7. Las dos pruebas del Torneo
Al contrario que los de Beauxbatons, yo prefería desayunar en el castillo y deleitarme con las diferentes comidas. Siempre había preferido la comida inglesa que la francesa. Por otro lado, también podía observar a Harry desde la distancia. Según se iba acercando el martes, se mostraba más pálido y cansado.
También intentaba evitar a Moody en lo justo. Quería saber si actuaba así porque no la había reconocido o para no levantar sospechas. Quería pensar que la segunda pero nunca le vi ningún gesto que me diera a pensar eso.
Tal vez estaba molesto conmigo. Pero conociéndolo, antes me llamaría de todo que ignorarme.
Madame Maxime me pedía constantemente que ayudase a Fleur con la prueba pero a Harry nadie le ayudaba y me parecía injusto. Para mí me supondría una gran satisfacción que ganase Harry.
Había intentado ver más de una vez quien sería el ganador pero cuando llegaba a la prueba final, un fuerte dolor de cabeza aparecía y me obligaba a detener la visión. Cada vez que lo intentaba, mas fuerte era la jaqueca que lo acompañaba.
El día de la prueba llegó. En el colegio había una tensión y emoción enormes en el ambiente. Las clases se interrumpieron al mediodía para que todos los alumnos tuvieran tiempo de bajar al cercado de los dragones.
- ¿Cómo están? – preguntó Madame Maxime
- Pues como van a estar. Intranquilos y cabreados. Imagínate que te encadenan varios días y te mantienen como un zombie...
- Eso no me tranquiliza – dijo Fleur que apareció a nuestro lado. Se la notaba nerviosa.
- Habrá magos preparados para intervenir si la situación se desbordara... y estoy yo. Como último recurso. Suerte Fleur. Yo no puedo entrar en la tienda – dije y Fleur asintió
Madame Maxime y yo nos dirigimos a las gradas con el resto de los estudiantes. No tardamos demasiado en oír el silbato
El primer estudiante tardó 15 minutos en coger el huevo. La siguiente era Fleur.
A Fleur le costó un poco dejar el nerviosismo a un lado y cometió varios fallos antes de coger el huevo.
— ¡Ah, no estoy muy seguro de que eso fuera una buena idea! — gritó Bagman con entusiasmo—. ¡Ah... casi! Cuidado ahora... ¡Dios mío, creí que lo iba. coger!
Fleur puso en trance al dragón y se quedó dormido, pero en un momento roncó y le lanzó una bocanada de fuego que le quemó la falda, la cual apagó lanzando un chorro de agua desde la punta de su varita y luego logró recuperar el huevo de oro. A pesar de apagar el fuego sufrió fuertes quemaduras.
Diez minutos después Fleur lo consiguió y la multitud aplaudió con fuerza. Habia obtenido la mejor puntuación hasta el momento.
Sin embargo, cuando salió Harry el nerviosismo se apoderó de mí. Estuve a punto de pedirle al dragón que fuera amable con él pero Madame Maxime, que dirigió su mirada a mi cuando Harry salió, me detuvo. De hacerlo, levantaría sospechas entre la multitud y dirían que el Torneo estaba arreglado para coronar a Harry. Tuve que morderme la lengua para no hacer nada.
Harry usó un hechizo de invocación para convocar su Saeta de Fuego. Tuvo que maniobrar por todo el estadio para poder coger el huevo. Verlo volar sobre la escoba le recordó a James cuando jugaba al quidditch.
Me sentí contenta al ver que Harry empató en el primer puesto. James se sentiría orgulloso.
El comienzo del mes de diciembre llevó a Hogwarts vientos y tormentas de aguanieve. En el fondo, había echado de menos ese tiempo.
La Navidad siempre había sido una de mis épocas favoritas del año. Ver todo el castillo decorado me emocionaba como la que más. Lo último que pensaría en mi vida de adulta era que lo disfrutase de nuevo, aunque fuese bajo la apariencia de otra persona.
Unos días antes del baile, Fleur entró en el carruaje con el rostro enfurecido.
