeade había sido cancelada.

- ¿Habéis leído el Profeta últimamente? Han sido reportadas más desapariciones en El Profeta – comento Angelina - incluyendo a familiares de estudiantes de Hogwarts.

Nadie comentó nada al respecto ya que los estudiantes intentaban no hablar de esos temas a no ser que estuviesen en sus respectivos dormitorios.

Alina intentaba que James o Sirius le contasen algo en sus cartas pero siempre evadían sus preguntas. Incluso lo había intentado con Lily y Remus, pero había resultado en vano.

Después de tres clases, la Aparición se les hacía más difícil que nunca, aunque unos pocos más se habían escindido. La frustración se hacía cada vez mayor y ya había bastante repulsión hacia Wilkie Twycross y sus tres D's, que habían inspirado muchos apodos para Twycross...

Estaban sentadas junto al fuego en la sala común, los únicos otros despiertos eran unos de sexto. Habían tenido una impresión fuerte temprano, cuando regresaron de la cena, al encontrar una nueva noticia en el tablero de anuncios que decía la fecha de su examen de Aparición. Aquellos que tuvieran diecisiete años o los cumplieran antes de la fecha para la primera prueba, el 21 de Abril, tenían la opción de inscribirse para una sesión de práctica adicional que tendría lugar (bajo mucha supervisión) en Hogsmeade. Sin embargo, la única que podía presentarse era Yasmine. Las demás no podría tomar la prueba estuviesen listas o no.

Alina se había quedado dormida, otra vez, por lo cual tuvo que correr para no llegar tarde a su clase de Defensa contra las Artes Oscuras.

- Tarde Potter - dijo la profesora cuando se apresuró a entrar en el salón iluminado por velas - Diez puntos menos para Gryffindor.

Si algo que odiaba la profesora de DCAO era la impuntualidad y siempre solía descontar puntos al alumno que llegaba tarde a sus clases, fuera la casa que fuera. Alina se tiró en un asiento a lado de Angelina.

- Antes de empezar, quiero sus ensayos sobre Dementores - dijo la profesora agitando suavemente su varita, y veinticinco pedazos de pergamino volaron por el aire y aterrizaron en una ordenada pila en su escritorio.

- Señora - dijo Brian hojeando su pergamino- me he estado preguntando, ¿Podría decirme cual es la diferencia entre un Inferius y un fantasma?

- Los Inferius son cuerpos que han sido reanimados por hechizos de magos oscuros. No están vivos, son simplemente usados como marionetas para hacer la voluntad del mago. Un fantasma, como espero que todos ustedes sepan, es la impresión que deja un alma en la tierra y tiene voluntad propia – contesto la profesora – Ahora, sigamos con la clase...

Cuando sonó la campana al final de la clase, las chicas y Brian salieron de la clase.

- No debería de presentarme al examen.... ¡No he conseguido aparecerme ni una sola vez! – protestó Yasmine

- Deberías hacer las sesiones extra de práctica en Hogsmeade y a ver en qué te ayudan - dijo razonablemente Brian

- Y sino, puedes posponer la prueba y hacerla conmigo el siguiente verano... – le dijo Stephany

Y así, la semana siguiente, Yasmine se unió al resto de los alumnos de sexto que habían cumplido diecisiete años a tiempo para tomar la prueba en dos semanas.

Debido al nerviosismo de los estudiantes, los profesores decidieron no poner demasiados deberes durante esos días.  Alina se lo comentó a Sirius en una de sus cartas y este le dijo que muy pronto tendría noticias suyas. Aquel día no supo a que se refería pero cuando llegó las pruebas de aparición, Alina se dirigió hacia la lechucería para enviarle una carta a sus padres pero antes de llegar, Midnight fue a su encuentro sujetando lo que parecía una nota y no una carta. En ella solo ponía "dirígete a la puerta principal". Conocía esa letra perfecta y impecable.

Caminó con buen humor hacia la puerta principal. Ya había pasado la torre de vigilancia. Aquella zona del camino era más oscura así que pasó con calma. Oyó un ruido a sus espaldas y se giró para ver que era, sin encontrarse nada. Notó como algo tocaba su pelo y se volvió a girar con el pecho en la mano, y no vio nada pero no tardó en descubrir de que se trataba.

Sirius salió de debajo de la capa invisible riéndose mientras Alina lo fulminaba con la mirada y se cruzaba de brazos.

- Lo siento, no pude evitarlo - dijo mientras doblaba la capa. Al ver que Alina lo miraba con expresión seria, dejó de reírse y la miró con una sonrisa - Hola princesa

- ¿Ahora soy princesa? - dijo molesta

Sirius le sacó la lengua y antes de que ella se apartara, Sirius la rodeó con sus brazos. La abrazó por más de un minuto y le dio un beso en la nuca.

