18. Un día siendo Lily Evans

Sirius Black

Cuando James consiguió recuperarse, Sirius pudo volver a pasar más tiempo con su novia. Pero ahora había un pequeño problema y es que Alison provenía de padres muggles. Sirius no tenía ningún problema con esto, sorpresivamente, eran los padres de Alison que, al ver cómo su hija se adentraba más en el mundo de la magia, sentían que perdían a su hija y, con el paso del tiempo, en vez de acostumbrarse a la idea poco a poco, repelían cada vez más y más el mundo al cual pertenecía su hija ahora.

Una mañana, mientras Alison y Sirius desayunaban en la mesa de Hufflepuff, Alison recibió una carta de sus padres. Supo que no le iba a gustar el contenido desde que leyó las primeras dos oraciones, que decían "tu padre y yo queremos hablar contigo algo importante. Tendrá que ser por carta porque en ese colegio no existen los teléfonos".

Alison tragó saliva e inclinó la hoja para que Sirius no pudiera, ni por error, leer el contenido de la carta. Sirius no tuvo que leer nada para saber que algo andaba mal.

– ¿Qué te pasa? ¿Qué dicen tus padres?

Alison negó con la cabeza, iba a responder "nada", pero sabía que acabaría por contarle a Sirius la verdad, así que decidió hacerlo inmediatamente. Suspiró antes de hablar:

– Mis papá no les encanta la idea de que yo estudie aquí.

– No entiendo cual es el problema

Alison respondió:

– Al principio estaban muy emocionados con la idea pero creo que están cayendo en cuenta que, al ser bruja, pertenezco más a este mundo que al de ellos, y eso no les gusta para nada.

– Entendible... pero ya no pueden hacer nada, ya estás aquí.

– Dicen que hay que conversar sobre el tema...

Alison tragó saliva y Sirius pudo ver que sus ojos se iluminaban debido a las lágrimas. Sirius le pasó un mechón de pelo por detrás de la oreja y tomándole suavemente la cara con ambas manos, le dijo:

– Mira, Alison, no creo que te vayan a sacar del colegio. Ya estás en cuarto año, no puedes volver ahora a un colegio muggle.

– Sí podría... –respondió Allison con dificultad, pues quería llorar– Además, sé que mis papás siempre mantuvieron una relación estrecha con mi colegio muggle. Creo que, en el fondo, siempre les dio miedo la idea de que yo fuera bruja.

– No pueden hacerte eso, Alison.

– Tú no los conoces...

Ese día discutieron por primera vez:

– ¡Y llega el verano y tú no vuelves más! ¡No puedes hacer eso! –Exclamó Sirius frustrado.

– ¡No quiero hacer eso! ¡Y no sé en verdad qué va a pasar! ¡Mis padres no dijeron nada concreto! ¡Fue nada más lo que viste en la carta! –Respondió ella.

– ¡Obviamente te quieren sacar de aquí, Alison! ¿Y tú no vas a hacer nada? Me parece muy cobarde por tu parte

– ¡Yo no soy una cobarde!

– Si no haces nada para evitarlo eso es ser una cobarde. Ah, claro... –Dijo él con sarcasmo y mucho enojo–. Dependes de ellos. Si te quieren sacar de aquí, te van a sacar... y no te voy a poder ver nunca más. ¡Joder! –Exclamó por fin mientras se reprimía por no golpear con su puño la pared de piedra.

Sin poder contenerse más, Alison rompió a llorar. Sirius, suspiró y dando un paso hacia ella, la estrechó fuertemente entre sus brazos. Permanecieron así varios minutos.

– Vamos a ver qué pasa y a tratar de resolver esto. No nos preocupemos todavía. - la consoló él

Y eso hicieron. Todo continuó igual, relativamente, pues las cartas de los padres de Alison colocaban una inminente nube gris sobre los dos jóvenes. Ya en febrero Alison sabría que no regresaría. Recibió esa última carta de sus padres diciéndole que ya habían hablado con su colegio muggle y que no estaban dispuestos a permitiera que siguiera acudir más a Hogwarts. Alison sabía que tenía que decirle a Sirius, pero eso implicaría el final inmediato de su relación. No podía tampoco ocultarle la noticia hasta que llegara el final del año escolar. Eso sería una maldad, además sabía que Sirius le preguntaría si no había recibido otra noticia de sus padres.

Una noche se hallaban en la torre de astronomía, a la cual subían, por lo menos, una vez a la semana. Alison había recibido la última noticia de sus padres hacía casi una semana. Decidió que ya era hora de contarle a Sirius.

– Sirius...

Sirius desvió su mirada de las estrellas hacia la cara de su novia y, al verla triste y, previendo lo que venía, se entristeció el también. Habló antes de que Alison dijera nada:

– No vas a volver, ¿verdad?

