15. El mejor cumpleaños


James Potter

Hacía frío y llovía estruendosamente. El mes de Noviembre había empezado muy fuerte y frío este año. 

A los lejos se llegaba a divisar una figura extraña y grande, como si fuera la silueta de un hombre gigante. Y daba la casualidad que lo era.

-¡James! Cuanto tiempo...- Gritó Hagrid, contento de verlo

-¡Hola! ¿Qué haces por acá con éste tiempo?- Preguntó James que llevaba un kilo de ropa encima.

-Tengo que ir al bosque prohibido a recoger varios ingredientes, es para la enfermera - Contestó Hagrid - ¿No deberías estar en el castillo?

-Tengo entrenamiento de Quidditch, no te olvides que la semana que viene es el partido contra Slytherin- Comentó James

-Eso ya es pan comido, James, todos confían en ti y  vas a ganar. No me puedo retrasar más, adiós- Dijo Hagrid, despidiéndose. – Dale saludos a tu hermana – gritó para que James lo oyera

James siguió en camino. Tenía que practicar duro para ganar ese partido tan esperado.

Luego de dar más volteretas de las deseadas en la escoba, caer sobre el barro y perder las gafas tres veces, volvió al salón principal empapado y con frío. Al ver que sus amigos no estaban ahí esperándolo como siempre, se dirigió hacia el dormitorio. 

Esa noche en su habitación, ninguno de los cuatro tenía sueño.

Estaban tirados en sus camas, aburridos, pero entonces y de repente, Peter rompió el silencio que reinaba la habitación

-¿Por qué no pensamos como hacer ese plano de Hogwarts? – dijo Peter

Los Merodeadores se pusieron manos a la obra. Ya tapados por la capa invisible buscaron en la biblioteca algún mapa de Hogwarts. No encontraron nada.  

-Muchachos- dijo Remus- Viendo que nadie ha creado ningún mapa aún, nos vemos obligados a crear el nuestro propio

Y así lo hicieron. Los siguientes cuatro meses de curso pasarían tarde y noche diseñándolo. La presencia de Lily, Alina y sus amigas durante las noches en la sala común; los partidos y entrenamientos de Quidditch; y los deberes y exámenes les retrasaría su trabajo pero no las ganas de hacerlo. 

- Ahora que me acuerdo – dijo James con una sonrisa en el rostro – Mañana es el cumpleaños de Canuto

- Ya no me acordaba – dijo Sirius desde su cama

- ¿Quieres algo especial? – preguntó James pícaramente

- La verdad es que no – comentó Sirius pensativo

Estuvieron hasta tarde hablando y haciendo bromas, aparte de que cada cinco minutos le cantaban el cumpleaños feliz a Sirius.

Sirius Black

Eran las tres de la noche del día de su cumpleaños y Sirius no podía dormir. Sus amigos ya se habían dormido después de haberse tomado varias cervezas de mantequilla. Decidió ir a la torre de astronomía. Le gustaba subir de vez en cuando.

Estaba rompiendo las reglas pero decidió tomar prestada la capa invisible de James. Caminó sigilosamente y subió las escaleras haciendo el menor ruido posible. Al llegar, se sorprendió al ver una figura femenina. Supo al instante que no se trataba de una profesora. No sabía si irse o quedarse.

Al darse cuenta de que se trataba de Alison Johnson, quiso asustarla. Se acercó de puntillas hacia ella y, sin hacer el menor ruido, se colocó justo detrás de ella, a escasos centímetros. Solo dijo:

–Bu.

Alison saltó debido al susto.

Sirius ya se había quitado la capa invisible, que había ocultado tras una columna. Debido a la risa, acabó en el suelo.

–¡No vuelvas a hacer eso! ¿Estás loco?

–Si te hubieras visto la cara... –decía Sirius con dificultad debido a la risa.

– ¿qué haces aquí? ¿Me estabas siguiendo? ¿Estás enamorado de mí? - dijo rápidamente Alison

–No, no –respondió Sirius, súbitamente serio–. No podía dormir y quise subir... a ver el cielo –estuvo pensativo unos dos segundos, hasta que dijo, nuevamente riendo–: Ahora que lo digo en voz alta suena muy cursi... En realidad subí a ver las estrellas.

Alison sonrió y dijo:

–Nada de cursi. Si sabes de estrellas, es muy interesante.

–No sé de estrellas, la verdad –dijo Sirius aunque la realidad era otra. Sabía un montón de estrellas y constelaciones. Datos estúpidos que no servían para nada pero que a él le gustaban. Llevar el nombre de una constelación podía influir en algo. 