- Huele bien tu pelo. - dijo

- ¿Cómo te has colado? - le preguntó

- Tengo mis trucos - dijo y Alina vio el mapa del merodeador en su pantalón trasero.

- ¿Sabe James que estás aquí?

- No - respondió - Pero si sabe que tengo la capa

- ¿Cómo está todo fuera? - preguntó de repente

- Siempre puede estar peor - dijo Sirius mirando hacia otro lado

- Deja de evadir mis preguntas - protestó

- No las evado pero es que... - Sirius refunfuño y se tocó el pelo, el cual lo traía más largo que de costumbre. - Nena, no quiero que te preocupes por lo que pasa fuera. Todos están bien, ¿vale? Mientras estés en Hogwarts estarás a salvo y saber lo que ocurre fuera solo hará preocuparte y no concentrarte en las clases.

- Puedo concentrarme igual

- No decías eso cuando estaba a tu lado - dijo arqueando una ceja

- Porque no me dejabas estudiar.

- Ese no era el problema. Tu querías que yo estudiase y yo - dijo acercándose más - quería hacer otras cosas - dijo y comenzó a besarla mientras posaba sus manos en su trasero.

Estuvieron un rato así. Alina había echado de menos sus presencia en Hogwarts. Sirius se alejó levemente y empezó a depositar pequeños besos en la cara para ir bajando hacia el cuello.

- Detente - le exigió y lo apartó - Podría vernos alguien.

- ¿Y cual es el problema? - dijo Sirius tirando de ella pero se volvió a escabullir.

- Me meterías en un problema y tu en otro

- ¿y donde está el problema? - dijo

- En que no deberías estar aquí. Por no decir que eres el adulto. - dijo riendo

- Odio ser el adulto - protestó y la volvió a atraer hacia él y ella no opuso resistencia. - ¿Sabes? - dijo mirando hacia el pequeño bosque que había a su derecha - Podía llevarte detrás de ese árbol y acabar lo que empecé - dijo besando su cuello - el árbol no dirá nada - susurró. Alina se tensó un poco al oír eso. 

- y tu podrías dejar de convencerme de hacerlo en lugares raros - dijo conteniendo la risa

- Y tu podías de dejar de ser tan sexy pero no puedes y yo no puedo evitar querer hacerlo contigo en cualquier lugar que esté

Alina se sonrojó y Sirius se rió abrazándola esta vez. Hablaron durante unos minutos más y después Sirius le dijo que tenia que irse pero que la acompañaría, bajo la capa, hasta el castillo. Volvieron hacia Hogwarts con calma, y antes de ser visibles para alguien, Sirius salió de la capa y la besó lentamente en los labios. Le guiñó un ojo y volvió a desparecer bajo la capa. La acompañó hasta la entrada del castillo y se despidieron. Sabia que Sirius se dirigía hacia el sauce boxeador y la sorprendieron unos estudiantes de 3º que la miraban raro porque pensaron que hablaba sola. Se metió en el castillo y esperó que nadie dijera nada al respecto.

Pedazos de cielo azul brillante estaban comenzando a aparecer por encima de las torres de castillo, las cuales eran señales de la llegada del verano.

Ese fin de semana, gracias al permiso de sus padres y de Dumbledore, lógicamente, Alina acudió a la Ciénaga a visitar a Maléfica. Esta, le relato el por qué no la había dejado pasar las navidades allí y es que, como el hada ya sabía, había tenido problemas con los hombres lobo.

- Al parecer, encontraron la Ciénaga por casualidad – le contó Maléfica – La Ciénaga, como bien sabes, está oculta para cualquier criatura, mago o humano que pase cerca de ella y solo aparecerá si alguien tiene una gran necesidad de encontrarla, sea el motivo que sea – Maléfica se detuvo para observar a unos pequeños pegasos que jugaban en la pradera – No sé cómo, pero uno de esos hombres – lobo consiguió hacer que la Ciénaga apareciera. Han intentado entrar pero puse todas las protecciones posibles para impedirlo. Las criaturas también me han ayudado y hemos intentado aturdir a los licántropos. Después, simplemente cuando se volvieron humanos y estaban lo suficiente confusos, les borre la memoria, lo justo para que se olvidaran de La Ciénaga y se marcharan de aquí lo antes posible.

Alina regresó a Hogwarts el domingo por la noche. Aun así, tenía bastantes preguntas que hacerle a Maléfica sobre lo ocurrido durante estos últimos meses porque a Maléfica se le había escapado un comentario que le indicaba que  le estaba ocultando algo importante. Sin embargo, Maléfica le prohibió volver mencionar el tema así que ella le hizo caso. 

No había nada peor que hacer enfadar a un hada. 

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