Por respuesta, Alison rompió a llorar, lo cual se había hecho relativamente común en estos meses. Decidieron, por mutuo acuerdo, romper con la relación.

Los siguientes meses en el colegio fueron muy difíciles para ambos. A veces se cruzaban en el pasillo y se saludaban. Sirius le preguntaba a Alison cómo estaba y viceversa. James, Peter y Remus no sabían que decirle a su amigo para consolarlo pero también sabían que pronto se le pasaría y volvería a su humor de antes.

Alina Potter

Ajenas a los problemas sentimentales, de momento, Lily y Alina se reunieron a finales de febrero. 

- ¿Ya está? – preguntó Alina emocionada

- Sí – dijo Lily removiendo el caldero donde se encontraba la poción —Estoy segura de que lo he hecho todo bien —dijo Lily, releyendo nerviosamente la manchada página de Moste Potente Potions— Parece que es tal como dice el libro... En cuanto la hayamos bebido, dispondremos de cuatro horas antes de volver a convertirnos en nosotras mismas.

- ¿Qué hay que hacer ahora? —murmuró Alina nerviosa y expectante

- La separamos en los dos vasos y echamos los pelos de cada una en ellos

Lily sirvió en cada vaso una cantidad considerable de poción. Luego, con mano temblorosa, trasladó el pelo de Alina de la botella al primero de los vasos. La poción emitió un potente silbido, como el de una olla a presión, y empezó a salir muchísima espuma. Al cabo de un segundo, se había vuelto de color azul.

- Apuesto a que tiene un sabor bueno – dijomirando el vaso - Echa el mío aquí

Alina metió el pelo de Lily en el vaso. La poción silbo y echó espuma. La poción ahora era de color rojo como el fuego.

—Qué irónico, no? - dijo Alina observando el color. -Tenemos que esperar hasta que amanezca, que será dentro de 5 minutos.

- Será mejor que lo bebamos aquí juntas. Ya sabes... para ver los resultados – propuso Lily impaciente por saber qué ocurriría

Con mucho cuidado para no derramar una gota de poción multijugos, cogieron los vasos

— ¿Lista? —preguntó.

- Lista — contestó Alina ligeramente nerviosa

- A la una, a las dos, a las tres... - comenzaron a decir las dos

Tapándose la nariz, Alina se bebió la poción. Sabia mejor de lo que imaginaba.

Inmediatamente, se le empezaron a retorcer las tripas como si acabara de tragarse serpientes vivas. Se encogió y temió ponerse mala. Luego, un ardor surgido del estómago se extendió rápidamente hasta las puntas de los dedos de manos y pies.

Jadeando, se puso a cuatro patas y tuvo la horrible sensación de estarse derritiendo al notar que la piel de todo el cuerpo le quemaba como cera caliente, y los ojos y las manos empezaron a encogérsele.

Todo concluyó tan repentinamente como había comenzado. Alina se encontró tendida boca abajo, sobre el frío suelo de piedra, oyendo a Lily maldecir por lo bajo.

Se puso de pie. Se llevó una mano a la frente para retirarse el pelo de los ojos, y se encontró sólo con unos pelos largos y pelirrojos. Las manos eran más delgadas que las suyas y había crecido unos centímetros.

— ¿Estás bien? —De su boca salió la voz de Lily

— Sí —contestó ella misma pero proveniente de la persona que aún seguía en el suelo – Ha sido horrible – dijo levantando la mirada – ¡Por Merlín! Pero si soy yo

- No, si te parece me he convertido en un gato - dijo con sarcasmo. - Ahora tú no eres tu sino que soy yo – dije pero verse a si misma delante de ella causaba una gran impresión. 

— Es increíble —dijo Lily, acercándose al espejo y tocándose la cara —No sabes lo raro que se me hace ser tú

- Lo mismo digo – protestó Alina-  Se siente bien ser un poco más alta aunque creo que cuando se acabe los efectos de la poción lo voy a agradecer

- Debo decir que no me veo mal – dijo Lily mirándose en los espejos que cubrían las paredes de la sala– Se ve bien tener un pecho más grande.

- No tengas nunca envidia de eso. 

- Me siento rara viendo a la versión femenina de  James Potter

- Muy graciosa. - respondió Alina. Odiaba que le dijeran que era la versión femenina de su hermano 

- Aquí tienes mis cosas y mi horario – dijo entregándole la mochila con sus cosas. Alina tambien le entregó sus cosas - No te pases – la desafío Lily

- Lo mismo digo – le dijo Alina saliendo por la puerta de la Sala como Lily Evans.

Alina se paseó por los pasillos con una extraña sensación. 

