33. Yo nunca...

Los Merodeadores

Cuando se levantó el domingo por la mañana, James puso tan poca atención al vestirse que tardó un rato en darse cuenta de que estaba intentando meter un pie en el sombrero en vez de hacerlo en el calcetín. Cuando por fin se hubo puesto todas las prendas en las partes correctas del cuerpo, se tumbó en la cama ya que no le apetecía bajar a desayunar al Gran Comedor, como si habían hecho Peter y Remus, y había cogido una de las diferentes revistas que tenía tiradas por el suelo de la habitación

- ¿Te has vuelto a pelear con tu hermana? – dijo Sirius sentándose en la esquina de mi cama

- ¿Por qué lo preguntas? – dijo dejando a un lado la revista sobre quidditch

- La noto rara – dijo Sirius

- ¿Por? – insistió James

- No sé. Da igual, déjalo – dijo Sirius dándole la menor importancia al asunto. No quería explicarle a su mejor amigo que se veía en secreto con su hermana. 

- ¿Y que hay de ti? También la noto rara contigo...

- No sé de que me hablas – dijo Sirius levantándose de la cama de su amigo y dirigiéndose a la suya

James quiso dejar ahí el tema ya que sabía que, si seguía preguntando, acabarían discutiendo y, como resultado, enfadados y eso era lo que menos necesitaban en este momento. Después de lo que sucedió con Severus y Remus, lo que más necesitaban en este momento era estar juntos y unidos.

A las doce del día siguiente salieron del castillo bajo un débil sol plateado que brillaba sobre los campos. El tiempo era más suave de lo que había sido en lo que llevaban de año.

Llegaron a Hogsmeade los cuatro y se dirigieron hacia el ventoso callejón salía del pueblo hacia el campo sin cultivar que rodeaba Hogsmeade. Las casas estaban por allí más espaciadas y tenían jardines más grandes. Caminaron hacia el pie de la montaña que dominaba Hogsmeade, doblaron una curva y vieron al final del camino unas tablas puestas para ayudar a pasar una cerca.

Con las patas delanteras apoyadas en la tabla más alta, un perro negro, muy grande y lanudo, parecía estar recordando algo.

—¿En qué piensas Sirius?—le preguntó Peter cuando llegaron hasta él.

El perro olió con avidez la mochila que llevaba Remus, meneó la cola, y luego se volvió y comenzó a trotar por el campo cubierto de maleza que subía hacia el rocoso pie de la montaña.

Remus, Peter y James traspasaron la cerca y lo siguieron. Sirius desapareció detrás de un árbol para aparecer de nuevo con su forma humana. Sirius no quería contarles a sus amigos en que estaba pensando ya que eso sería tan simple como decir: Alina.

Sin embargo, su sonrisa boba se borró al recordar lo que habían estado hablando esa misma mañana ella y el.


Flashback

- Black ¡Déjame en paz! ¿Por qué no te das cuenta de una vez por todas que te odio?

- Simplemente porque no tienes razón para hacerlo.

- ¿Qué no tengo razones para odiarte, dices? Eres un tonto, inmaduro y engreído -dijo la morena a la par que enumeraba con los dedos cada defecto del merodeador sin titubear ni un momento.

- No podrías encontrar 10 razones para odiarme aunque lo intentaras - dijo el moreno con autosuficiencia.

- ¿ah no...?

Justo en ese momento Alina se detuvo de golpe en el pasillo vacío para mirar desafiante a Sirius. Comenzó a decir en voz alta las razones por las cual odiaba a Sirius

- Odio como crees que tienes algún derecho en mi vida; Odio que rompas las reglas y salgas airoso siempre; Odio que te creas el mejor del mundo; Odio que me persigas todo el tiempo; Odio que pienses que no me importa en absoluto verte besándote con otras chicas y pienses que no me molesta.

A Sirius se le detuvo el corazón en aquel momento. Le tomó por sorpresa que le dijera eso pero intentó actuar como si no hubiera dicho nada.

- Ahora te diré yo las razones por las cuales no deberías odiarme – dijo Sirius mirándola fijamente - Si me entrometo en tu vida es porque no quiero que ningún idiota te haga daño; Rompo las reglas normalmente porque quiero llamar tu atención; y lo que intento es intentar olvidarte porque se que no te merezco aunque lo que más deseo todo el tiempo es estar a tu lado.

La joven morena tuvo que asimilar unas mil veces cada una de las razones que Sirius le había dado por las cual no debería de odiarlo, sobre todo la última

- Te quiero Alina- le dijo Sirius mirándola de tal forma que entendiera, de una vez por todas, que hablaba en serio.

Para ese punto, las manos de la morena temblaban bastante, pero intento utilizar bien el último aliento que le quedaba antes de echarse a llorar.

- Odio que me hayas echo llorar y pero yo también te quiero

La chica le mandó una mirada llorosa al joven Black la cual hizo que a este se le derritiera el corazón. El chico se acercó un poco mas y puso su mano en la mejilla de la chica

- Te amo, te amo más que a mi propia vida, y si tú me amas también ¿Por qué no lo intentamos?