- ¿Qué ocurre? – le pregunté divertida
- Un pelirrojo me pregunto si quería ir al baile con él ¿Y qué le dijiste?
- Ni le conteste. Echó a correr como si lo persiguiera una quimera
No pude evitar reírme pero a Fleur no le hacía gracia. Decidí evitar el baile de navidad y decidí deambular por los pasillos del castillo. Todos los rincones eran conocidos para mí. Sin darme cuenta, había llegado a uno de los balcones del castillo y una imagen se proyectó en mi cabeza. En ese pasillo había sido donde Sirius me había besado por primera vez. Las emociones de ese momento impactaron con fuerza y tuve que salir al balcón para poder despejarme. Me preguntaba donde se encontraba Sirius.
Después de media noche, volví al carruaje. Me sorprendió ver a Madame Máxime de vuelta pero preferí no preguntar.
Al día siguiente, enfada, me explicó que Hagrid la había llamado gigante. Intente calmarla diciéndole que seguro que él no querría llamarle eso pero me contestó, muy irritada, que llevaba mucho tiempo lejos de aquí como para conocer al fondo a las personas y que las personas cambian.
Tuve que callarme.
Mientras los días pasaban, lo único que conseguía sacarme de la rutina era las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas. Intentaba no ir mucho por el castillo y me adentraba en el bosque prohibido para despejarme y despejar las alas.
Habían traído al castillo un unicornio. Eran escasos y el La Ciénaga no había ninguno pues preferían vivir más en soledad.
Fue durante esas fechas cuando me enteré de que habían "expulsado" a Hagrid cuando descubrieron que era un semi-gigante. Por un momento, pensé que habría sido Madame Maxime, pero por muy molesta que estuviese con alguien, no era capaz de hacer eso. Me encerré todo el día intentando descubrir quien había sido el delator pero había algo que se me escapaba. Un detalle minúsculo.
Sin embargo, su sobrino y sus amigos eran más listos que yo. Después de muchos días, entré en el castillo. Inspeccioné todo el castillo de arriba a abajo, sin encontrar nada. Desesperada, decidí inmiscuirme en las cocinas. Los elfos y Dobby me recibieron con alegría.
- Majestad – dijeron todos
- Dobby, necesito tu ayuda.
- Dobby está encantado de ayudar a su majestad
- Necesito que me consigas el mapa que esconde Harry en l baúl
- ¿Quiere que le robe al señor Potter?
- No es robar, Dobby. Es coger prestado. Además, ese mapa lo hicieron mi hermano y sus amigos. Oficialmente no es de Harry
Dobby meditó durante unos segundos pero finalmente asintió. Desapareció y, tras unos segundos, apareció frente a mí con un pergamino en sus manos.
Me senté en la mesa y abrí el mapa. Pronuncié las palabras y los pasillos de Hogwarts comenzaron a dibujarse sobre el pergamino.
Busqué el nombre de Skeeter entre los incontables nombres que aparecían sobre el pergamino. Pero no la encontré. Tal vez no estaba actualmente en el castillo. Me quedaría con el mapa pero si Harry lo notaba en falta, sería catastrófico. Le pedí a Dobby que lo devolviese y salí de las cocinas enfadada. Sin embargo, justo al salir, tropecé con una joven.
- Lo siento – dije con acento inglés.
Al fijarme, reconocí ese pelo espeso de color marrón como una de las amigas de Harry.
- No te preocupes – dijo y me alejé de ella.
Me había pillado saliendo de las cocinas y le había hablado con acento inglés.
Estaba perdida.
No salí del carruaje hasta que llegó la segunda prueba. Ayude a Fleur con el enigma del huevo y le enseñé algunos trucos que le podrían ser útiles.
El día de la prueba llegó y, cuando faltaban dos minutos y Harry no aparecía, no sabía si alegrarse o preocuparse. Finalmente llegó y deseo que todo fuese bien.
Tras sumergirse los campeones, la segunda prueba resultó ser la más aburrida para los espectadores. Cuando Fleur salió sin su hermana, Madame Maxime reprimió un grito y varias personas la ayudaron a salir.