–Si quieres, te puedo mostrar algunas constelaciones –le ofreció Alison.

Sirius sonrió. Sin embargo, tratando de disimular lo mucho que le atraía la idea, dijo:

–Bueno, no es que tenga mucho más que hacer...

Alison sonrió con suficiencia y dijo:

–Ven, entonces.

Le mostró varias constelaciones, desde la Osa Mayor, que Sirius ya conocía, a otras de las que había oído hablar, como Cisne, Ara, Lupus...

–A Lupin le gustaría esa... Lupus –comentó más para sí que para que Alison lo escuchara. –Bueno, muéstrame más constelaciones. Es interesante.

Dos horas después, estaban sentados con sus espaldas recostadas de la pared de piedra.

–¡Las uvas son lo peor! –Exclamó Sirius.

–¡¿Verdad?!

–¡No entiendo cómo a la gente le gusta!

–¡Yo las odio!

–¿Y cuál es tu comida favorita? –preguntó Sirius.

Alison se mordió el labio y respondió:

–Yo podría comer kilos y kilos de pudín de calabaza.

–¡Uuuuf, sí! Buena elección. El mío es el chocolate.

–Un clásico

–¿Por qué? –Preguntó Sirius.

–Porque ese es el de todo el mundo.

–Porque el chocolate es lo mejor que hay en la tierra.

–Puede que tengas razón –concedió Alison sonriendo–. ¿Y tú plato salado favorito?

–La papa. ¿El tuyo?

–La tocineta –respondió Alison algo apenada.

–¿Qué? ¿Es en serio?

Ella se limitó a asentir.

Media hora después...

–Yo confieso que me gustan varios grupos de música muggle –dijo Sirius.

–¡A mí también! –Exclamó Alison emocionada– ¿Cuál te gusta?

Sirius se llevó las manos alrededor de la boca como simulando un megáfono y dijo:

–¡The Roooooolliiiiing Stooonessss!

–¡Me encantan!! También me gusta John Lennon...

- Y que decir de Queen y ABBA, son geniales - exclamaron ambos al mismo tiempo 

Al poco rato, Alison le hacía a Sirius su más famosa imitación de la señora Pince.

Estuvieron horas y horas hablando hasta que ambos se dieron cuenta de que ya amanecía. 

- Ha sido el mejor cumpleaños de todos... - comentó Sirius en voz alta

- ¿Es hoy tu cumpleaños? – dijo Alison – ¿Porque no me lo dijiste antes?

- Los cumpleaños no es algo que me guste celebrar... – dijo Sirius

- De todos modos... ¡FELICIDADES! No todos los días se cumplen años – dicho esto Alison se tiró encima de Sirius y lo abrazó. 

Sirius no quería que ese abrazo terminara nunca, pero tenían que regresar a sus respectivas salas comunes. Ninguno de los dos logró dormirse...

Unas tres horas después, Alison se hallaba en la mesa de Hufflepuff con sus amigas, contándoles su experiencia de hacía unas horas. Ella estaba concentrada contando todos los detalles de su encuentro con Sirius y ellas escuchándolo. Así que todas saltaron del susto cuando Sirius llegó a la mesa y saludó:

–¡Buenos días!

–¡Sirius! –Exclamó Alison.

–Si me perdonan, hoy me voy a sentar aquí. No se preocupen, no van a tener menos comida. Ya traje mi plato de mi mesa.

Las jóvenes se miraron, sonrieron, y se arrimaron para hacerle espacio a Sirius.

–¡Hey, Black, esta no es la mesa de tu casa! –Exclamó un Hufflepuff.

Sirius suspiró y, volteándose, para buscar con la mirada al que lo importunaba, respondió:

-Cállate, Smith. No es mi culpa que les tengas miedo a las mujeres y que haya tenido que venir yo a traer algo humor a este lado de la mesa porque tú no lo puedes dar.

Todas las mujeres que estaban escucharon rieron. Al fin y al cabo, la mayoría de ellas consideraban a Sirius un galán. 

Y, desde ese día, Alison y Sirius no se separaron...

- Hey pequeñaja... - gritó Sirius para que Alina lo escuchara. La había visto alejarse por el pasillo y había corrido unos cuantos metros para darle alcance.  – ¿Es que no me piensas decir nada?

- ¿Y que quieres que te diga? – dijo Alina volteando y mirando molesta a Sirius

- No se.... – dijo Sirius poniéndose enfrente de ella – Feli...