- Simplemente por muchas cosas – le dijo

- ¿Y la mayoría son tu hermano, no? – le dijo Sirius con una sonrisa de lado

Los dos no hablaron durante unos segundos los cuales parecieron eternos.

- ¿Vas a esperar a que se haga de noche o piensas besarme ya?

Sirius no se contuvo más. La agarró por la cintura, casi violentamente, para después dar el mejor beso de su vida.

El mes de marzo ya había llegado a Hogwarts, al igual que el buen tiempo, y como era de esperar, la mayoría de los jóvenes alumnos que allí residían tenían planes para la noche y, cómo no, Los Merodeadores no iban a ser menos.

El cumple de Remus ya había llegado y el de James no estaba muy lejos por lo que Los Merodeadores, en compañía de Lily y Alina. Había estado todo el día celebrando el cumpleaños de Remus por todo lo alto, pero la noche no había acabado aún.

– ¿Se os ocurre algo divertido? – Preguntó James bastante entusiasmado.

– Hombre, dormir siempre es una buena idea – Contestó Remus en tono burlón.

– ¡Serás muermo! Hay que aprovechar, que un cumpleaños solo se celebra una vez al año. – Comentó Sirius

– Eso mismo, Canuto. Podríamos gastar alguna broma a nuestro querido Quejicus– Dijo Peter – ¿Cómo no se nos ha podido ocurrir antes?

– NOO, NI HABLAR!!! – Exclamó Lily

– Lily tiene razón Colagusano – dijo James

– Yo estoy de acuerdo con Lily. – dijo Alina

– Entonces estamos igual que antes, ¿alguna propuesta? – Preguntó Sirius ya un poco desesperado. Había intentado hacer cambiar de idea a Alina con un puchero pero no había funcionado. Quería hacer algo cuanto antes, odiaba estar perdiendo tiempo en el que se suponía que iba a estar divirtiéndose.

- Sii, que yo me empiezo a aburrir...–Lily se acercó al sillón en el que estaba James, lo beso y se sentó sobre él.

–Pues me temo que sí, porque esta panda de aburridos no se atreven a gastar ninguna broma hoy –Sirius se cruzó de brazos.

– Gastar bromas no es la única manera de pasárselo bien, a ver si maduramos un poco. –Dijo en tono burlón. – En fin, ya que no se os ocurre nada, os voy a proponer algo – Alina miró a los chicos y continuo hablando - Ya que he visto que tenéis una botella de Whisky de Fuego debajo de la cama, podíamos pasar el rato jugando a "Yo nunca", ¿Qué me decís?

Los chicos se quedaron perplejos ante la propuesta que les acababa de hacer Alina, pero la aceptaron. Los chicos y las chicas se sentaron en el suelo formando un círculo.

Alina fue la última en sentarse ya que fue a buscar la botella de Whisky de Fuego de debajo de la cama de su hermano para colocarla en el centro del círculo.

– Bien, todos sabéis cómo va el juego, ¿verdad? – Preguntó la morena. – Bueno lo explicaré brevemente para que no haya dudas. Cuando sea vuestro turno, tenéis que confesar algo que no hayáis hecho nunca, el resto, lo que hará será beber un trago en caso de haberlo hecho o no hacer nada en el caso contrario.

- Pero esas son las reglas básicas. Podíamos hacer unas modificaciones... - sugirió James- Cuando alguien llegue a cinco tragos tendrá que realizar un reto que decidirá el jugador al que le toque el turno en ese momento. ¿Os parece?

Todos asintieron así que dio comienzo el juego. A todos les pareció que la situación cada vez se iba tornando más surrealista.

Echaron a suertes quién comenzaría la ronda y le tocó a James. Tras él sería Lily la que continuaría, ya que habían acordado que seguirían el turno en el sentido de las agujas del reloj, porque se encontraba sentada a su izquierda y así sucesivamente. Una vez decidido todo esto, el juego dio comienzo.

– A ver, yo nunca he sido infiel. – Confesó sonriente el chico mirando a su novia.

– Más te vale. – Expuso la susodicha también sonriendo.

Sirius tuvo que beber un trago de la botella. Lily se esperaba lo de Sirius y también se había fijado en que su amiga también sabía la respuesta que iba a dar Canuto.

– Me toca, yo nunca he besado a una chica. – Confesó tajante.

– Esa ha sido buena Lily – Declaró entre risas Alina

– Eh, ¡eso es jugar sucio! – Exclamó James en tono de protesta.

Todos los chicos bebieron un trago de la botella de whisky, luego la volvieron a colocar en el centro del círculo. Una vez colocada, Remus tomó la palabra.

– Ya puestos a jugar sucio, yo nunca he besado a un chico. – Afirmó el muchacho.

