Justo ahora estaban en un trabajo más que les habían otorgado.

Pero,no se esperaban que fuera de esa magnitud.

Ya que él concepto de Zool es más del tipo “genial” y “malo”,esperaban que esa sesión fotográfica se centrará en eso,como veces anteriores,pero no fue así. Se llevaron una grata sorpresa al ver que tenían que hacer una colaboración con una tienda reconocida. . . De peluches.

— ¿Quién aceptó algo como esto?. . .

— Bueno,yo.

Voltearon a ver a Yusushima,quien traía una sonrisa de inocencia.

— ¿Porque?

— No lo sé. . .

Todos los presentes suspiraron. Bueno,trabajo era trabajo y tenían que hacerlo,de todos modos.

[• • •]

— ¡No me pondré eso! ¡No es mi estilo!

— ¡Isumi-san,debe hacerlo!

— ¡No! ¡No quiero!

Y ahora,estaban tratando de que Haruka se colocará su vestuario. Pero,fue un rotundo fracaso,el menor simplemente no accedería. Ya todos los demás integrantes estaban listos,pero faltaba él. Parecía un niño pequeño. . . ¿Cómo persuadir a un niño pequeño?. . .

— Ustedes tres. Primero vayan a hacerse las tomas individuales. Después mandaré a Isumi-san con ustedes para la toma grupal.

Dudando un poco,solo accedieron y se fueron a hacer aquellas tomas,dejando a ambos chicos solos.

— ¡Ni siquiera pienses en persuadirme! ¡No lo lograrás!

«— Te enseñaré algo,mi pequeño Yusu. ¿Cómo persuadir a un niño pequeño de que suelte aquello que ha tomado,pero que no podemos comprar?»

«— Está bien si no lo sabes.»

«— Lo único que tenemos que hacer es llamar su atención con otro objeto,con otra situación. Así,se olvidará de lo que ha tomado»

¿Eso ayudará? ¿Porque recordó eso de repente? Apretó su puño con fuerza,mordiéndose su labio inferior.

Llamar su atención. . .

Dió un suspiro tembloroso, cerró los ojos para tratar de olvidarse en dónde se encontraba,y entonces. . .

[• • •]

— ¿Isumi-san?

— ¡Oh! ¡Haru,lo hiciste!

— Jeje. Al final,no era tan malo.

Pero,¿Cómo había logrado ese feroz león persuadir a Haruka,sin usar la fuerza bruta? Esa era la incógnita que permanecía en los otros tres integrantes,pero ninguno se atrevía a preguntarle.

Yusushima llegó un poco después de Haruka,con la típica sonrisa de trabajo que debía tener.

Aquella escena se la llevaría a la tumba,de ser necesario. Nadie debía de saber que fue lo que hizo.

El resto del día pasó con normalidad,sin nada asombroso de lo que mencionar.

[• • •]

Una melodiosa voz se escuchaba en aquella habitación,nadie hacía ningún ruido,con miedo de que aquella voz se detuviera en medio de su canto.

Era asombroso,¿Quién estaba cantando?

La mirada de aquel pequeño de cabellos albinos se centraba en su madre y la voz tan linda que poseía.

Al terminar aquel canto,volvió a abrir los ojos tan hermosos,de un color azulado. Una risa baja se escapó de entre sus labios al ver a su pequeño realmente asombrado por presenciar lo anterior,dejando de lado que es lo que había tomado en mano.

— Mi Yusu. ¿Sabes cuál es el trabajo de los idols?

El menor negó frenéticamente,esperando la respuesta en boca de su madre.

— Sonreír,bailar y cantar.

[• • •]

Se despertó de golpe,parpadeando un par de veces y mirando a su alrededor.

Chasqueo la lengua y se levantó de aquel asiento.

Odiaba recordar a esa mujer. Odiaba recordar esa clase de cosas. No necesitaba sentimientos de tristeza o arrepentimiento dentro de sí.

No los necesitaba.