- Lily, espera – dijo Snape corriendo detrás de ella

- Hola Quejicus – dijo Alina y al momento se arrepentió

- ¿Cómo me has llamado? – preguntó Snape molesto

- Nada. No he dicho nada – dijo rápidamente

- ¿Estás bien? – preguntó Severus arqueando la ceja. Le resultaba muy raro hablar con Snape

- Si, tranquilo – le dijo ella sonando lo más amable posible. 

- Tenemos clase

- ¿De qué? – preguntó confundida

- Pociones – dijo Severus mirándome seriamente – Oye, ¿seguro que estás bien?

- ¡Evans! – gritó alguien. Era James

- Hola James – dijp alegremente

- ¿Me acabas de saludar? – me preguntó James confundido y emocionado al mismo tiempo. Mierda, la había vuelto a cagar.

- Tengo que ir... AL BAÑO. Sí. Te veo ahora Queji... Severus – le dijo y corrió hacia el baño dejando a un Snape y a un Potter muy confundidos

Mierda, mierda, mierda... pensó mientras se miraba en el espejo del baño. Alina intentó concentrarse. Habia soñado durante un mes con este mome nto y ahora que habia llegado le estaba entrando un ataque de pánico.  Podían expulsarla si la pillaban. Debía  pensar como Lily Evans y no como Alina Potter. 

- Ya decía que había olido algo raro por aquí.... – dijo una voz proveniente de uno de los lavabos. Era Myrtle la Llorona

- Hola Myrtle – la saludó

- Hola Lily... o debería de decir Alina- dijo sonriendo – Os vais a meter en un lio... - dijo burlona

- No – dijo – Puedo hacerlo... solo que...

- ¿Es difícil? – preguntó Myrtle – Aunque seáis amigas no significa que lo sepáis todo de la otra. Pero estoy segura de que tú lo harás mucho mejor que Lily. Yo de ti me daría prisa si no quieres llegar tarde... - dijo volando hacia uno de los retretes por el cual desapareció.

Alina corrió a clase de Pociones donde todos los alumnos ya estaban sentados en sus respectivos sitios. Snape le indicó el sitio que se encontraba a su lado y se sentó allí a regañadientes.

Ahora que se encontraba sentada con los de 4º, se dió cuenta de que tal vez no había sido tan buena idea. ¿Cómo iba a pasar desapercibida si se había convertido en la perfecta y inteligente Lily Evans? Todo le sonaría desconocido.

Intentó relajarse y buscó a su hermano con la mirada. Vio a James sentado con Sirius y a Peter y Remus en la mesa de detrás. Estaban hablando y riéndose a cada poco. Sin embargo, pudo ver que Sirius estaba un poco apagado. 

- ... Si, Sirius ya no está con Alison... - escuchó decir a Avery con malicia que hablaba con Snape

- No me extraña – dijo Snape con tono burlón. 

¿Cómo podía soportar Lily estar con estos payasos?

- Muy bien – dijo el profesor Slughorn que apareció por la puerta – Tenéis una hora para preparar el Filtro de la Paz y la Poción Agudizadora de Ingenio, que le hará falta a algunos – dijo mirando hacia la mesa donde se encontraban James y Sirius

Para la suerte de Alina, no había pedido unas pociones muy complejas, por lo que le resulto fácil realizarlas. Slughorn pasó a revisar los calderos y Lily Evans recibió dos 10 por las pociones más las felicitaciones de Slughorn. Sin embargo, a James, Sirius y Peter no les salió tan bien y recibieron tres Aceptables.

Alina se sintió contenta al ver que incluso al haber adelantado dos años de repente podía ser mejor que James en algo.

Antes de que terminara la clase, mientras Slughorn estaba explicando cómo realizar las pociones de manera correcta, se escuchó una fuerte y estrepitosa caída. James se había caído al suelo y se frotaba su cabeza mientras Sirius se reía. Este se había caído de la silla al quedarse dormido.  

- Oye Evans, hoy nos estás observando más de lo habitual - habló Sirius mientras se posicionaba a su lado, camino de Encantamientos. Había conseguido zafarse de Snape a la salida de clase de pociones pero tendría que volverse a sentar con él en Encantamientos. ¿Por qué Lily no podía llevarse mejor con su hermano y sus amigos y dejar al desagradable de Snape?

- Si, bueno... - intentó contestar parecido a como lo haría Lily pero se le daba horriblemente mal- ¿Cómo ha ido tu día?

- Ya sabes, lo de siempre. Me levanté solo porque Remus me tuvo que tirar de la cama, no pude ducharme porque James no salía del baño y para el colmo salió sin peinarse, el desayuno casi era inexistente cuando llegué, hoy  Alina parecía más amable que de costumbre...