Fleur estaba disgustada. Hasta que vio salir a Harry con su hermana, Madame Maxime y yo la intentábamos sujetar, pues estaba completamente histérica y peleaba con uñas y dientes para volver al agua.
— ¡«Gabguielle»!, ¡«Gabguielle»! ¿Está viva? ¿Está «heguida»?
Fleur se había soltado de nuestro agarre y corrió a abrazar a su hermana.
— Fue «pog» los «guindylows»... Me «atacagon»... ¡Ah, Gabguielle, pensé... pensé...!
Todo el mundo observaba a los campeones pero mi mirada se desvió hacia el lago. Acababa de salir la reina de las sirenas.
Dumbledore estaba agachado en la orilla, trabando conversación con la ella, que tenía un aspecto especialmente feroz y salvaje. Antes de desaparecer de nuevo en las profundidades del lago, se giró levemente para observarme e inclinó levemente la cabeza. Yo sonreí. Me había reconocido entre la multitud.
Cuando volví al torneo, vi que Fleur estaba besando a mi sobrino. No pude evitar reprimir una risa.
Justo después, la voz mágicamente amplificada de Ludo Bagman retumbó junto a ellos y los sobresaltó. En las gradas, la multitud se quedó de repente en silencio.
— Damas y caballeros, hemos tomado una decisión. Murcus, la jefa sirena, nos ha explicado qué ha ocurrido exactamente en el fondo del lago, y hemos puntuado en consecuencia. El total de nuestras puntuaciones, que se dan sobre un máximo de cincuenta puntos a cada uno de los campeones, es el siguiente: »La señorita Delacour, aunque ha demostrado un uso excelente del encantamiento casco-burbuja, fue atacada por los grindylows cuando se acercaba a su meta, y no consiguió recuperar a su hermana. Le concedemos veinticinco puntos.
Aplaudieron en las tribunas.
— Me «meguezco» un «cego» —dijo Fleur con voz ronca
— No es cierto – le dije y Fleur me sonrió.
— Lo de ser buenas personas viene de familia – dijo Fleur primero mirándome a mí y luego a Harry
— El señor Diggory, que también ha utilizado el encantamiento cascoburbuja, ha sido el primero en volver con su rehén, aunque lo hizo un minuto después de concluida la hora. Por tanto le concedemos cuarenta y siete puntos. El señor Viktor Krum ha utilizado una forma de transformación incompleta, que sin embargo dio buen resultado, y ha sido el segundo en volver con su rescatada. Le concedemos cuarenta puntos. El señor Harry Potter ha utilizado con mucho éxito las branquialgas - prosiguió Bagman—. Volvió en último lugar, y mucho después de terminado el plazo de una hora. Pero la jefa sirena nos ha comunicado que el señor Potter fue el primero en llegar hasta los rehenes, y que el retraso en su vuelta se debió a su firme decisión de salvarlos a todos, no sólo al suyo.
— La mayoría de los miembros del tribunal —y aquí Bagman le dirigió a Karkarov una mirada muy desagradable— están de acuerdo en que esto demuestra una gran altura moral y que merece ser recompensado con la máxima puntuación. No obstante... la puntuación del señor Potter son cuarenta y cinco puntos.
Maldito Karkarov. Pensé. Hasta yo habría repartido mejor los puntos.
— La tercera y última prueba tendrá lugar al anochecer del día veinticuatro de junio —continuó Bagman—. A los campeones se les notificará en qué consiste dicha prueba justo un mes antes. Gracias a todos por el apoyo que les brindáis.
Aún faltaban muchos días antes de que el 24 de junio llegase. Cuando levanté la mirada, vi a Moody mirándome fijamente con el rostro serio. Como si hubiese descubierto algo que antes se le había pasado desapercibido. Lo que _____ no sabía en ese momento era que Harry le había prestado su pergamino a Moody y él había visto claramente en el "_____ Potter".
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Hola a todas. ¿Qué os ha parecido el capítulo?
En el próximo, aparecerá Sirius y alguien pondrá en apuros a ______.
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