Aunque al principio fue el más reticente a participar, ahora parecía sentirse bastante a gusto, puede que fuera porque de momento las confesiones no habían sido demasiado subidas de tono, él esperaba algo peor, lo cual era sensato teniendo en cuenta cómo se las gastaban sus amigos y si Alina también estaba incluida, ya ni hablemos.

Una vez las chicas bebieron, prosiguió el juego, ahora le tocaba a Peter.

- Yo nunca he jugado al yo nunca – dijo Peter

– ¡¿En serio?! – Profirió incrédulo Sirius – ¿Nunca?

– No es tan raro, yo tampoco lo he hecho – Añadió Lily orgullosa.

– Pero tú eres un caso aparte– Comentó James

Todos rieron ante este comentario, ciertamente coincidían con la opinión de James. Alina y Remus intentaron reprimir las risas, pero finalmente se sumaron. Lily les dedicó una mirada asesina.

Menos Lily, Remus y Peter, el resto tuvo que beber de la botella indicado que si habían jugado alguna vez. Finalmente, Sirius tomó la palabra.

– Pues... Yo nunca me he chocado contra un cristal. – Declaró el muchacho mirando maliciosamente a James

- Oye!!! Solo fue una vez - protestó Cornamenta

Esta vez James tuvo que beber.

– Cuidado, Black. – Lo avisó Lily. – Que estás cerca de la zona de peligro

– No me asustan tus retos. – Expuso despreocupado.

Le tocaba a Alina.

– Yo nunca me he quedado dormida en clase – Comentó.

– Venga ya, esto es un complot. – Se quejó Sirius. – ¿Pretendes que me lo crea?

Tras esta afirmación, Sirius ya llevaba cuatro tragos, lo que significaba que tendría que realizar pronto la prueba que sus compañeros estimaran adecuada, aunque lo cierto era que no le preocupaba demasiado, de hecho, incluso sentía algo de curiosidad sobre qué tipo de reto sería. Ahora era el turno de James

- Yo nunca he dormido desnudo – dijo con orgullo

Peter, Remus y Sirius miraron con maldad a James ya que este sabía perfectamente que sus amigos siempre se quedaban dormidos trasformados en animagos y después amanecían desnudos.

– Pues no se me ocurre nada... – Confesó Lily pensando en un reto para Sirius ya que este había llegado a los cinco tragos. La chica se mostraba pensativa, hasta que pasados unos segundos volvió a tomar la palabra.

– Ya lo tengo. Tienes que besar a uno de los chicos de esta habitación, obviamente en la boca y te dejo elegir al chico. – Expuso Lily dejando ver una sonrisa maliciosa.

Lily y Alina estallaron en carcajadas al escuchar en que iba a consistir la prueba. Sin embargo, a los chicos no les hizo tanta gracia. A pesar de esto, a Sirius se le veía pensativo, estaba valorando las posibilidades, iba muy en serio con lo de realizar la prueba o al menos eso parecía.

– Vale, ya lo he decidido. Voy a besar a Remus. – Declaró muy convencido.

– ¿Cómo? Pero, ¿por qué a mí? ¡Esto no es justo, el reto es para él, no tengo por qué sufrir yo también las consecuencias! – Exclamó molesto Remus, desde luego no le atraía nada la idea del beso.

– Es un regalo de cumpleaños, mi querido Lunático – Comentó Sirius burlón – Pero bueno, qué se le va a hacer, si no quieres, no voy a obligarte.

El chico buscaba librarse de la prueba, pero no iba a afirmarlo abiertamente, claro que si Remus decía que no, nadie se lo reprocharía a él.

– ¿Te crees que no me atrevo? Vale, está bien, adelante. – Lo cortó desafiante.

El plan de Sirius acababa de fracasar, la verdad es que no esperaba que fuera a entrar al trapo, pero ya no había vuelta atrás.

– Muy bien. – Dijo Sirius.

Sirius se levantó y fue hacia donde se encontraba sentado Remus, la verdad es que ambos se sentían bastante incómodos con la situación y el hecho de que los observaran cuatro personas tampoco es que ayudara mucho. Así que, para acabar con esa situación lo antes posible, Sirius se dispuso a acabar con la distancia que los separaba, pero al agacharse resbaló y acabó encima de Remus, aunque el resultado fue el mismo ya que sus labios terminaron sobre los del castaño.

La habitación se llenó de risas provenientes del resto de jugadores sobre todo por la cara de asco que tenían Remus y Sirius.

Sirius se volvió a sentar entre Peter y Alina. Sirius se sentía avergonzado pero su expresión cambio un poco cuando notó la mano de Alina en su espalda acariciándola.

Siguieron jugando un rato más pero el sueño empezó a ganar terreno y decidieron ponerle fin al juego y ponerse a dormir. Lily y Alina se marcharon y dejaron solos a Los Merodeadores, los cuales estaban intentando ayudar a subir a Sirius a la cama ya que había sido él el que más había bebido de todos y los resultados se verían el viernes por la mañana.



PREGUNTAS HARRY POTTER

1) Cual es vuestro libro favorito?

2)¿Cuál es tu película favorita?


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