- ¿Más amable que de costumbre? - repitió con cierto tono molesto

- Si bueno, no sabría como definirlo

- ¿Quién te ha dejado sin palabras, Sirius? - dijo James llegando a su lado

- Nadie - respondió Sirius y a Lily le susurró - No digas nada

Asintió y siguió a los dos chicos pensativa.

La mañana se pasó bastante rápida, con algún que otro comentario fuera de lo común (Es decir, que no habría dicho Lily en su vida) Alina sabia que Lily la mataría  cuando se enterase de que aceptó salir con James el próximo día en Hogsmeade. Si, sinceramente, la iba a matar.

Un poco antes de la hora de comer, los efectos de la poción se esfumaron, devolviéndo a Alina su aspecto lo cual ya estaba deseando. Suspiró aliviada. Había sido más difícil esto que aprender a volar. Observó su reflejo en el espejo y se alegró de volver a tener su pelo, aun con sus consecuencias. Alina se dirigió a la habitación de Lily donde ella también había vuelto a su cuerpo original.

- ¿Qué tal te ha ido? – preguntó Lily

- A mi bien. Ha sido dificil responder como lo harías habitualmente ¿Y a ti? – le preguntó

- Bien – dijo sonriendo pero Alina vio en su mirada un poco de travesura. 

Tres horas más tarde, Lily perseguía a Alina por todo Hogwarts, 

- Alina Potter!! ¡VUELVE AQUÍ AHORA MISMO!!! – gritó Lily corriendo tras ella

Alina solo reía y corría lo más rápido que podía por los pasillos de Hogwarts, apartando a los estudiantes mientras intentaba escapar de Lily.

- ¡IMPEDIMENTA!!! – gritó Lily haciendo que su cuerpo se detuviera y cayese inerte sobre la verde hierba. Maldijo a Lily por esto – Te... tengo – dijo Lily con voz entrecortada

Alina no podía moverme, así que esperó a que se pasara el hechizo para poder sentarse sobre la hierba mientras Lily aún recuperaba aliento. 

- Como... te atreves... a aceptar... una cita con... con James – dijo entrecortadamente 

- Es que me daba pena y... - respondió 

- ¡NO TENIAS NINGÚN DERECHO A HACER ESO! – le gritó - Sabes que odio a tu hermano 

- Para mi tampoco fue fácil aceptar una cita de mi propio hermano. Ponte en mi situación - dijo y Lily la fulminó con la mirada - Lo de odiar es muy feo, ¿Y qué has hecho? – preguntó con clara curiosidad

- ¿Qué iba a hacer? Decirle que no, por supuesto. Le dije que algo me había sentado mal y no era yo misma – dijo

- Mala – dijo poniendo un puchero

- Yo al menos si hice algo positivo para ti - dijo triunfante

- ¿Qué hiciste? – dijo mirándola fijamente y con cara de pocos amigos. Lily no solía hacer cosas sin haberlas meditado antes, así que qué dijera eso no le daba demasiada confianza.

- Que te lo diga él – dijo señalando con la cabeza a un chico que estaba subiendo por el camino proveniente del lago

Cuando se giré para preguntarle a Lily a quien se refería, esta ya no se encontraba a su lado.

- Hola Alina- dijo el chico que se encontraba delante mía. Era Louis.

- Ho... la – dijo nerviosa mientras se levantaba del suelo y retiraba la tierra de sus pantalones – Co...mo estás? – le preguntó peinándome inconscientemente

- Muy bien – dijo con una sonrisa – Venia a preguntarte si seguían en pie la cita del sábado

- ¿La... cita del... sábado? – preguntó confundida. Maldita Lily

- Si – dijo con expresión confundida – Aceptaste salir conmigo esta mañana, ya no te... acuerdas? – se estaba empezando a poner nervioso

- ¡Si! – dijo haciéndome la olvidadiza – Lo siento, tengo muy mala memoria. ¿A qué hora y donde habíamos quedado?

- En la orilla del lago a las 7 de la tarde – Lily le ha organizado una cita romántica a sus espaldas - ¿Te parece bien?

- Si – dijo nerviosa – Cla...ro

- Nos vemos – se acercó y le dio un beso en la mejilla que la dejó estática. Eso no se lo esperaba para nada – Adiós

¿Qué demonios había hecho Lily con Louis? 

Alina se quedó pensativa durante al menos cinco minutos hasta que una voz la despertó de sus sueños

- ¿Alina? ¿Estás bien? – Era Regulus. La miraba confundido. Su aspecto no debía ser el mejor. 

- Si... - dijo girándome mientras su cara se ponía de un color rojo muy fuerte

- Ya veo – dijo aguantando la risa mientras observaba su reacción – Venga, pronto va a empezar la cena. Me muero de hambre – dijo cogiéndola de la mano y arrastrándola hacia el interior del castillo.  

Alina sonrió. Regulus Black era una de las pocas personas que no la juzgaba. 


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