25. Pesadillas


Los Merodeadores

El sol se asomaba por la línea del horizonte bañando los terrenos de Hogwarts. Los rayos de sol se filtraron por una de las ventanas del enorme castillo e iluminaron la cama de un chico de pelo negro que se encontraba profundamente dormido.

El chico abrió los ojos cuando la luz del sol ilumino su cara. Eran las 7 de la mañana. Silenciosamente, se levantó y se dirigió a la cama de su compañero que también se encontraba profundamente dormido.

- Sirius... - lo llamó James

- Mmmm

El chico siguió durmiendo como si nada. Algo se le pasó por la mente al joven de gafas:

- Mi hermana te está esperando fuera

El chico se despertó de golpe y en un intento de levantarse se cayó de la cama. 

- Auch... - dijo mientras miraba a su amigo el cual lo miraba muy furioso – ¿Crees que esas son formas de despertar a alguien?

James no sabía como tomarse la reacción de su amigo

- Eso te pasa por pedirle a James que te despierte – le dijo Remus bostezando mientras miraba a sus dos amigos

- Tienes razón – dijo Sirius levantándose del suelo

- Venga, a vestirse o no llegaremos a tiempo para desayunar – dijo Peter

Se vistieron rápidamente y salieron a la sala común. Los cuatro amigos atravesaron el castillo utilizando los pasadizos secretos que solo ellos conocían.

- ¡Tengo hambre! – se quejó Sirius cuando ya se encontraban en frente del Gran Comedor

Los cuatro amigos entraron en el comedor y se sentaron junto a sus compañeras de casa que se encontraban desayunando.

- ¿Qué tal Evans? – le dijo James a la pelirroja

- Potter – respondió Lily

- Hola Alina - dijeron el resto de Los Merodeadores

- Gracias por saludarme chicos. Mi hermano aún no ha notado mi presencia – dijo Alina mirando fijamente a James

- Claro que sí. Hola pequeñaja – le dijo a su hermana la cual le sacó la lengua como respuesta

- Bien, ¡a desayunar! – dijeron Sirius y James a la vez como si fueran dos niños pequeños

Remus miró a sus amigos sonriendo.

- No sé cómo los aguantas – le dijo Alina que estaba sentada a su lado

Remus solo se encogió de hombros. Ni siquiera él sabía cómo podía aguantarlos. Tras una mañana intensa de clases y trabajos, llegó la hora de la comida. 

- ¿Cómo fueron las clases hoy, hermanita? – preguntó James después de que terminarán las clases.

- Muy bien – contestó sonriendo – He tenido problemas a la hora de transformar un objeto en clase de McGonagall

- Estoy seguro de que Sirius te ayudaría encantado – dijo James mirando seriamente a su amigo al recordar lo ocurrido a la mañana.

Sirius se atragantó y se puso muy rojo.

- ¿Por qué él? – preguntó Alina - Antes prefiero que me ayude Peter...

- ¡OYE! - protestó Sirius.

Las miradas de ambos jóvenes se cruzaron durante unos segundos y ambos apartaron la mirada sonrojados pues después del beso, no habían vuelto a hablar. 

A la mañana siguiente, Sirius y James salieron muy temprano para desayunar antes que todos para hacer la tarea que se habían olvidado. Ambos chicos estaban estresados pues Remus se había negado a pasarles los deberes y estos se encontraban en grave peligro.

- AHHHH – gritó Sirius pero James le tapó la boca

- Cállate Canuto o McGonagall descubrirá que no hemos hecho los deberes

- Lo siento – dijo Sirius

- Hola chicos – dijeron Yasmine y Stephany pasando por su lado

- ¿Sabéis donde está mi hermana? Necesitamos ayuda con unos deberes sobre el cuidado de las criaturas mágicas

- Está con Brian – dijo Yasmine – Ayudándolo con sus deberes

- Maldición – protestó James

Esa misma tarde, James, Lily, Sirius y Alina se encontraban sentados en los cómodos sillones rojos frente al fuego con una mesa repleta de pergaminos, tinteros y libros intentando terminar los deberes que les habían puesto a lo largo del día. En realidad, Sirius estaba allí porque estaba Alina y James porque estaba Lily.