- ¿Y no te lo ha dicho ya tu novia Alison? – preguntó mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar alejándose de él

Sirius la miró confundida y reaccionó cuando vio que se estaba alejando

- ¿Estás celosa? – preguntó Sirius con una sonrisa en su rostro

- Celosa, yo? Me tomas el pelo, verdad? Por mi como si te casas con ella mañana – dijo y volvió a alejarse

- ¡Tal vez lo haga! – gritó Sirius con malicia. 

Ni siquiera le había propuesto a Alison salir pero la idea de ver a Alina mosqueada le había despertado curiosidad. Sin embargo, este no se dio cuenta de que Alina se había alejado de él llorando.

Alina Potter

Alina tenía clase de Defensa contra las Artes Oscuras y tras ir al baño a limpiarse las lágrimas, corrió para no llegar tarde a clases de la profesora Galatea Merrythought.

- Llega tarde Potter – exclamó la profesora

- Lo siento – dije sentándome al lado de Angelina.

La profesora sacó de debajo de la mesa una jaula grande, cubierta por una funda, y la puso encima de la mesa, para que todos la vieran.

—Ahora, ¡cuidado! Debéis conservar la calma y sobre todo no gritéis

Galatea Merrythought puso una mano sobre la funda. Varios alumnos de Hufflepuff habían dejado de reír. Yasmine y Stephany se encogían en su asiento de la primera fila.

—Repito que es mejor que no gritéis —dijo Galatea Merrythoughten voz baja—. Podrían enfurecerse.

Cuando toda la clase estaba con el corazón en un puño, Galatea Merrythought levantó la funda.

—Sí —dijo con entonación teatral— hadas recién cogidas.

Esto es una broma, verdad? - pensó Alina

Luke no pudo controlarse y soltó una carcajada que ni siquiera Madame Merrythoughten pudo interpretar como un grito de terror.

—¿Sí? — Madame Merrythoughten sonrió a Luke

—Bueno, es que no son... muy peligrosas, ¿verdad? —se explicó Luke con dificultad.

—¡No estés tan seguro! —dijo —. ¡Son seres muy engañosos las hadas! Pueden parecer seres adorables, pero no os podéis fiar.

- Pixies – dijo Alina en voz alta

- Como dice, señorita Potter? – le preguntó

- Son Pixies. No son hadas. Me parece una gran estupidez esto – dijo señalando a las pequeñas pixies que se encontraban en la jaula atemorizadas

La profesora la miró confundida y luego a la jaula. A Alina esta clase le parecía una idiotez. 

— Está bien —dijo Merrythoughten en voz alta—. ¡Veamos qué ocurre! —Y abrió la jaula.

Se armó un jaleo terrible en el aula.. Las pixies salieron disparadas de la jaula en todas las direcciones. Dos cogieron a Brian por las orejas y lo alzaron en el aire. Algunas pixies salieron volando y se marcharon por las ventanas

El resto se dedicó a destruir la clase enfadadas por haberlas tenido encerradas en la jaula. Todos los alumnos se habían levantado de sus sillas y se habían alejado lo más posible de las pixies. Todos menos Alina Potter. Una de las pixies se posó sobre su mesa y mirándola con sus ojos diminutos le hizo una reverencia. Evidentemente, todas las pixies que allí se encontraban sabían quien era ella. Alina sonrió como muestra de gratitud y esta se marchó volando a romper varios frascos que había distribuidos por toda la habitación.

—Vamos ya, utilicen algún hechizo—gritaba Madame Merrythoughten

Como nadie hacia nada, ni siquiera la profesora que miraba aterrorizada lo que estaban causando las pixies, Allina se levantó del asiento, cogió su varita para disimular y se dirigió hacia las pixies emitiendo un sonido débil con la boca al que las hadas entendían como "Deténganse". Las pixies dejaron de alborotar y se dirigieron a la jaula como si nada hubiera pasado.

El timbre sonó, indicando que la clase ya había terminado y todos los alumnos cogieron sus cosas para salir rápidamente de la clase. La profesora cogió su varita y tras agitarla, las cosas que las pixies habían roto estaban como nuevas y todo se hallaban en su sitio.

- Señorita Potter – dijo la profesora – Espere un momento – Alina se acercó a su mesa donde se encontraba escribiendo en un papel en blanco – Vaya al despacho del director y entréguele esta carta. El sabrá que hacer.

Alina se marchó furiosa con la carta en la mano. No tuvo ningún pudor en abrirla en el medio del pasillo y leer su contenido. El día para Alina no podía empeorar más.

Siento interrumpirlo con esto, pero debería saber que la señorita Potter no ha tenido ningún reparo en interrumpir mi clase y poner a prueba mis conocimientos como profesora de DCAO creyendo saber ella más que yo sobre la materia. Espero que tome medidas.

Atentamente Galatea Merrythought


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