- ¿Sabéis cuál es la temperatura a la que debe agregarse el jugo de soposforo a la poción de los muertos vivos para no afectar a la cocción del asfódelo? – preguntó Lily

- A los 130º – respondió Alina

- ¡OYE! Nos preguntó a nosotros – protestó James

- ¿Y sabias la respuesta? – le preguntó su hermana

- No – contestó James - Pero la pregunta aquí es, ¿Por qué la sabes tú?

Alina rodó los ojos e ignoró la pregunta de su hermano.

- Tienes que reconocer que tu hermana a veces te supera - Le susurró Lily a James y este tuvo que morderse la lengua. 

- ¡Odio pociones! – protestó Sirius

- Lo sabemos – dijeron los tres al mismo tiempo

- Y que yo soy más guapo que tú también – añadió James con una sonrisa en el rostro

- Cállate ya Potter – lo interrumpió Lily con un fuerte golpe en el brazo

- Auch Evans... - se quejó James

Alina Potter

El silencio se apoderaba de la estancia. El suelo estaba cubierto por una gruesa capa de polvo. Me encontraba en una habitación pequeña y poco iluminada, lo más seguro es que fuera la habitación de una casa abandonada.

Tres niños de mi edad, dos niños y niña más o menos de mi edad, estaban en una esquina de la sucia habitación muy asustados mientras uno de los niños, que era pelirrojo con pecas, señalaba con un dedo hacia una parte de la habitación.

Me gire para ver hacia donde dirigían su mirada los tres chicos y un hombre oculto entre las sombras cerró la puerta en la cual se había escondido.

Era un hombre con el pelo sucio y revuelto que le caía hasta los codos. La piel de cera estaba tan estirada sobre los huesos de su cara que parecía una calavera. Una mueca dejaba al descubierto sus dientes amarillos.

Todo se volvió oscuro.

Volví despertar en la misma habitación, pero esta vez había un hombre más y apuntaba con su varita al mismo hombre de antes que se encontraba tirado en el suelo. El individuo bajaba la varita y un instante después, se acercó al hombre que se encontraba en el suelo, le cogió la mano, tiró de él para incorporarlo y lo abrazó.

Todo se volvió oscuro de nuevo.

Otro hombre más bajo y regordete que los otros dos y de su misma edad, miraba asustado al hombre de pelo largo, el cual le estaba gritando:

—¿CÓMO TE ATREVES A HABLAR A HARRY? —Bramó—.¿CÓMO TE ATREVES A MIRARLO A LA CARA? ¿CÓMO TE ATREVES A MENCIONAR A JAMES DELANTE DE ÉL?

—Harry —susurró el hombre bajito al chico con gafas y pelo negro —, Harry, James no habría consentido que me mataran... James habría comprendido, Harry... Habría sido clemente conmigo...


Me desperté gritando y me di cuenta de que había vuelto a la habitación que compartía con las chicas. La luz se encendió y tres chicas medio dormidas me miraron preocupadas

- ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? – preguntó Angelina acercándose a mi cama

- Sí... solo ha sido un sueño... - dije limpiando el sudor de mi frente – Hace mucha calor aquí...

- Abriré la puerta – dijo Yasmine levantándose

- Gracias – le dije

Unos ruidos fuera de la habitación llamaron nuestra atención. Yasmine abrió la puerta de la habitación y se asomó. 

- Los chicos están intentando subir – dijo Yasmine mirando hacia las escaleras que conducían a nuestra habitación

- Estoy bien – dije sacándome el sudor de la cara – Diles que no suban

Pero a Yasmine no le dio tiempo a hacer ni decir nada porque un Sirius preocupado y sin camiseta entró por la puerta mirando hacia todos lados

- ¿¡¿Qué ocurre?!?! ¿¡Ha pasado algo?! – dijo Sirius asaltado. Las 4 chicas lo miramos con los ojos como platos. Sirius no se había dado cuenta de que había subido casi desnudo a la habitación. Cuando se dio cuenta de porque no decíamos nada y hacia donde mirábamos, sonrió pícaramente – ¿Qué pasa? Ni que no hubierais visto a un hombre así – dijo sonriendo

- Te dije que te... vistieras – dijo James apartando a Sirius y entrando rápidamente en la habitación -Alina, ¿estás bien? – dijo acercándose a mi cama rápidamente

- Si, tranquilo. Solo tuve una pesadilla... - dije mientras el miraba que no tuviera fiebre

- Entonces me vuelvo a la cama – dijo Sirius bostezando y saliendo de la habitación como si no hubiese entrado preocupado y angustiado segundos antes. 

Imbécil.

- ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? – preguntó James preocupado

- Tranquilo. Vete a dormir – le dije mientras me levantaba de la cama y empujaba a James fuera de la habitación.

- ¿Segura? – preguntó confuso

- Sí. Buenas noches – dije mientras le daba un beso y cerraba la puerta.

Las chicas ya estaban metidas cada una en su cama esperando a que me pusiera a dormir y apagara la luz.

Cuando me asegure de que las chicas estaban durmiendo, me puse en pie, me vestí y salí de la habitación sin hacer ruido.

Tras pronunciar la contraseña, entre en el despacho de Dumbledore. Las personas que se encontraban en los cuadros estaban durmiendo, incluido Fawkes, que estaba durmiendo en el sitio donde solía estar siempre

- No son horas de recibir visitas pero he de suponer que si estás aquí a estas horas será por algo de extremada urgencia – Dumbledore bajaba por las escaleras vistiendo un pijama y un gorro para dormir. Era una imagen muy graciosa pero en aquel momento la joven hada no estaba para risas – Ocurre algo, Alina?

- He... tenido una pesadilla... bueno, no era una pesadilla... parecía real... estaba pero no estaba allí... y había gente... que no he visto en mi vida... y... - me estaba poniendo muy nerviosa

- Tranquilízate. Ven, siéntate aquí – dijo indicando una silla – Cuéntamelo todo

- Pues... era un sueño y... me encontraba en una casa muy vieja...y había tres niños... bueno, más bien eran de mi edad más o menos... estaban muy asustados y apuntaban a un hombre que daba mucho miedo... vestía una ropa... como si hubiera estado en prisión... y después todo se volvió borroso y aparecieron otros dos hombres... uno de los niños se llamaba Harry y también mencionaban a James, pero no sé si se referían a mi hermano... ¿Qué significa esto, profesor? – dije asustada mientras varias lagrimas caían

- Ya sabía que algún día llegaría – dijo levantándose de la silla donde, hasta hacia un momento, estaba sentado – He estado hablando con Maléfica por cartas... dime, has tenido más sueños como este?

- Em... si, como déjà vu... a veces sueño cosas que luego ocurren...

- En efecto – dijo con una sonrisa – Pero me preocupa un poco lo de esta noche... - dijo mientras caminaba en círculos

- ¿Qué significa? – dije muy nerviosa

- Alina, puedes ver el futuro – dijo de repente – Maléfica y yo estuvimos hablando del tema y no nos hemos equivocado al respecto – dijo con una sonrisa

- ¿El qué? – dije confundida – ¿Se refiere a que puedo predecir el futuro cómo Cassandra Vablatsky?

- Alina, tu y yo bien sabemos que Cassandra Vablatsky no puede predecir nada – dijo guiñándome un ojo – Pero tu querida, si puedes. Y al parecer esta noche has visto algo que pueda que ocurra en el futuro...

- O no...

- O no si se sabe actuar bien para que no ocurra– dijo colocándose las gafas – Dime, ¿no sabes quienes eran las personas que viste?

- No... - dije – Solo oí el nombre de James y Harry... - dije intentando recordar - ¿Cree que volveré tener algún sueño como este?

- Esperemos que sí, ¿no? – dijo

- No si son tan horrendos – le dije

- Si, supongo que no has visto nada bonito esta noche – dijo con una leve sonrisa

- Y... como puedo... volver a hacerlo? – pregunté intrigada

- Eso es lo que Maléfica y yo aún no sabemos – dijo preparando un té – Maléfica nunca vio nada parecido, pero no cree que sea algo poco inusual. Además, si en un futuro averiguamos como utilizarlo bien, podríamos salvar muchas vidas. Bien, creo que por hoy es suficiente. Deberías ir a dormir un rato y será mejor que no le cuentes esto a nadie

- No creo que nadie me creyese... - dije con un tono triste

- No te sientas mal por eso, Alina. Si te soy sincero, te tengo  algo de envidia. A mí también me gustaría saber que me ocurrirá en el futuro para así poder cambiar las cosas según me conviniera – dijo guiñándome un ojo

- Pero yo no salía en el sueño... - dije confundida

- Tal vez tu no, pero si alguien que conoces aunque no lo reconocieras. Creo que es momento de descansar. Buenas noches – dijo tomando una taza de té

- Buenas noches y gracias – dije mientras cerraba la puerta del despacho algo más tranquila. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top